22 octubre 2008

Peluches

No he hablado en este blog de los viajes de Shackleton, un vacío injustificable. Para abrir boca les dejo aquí dos fotografías extraídas del fondo que aloja Topfoto que espero despierten sus más tiernos instintos.

El oficial de navegación Hubert Hudson con dos pollos de pingüino emperador durante la expedición a la Antártida de 1914-1916.


A Tom Cream, miembro de la tripulación del Endurance, le tocará cuidar a los cachorros nacidos durante la expedición de 1914-1916.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Últimamente he estado leyendo sobre la conquista del polo... pero el norte. Un libro genial, por cierto.

Ahora ando de trás de algo de Shackleton y su famoso anuncio: «Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de absoluta oscuridad. Peligro constante. No es seguro volver con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito.»

¿Por cierto, se sabe si lo publicó realmente?

Ángel M. Felicísimo dijo...

Tengo algún libro donde se da ese anuncio por cierto sin ninguna duda aunque hay detalles de la traducción que varían algo.

Anónimo dijo...

Lo raro es que consiguiera candidatos... eran otros tiempos, desde luego :-)

Anónimo dijo...

Lo más gracioso es que, el oficial de navegación, probablemente lleve esos pollos de pingüino a la cocina del barco jajajajaja en national geographic salieron fotos en las que se veía como cocinaban a los pingüinos.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Sé de buena tinta que los pollos de albatros no son comestibles salvo en estado de desesperación. Sospecho que los de pingüino tienen propiedades semejantes.

Anónimo dijo...

No digo que sepan bien, lo que digo es que cuando se les acabaron las provisiones se vieron obligados a comer focas y pingüinos y una vez vi una foto muy curiosa en la revista national geographic en la que se veía al cocinero con un par de pingüinos emperador colgados y listos para meterles el cuchillo. No puedo decir el nº de la revista porque lo lei hace tiempo, pero busca cualquier web sobre la expedición de Shackleton y confirmarán que se los comieron. Por otra parte no se del sabor de los albatros, lo que si se es que los marineros evitaban matarlos porque era lo que peor suerte podía traerles en la travesía.

Regalos Navidad dijo...

Increíble que apenas conocía al explorador Ernest Shackleton. Este artículo me ha motivado para buscar más información de él y descubrir al personaje, quizás leer alguno de los libros sobre sus viajes.
Por eso me hago seguidor del blog.
Saludos

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