01 septiembre 2011

¿A qué dedicamos el tiempo en la universidad?

A raíz del post ¿Cuánto cobra un profesor de universidad? recibí un correo personal recordándome que apenas dábamos unas pocas horas de clase a la semana. Lo cual es cierto, ya que la docencia se considera cubierta con 240 horas de clase en cada curso que, a bote pronto, supone unas 8 horas de clase semanales.


Lo que ocurre es que en la universidad no nos dedicamos sólo a eso por lo que, aprovechando el correo, me puse a hacer un listado de tareas que cualquier profesor que se tome en serio su trabajo hace de forma regular. Enumero a continuación ese listado para que a la hora de criticar (cosa muy sana, ya lo sé) lo hagamos con un mayor conocimiento de causa.
  • docencia: como he dicho, la docencia típica exigible es de 240 horas por curso. En mi caso, la docencia implica asignaturas "normales" de un Grado, un Máster de Investigación y docencia virtual en el Grupo 9 de universidades. Este año estimo que tendré unos 100 alumnos entre unas y otras, ni mucho ni poco, en mi opinión.
  • tutorías: las tutorías establecidas en nuestros horarios son de 6 horas semanales que en nuestra universidad deben distribuirse en tres días. A esto hay que añadir las famosas "tutorías ECTS" en las que no tengo experiencia por el momento ya que he estado dando clase en titulaciones "antiguas".
  • diseño, corrección y revisión de exámenes: pues eso, los exámenes hay que hacerlos, corregirlos, valorarlos, publicarlos y abrir un periodo de revisión para reclamaciones.
  • dirección de Proyectos Fin de Carrera: los PFC son una especie de "tesina" de las de antes donde el alumno hace un trabajo original que, en mi caso, es de investigación. Para cada alumno hay que diseñar un proyecto específico (son todos diferentes), organizarlo, buscar y aportar la bibliografía básica, dirigirlo y revisar el informe final y la exposición pública ante un tribunal. 
  • dirección de Proyectos Fin de Máster: lo mismo que los anteriores pero se supone que de mayor nivel (el del Diploma de Estudios Avanzados, que era lo que había hasta ahora). 
  • dirección de Tesis Doctorales. Lógicamente, la dirección de tesis supone una cantidad no despreciable de horas de lectura, debate, resolución de problemas cuando el doctorando se atasca e, incluso, actuar de psicólogo aficionado ante los inevitables etapas de desánimo. Al final, cuando todo está ya terminado, toca localizar y engañar a gente para que venga al tribunal de la tesis, lo cual menciono porque empieza a ser difícil.
  • participación en tribunales de Tesis Doctorales, lo que supone una lectura atenta y crítica de las tesis y la valoración en un tribunal público con las preguntas pertinentes. Esto supone echar unas cuantas horas de lectura y documentación con cada tesis, a veces de cientos de páginas, donde debes comprender y valorar una investigación original, sus bondades y sus posibles fallos.
  • participación como revisor de publicaciones nacionales e internacionales. Echando cuentas, cada artículo que tengo que revisar, valorar, aconsejar cambios, etc., me lleva dos o tres días de tiempo completo ya que estás decidiendo parte del futuro científico de personas, lo cual obliga a hacerlo con responsabilidad. 
  • redacción y publicación de artículos en revistas internacionales. Lógicamente, antes de publicar es necesario haber hecho la investigación pertinente lo cual ha supuesto hasta ahora un par de años por artículo. Hay que contar que algunos intentos son fracasos y se quedan sin publicar.
  • redacción y petición de proyectos. Entramos en la faceta mendicante: si quieres tener ordenadores, material para la investigación, etc. es necesario pedir y que te concedan proyectos ya que la financiación viene de ahí. Esto suele ocupar un par de meses al año (típicamente enero y febrero) de forma bastante intensiva y es necesario hacerlo bien porque estás compitiendo por recursos escasos y miles de peticiones. Los proyectos se piden mediante un protocolo donde, aparte de la sección administrativa, hay un parte técnica con desglose de actuaciones, calendario, intervención de los participantes, resultados previstos en cada etapa/subetapa... 
  • participación como revisor de proyectos: de la misma forma que los pedimos, algunos actuamos como evaluadores de proyectos de los demás en algunos años. Al respecto, lo de siempre: lectura atenta, valoración, informe... 
  • petición de becas: lo mismo que la de proyectos, teniendo en cuenta que las becas llevan un proyecto de actuación futura (normalmente la tesis del solicitante) con un desglose detallado de objetivo, métodos... 
  • elaboración de proyectos: si te conceden un proyecto tienes que hacerlo (algunos se olvidan de eso) y presentar anualmente un informe de resultados tangibles, publicaciones sobre todo. Esta parte es lo que más se ajusta a la investigación en el sentido convencional y supone un porcentaje del tiempo tan importante o más que la docencia. 
  • papeleo: la burocracia es grande, les pongo unos pocos ejemplos solo respecto a la investigación. Para cada proyecto hay que presentar un informe anual tanto científico como económico. Lógicamente, cada gasto debe ser justificado rellenando papeles, adjuntando facturas y llevando las cuentas en una hoja de cálculo. La compra de material la hacemos y gestionamos los investigadores lo cual supone hacer los contactos con los suministradores, evaluar las diferentes opciones, realizar los pedidos y recibir los materiales (y luego montarlos y ponerlos a funcionar en muchos casos). No les cuento los problemas que hay con compras internacionales, especialmente si están sujetas a tarifas aduaneras. Por cierto, los que creen que el dinero de los proyectos no se controla no tienen ni idea de lo que hablan.
  • escribir y contestar correos relacionados con la docencia e investigación. Recibo entre 50 y 80 correos diarios, de los cuales deben ser contestados una docena y, de esos, cuatro o cinco exigen respuestas meditadas que pueden llevar un buen rato. Las relaciones y consultas con otros investigadores son esenciales en el trabajo y ocupan una parte significativa del tiempo. Entre los correos están también los de personas que piden asesoría o recomendaciones y a los que es necesario responder siempre, incluyendo alumnos que no van al despacho en horas de tutorías y te escriben para dudas o consultas. 
  • participación en reuniones y comisiones. Lamentablemente, la llegada de Bolonia se ha retratado con una inflación de comisiones de casi todo que tienen que estar formadas por alguien. A las clásicas reuniones de Departamento, Centro/Facultad y Claustro podemos añadir, en diferentes niveles, comisiones de calidad en cada titulación, de Doctorado, de Investigación, de Cooperación... Reconozco que yo huyo de esto como de la peste por lo que no sé darles una relación completa pero tecleen "comisión" en el buscador de cualquier universidad... 
  • cargos complementarios: no somos mayoría pero si te toca tienes que hacerlo: directores/decanos, subdirectores/vicedecanos y secretarios de Centros y Facultades, directores/secretarios de Departamentos, directores de Servicios, coordinadores de titulaciones...
  • leer y estudiar. Si quieres estar al día en tu trabajo hay que leer lo que se publica y estudiar para seguir aprendiendo y ser más competente en tu trabajo. Leer y estudiar debería suponer mucho tiempo para un universitario y, por si acaso, incido en que los artículos no llegan solos a tu ordenador: hay que buscarlos, descargarlos, leerlos, anotarlos e incluirlos en una base de datos bibliográfica para tenerlos localizables y organizados. 
  • ensayar cosas nuevas: una parte no despreciable del tiempo se va en experimentos y ensayos no relacionados con ningún proyecto concreto y que están destinados a explorar la potencialidad de posibles trabajos o proyectos futuros que, lógicamente, no se piden a lo loco sino sobre una seguridad razonable de que son factibles.
  • pensar: vale, a lo mejor pensamos poco, no sé, pero las ideas nuevas no vienen solas, hay veces (menos que las que querría) que desconectas el teléfono, cierras el correo y te pones a pensar en nuevos caminos, en temas para becas, tesis o proyectos, en cómo solucionar problemas que surgen... 
En fin, que nadie se equivoque, este post no está para plantear que trabajamos más o menos sino para mostrar que la docencia es sólo una parte de nuestro trabajo y que, para ser justo, la tarea de un profesor de universidad debe valorarse en su conjunto, no sólo por lo más visible. Y lo mismo pasa con los maestros y profesores en las etapas anteriores.

P.S. Me recuerda Jordi algunas otras actividades como conferencias o ponencias y comunicaciones en congresos. Las conferencias no las puse porque normalmente cobramos por ellas por lo que pueden considerarse una actividad complementaria con remuneración independiente. En cambio, las aportaciones a congresos sí deben figurar como actividad normal, así como la preparación de las mismas. Igualmente, de vez en cuando, toca ser organizador de este tipo de eventos (por cuestiones de salud se recomienda hacerlo solo de lustro en lustro :-)
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