28 febrero 2007

El "efecto dibu"

O cuando se unen poder y miseria

¿Se acuerdan de la película "¿Quién engañó a Roger Rabbit"? Argumento aparte, en ella se muestra que los "dibus" tienen un punto flaco. Esa debilidad está a punto de costarle la vida al conejo protagonista en el bar donde el detective Eddie Valiant intenta ocultarlo para que el juez Doom y sus comadrejas no lo capturen. Los dibus salen a bailar cuando suena la música, no pueden evitarlo, es superior a sus fuerzas.
Lamentablemente, el "efecto dibu" no se limita al mundo imaginario de Roger y Jessica Rabbit sino que hay versiones más humanas y bastante más siniestras. El "efecto dibu" afecta a una serie de personajes a los que, de repente, se les regala una dosis de poder. A veces un poder efímero, que sólo dura unas horas, pero que les permite decidir sobre el presente y el futuro de las personas que tienen a su alcance. Los más sensibles son personajes acomplejados y miserables, lo que permite que se desate el maleficio del "efecto dibu": la sensación de poder es demasiado fuerte, hay que salir a bailar.


Así se da que auténticos indocumentados científicos que han llegado a los tribunales por motivos incomprensibles, con currículos ridículos, abusan de su efímero poder subidos a su pedestal de barro.
Así se da que profesores a los que todos ignoran se resarcen convirtiendo sus asignaturas en una hermética carrera de obstáculos cuyo efecto es romper voluntades y crear desesperación en aquellos que no esperaban encontrarse eso en una universidad.

A veces el tiempo pone a cada cual en su sitio pero no siempre. Ni siquiera frecuentemente.
Pero bueno, aquí tienen una excepción relativa a una universidad y aquí otra en el ámbito del CSIC. En este último caso está disponible toda la documentación, desde el texto del recurso hasta la resolución escaneada página a página (p1, p2, p3, p4, p5, p6, p7).
El poder es como el Golem, que acaba destruyendo al que abusa de su fuerza. Sólo que muchas veces deja otras víctimas en las cunetas del camino.
Vamos, sal a bailar, que todos te miran. Ya volverás luego a la miseria que es tu vida.

1 comentarios:

Arturo dijo...

es buenísimo, gracias. Lo acabo de leer y me vienen muchas cosas a la mente y asocio muchas caras de personajillos que sufren ese "efecto dibu".

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