30 abril 2007

Por la boca muere el pez

Don Miguel Ángel Quintanilla Fisac, Secretario de Estado de Universidades e Investigación, debería tener asesores para quedarse mudo de vez en cuando. Me entero a través de Assembleia de Filosofía, que en el V Congreso de Universidades, celebrado en Toledo hace unos días dijo, hablando de las relaciones universidad-empresa:
"Se trata de ofrecer a las empresas lo mejor de la universidad, la mejor mercancia"
Con lo cual ya lo ha dicho todo y yo no voy a comentar nada que son las 0:01 y a estas horas puede uno soltar más de una impertinencia. Las declaraciones aquí, los comentarios de la asamblea de estudiantes de filosofía de la Universidad de Santiago de Compostela aquí.
Hace unos meses comenté algo sobre sus intervenciones y singular capacidad para molestar y crear problemas, en vez de solucionarlos. Se nota que necesitaba un poco de protagonismo.

28 abril 2007

5 directrices con estrambote para tu tesis doctoral

Hace más de un año toqué este mismo tema pero tan vez de forma demasiado prolija. Les traigo un remake breve pero (espero) intenso para que esa tesis doctoral tenga un planteamiento adecuado, un nudo no traumático y un desenlace feliz. No hay misterios pero sí algunas normas simples que hacen bueno el refrán: más vale prevenir que lamentar. A ello:
  • Empieza por elegir bien a tu director de tesis. Sí, elígelo tú, adelántate. Es una decisión importante porque un director que no ejerza de tal, en el mejor de los casos no te ayudará, y en el peor hará que la tesis fracase. La acción profiláctica es vital porque además hay doctores que se prestan a ser directores pero luego no ejercen, bien por falta de tiempo, de dedicación o por simple incompetencia. ¿Cómo distinguir un buen director de un director “virtual”? Pues enterándose:
    • investiga las circunstancias del "candidato". Comprueba cuantas tesis está dirigiendo y mira que no sea ni ninguna ni muchas. Si aparece una docena lo más recomendable es una retirada a tiempo porque no cabe posibilidad alguna de atender a esa cantidad de tesis simultáneamente: esos doctorandos estarán abandonados a su suerte y quien los acompañe estará en idéntica condición.
    • asegúrate de cuantas tesis dirigidas por el candidato a director han sido defendidas con éxito en los últimos años. Ese dato nos dará una idea de nuestra expectativa de éxito ya que los pupilos de los directores virtuales rara vez acaban.
    • comprueba que tu candidato sea realmente un investigador y capaz de dirigir la investigación de otras personas. Mira qué publicaciones tiene y confirma que sabe lo que se trae entre manos, si trabaja en equipo y cual es la productividad científica de su grupo de trabajo.
    • habla con los otros doctorandos, pregúntales cómo van, qué problemas tienen, cuánto tiempo llevan en ello y qué tal es su director. Habrá gente discreta que no dirá gran cosa pero a poco observador que seas notarás si hay problemas.
    • si el candidato supera los pasos anteriores habla con él y confirma que el trato es bueno y que es y está normalmente accesible. El director de tesis puede ser cualquier doctor, aunque resida en otro país. Sin embargo, no recomiendo elegir un director con el que no puedan hacerse reuniones, como mínimo, mensuales. En mi experiencia, la dirección de tesis “a distancia” no funciona.
  • Elige bien tu tema. Bueno, aquí me temo que no te toca a tí. Defiendo que son los directores los que deben decidir el tema de tesis de sus doctorandos ofreciendo tres o cuatro opciones. Esto parece una conducta dictatorial pero tiene una justificación práctica: todo investigador normal tiene una o dos líneas de investigación sobre las que está al día en bibliografía y conocimientos, así como de los problemas pendientes que pueden ser objeto de tesis. De esta forma, tendrás garantizadas varias cosas: que el problema planteado es real y está pendiente de solución (es un buen tema, en consecuencia), que el director tiene experiencia y conoce el asunto (y por lo tanto podrá asesorarte con solvencia) y, finalmente, que tendrá ya recopilada la bibliografía básica. Lo ideal sería que las nuevas tesis se apoyaran en las ya finalizadas avanzando poco a poco en una línea de investigación coherente. Si cada doctorando planteara su tema preferido, el director debería dirigir, asesorar y solucionar problemas de temas sin relación entre sí y que, además no tendrían relación con sus propias líneas: lo haría mal.
  • Define el camino. Las tesis en las que no se sabe muy bien qué hay que hacer no se finalizarán. Frecuentemente no sobrevivirán más de unos meses por pura desorientación y desánimo. Para comenzar con buen pie, el problema a solucionar debe estar completamente claro y una forma de conseguirlo es empezar elaborando el índice. Definido el tema y título de la tesis, el director y el doctorando deberán reunirse y de esa reunión debe salir un índice preliminar de la tesis. Este índice debe especificar el flujo de trabajo en la medida de lo posible para que actúe de guía. Es seguro que el índice cambiará en cierta medida pero será una referencia valiosa para comenzar. En esta etapa, el director proporcionará la bibliografía fundamental que debes leer. No será una bibliografía exhaustiva, que sólo valdría para confundir, sino unos pocos trabajos bien elegidos que servirán para comprender y acotar bien el problema que la tesis debe resolver. El resto de la lectura vendrá en una etapa más avanzada.
  • Mide tu esfuerzo. Las tesis no deben ser eternas y que sus objetivos deben ser alcanzables en un plazo razonable y sin alta probabilidad de contratiempos serios. Hay proyectos de tesis donde se propone resolver media docena de problemas, cada uno de los cuales podría ser objeto de una tesis por sí mismo. Esto es típico de una mala planificación y debe evitarse. ¿Qué es un plazo razonable? Pues no más de tres años (la realidad suele encargarse de alargar ese tiempo). No te plantees nada para lo que sea necesario tener datos, instrumentos o métodos que no sean fáciles de obtener aunque sería mucho mejor tenerlos ya al principio. Por supuesto, la extensión de la tesis (medida en número de páginas) es irrelevante pero asegúrate de que eso lo entiende tu director. Lo que importa es que aportemos algo original al conocimiento, y eso no es función de la extensión del documento. Ya hay muchas tesis de menos de cien páginas, mientras que otras son volumétricamente infumables. Por poner un ejemplo conocido, la tesis de John Nash (el matemático protagonista de la película “Una mente maravillosa”) se presentó en la Universidad de Princeton en 1950 y tenía 27 páginas.
  • Márcate un ritmo y un calendario. Sí, el trabajo debe ser intenso: la expresión “voy a empezar la tesis pero la voy a hacer con calma, porque no tengo prisa” significa en el 99% de los casos que esa tesis no se acabará (incluso no se empezará). La realización de una tesis se beneficia de un ambiente especial de intensidad, no de relajación. Una cuestión más a tener en cuenta: cuando el director de la tesis nos asigna un tema estamos aceptando una responsabilidad porque, a partir de ese momento, ese tema ya no puede dárselo a otras personas. Si no trabajamos en la tesis estamos actuando irresponsablemente y perjudicando al director y a otros posibles doctorandos.
  • otras pequeñas cosas:
    • si es posible, los datos deben estar disponibles desde el principio. Existe una ingente cantidad de datos ya recogidos y disponibles por lo que si somos capaces de planificar una tesis que los use tendremos mucho camino avanzado. Si nuestra tesis necesita una toma de datos específica, esta no debe suponer más del 15-20% del tiempo total.
    • la bibliografía debe estar a nuestro alcance no sólo por tener acceso a ella sino por saber leerla: mal asunto plantearse una tesis sobre Kant y no saber alemán, o una tesis de ciencias (cualquiera) y no saber inglés.
    • seamos ordenados y usemos aplicaciones adecuadas para la gestión de la tesis; por ejemplo, la bibliografía debe estar integrada en una base de datos. Programas como EndNote son extraordinariamente útiles para gestionar las referencias en el texto de la tesis. Otros, como SigmaPlot, nos permitirán realizar gráficos de buena calidad. Los procesadores de textos del MS Office o de OpenOffice.org tienen características que si se utilizan nos ahorrarán mucho tiempo y prevendrán errores: referencias cruzadas, uso de estilos, inserción automática de tablas de contenidos...
    • no elijamos un tema de tesis que dependa totalmente de resultados que se obtendrán en una etapa tardía de la elaboración. Si esa etapa fracasa habremos perdido una enorme cantidad de tiempo.
    • se supone que debemos conocer la totalidad de la bibliografía relevante de nuestro tema de tesis, no sólo unas cuantas referencias. Al llegar el momento de la defensa pública, el doctorando debe ser el que más sabe del tema tratado y no puede correr el riesgo de haber ignorado trabajos relevantes por desidia o una mala búsqueda documental. Por cierto: hay que revisar y conocer las publicaciones de los integrantes del tribunal. Si son buenas, deberían aparecer en las referencias de la tesis. Si son malas, esa persona no debería estar en el tribunal.
    • respecto a los tribunales, la norma básica es prevenir y evitar problemas innecesarios. Nuestro director de la tesis deberá evitar proponer a personas conflictivas, desequilibradas o con tendencia a intentar ser la novia en la boda y el muerto en el entierro. Estar en un tribunal da a sus miembros un poder temporal importante y hay gente que cae con facilidad en el efecto dibu.

27 abril 2007

Pensar

Cuentan que un reconocido científico de la Universidad Estatal de Pensilvania, cuando aparecía por su despacho algún empleado de la Universidad para supervisar a qué dedicaba su tiempo, le decía, cortés pero enérgicamente: “Estoy pensando”, ante lo cual el enviado desaparecía, confundido. Si al cabo de los días la cabeza del muchacho asomaba de nuevo, tímidamente, por su puerta entreabierta, nuestro colega vociferaba contrariado: “I’m still thinking”.
Así empieza un documento de dos páginas que circula por internet y del que son autores Juan Manuel García Ruiz (Profesor de Investigación del CSIC y director del LEC) y Fernando Hiraldo
(director de la Estación Biológica de Doñana). Desde mi mucho más modesta posición de CITCLP (cutre investigador torpe con los papeles) estoy de acuerdo y por eso lo transcribo aquí. El documento original es éste, abajo me he permitido reducir un poco la extensión manteniendo forma y espíritu para adecuarlo a una entrada de blog, que prefiero sea un poco más breve.
El oficio de científico requiere periodos de una continuada concentración y de periodos de dedicación mental casi exclusiva. A pesar de ello, la administración española tiene una habilidad extraordinaria, casi un empeño, en evitar que los científicos nos dediquemos a eso. Dirigir un proyecto de investigación debería ser algo simple donde sólo habría de resolver las dificultades de lo inesperado en la investigación. Pues no. Dirigir hoy un proyecto de investigación es un calvario donde las tareas administrativas ocupan la mayor parte del tiempo y constituyen lo principal de las inquietudes. No las de investigación sino las que genera tramitar la adquisición de equipamiento, la contratación de servicios, la captación de personal, los viajes de campo, todo ello con procedimientos burocráticamente arcaicos que, en el mejor de los casos, no entiendes. La penitencia puede llegar hasta tener que mendigar un sitio donde llevar a cabo tus proyectos.

Está situación se ve agravada por la falta de personal conexo a la investigación y por la falta de incentivos para el existente: la falta de administrativos, ayudantes y técnicos es aún más acuciante que la de científicos. El esfuerzo que se lleva haciendo en los últimos años por incorporar científicos de calidad al sistema de ciencia y tecnología puede resultar, en cierta medida, estéril si esta situación no se corrige. En el mundo, las estructuras científicas eficientes son piramidales: una ancha base formada por el personal conexo, mayoritario, que se va estrechando conforme avanzamos hacia un minoritario personal científico. En España la relación entre técnicos y otro personal auxiliar y científicos la cuarta parte de lo que se encuentra en países europeos más avanzados, EE.UU. y Japón.

Y hoy por hoy la tendencia es más a agravar el problema que a solucionarlo. Como muestra, el CSIC ha tenido en la oferta pública del 2007 una concesión de 275 plazas de científicos a la cual debería corresponder un mínimo de 550 plazas de personal conexo que, en la realidad, se han quedado en 110 plazas de técnicos, 6 de gestión y ninguna de administrativo. Nada nuevo porque en los años anteriores ha sido similar.

Esta tenacidad en el error, con la inestimable ayuda de la ininteligible maraña de normas administrativas a la que antes nos hemos referido, han conseguido construir una de las herramientas más eficientes que imaginarse puedan para impedir que los científicos españoles piensen, descubran e innoven. No debe pues extrañarnos los relativos escasos logros de la ciencia en nuestro país. Más bien deberíamos sorprendernos y admirarnos de la existencia de un buen número de científicos excelentes en España. Eso sí, cansados, agobiados y bastante hartos de un sistema que no les deja hacer aquello para lo que se han formado: pensar.

Todo se valora hoy con parámetros numéricos que, se supone, miden objetivamente el éxito pero quienes dirigen las universidades y los organismos públicos de investigación no suelen preocuparse por saber si sus científicos tienen las condiciones adecuadas para llevar a cabo su trabajo, si sus ideas van a poder desarrollarse sin más trabas administrativas que las necesarias. Y eso que están ahí para ayudar al resto de los científicos, que son el alma del sistema, para quitar obstáculos a la investigación, para animar a que se afronten grandes retos, para buscar soluciones que mejoren el marco cotidiano en el que se desarrolla su vida profesional. Están ahí para pensar y para ayudar a pensar.

Esa generosidad de mirar hacia dentro del sistema, y no sólo hacia fuera y hacia arriba, es la que marca la diferencia. Es imprescindible que las instituciones dedicadas a la investigación estén en manos de profesionales que hayan ejercido y que conozcan como se hace la ciencia, pero que a la vez hayan optado por servirnos y servirse desde la función de Gestionar, con mayúscula, el ejercicio de la ciencia. Y que estén comprometidos con el único objetivo posible en este su mundo: que el sistema funcione por y para quienes hacen ciencia, para los científicos. Y eso también es objetivable. Son los que están en el laboratorio, los que imaginan proyectos, los que disfrutan descubriendo, los que se deleitan leyendo el gran artículo de un colega, los que exploran la naturaleza, los que miden, los que … En fin, todos los que se dedican a pensar.

En los albores de la democracia, el gran Perich nos alegró una mañana de huelga reivindicativa con un chiste que decía: “¿Qué querrán estos (científicos)? Disfrutan con lo que hacen y encima quieren que les paguen”. Hoy, intentamos recuperar la dignidad de una profesión maldita por siglos en España. Ya es hora de poner este país a pensar.

Y yo, no todo va a ser protestar, quiero reconocer que en mi universidad se está haciendo desde hace unos años un esfuerzo grande para reducir esos problemas. Ojalá fuera en todo el sistema.

26 abril 2007

Problemas

Que la universidad tiene problemas es verdad. No sé si más, menos o igual que en otros tiempos, pero es verdad. Que de una parte de esos problemas somos responsables los profesores también es verdad. Tampoco sé bien si del 50%, del 60% o del 90%. Pero del 100% creo que no aunque hay gente que piensa lo contrario (no se pierdan los comentarios). Yo creo que hay una pequeña, pequeñísima parte de la que tal vez, sólo tal vez, no seamos los profesores los responsables. Les copio a continuación una respuesta en un examen que acabo de corregir. Se preguntaba sobre dos conceptos: ¿qué es la latitud? ¿qué es la longitud? Lógicamente, había sido explicado en clase y, además, está en unos apuntes que siempre hago públicos. Vean sólo la página 4 si tienen dudas o curiosidad o quieren evaluar si el texto que les dí era claro o críptico o, simplemente, quieren contrastar la respuesta. Era un examen sin tiempo límite (es un riesgo pero no me gusta que haya estrés por eso) y su respuesta fue, literalmente:
La longitud geográfica puede definirse como meridiano, que es una longitud constante, dicha longitud de polo a polo del geoide. Latitud: lineal perpendicular formada desde un punto P al geoide que conforma un arco con el meridiano.
Ante este tipo de cosas hay que tomar posición. Y no lo tengo claro. O sí, pero no me gusta la conclusión a la que llego. Espero que el autor de esa respuesta haya tenido simplemente un mal día porque si no es así saldrá rebotado de la universidad con el fracaso personal y colectivo que eso supone y tal vez acabe haciendo comentarios como alguno de los del primer enlace.

Nota: no conozco al autor del texto ya que, además de usar los DNI como identificadores, la asignatura es de libre elección y vienen alumnos de otras carreras. Lo digo por aquello de que no piensen que le voy a mirar raro a partir de ahora, no.

23 abril 2007

El auténtico carácter de la investigación

No lo puedo resistir. Les reproduzco un par de frases tomadas de este post de Mario Núñez, de cuyo blog soy asiduo, en respuesta a este otro de Ramón López. Conste que no estoy de acuerdo con ninguno de los dos pero ese es otro tema. Las cursivas son mías:
"...hay que estar consciente que el método experimental es una tradición de investigación basada en un paradigma colonialista en el cual los sujetos son manipulados por el experimentador para producir determinados resultados. Además, el experimento es una situación artificial y por lo tanto carece de validez ecológica y sus resultados no pueden ser generalizados a otros contextos."
Las frases están en el contexto de una discusión sobre la necesidad o conveniencia de aplicar esquemas de las "ciencias duras" a las "ciencias sociales" y debo reconocer que lo del paradigma colonialista y la validez ecológica son hallazgos. Me dejan perplejo, pero son hallazgos. En mi próximo diseño experimental intentaré tenerlo en cuenta. No sé cómo pero algo tendré que hacer. Supongo.

21 abril 2007

¿Cuanto valen mil niños paralíticos? ¿Y cien mil?

La poliomielitis es una enfermedad vírica que afecta especialmente a niños entre 5 y 10 años. Tengo una historia personal sobre la polio que, si les interesa, pueden leer en el otro blog. Baste decir aquí que esa historia hace que lo que les cuento me preocupe bastante, por decirlo suavemente.
Resulta que desde que se realizan campañas masivas de vacunación la polio ha disminuido radicalmente desde unos estimados 380000 casos en 1988, cuando la OMS planteó su erradicación, hasta 1997 en el 2006. Cuando se comenzó la Global Polio Eradication Iniciative, la enfermedad era endémica en 125 países de cinco continentes e infectaba a más de 1000 niños cada día. Desde entonces han sido vacunados en el mundo unos 2 mil millones de niños gracias a 20 millones de voluntarios y con un coste estimado de 3 mil millones de dólares.
En el año 2006 se detectaron casos en 17 países aunque algunos son anecdóticos y donde sólo 4 se considera la polio como endémica. El más afectado, con 1124 casos (el 56% del total) es Nigeria (endémico). Le siguen Pakistán (40, endémico), Somalia (36), Afganistán (31, endémico), India (18, endémico), Etiopía (17) y Namibia (18). En Polio Case Count de la OMS pueden encontrar estadísticas históricas muy detalladas y confirmar que América, Europa, Asia oriental y Oceanía están libres de la enfermedad desde hace algunos años (ver mapa aquí). El último caso en América se detectó en septiembre de 1991 en Junín (Perú).

Lo cierto es que a pesar del claro éxito de la GPEI, no ha sido posible erradicar aún la polio de los últimos países, donde una mezcla de pésimas condiciones higiénicas, pobreza, altas densidades de población e incluso cuestiones ideológicas se unen para que el goteo de casos no se detenga.

Y en mayo del año pasado tres personas salen a la palestra cuestionando la conveniencia de la erradicación. En un trabajo titulado Is polio eradication realistic? (DOI 10.1126/science.1124959) sostienen que la OMS no debe seguir con el objetivo de la erradicación. Comentan que bastaría con mantener controlada la enfermedad ("effective control"), admitiendo unos miles de casos al año y, dicen, dedicando el dinero que se ahorre a la malaria o SIDA. El primer firmante es Isao Arita, presidente de la Agency for Cooperation in International Health de Japón y protagonista años atrás de la erradicación de la viruela. Aquí pueden encontrar un resumen del artículo en español.

Los promotores de esta idea han conseguido eco en personas de mucho peso, como Donald A. Henderson director de la primera campaña de erradicación de la viruela, o Konstantin Chumakov, de la US Food And Drug Administration, o Vadim Agol, de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia, todos pesos pesados.

Por suerte, también ha habido una fuerte oposición desde la propia OMS que no está muy dispuesta a aceptar que la campaña haya sido un fracaso como dicen Arita y colegas. Para echar una mano, hace unos días se publicó un trabajo titulado "Eradication versus control for poliomyelitis: an economic analysis" (DOI 10.1016/S0140-6736(07)60532-7) donde se plantea que el control supone costes acumulados mayores que la erradicación ya que debe ser mantenido indefinidamente (nota de prensa de la Harvard SPH aquí).
Debo reconocer que el debate me resulta ofensivo porque se apoya esencialmente en argumentos económicos. Hay gente que lo ha manifestado así, como Bruce Aylward, actual director de la campaña de erradicación, que recuerda que el criterio es también humanitario y no sólo económico.

Pero incluso centrándonos en el dinero ¿es mucho ese coste de 3 mil millones de dólares hasta el momento?
¿Es mucho dinero los 715 millones de dólares que hacen falta para el periodo 2007-2009?
Pues no me duelen prendas en recordar la unidad monetaria llamada IWD (Iraq War Day) que mencionaba aquí, y que es equivalente a lo que le cuesta a los EE.UU. un día de guerra en Irak: 190 millones de dólares. Según esa cifra todo lo gastado hasta la fecha en la erradicación de la polio no llega a los 16 IWD y lo necesario para 2007-2009 son menos de 4 IWD.
Creo que no hace falta decir mucho más salvo recomendar al doctor Arita que se jubile y se dedique a la contemplación absteniéndose de dar ideas a los neocon. Recordemos que la polio no tiene cura, sólo es válida la prevención. Y, aunque sólo sea por egoísmo, la erradicación es necesaria ya que o seguimos inmunizando hasta la eternidad en los países libres de polio o cualquier importación puede desatar de nuevo una epidemia. Tal vez este último argumento convenza a los que sólo se miran el ombligo.

Nota siniestra: en el año 2003, en varios estados del norte de Nigeria se boicoteó la campaña de vacunación debido a que varios clérigos musulmanes difundieron que la vacuna podría estar contaminada con el virus del SIDA y con drogas para esterilizar a las niñas (ver aquí y aquí). Esta chifladura ocasionó, no sólo un fuerte rebrote de la enfermedad en Nigeria, sino la propagación a una docena de países vecinos que ya estaban libres de polio. Este último tema fue comentado en Ciencia y Lejos hace poco. Las religiones echando una mano, como siempre...

20 abril 2007

Elucubrando sobre el siglo XXI

Sí, hoy va de elucubrar (según la RAE, "elaborar una divagación complicada y con apariencia de profundidad" o "imaginar sin mucho fundamento". Cualquiera de las acepciones vale. O las dos.
Bueno, pues estoy leyendo un libro que se titula "Dentro de 50 años". En él, una serie de personajes intentan adelantarse a ese periodo augurando posibles descubrimientos y logros. Aunque no me atrae especialmente ejercer de pitoniso mi bola de cristal marca Acme (r) no para de molestar y, obediente, transcribo que antes o después pero dentro de este siglo:
  1. Tendremos centrales nucleares de fusión. Este es posiblemente el reto tecnológico más importante de los que existen actualmente ya que supondrá el fin de los problemas energéticos, de la emisión de gases de combustión y de la dependencia de productos básicos escasos y concentrados en unos pocos países del mundo. Ya traté este tema en dos posts el año pasado (1 y 2) ¿Riesgos? Sin duda, pero no los de ahora sino nuevos. Creo que el más evidente es que la disponibilidad de energía prácticamente ilimitada nos va a hacer aún más derrochadores de lo que somos.
  2. La regeneración de tejidos mediante células madre será el avance más trascendental de la medicina. Las resistencias éticas de algunos grupos no podrán detener la investigación que permitirá paliar algunas enfermedades degenerativas, mejorar la recuperación de movilidad, visión, etc. perdida por accidentes y cambiar radicalmente el sistema de trasplante de órganos.
  3. Se generalizará la ingeniería genética de plantas en la producción de alimentos y resistencia a plagas. Aunque el hambre en el mundo no es un problema de producción sino de mal reparto, la IG será imparable. La diversidad genética de las principales plantas cultivables se perderá a menos que se tomen medidas concretas para preservarla y dependeremos de estirpes muy limitadas y prácticamente clónicas. A cambio, dentro de esa escasa diversidad, se generarán líneas genéticas a medida de las condiciones edáficas y climáticas locales.
  4. El declive de la pesca hará más rentables y absolutamente necesarias las granjas marinas. Actualmente la pesca está sobreexplotando los recursos marinos de forma escandalosa y la misma escasez o extinción de especies hará necesario abandonar esta técnica de la misma manera que la caza se abandonó en beneficio del "cultivo" de animales en granjas.
  5. Descubriremos que el ADN basura no lo es tanto y, además de secuenciar genomas, los entenderemos.
  6. Tendremos energía solar fotovoltaica barata cuya mayor trascendencia será contribuir a descentralizar la producción de energía ya que este sistema es el único que permite una generación autónoma (sin conexiones) y sin complicaciones técnicas.
  7. En informática la programación de los ordenadores por ordenadores será rutina y, además,el código "evolucionará" de forma autónoma. La imagen del programador tecleando código con sus manos será tan histórica como lo son ahora las memorias de ferrita. También serán funcionales las interfaces que permitirán una conexión directa con el ordenador y, por tanto, un cambio radical en el acceso y proceso de información.
  8. A menos que el punto 7 se confirme, la física se habrá estancado porque ponerse al día en su complejidad necesitará tanto tiempo de formación que los físicos se jubilarán cuando lleguen al final de su aprendizaje. Si el punto 6 se cumple algunos científicos trabajarán conectados a un ordenador que tendrá el mismo papel que ayer una calculadora. Será necesario desarrollar tests de tolerancia ya que no todas las personas podrán aceptar y soportar esa conexión.
  9. Habremos ganado batallas contra las enfermedades infecciosas pero nunca la guerra. El desarrollo de antibióticos seguirá a la zaga de la evolución bacteriana. Habrá tratamientos eficaces contra enfermedades como la malaria, el mal de Chagas y al enfermedad del sueño.
¿Acertaré? Pues a mi no me miren que ha sido la bola de cristal. Nos vemos el fin de año del 2100 y hablamos.

18 abril 2007

La "medicina tradicional china" quiere ser seria

Pues resulta que el gobierno chino se ha propuesto dar carta de seriedad a la "medicina tradicional china" (MTC). A sabiendas de que los principios y los efectos de los preparados "tradicionales" tienen algunos problemas de credibilidad, han planteado una campaña para lavarle la cara lo que incluye importantes inversiones en investigación y ensayos clínicos. Según un artículo en Nature:
"The government says it will expand basic and clinical research, and improve the testing and developing of TCM remedies for export."
Tal vez la explicación más convincente del asunto esté ahí, al final, cuando hablan de "remedios" para la exportación. Y es que como aquí estamos cada vez más raritos aceptando los preparados homeopáticos en la ley del medicamento o legalizando prácticas de esoterismo sanitario, los chinos se han dado cuenta del potencial del negocio que están perdiendo.
Hay alguna declaración interesante al respecto. Por ejemplo, un señor llamado Yu Wen-ming director de la State Administration of Traditional Chinese Medicine (SATCM) dice lo siguiente (las cursivas son mías):
"La medicina china, que ha servido al pueblo chino desde la antigüedad, aún tiene un papel importante en la sanidad actual, especialmente en áreas donde el pueblo no tiene acceso o no puede pagar tratamientos basados en la medicina occidental".
Sin comentarios.
Lo cierto es que ha habido oposición interna. Un profesor llamado Zhang Gong-yao, de la Central South University, desató la madre de todas las tormentas cuando escribió un artículo el año pasado que le supuso ser calificado de todo menos de bonito. Se titula "Farewell to Traditional Chinese Medicine" ("Adiós a la medicina tradicional china") y fue publicado en una revista china: Medicine and Philosophy, 27(7): 14-17, 2006. Lamentablemente el artículo no está disponible sin suscripción aunque sí un resumen, pero en chino o sea que mejor lo dejamos. Aún así, hay fuentes donde podemos enterarnos de datos sobre la historia.
Lo que dijo es simple: la MTC es un conjunto de mitos pseudocientíficos sin evidencia que los sustente y que consecuentemente deben ser eliminados de la sanidad e investigación públicas.
"From the viewpoint of science, Chinese traditional medicine has neither an empirical nor a rational foundation"
Lo que le dijeron tiene más interés antropológico: la MTC ha sido adoptada como una mascota patria con lo que Zhang ha sido acusado de traidor al pueblo chino, de loco ignorante y de payaso entre otras lindezas. El portavoz del Ministerio de Sanidad, Mao Qunan, no se ha moderado tampoco y aparte de declararle un "ignorante de la historia china" justifica la MTC con argumentos patrióticos:
"Traditional Chinese medicine, being among the quintessence and treasures of Chinese culture, represents many of her salient features and superiority,"
"It is an inseparable and indispensable part of China's medical and health-care system, just as it has contributed so much to the development of our nation during China's long history."
La historia no tiene más trascendencia que mostrar la ausencia aparente de debate serio y la siempre socorrida estrategia de apelar al sentimiento tribal para justificar lo que no se defiende con datos.
Mientras tanto, el gobierno chino desea aparentemente "globalizar" la MTC ya que el mercado occidental es enormemente prometedor. Por mi parte, voy a sentarme cómodamente a esperar los resultados, sin duda espectaculares, de invertir grandes cantidades de dinero en la investigación de las bases de la MTC como el ying y el yang, los cinco elementos, la teoría del qi y cosas semejantes. Será sin duda espectacular y una revolución científica [/modo ironic off].
Como dato objetivo comentaré que la esperanza de vida en China, después de cinco milenios (parece ser) de MTC, es de 72.3 años (lugar 107 del mundo) mientras que en España, con una medicina occidental clásica carente del apoyo de ninguna sabiduría ancestral es de 79.6, el décimonoveno lugar del mundo (datos de The World Factbook).

16 abril 2007

Leyendo noticias de ciencia

Es todo una cuestión de fiabilidad. ¿Daremos crédito a esa noticia donde se comenta que las abejas están desapareciendo y que se debe a las radiaciones de la telefonía móvil? La respuesta es que no podemos asignar un valor verdadero/falso a todo pero, a pesar de ese problema, hay algunas pruebas simples para valorar si lo que estamos leyendo es una tontería, una exageración o algo con visos de realidad.
En zenSCI.com nos dan 5 normas a este respecto. En Ciencia y Lejos nos las traducen y comentan además de ponernos ejemplos. Pienso que las cinco normas ahí presentadas son algo heterogéneas pero válidas. Tal vez la última es tal vez pedir demasiado al lector porque obliga a reevaluar el contenido del artículo, cosa probablemente excesiva.
Animado por esas normas me atrevo a aportar las mías que sólo se solapan parcialmente con las anteriores y que creo son más fáciles de aplicar.
  1. Usar el sentido común. Leer con un antivirus y un cortafuegos en los ojos es sano. Todos sabemos que un mentiroso sabe escribir pero solemos ser benévolos con lo escrito, aunque pueda estarlo por un mentiroso. El sentido común se beneficia mucho del conocimiento general.
  2. Descartar directamente la noticia si no se aportan fuentes verificables. Las noticias falsas jamás citan fuentes concretas sino que, todo lo más, usan expresiones como "los científicos de la NASA", "el CSIC dice que...", "un informe de la FAO...". Yo empiezo a fiarme cuando los autores tienen nombre y pueden localizarse en una institución real.
  3. Poner en cuarentena las noticias cuyas fuentes son suplementos de periódicos, revistas amarillistas o páginas web de pelaje dudoso. Hay gente que cree que lo que publican en Discovery Salud tiene, en principio, un valor equivalente a lo publicado en The Lancet. Bueno, pues no. Y si usted es de los que lo cree mejor cambie de página porque aquí se sentirá incómodo y yo no voy a perder el tiempo discutiéndolo.
  4. Descartar directamente las noticias que implican que la física conocida es radicalmente errónea. Por ejemplo, los monjes tibetanos no levitan, el coche con motor eterno que no consume energía no existe, la telequinesia no funciona, los viajes astrales existen pero sólo en un estado de 6 grados o más en la escala Drinker...
  5. Descartar directamente las noticias que implican conspiraciones mundiales, grupos secretos, herederos de templarios, cabalistas o hijos del Espíritu Santo. He probado que las conspiraciones son imposibles.
  6. Poner en cuarentena las noticias que: a) suponen soluciones rápidas y completas de viejos problemas; b) van acompañadas de una FIS (foto del investigador sonriente) o de expresiones como "autor de docenas de libros" con la foto del investigador en la solapa; c) comienzan con ¿estaba Einstein equivocado? o varisntes de "tomar 3 martinis al día ayuda a prevenor la gota, según la universidad de Mongolongo".
Y recordemos que el 99.9% de la ciencia no se divulga, bien porque es realmente difícil, bien porque no es sexy ni vende portadas.

13 abril 2007

Formas de viajar

Rebuscando en una librería de viejo en Oviedo encontré y compré los dos volúmenes encuadernados en tela de "La expedición botánica al Virreinato del Perú (1777-1788)". Una aventura característica de la Ilustración donde se ejercía una conducta, hija de los tiempos, que hacía compatible la recogida de datos florísticos y etnográficos con la depredación arqueológica. En otro momento comentaremos alguna peculiaridad de esta expedición, como la importancia del comercio de la quina (corteza de varias especies de quino, todas del género Cinchona, parece que bautizado así por Linneo para recuerdo de la condesa de Chinchón, esposa del Virrey del Perú, a quien curó de la malaria allá por el año 1638) o los avatares de los expedicionarios en su periplo y a su vuelta a España.
Pero mi intención de hoy es traerles la figura de abajo que creo muestra como desde Europa se establecía nítidamente el estatus de cada quien y cada cual. En defensa de los botánicos diré que no me consta que el petimetre del sombrero de copa lo sea. Más bien parece tratarse de una forma de transporte general ya que el dibujo tiene por pie:
"Modo de cargar los Indios á los q.e caminan p.r tierra de Quito á Napo".


12 abril 2007

[Breves] Yuri visto de otra forma

No se pierdan la versión personal de Nieves Concostrina, de la que me declaro incondicional, conmemorando el aniversario del paseo de Yuri Gagarin. Apenas dos minutos de audio aquí.

11 abril 2007

Trágame tierra, o 10 frases para olvidar

El seguro de sí mismo:
Toda esa palabrería acerca de los viajes espaciales es en realidad una rematada basura.
Richard Woolley, undécimo Astrónomo Real británico en 1956, cinco años antes de que Yuri Gagarin realizara su vuelo orbital.

El augur:
Quienquiera que espere una fuente de potencia de la transformación del átomo está soñando con la Luna.
Ernest Rutherford, físico, premio Nobel en 1908.

El listillo:
La luz viaja en el agua más rápìdamente que en el espacio vacío.
Isaac Newton, físico, matemático, alquimista, filósofo.

El iniciado:
Debemos admitir con toda seguridad que el espacio y el tiempo son inmutables: no están ni siquiera a disposición de los matemáticos.
Oliver Joseph Lodge, diez años después de que Einstein publicara su teoría de la relatividad especial.

El observador:
El tratamiento antirrábico de Pasteur es inútil, peligroso y desprovisto de valor científico. Pasteur no está curando la rabia sino inoculándola en realidad. Se debería cerrar su laboratorio.
Professeur Peter de la Academia Francesa de Medicina, tras comunicarse la noticia de la recuperación del niño Joseph Meister, mordido por un perro rabioso.

El visionario:
No creo que las ondas inalámbricas que he descubierto tengan ninguna aplicación práctica.
Heinrich Rudolf Hertz, físico, descubridor de la radiación electromagnética.

El idealista:
La guerra es una reliquia bárbara destinada probablemente a volverse tan obsoleta como el batirse en duelo.
William Thomson (Lord Kelvin), aunque también dijo: "Los rayos X han demostrado ser una patraña".

El guarro:
La antisepsia de Lister es absurda en teoría e imposible en la práctica.
El sádico:
Imaginar que el dolor pueda ser abolido en cirugía es hacerse ilusiones y sería un absurdo intentar conseguirlo.
Alfred Armand Louis Marie Velpeau, cirujano, hablando en 1839.

El experto:
Esta es la mayor tontería que hemos hecho nunca, La bomba no estallará jamás, y hablo como experto en explosivos.
William Daniel Leahy, almirante estadounidense dirigiéndose al presidente Truman respecto a la bomba atómica estadounidense.

Las frases se citan en Youngson, R., 2003, ¡Fiasco! Aprendiendo de los errores de la ciencia.
Ediciones Robinbook, Barcelona.
El título original era bastante más minimalista: Scientific blunders.

Ley Orgánica de Universidades v.3.x

Pues eso, hace unos pocos días han aprobado en el Congreso de los Diputados las reformas a la Ley Orgánica 6/2001 de Universidades.
La verdad, sólo encuentro interesante el cambio en las pruebas de acceso al funcionariado (Profesor Titular y Catedrático) que se desarrolla en los artículos 57 y siguientes.
Este cambio es un reconocimiento del fiasco que supuso el método anterior, que metió a tribunales y aspirantes en una dinámica absurda que era, a todas luces, insostenible tanto por motivos económicos como personales. La nueva fórmula es mucho más ligera en su primera parte ya que la acreditación se consigue a través del curriculum vitae. Falta saber si los méritos necesarios se establecerán con claridad o se seguirá el método oscurantista de las actuales acreditaciones para las diversas categorías de profesor contratado.
La segunda parte, un concurso de acceso en cada universidad que oferte una plaza, es una vuelta a los métodos de Juan Palomo (yo me lo guiso, yo me lo como) de la antigua LRU ya que la forma del concurso queda en manos de cada universidad lo que no es precisamente una garantía de igualdad de oportunidades. Realmente, para este viaje no hacían falta estas alforjas.
El resto no es más, en una lectura rápida, que un conjunto de retoques intranscendentes para un cambio en profundidad que no parece interesar a nadie. Mientras la cosa empieza a debatirse aquí tienen el texto con las modificaciones.

09 abril 2007

No más flores por favor

Hay flores grandes, pequeñas, olorosas, discretas en su color, llamativas en su forma...
Esta que ven aquí abajo lo tiene todo: grande, olorosa, colorista. Se llama Rafflesia arnoldii y no se les ocurra regalar un ramo de una docena a esa chica tan simpática que les trae de cabeza.

Rafflesia en Lost World Arts, © Karl Lehmann

Primero, tendría que contratar a una empresa de mudanzas porque la flor de Rafflesia pesa entre 7 y 10 kg. Luego tendría que cambiar algún mueble de sitio porque mide casi 1 m de diámetro.
Las Rafflesiáceas son una familia de plantas de los bosques del Sudeste asiático de lo más ahorrativa: no tienen hojas, no tienen raíces, no tienen tallo, no hacen fotosíntesis. Son parásitos que viven como filamentos inmersos en sus hospedadores (unas lianas muy sufridas) y sólo emergen a la superficie para que sus grandes flores se desarrollen.
Su posición taxonómica no se conoce nada bien y aparecen, por si fuera poco, incongruencias que sugieren que parte del genoma del parásito es transferido a las lianas que parasitan, detalle, como ya saben, que me mola un montón (DOI:10.1126/science.1100671). Como puede suponerse su estudio no es fácil debido que la planta (o a lo que se ha reducido) está dentro del hospedador y no es accesible. Pueden hacerse secciones, claro, pero sólo observaremos individuos muertos.
¡Ah! Se me olvidaba la tercera razón para no regalar un ramo: huele, pero no como las rosas. Las flores emanan olor para atraer insectos que sirvan de polinizadores y la Rafflesia ha elegido desprender un intenso olor a carne en putrefacción. Y por lo visto, eso de "intenso" describe bien la realidad. Los polinizadores son varios pero la candidata con más papel en esta pieza es una mosca aficionada a la carroña llamada Chrysomyia megacephala (un asco de bicho).
Como no podía ser de otra forma, Rafflesia fue utilizada como afrodisíaco (¡) en esta zona del Sureste de Asia.
Aunque la primera descripción la hizo P. C. E. Deschamps en 1797, el género fue bautizado en 1822 en un homenaje a Sir Stamford Raffles, gobernador británico que creó el jardín botánico de Buitenzorg en Java en 1811, mientras el nombre específico lo fue para recuerdo del botánico Joseph Arnold.

03 abril 2007

¿Transgénicos no? ¿O depende?

La malaria mata al menos 1 millón de personas cada año, la mayoría niños. ¿Por qué se resiste tanto esta enfermedad a una vacuna o un tratamiento eficaz?
El motivo es que la malaria no la provoca una bacteria sino un protozoo, en concreto cuatro especies del género Plasmodium. Los Plasmodium son parásitos de vertebrados pero para cerrar su complejo ciclo de vida necesitan pasar también por mosquitos del género Anopheles (sólo hembras) que actúan como vector de la enfermedad infectándose al picar a los enfermos e inoculando el parásito con sus picaduras a los sanos.
La magnitud del problema puede estimarse sabiendo que en zonas tropicales donde los mosquitos son comunes una persona desprotegida puede recibir cientos de picaduras en una noche.
Los protozoos no pueden combatirse mediante antibióticos convencionales y los tratamientos existentes suelen ser tóxicos por la similitud entre su estructura celular y la nuestra. La enfermedad de Chagas (15-20 millones de personas afectadas), la leishmaniosis (12 millones), la enfermedad del sueño o tripanosomiasis... son ejemplos actuales de graves enfermedades causadas por protozoos.
En el caso de la malaria se pueden utilizar métodos preventivos como usar mosquiteras impregnadas de insecticida a la hora de dormir. A este respecto se está debatiendo la conveniencia de volver a usar DDT, prohibido en los años 70, como impregnante de las mosquiteras y para el rociado de las casas no sólo por su bajo coste sino por su alta persistencia. Aún así, apenas el 2% de la población bajo riesgo en África usa mosquiteras, tanto por motivos económicos como de costumbres.
La segunda vía sería conseguir una vacuna, buscada desde hace bastantes años, pero cuyos resultados aún no son concluyentes. Como el tema es complejo sólo mencionaré dos casos que nos caen próximos. El primero es el de Pedro Alonso, español en el Hospital Clínico de Barcelona, cuyo equipo consiguió en un primer ensayo en Mozambique reducciones globales del 31% y de hasta el 48% para la malaria severa (aunque me han llamado la atención los grandes intervalos de confianza, del 12.3 al 71.0 en este último caso, ver resumen aqui). También es pertinente recordar al pionero en esta tarea, Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano, creador de una primera vacuna cuyos ensayos han tenido resultados muy controvertidos que no han desembocado por el momento en nada definitivo.
Pero hay un tercer camino que es actuar directamente sobre el vector.
Como introducción a esta estrategia, recordemos se pudo erradicar la enfermedad del sueño de la isla de Zanzíbar en los años 90 mediante la suelta de millones de moscas macho estériles. La esterilidad se consiguió irradiando las moscas y el método funcionó porque la mosca tse-tsé, Glossina, el vector en este caso, sólo copula una vez. Al soltar repetidamente millones de machos estériles la fecundidad de las poblaciones cae en picado y puede acabar en la extinción como ocurrió en Zanzíbar.
En el caso que tratamos hoy aqui el camino empezó con la publicación en el año 2000 de un artículo que abría una posibilidad nueva: manipular genéticamente los mosquitos para que sean ellos los inmunes al protozoo o, más exactamente, para que no pueda completar su ciclo de vida en el interior del insecto. Catteruccia y colegas desarrollaron métodos para hacer realidad la trasferencia de genes a los Anopheles algo que aún no había sido conseguido (aunque sí a en la famosa mosca de la fruta Drosophila melanogaster, a quien tanto debemos). Un poco más tarde, en el 2002, Ito y col. "crearon" los mosquitos transgénicos y encontraron que todo parecía funcionar bien en el laboratorio: eran más resistentes al plasmodio y en caso de infección, la cantidad de parásitos en su saliva era mucho menor.
Desde entonces han pasado muchas cosas, desde la secuenciación completa del genoma del Anopheles gambiae (un trabajo con un centenar de firmantes) hasta el descubrimiento de poblaciones de mosquitos que han desarrollado resistencia al plasmodio de forma natural.
El último episodio es reciente y ha sido ya contado en algunos blogs pero creo que merece la pena amplificar el eco porque Mauro Marrelli y colegas han conseguido un mosquito transgénico que además parece más competitivo que el resto. Es decir: en una mezcla de ambos tipos de mosquitos, gracias a una mayor fecundidad y a una vida más larga, los transgénicos van desplazando a los otros hasta ser mayoritarios en la población. Este aspecto es esencial porque es necesario que en la naturaleza acaben erradicando o al menos reduciendo drásticamente al mosquito no resistente.
Pero no todo está hecho porque el experimento se realizó con ratones (Plasmodium berghei) y en el ambiente controlado del laboratorio por lo que aún hay que dar el salto a la malaria humana y a las complejas condiciones naturales. Por cierto, que los mosquitos transgénicos lucen unos bonitos ojos verdes porque, ya de paso, se les insertó otro gen que codifica una proteína fluorescente de ese color para que fuera fácil reconocerlos.
En estos momentos hay al menos media docena de grupos norteamericanos y europeos trabajando sobre mosquitos transgénicos abarcando entre otros al Aedes aegypti, que propaga el dengue y la fiebre amarilla (virus en ambos casos) y al Anopheles stephensi, responsable de la malaria en India.
Aunque hay personas que apoyan el ensayo inmediato de la técnica en condiciones reales supongo que tampoco faltarán detractores aunque no he localizado aún una oposición bien argumentada a la posible aplicación práctica. Por eso he traido este caso aquí, porque creo que puede ser un buen ejemplo donde la manipulación genética ofrece esperanzas para solucionar un enorme problema. La idea que se está gestando es hacer un proyecto piloto en un área aislada, barajándose como adecuada la isla de Santo Tomé, en el golfo de Guinea donde además ha aparecido malaria resistente a la cloroquina.
La pregunta que surge a partir de este ejemplo es evidente ¿debemos evitar los transgénicos sin matices?

Para leer más: Malaria Journal es una revista de acceso abierto.
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