28 noviembre 2006

[Off topic]

El que avisa no es traidor, de vez en cuando cuelo un post que no va de lo de siempre. En Hispaciencia aparecen de forma automática, no puedo evitarlo aunque no vayan de ciencia. Disculpas por tanto.
Este tiene 3 fragmentos aparentemente inconexos, pero podría haber algunos antes y otros después. Depende del estado de ánimo. Es un desahogo después de una temporada complicada, no me hagan mucho caso.

Fragmento 1. Conversando.
Escuchamos mucha música entonces ¿verdad? Pero luego me di cuenta de que la música no era lo esencial porque el volverla a oir, lejos de hacerme recuperar las buenas vibraciones, me producia tristeza.
E., hace unos pocos días.
Fragmento 2. Canned Heat.
El tipo de la armónica es Bob Hite y el que canta Alan Wilson. Bob murió de un infarto a los 36 años; Al le había precedido en el viaje gracias a una sobredosis. Lo mismo pasó con otros insignes “triunfadores” de la época algunos de los cuales consiguieron tener dos o tres momentos luminosos, no más, pero fueron suficientes. Me atraería saber que fue del resto de la banda pero ahora no recuerdo quienes eran (¿Vestine? ¿Taylor?) y, en cualquier caso, me quedo con estas imágenes de los buenos tiempos.



Fragmento 3. Epitafio.
A tí no sé qué decirte salvo que no has demostrado merecer lo que tuviste. Lo tuviste todo, o al menos todo lo que creias poder tener, que es lo mismo. Pero pudiste ver que tu éxito no iba a ser eterno y la mera perspectiva de la caída pudo contigo. Eras inteligente pero no fuerte. Eras bueno pero no generoso. Creiste que todo empezaba y terminaba en el espejo de los demás. Esos que te sostuvimos un tiempo, hasta que tú mismo, sólo tú, te tiraste por la borda.

27 noviembre 2006

Laicismo, sociedad y ciencia

Los obispos salen a la palestra demostrando su incapacidad para entender lo de no meterse donde no te llaman. Benedicto XVI encarga un estudio para analizar las consecuencias de que la Iglesia Católica pueda, tal vez, permitir el uso del condón en algunos casos. Nuestro Estado sigue siendo aconfesional en vez de laico y se empiezan a impartir clases de religión islámica en la escuela pública, además de las siempre presentes de catolicismo, todas pagadas con dinero público. La Iglesia católica tiene miedo de que la asignatura de 'educación para la ciudadanía' sea un vehículo de adoctrinamiento anticatólico y no se respete "la neutralidad del Estado" en materias como "la definición del bien y el mal moral y la educación de la conciencia de los alumnos".

Entre tanto mejunje me ha apetecido recordar las cinco tesis sobre el laicismo de Fernando Savater mencionadas también en Periodistas 21. Desde que escribió ese breve folio no se ha hecho necesario escribir mucho más sobre el tema: todo está dicho y, además, muy claro.
Respecto a la ciencia estamos en un escenario similar pero con sus peculiaridades. Por ese motivo, con el siniestro aderezo del asesinato planificado de científicos en Iraq, me atrevo a hacer una pobre imitación de don Fernando y proponer un esbozo de tesis (sólo 4) sobre laicismo y ciencia:

1. La injerencia de la religión en la ciencia es un hecho histórico, no así lo contrario, porque los propios fundamentos de la ciencia le impiden abordar temas sólo soportados por la fe, que no por la razón ni la evidencia. La religión conoció mejores tiempos para su entremetimiento, aquellos donde su poder terrenal le permitía dominar la justicia, que juzgaba, y ejercer de verdugo, que ajusticiaba. La evolución social ha permitido que ya esté al alcance de muchos comprender y acotar claramente las competencias de cada cual. Así, el ser humano tiende a querer conocerse a sí mismo y desea comprender al medio en el que nace, vive y muere. Este es el ámbito al que debe reducirse la ciencia. Limítense las religiones a explicar, a quien quiera oirlas, los estados de antes y después de la vida, donde la ciencia no tiene ni quiere decir nada.

2. Aceptando esta separación de ámbitos, ciencia y religión son compatibles para aquellos que deseen tal cosa. Los beneficios de separarlos son tantos que ambas partes deberían promocionar esta actitud recíproca pero, en su defecto, los Estados deben asegurar el reparto de sus competencias en aquellos asuntos que afectan a la sociedad civil y muy especialmente en la legislación civil y penal y en la educación. El motivo es patente allí donde las religiones pretenden introducirse en ámbitos que no les competen camuflando su doctrina de ciencia, aceptando tácitamente como válidas las herramientas que antes despreciaban o combatían.

3. La adopción de una religión es, para el científico, una opción válida pero afectando al exclusivo ámbito personal por lo que debe evitar su influencia en su quehacer de equipo como científico o investigador. El Estado tiene la obligación de salvaguardar los derechos de los no religiosos para no someterse a dictados, normas o conductas ajenas a la ciencia. Esto incluye, obviamente, la inclusión de contenidos religiosos en las universidades, sean estas públicas o privadas, con títulos homologados. Las religiones no deben tener cabida en la educación universitaria salvo como objeto de estudio.

4. La separación entre moral y ética es un requisito para definir los límites de la investigación científica que, en cualquier caso, deben ser resultado de un consenso social, no de juicios morales. Las sociedades, en cada caso y en cada circunstancia, deben decidir qué consideran o no aceptable bajo el principio de libre acuerdo y con la consciencia de la revocabilidad de las decisiones por mecanismos equivalentes. Las religiones son libres de condenar las líneas de investigación que se opongan a su doctrina, pero con la exclusiva afección de sus prosélitos, no del resto de la sociedad. El Estado tiene la obligación de velar por el libre ejercicio de la ciencia dentro de las leyes civiles y salvaguardarlo de guerras santas y actitudes similares.

Debo reconocer, finalmente, que no me apetece distinguir entre religiones, aunque debo reconocer su grado de agresividad es diverso. De las que están en nuestro país en los periódicos día sí, día también, no recuerdo que nunca hayan promocionado o alentado el conocimiento científico, habiendo en cambio abundantes ejemplos de lo contrario. Y todo este rollo se resume en una frase: "zapatero a tus zapatos" o "no te metas en tu ámbito de incompetencia".

24 noviembre 2006

Algo se derrite en Groenlandia

Datos calientes sobre deshielos y niveles del mar, saquen la canoa del sótano

¿Se acuerdan de Grace? Dos satélites gemelos que miden la gravedad de la Tierra. En el post sobre ellos les comenté un trabajo donde se hablaba de la reducción del hielo en la Antártida. Hoy se publica otro en Science cuyo resumen no puede ser más claro, les traduzco sólo una frase de los resultados (Gt son gigatoneladas):
Desde 2003 a 2005, la capa de hielo ha perdido 101±16 Gt/año, con una ganancia de 54 Gt/año por encima de los 2000 m y una pérdida de 155 Gt/año a menores alturas.
Esta tasa se ajusta bien a la estimación de -117 Gt/año hecha entre 1996 y 2005 mediante una técnica completamente diferente llamada interferometría radar de la que prometo hablarles próximamente.
Este segundo trabajo añade algunos datos sobre el movimiento de los glaciares; dicen, por ejemplo:
Hemos detectado una aceleración en los glaciares por debajo de los 66º N entre 1996 y 2000, que se ha ampliado a los 70º en 2005. La aceleración en la descarga de hielo supone un incremento en la pérdida de masa de hielo de 90 a 200 km3/año.
¿Qué efectos tiene esto sobre el nivel del mar? He buscado datos, no opiniones, y los he encontrado en la página Sea Level Change de la Universidad de Colorado. De nuevo, dos satélites son los responsables: Topex/Poseidon y Jason. Llevan altímetros que miden la distancia entre ellos y el mar con una precisión excepcional. Dada la incertidumbre en la posición orbital y el movimiento del mar, a pesar de esa precisión es necesaria una cantidad ingente de medidas para obtener una exactitud razonable. Pero ya las tenemos y los datos tomados desde 1992 señalan que el nivel medio del mar sube unos 3.0±0.6 mm/año. No parece mucho pero, al menos a mí, la gráfica me desasosiega un poco.

Para terminar y como dije al hablar de GRACE; los métodos de medida no saben de ideologías, ni de consecuencias políticas, son sólo instrumentos que toman datos, es decir, información verificable sobre la realidad. Los datos no saben si es usted neocon o antisistema, saque sus conclusiones pero no obvie la información.

Referencias
S. B. Luthcke, et al., 2006, Recent Greenland Ice Mass Loss by Drainage System from Satellite Gravity Observations, Science, 314 (5803): 1286-1289. DOI: 10.1126/science.1130776
Rignot, E.,Kanagaratnam, P., 2006, Changes in the Velocity Structure of the Greenland Ice Sheet, Science, 311 (5763): 986-990. DOI: 10.1126/science.1121381

23 noviembre 2006

De cuevas y mayas

Un largo viaje desde el Norte de España al de Guatemala

Asturias es un paraíso de la espeleología debido a la enorme potencia de las calizas de los tres macizos de los Picos de Europa (no se salten este enlace, échenle un vistazo especialmente a la foto del pozo P90 y se harán una buena idea sobre qué estamos hablando).
Las cuevas ahí son verticales, frías, con cascadas de agua que se pierden en la oscuridad. La más profunda por ahora es la Torca del Cerro, con un desnivel de 1589 m entre la boca superior y el final; la segunda es el Sistema del Trave, con -1441 m.
Yo hice espeleología durante una década hasta que la dedicación que exigía me hizo mirar otras aficiones, y es que nunca fui amigo de dedicarme a una sola tarea. Una lástima porque las cuevas son la última aventura al alcance de la mano. Los polos, los desiertos, han perdido la parte de misterio que tenían pero el mundo subterráneo permanece inexplorado, a la espera de que encuentres la entrada y sigas los pozos y galerías cuya única trampa es la oscuridad y el esfuerzo. Y no funciona el GPS, culpable de que los viajes ya no sean lo que fueron.
Tengo dos recuerdos intensos de esa etapa. El primero me marcó una parte de mi carácter y el segundo de mis aficiones.
Ese primer recuerdo es una sensación, la de entrar en un lugar, una sala, una galería, donde nadie ha estado nunca. Era una sensación real porque no era difícil descubrir cuevas y su exploración nos llevaba a salas y galerías que las lámparas de carburo iluminaban por primera vez en su historia de miles de años. Y a veces posiblemente por última.
El segundo recuerdo no viene de esos laberintos verticales que la humanidad nunca ocupó ya que incluso hoy son extremadamente hostiles. Hay que descender a las zonas bajas, menos frías y menos impresionantes pero donde las cuevas fueron refugio de nuestros antepasados en tiempos difíciles. Una vez llegamos a una pequeña sala chapoteando por el río, y bajo las luces de los cascos pudimos ver, en una terraza elevada, restos de madera quemada bajo una pared con pinturas. Pinturas muy simples, de círculos y puntos rojos, hechas por alguien que se alumbró en algún momento con aquella fogata. La pátina de limo y calcita que lo cubría todo era transparente y estaba intacta. Localizamos la entrada original, cegada por un derrumbe, y salimos siguiendo el cauce del arroyo aguas abajo. Éramos tres y no tocamos ni dijimos nada nunca porque quisimos mantener la sensación de haber tenido una visión privilegiada y única. Y ahí nació mi afición por la arqueología, en esa cueva de apenas 200 metros de desarrollo.
Esa afición me llevó después a disfrutar visitando sitios tan distantes como Tirinto o las orillas de un helado Lago Argentino donde en una roca en medio del viento vi pinturas similares.
Por eso, ya en presente, me ha ilusionado leer que un equipo de arqueólogos ha encontrado cosas interesantes en un lugar llamado San Bartolo, en Petén, Guatemala. Son restos de la cultura maya y hasta el año 2001 sólo había sido excavado por saqueadores.

Una de esas cosas es un bloque de piedra como cualquier otro, con la salvedad de tener pintada una decena de signos jeroglíficos con una edad probable de 2200 años. La escritura, ese milagro al que ya me he referido varias veces en este blog, no tiene nada de tosca lo que hace suponer que no estamos viendo una muestra de sus inicios sino algo mucho más maduro.

Y otra de las cosas es un mural policromado de apenas uno o dos siglos después: en un “lienzo” de 9 metros de largo el artista ha representado el mito de la creación del mundo, la historia de un dios y la coronación de un rey.
Poco después, cerca de la pirámide donde está el mural, se encontró una tumba real maya, la más antigua hasta el presente y casi contemporánea con el mural. Eso sólo en unos pocos años de excavación.
La información publicada sobre San Bartolo es escasa, todo es un copio/pego, en parte por el poco tiempo que el proyecto lleva en ejecución pero también posiblemente por las condiciones que la National Geographic Society impone por ser la principal entidad financiadora de la aventura.


No me ha sido fácil encontrar buenas imágenes o artículos de nivel sobre los últimos hallazgos. Pero al final, en sitios no muy evidentes, encontré un buen documento sobre mural en español, con esquemas casi completos, y un video sorprendente donde podemos entrar en la excavación y asistir casi en vivo a la liberación de las imágenes de los restos que las protegieron. Son 20 Mb pero creo que merece la pena, descárguenlo aquí.
El caso es que aunque ya sa sabía que la selva oculta secretos no deja de asombrar que en este siglo aún aparezcan vestigios de aquello que una vez fue y parecía perdido.

22 noviembre 2006

De ginkgos y celacantos

Rodeados por el tiempo

La entrada al Centro Universitario de Mérida está bordeada por fósiles vivientes. Y no, no fumo ni he tomado ninguna sustancia especial salvo para intentar olvidar la gripe de estos días. Es que para encontrar fósiles vivientes no hace falta ir a Parque Jurásico sino que tenemos algunos más cercanos. Los tiburones por ejemplo, llevan unos cuantos millones de años sin cambios aparentes. Tampoco los necesitan demasiado porque son bichos de diseño perfecto.
¿Algo más exótico? Bueno, tenemos los celacantos, descubiertos en 1938 y que se creían extintos 65 millones de años atrás. Ya tenían una larga historia como grupo porque se conocen fósiles de hace más de 400 millones de años. Aún así, los celacantos decidieron seguir vivos y sin complejos en el refugio de las profundidades marinas entre Madagascar y la costa Este de África.
Era el año 1938 y Marjorie Courtenay Latimer era conservadora de un museo local en Ciudad El Cabo. El 23 de diciembre, un barco de pesca llamado Nerine entró en el puerto con un extraño huésped en sus redes. Marjorie fue a verlo y confesó no tener la más remota idea de qué era el pez en cuestión: un metro y medio de largo, de color entre azul y malva y marcas dispersas plateadas. Mirando en los libros del museo sólo encontró algo similar en un libro de paleontología. Aunque inicialmente nadie le hizo mucho caso, un par de meses después, un profesor de una universidad local llamado Smith, identificó por fin el ejemplar como un auténtico celacanto. Por su parte, Marjorie perpetuó su apellido más allá de la familia porque el hallazgo pasó a llamarse Latimeria en el lenguaje científico
Como habían transcurrido dos meses y del pez quedaba más bien poco, Smith quiso obtener otro en un estado más presentable. Puso anuncios en los puertos del Este africano. Tuvo que esperar 14 años para que un pescador de las Islas Comores capturara otro celacanto.
Desde entonces han sido pescados y filmados más ejemplares, no muchos, pero ha sido más sorprendente descubrir que su presencia se extiende a las Islas Célebes, a casi 10000 km de las Comores.
El descubrimiento del celacanto ha sido de interés biológico pero también puede suponer el principio de su fin: un grupo de peces que reinó antes que los dinosaurios y que ha sobrevivido a las extinciones masivas desde hace 400 millones de años puede desaparecer en las próximas décadas por las razones de siempre. A pesar de la dificultad de estimar poblaciones, no se cree que haya más de unos centenares de celacantos en las aguas de las Comores lo que le pone en una difícil situación. Por suerte su interés gastronómico es nulo porque sino veríamos especialidad de sushi de celacanto. Si quieren verlo cara a cara unos breves instantes, cómo no, en Youtube. Y si no, aquí abajo tienen uno.

Celacanto capturado en Mozambique; con casi 1.80 m y 100 kg es el mayor ejemplar capturado hasta la fecha.

Pero antes del pescado este, hablaba de fósiles vivientes en Mérida. No me refería a ningún profesor en concreto sino a algo mucho más inocuo y que Linneo llamó, allá por 1771, Ginkgo biloba. Es un arbolito discreto que no llama la atención por nada y que a un jardinero que me gustaría conocer le dio por plantar ante la fachada del centro universitario.
Dentro de su aparente sosez, el ginkgo es un caso algo especial. Es la única especie de un único Género, de una única Familia, de un Orden único en la única Clase del Filum Ginkgophyta. Tiene menos parientes que mi apellido paterno, que ya es decir.
Su nombre viene del chino, donde aparece en un diccionario ilustrado de 1668 y que fue la fuente de un botánico llamado Engelbert Kaempfer para la primera descripción de la especie en Europa.
La semejanza del ginkgo con el celacanto reside en que es otro fósil viviente, relacionado con un grupo de plantas cuyo fósil más antiguo data de hace 270 millones de años.

Impresiones fósiles de hojas de ginkgo
Una hoja actual de ginkgo pasada por el escáner

Actualmente se ha extendido por los jardines de clima templado por su enorme resistencia ante las plagas y la contaminación. Eso sí, sólo los ejemplares macho (es una especie donde cada pie tiene un sexo único) porque los frutos huelen bastante mal al descomponerse en el suelo.
Aparte de la antigüedad, ya de por sí venerable, el ginkgo es una fuente permanente de sorpresas. Les cuento sólo una: se ha descubierto hace poco que dentro de sus células vegetales hay algas eucarióticas viviendo en una relación que aún no se comprende. Algas con su propia dinámica y material genético y sólo en algunos tipos de células lo que supone una rareza no observada en ningún otro vegetal.
También merece la pena citar otro trabajo donde se mantuvieron ginkgos durante tres años bajo concentraciones de CO2 similares a las que se supone había en el Mesozoico. Los resultados básicos fueron que los estomas de las hojas, unos poros por donde se intercambian los gases en la fotosíntesis y respiración, se redujeron a un tamaño similar al observado en las hojas fósiles de aquellos lejanos tiempos. En mi opinión, el experimento no demuestra nada pero desde un punto de vista menos estricto es casi un melancólico salto en el tiempo.
Si es que ya lo decía mi profesor de fisiología vegetal que siempre se refería a él como “el nunca bien ponderado Ginkgo biloba”.

Nota. “Fósil viviente” es una expresión que se aplica a organismos actuales cuyo aspecto externo es muy similar al de sus parientes lejanos. El tiempo ha pasado por ellos sin cambios morfológicos aparentes aunque es posible que la evolución haya inducido cambios en factores menos visibles.

Algunas referencias:
Tremouillaux-Guiller, J. et al., 2002, Discovery of an endophytic alga in Ginkgo biloba, American Journal of Botany 89(5): 727–733. 2002.
Beerling, D., McElwain, J, Osborne, C., 1998, Stomatal responses of the 'living fossil' Ginkgo biloba L. to changes in atmospheric CO2 concentrations. Journal of Experimental Botany 49(326), 1603-1607.

17 noviembre 2006

Eldorados y otros objetivos improbables

Donde no todos los aventureros son famosos ni terminan sus búsquedas comiendo perdices

Percy Harrison Fawcett era un ingenuo. En el mejor y en el peor sentido de la palabra. En el libro que les reseño al final relata sus viajes por la Amazonia. Viajes de los que ni ustedes ni yo quisiéramos ser protagonistas. Comenzaba el siglo pasado cuando le encargaron deslindar las fronteras de Bolivia lo que le llevó a explorar territorios que sólo eran un blanco en los mapas. Los viajes fueron cualquier cosa menos envidiables: legiones de moscas, de mosquitos, de avispas, parásitos, hombres, serpientes de todos los tamaños, hambre, agotamiento… Pero su relato es apasionante porque viene de una personalidad única, capaz de ver la muerte y las penalidades con un distanciamiento sorprendente y con una visión límpida y sin dobleces. Era de otro mundo por lo que no se encontraba bien en este.
Tal vez por eso dio crédito a todas las leyendas que llegaron a sus oidos: ciudades perdidas, gigantes prediluvianos, civilizaciones ocultas. Y eso le costó la vida cuando en 1925 salió a buscarlas y no volvió. Por el camino nos deja visiones de anacondas de veinte metros, de rumores de grandes animales desconocidos para la ciencia y toda la mitología que los lugares vírgenes generan inevitablemente en nuestra mente.
Y al leerlo me recordó a otro personaje, esta vez español, empeñado en metas igualmente innacesibles. Este se llamaba Jordi Magraner y se ilusionó con encontrar al yeti o bar-manu en las montañas de Chitral, en Pakistán. Tuvo la misma mala fortuna que Fawcett y tras unos años de vida en los valles del norte de ese país fue asesinado en el año 2002.
Fawcett y Magraner son igualmente respetables porque eran personas convencidas de la razón de su aventura y no hay que mezclarlas con los infames que hacen del engaño su profesión. Ingenuos, simplemente, pero honrados.
Fawcett dedica los últimos tres capítulos de su libro (escrito en realidad por su hijo a partir de las notas originales) a exponer una teoría delirante sobre las civilizaciones perdidas del Amazonas, con evidencia basada en relatos indígenas y leyendas. Algo muy lejos de sus rigurosos levantamientos topográficos en condiciones imposibles y de sus notas que permitieron llenar poco a poco los vacíos en los mapas. Magraner esgrimía argumentos similares (“yo sé que está ahí”) a partir de declaraciones de pastores y de cuestionarios que paseaba por los pueblos buscando testimonios que confirmaran aquello de lo que él ya estaba convencido. Su trabajo parece haber sido realizado con rigor y consecuentemente los resultados fueron claros: nada.
Apenas he encontrado textos suyos, ahora que la web de la Sociedad Española de Criptozoología parece cerrada pero recordaba haber leido hace un año una comunicación sobre las características de los sonidos que emiten los bar-manu y las consecuencias en la comprensión de la evolución del aparato fonador humano. He reencontrado el texto en otro lugar por si tienen curiosidad, se titula Oral statements concerning living unknown hominids: analysis, criticism, and implications for language origins. Es un curioso ejercicio, bien escrito, bien documentado y carente de toda evidencia.

P. H. Fawcett, A través de la selva amazónica, 395 p.
Biblioteca Grandes Viajeros, Barcelona, 2003.
ISBN 84-666-1105-3.

16 noviembre 2006

Ventanas y espejos (nada de ciencia, sólo una reflexión personal)

Antes, el objetivo era dejar hijos que continuaran la sangre familiar, una entelequia persistente. Ahora tal vez podamos ser más ambiciosos y aspirar a ser algo más que la máquina perpetuadora de nuestros genes (Dawkins dixit) ya que hemos inventado el más poderoso instrumento de inmortalidad: la escritura.
Pero no todo es tan fácil. Decía Borges que bastaba con un libro o unos pocos. Era mentira y él lo sabía y, al menos a mí, la sensación de lo inabarcable me desazona. Soporto mal que el tiempo se me acabe y los libros por descubrir no disminuyan.
Mis lecturas pueden dividirse en dos grupos. Las científicas son, paradójicamente, las que menos me descubren cosas nuevas. O al menos esa es la impresión que me dejan. A veces encuentras cuatro o cinco páginas memorables pero lo más frecuente es que en un buen montón de artículos sólo media docena de párrafos tengan vocación de permanencia. Cierto que debo leerlos porque es mi profesión hacerlo y lo hago con placer pero sin sorpresa.
A estas alturas de mi vida los mejores momentos vienen del otro grupo de lecturas. Las de los libros sacados casi al azar de un estante de la biblioteca las conocía hace tiempo. Las de esas cosas que llamamos blogs han sido una sorpresa reciente.
Frecuento blogs de varios tipos pero tengo media docena de los que siempre espero algo más, momentos de luz.
Son blogs que no estarán nunca en los primeros puestos de los rankings. Ni maldita falta que les hace. Tienen el feeling de algunas músicas, con entradas únicas, de cantautor, en un esforzada construcción verso a verso. Son a la vez una ventana y espejo, para asomarse desde dentro o para atisbar desde fuera, para reflejar al autor y, en momentos efímeros, al lector.
No creo en eso que llaman comunidades sociales en la "blogosfera", pero sí en las relaciones personales construidas en esta suerte de gota a gota que construye y alimenta los blogs. Raras relaciones, en la distancia, pero que disfruto como aquella vez, hace años, que conversaba con los guardas en Misiones mientras tomábamos mate y una tormenta inundaba las ruinas.
No dejeis de escribir.

Esto ya no es lo que era

Ya en unas cuantas entradas anteriores hablé largo y tendido sobre el estado de nuestras universidades y la sensación de desazón y desconcierto que reina en ellas por diferentes motivos. El fin de semana pasado me acerqué a Sevilla a recordar paisajes y recovecos. Allí, en una esquina roñosa, encontré lo que ven en la foto siguiente.


Les amplío el cartelito a continuación, por si alguien no reconoce las iniciales. Espero que no sea una premonición ;-)

14 noviembre 2006

Una visión moderna del servicio a la universidad

Lo primero que me llamó la atención fue la publicidad. Entras en la web y te encuentras con un “banner” animado anunciando un Opel Corsa al grito de c'mon (?). Mientras piensas qué diablos hace eso en un sitio como éste, las imágenes cambian ágilmente a un anuncio de Macbook con precios explícitos. El resto de la portada está salpicado por media docena más de vibrantes anuncios en Flash. Abajo del todo una lista de anuncios adsense de Google y todo el conjunto plagado por ad.es.doubleclicks. Una delicia.

Y preguntarán ustedes que dónde diablos me he metido. Se lo digo: en “el portal de 985 universidades” Universia.es. Y no, no pongo el enlace porque no me da la gana, cosa que comprenderán ustedes un poco más abajo.
Universia.es es una página web enlazada desde las portadas de un montón de universidades españolas e iberoamericanas. Por su nombre y su "filosofía" se deduce que es un portal universitario, sea lo que sea tal cosa. Yo lo entendería como animado por una mentalidad de servicio a la cultura, eliminando los vicios de los portales comerciales, posiblemente bajo licencia Creative Commons, etc. (bueno, eso lo supongo yo bajo mi misma y arriesgada mismidad).
Luego, buscando en la letra pequeña (muy pequeña) nos vamos enterando de la realidad.

Por ejemplo, es obligado registrarse para usar los servicios del portal (mensajería, correo, SMS, foros...), lo cual me parece razonable. Lo que ya me mosqueó fue que al entrar en el formulario de registro me encontré con que además del alias (otros lo llaman “nick”), nos piden nombre y dos apellidos, número del documento nacional de identidad, código postal de tu residencia y fecha de nacimiento.
Y yo, que ya estoy un poco harto de que me pidan descaradamente información sobre mis datos personales, me niego a identificarme hasta ese extremo. Especialmente, no creo que mi DNI o mi edad deba interesarle a Universia.es lo más mínimo.
Con la mosca detrás de la oreja, reviso tres pequeñas ventanas que aparecen debajo del formulario.
En la primera podemos leer 5 páginas de “Aviso legal”. Con un poco de dificultad porque la minúscula ventana sólo permite ver 4 líneas a la vez. Haciendo el impertinente scroll encuentro algunas perlas de las cuales sólo les transcribo unas pocas (las cursivas son mías):
...queda prohibida la reproducción, distribución, transmisión, adaptación o modificación, por cualquier medio y en cualquier forma, de los contenidos del Web del Portal Universia (textos, diseños, gráficos, informaciones, bases de datos, archivos de sonido y/o imagen, logos,…)...
"Portal universitario", uhmmm... Y yo que pensaba que iba a tener licencia Creative Commons, no se cómo puedo ser tan memo. Sigue:
El usuario, desde el momento que se registra en PORTAL UNIVERSIA, S.A., autoriza a esta empresa a ofrecer sus servicios de comunicaciones informativas y promocionales. En caso de no querer recibir este tipo de comunicaciones podrá revocar su consentimiento en todo momento a través de correo escrito a la dirección […cortado]
Traducción: autorizo a que me envíen spam y será necesario que renuncie expresamente mediante un correo para que me hagan el favor de no llenarme el buzón con publicidad no solicitada. Esto último, por cierto, es obvio porque es sólo reflejo de la legalidad.
PORTAL UNIVERSIA no garantiza ni se hace responsable, en ningún caso ni circunstancia, de los siguientes hechos y contenidos, ni de cualesquiera daños y perjuicios que pudieran, en su caso, derivarse de los mismos:
  • Falta de disponibilidad, continuidad, acceso, mantenimiento y efectivo funcionamiento de la web o/y de sus servicios y actualización, exactitud, exhaustividad, pertinencia, actualidad y fiabilidad de sus contenidos... [...]
  • La transmisión o/y existencia de virus, otros elementos o programas lesivos para el equipo de los usuarios que pudieran afectarlos, como consecuencia del acceso, uso o examen del sitio, o produjeran alteraciones en sus documentos electrónicos o ficheros.
  • Por el incumplimiento, por parte de terceros de sus obligaciones derivadas o contraídas en relación con los servicios prestados a los USUARIOS a través de PORTAL UNIVERSIA, así como por la falta de calidad, fiabilidad, adecuación a lo ofertado, licitud, utilidad y disponibilidad de los servicios prestados por terceros y puestos a disposición de los USUARIOS en este sitio.
Traducción: Universia.es usa masivamente la publicidad en su portal pero no se hace responsable de que sea real o engañosa, ni siquiera de los contenidos propios. Tampoco de que existan virus, troyanos o cualquier otra basura en su código o alguna de sus aplicaciones...
Pero no acaba aquí la historia. En la siguiente ventanita de 4 líneas bajo el título “Política de confidencialidad” encontramos que
El Usuario garantiza que los Datos Personales facilitados a UNIVERSIA son veraces y se hace responsable de comunicar a ésta cualquier modificación en los mismos. UNIVERSIA se reserva el derecho de verificar los mencionados datos a través de las universidades correspondientes.
¿Que mi universidad va a darle a Universia.es información sobre mí para que verifique mis datos personales? ¿Que Universia.es “se reserva el derecho” de qué?
UNIVERSIA queda expresamente autorizada a utilizar tales datos para finalidades comerciales y promocionales sobre sus servicios y productos. El usuario también acepta de forma expresa que sus datos puedan ser cedidos a otras entidades colaboradoras de UNIVERSIA, con las que ésta suscriba acuerdos de colaboración con fines comerciales con el fin de tener informado al usuario de los bienes o servicios que se comercialicen, aceptando el usuario la recepción de información por parte de estas sobre cualesquiera bienes o servicios que comercialicen directa o indirectamente, en el momento presente o en el futuro. Este consentimiento a la cesión de datos, tiene carácter revocable de conformidad con la legislación vigente.
La misma historia: Universia.es se considera autorizada a usar tus datos personales, previa verificación en tu universidad, para venderlos a quien quiera. Aún así, no crean, tienen un "código ético" donde encontramos alguna perla más, por ejemplo:
En cumplimiento de la normativa vigente, PORTAL UNIVERSIA ha adoptado las medidas y técnicas necesarias para mantener el nivel de seguridad requerido atendiendo a los datos personales tratados […cortado] No obstante, el USUARIO debe quedar informado y advertido a través de este aviso de que tales medios no son infalibles e inexpugnables y por tanto UNIVERSIA no puede hacerse responsable de tales prácticas.
Leyendo toda esta basura no acabo de entender como es posible que este portal lleve el nombre de Universia para hacerse pasar por un portal universitario. Tampoco entiendo como esta desfachatez se realizó y sigue realizándose con el apoyo de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En resumen, si quieren que sus datos personales (nombre, correo electrónico, DNI…) sean cedidos a cualquiera, si quieren ser inundados de correo basura, si quieren recibir publicidad y ofertas con calidad, licitud, etc. no contrastadas, todo desde unas páginas cuyos responsables no se hacen idem de nada, no lo duden, dense de alta en Universia, el portal de 985 universidades.

13 noviembre 2006

El "crank" y su circunstancia

No se pierdan la entrada de Pedro Terán en su blog de títulos efímeros (y adaptables a las circunstancias del país). Aparte del propio tema, con el que me he reido un buen rato, da la definición de "crank", concepto para mí desconocido hasta ahora pero muy aplicable a todos aquellos iluminados que pretenden hacernos creer los secretos de la vida les han sido revelados sin haber dado un palo al agua: artífices del movimiento perpetuo, resolvedores de la cuadratura del círculo, descubridores de las incoherencias de la teoría de la relatividad en sus experimentos de cocina...

10 noviembre 2006

Publicaciones científicas gratis para países en desarrollo

Una iniciativa necesaria

Las revistas científicas suelen ser caras, a veces carísimas. Science y Nature son la excepción, probablemente con la ayuda de su gran tirada, y la cuota anual es de unos $6 por número (sólo $100 al año si nos limitamos a la edición digital de sus 54 números).
En el otro lado están revistas como el International Journal of Remote Sensing cuya suscripción supone más de 6000 € al año (¡más de 500 € el número!). Esto no lo puede pagar todo el mundo, obviamente, con lo que se crea un abismo entre los países con dinero abundante y los demás. Hacer ciencia no es necesariamente caro (no todo es “gran ciencia”) pero sí es imperativo tener acceso a la bibliografía en cada área lo que supone un gasto de fondo continuo con una productividad segura pero indirecta.
La solución ha sido, al menos para mí, una sorpresa y se llama OARE | Acceso en Línea a Investigaciones Ambientales.

OARE es un consorcio patrocinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Universidad de Yale y un conjunto de 40 editoriales cientificas entre las cuales figura Elsevier, Blackwell, Taylor & Francis…

OARE se ha creado para permitir el acceso gratuito a unas 1000 publicaciones científicas desde un conjunto de países con muy bajo PIB per capita (<$1000). El listado incluye a Bolivia, Honduras y Nicaragua de los países de América Latina. El acceso desde estos países ya es efectivo desde el pasado octubre. El próximo año está previsto abrir el acceso a otros países “algo más acomodados” (entre $1000 y $3000 de PIB per capita) donde estarán Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Cuba (esperemos que aquí no funcione el embargo). Para estos no será gratis pero se promete un bajo coste.
¿Qué hay que hacer? De acuerdo con las instrucciones de la página web:

Las instituciones que deseen acceder al texto completo de artículos y usar las herramientas de búsqueda en bases de datos para investigación de resúmenes e información deben registrarse con OARE para recibir una clave institucional de acceso. Una vez terminado el proceso de registro, todos los empleados, personal administrativo, docentes, administradores y estudiantes de la institución podrán usar la clave para acceder a los recursos de OARE. No hace falta una clave de acceso para acceder a los resúmenes de las publicaciones.
En resumen: una magnífica noticia.

Otras dos iniciativas similares:
Hinari (OMS, acceso a más de 3000 revistas en el área de la sanidad)
Agora (AFO, acceso a 900 revistas en el sector agrícola)

09 noviembre 2006

Recovecos de Internet

De protocolos e identificadores en Internet, más una sugerencia para bibliografías

Sí, hoy es un apunte tecnológico. Menos bonito que el Tassili de hace unos días pero tal vez útil. Los protocolos son a Internet más o menos como los idiomas al lenguaje: diferentes formas de transmitir información sobre un mismo canal de comunicación.
Así, todos usamos el protocolo http para “navegar” y poder leer, entre otras cosas, estas páginas. Los diferentes navegadores nos permiten la tarea sin saber en realidad absolutamente nada del funcionamiento interno del protocolo. Lo mismo ocurre cada vez que accedemos a los correos en el servidor de turno, para lo cual suele usarse un protocolo específico llamado POP3.
Otro ampliamente utilizado es el ftp, diseñado para la transferencia de ficheros entre ordenadores. Probablemente el ftp sea el que menos ha cambiado ya que esencialmente sigue siendo el mismo que hace 30 años sólo que ahora ya no se ejecuta necesariamente desde una ventana de texto sino que hay aplicaciones que nos facilitan la tarea.
Los usuarios de a pie ya no conocemos ni usamos protocolos que hace años eran de uso obligado, como el telnet, que permite acceder remotamente y en modo texto a otro ordenador. Telnet sigue operativo tanto en Windows como en Linux aunque el modo de trabajo original ha sido sustituido por alternativas más cómodas.
Hoy les comentaré brevemente un pseudoprotocolo que puede resultarnos útil en nuestro trabajo si estamos interesados en el acceso a documentos a través de la red. Aunque parezca aburrido no abandonen todavía.

Supongan que hay un trabajo en la revista Emerging Themes in Epidemiology que se titula Migration and health: fact, fiction, art, politics. Si yo quiero recomendarles que lo lean, la opción más habitual es decirles que accedan a

http://www.ete-online.com/content/3/1/15

Esto es el URL, que define dónde está el objeto al que queremos acceder. O más bien, donde estaba cuando se escribió la dirección porque puede haber cambiado. En ese caso recibiríamos el famoso “404 File not found”.
El problema es que el sistema basado en URL no identifica al objeto sino al lugar donde está almacenado y ese lugar no es permanente por lo que es inadecuado para citas académicas de documentos y cualquier otra que deba perdurar. Los enlaces rotos son, además de una molestia, un feo síntoma de falta de atención y mantenimiento. Este problema cada vez es más grave y ha sido objeto de artículos específicos (ver citas al final).


Para superar este problema podemos utilizar los DOI, siglas de Digital Object Identifier, un identificador único, público y persistente de cada “objeto” existente en la red.
Encuentro que este cambio de URL a DOI tiene su utilidad en los trabajos científicos y muy especialmente en las tesis doctorales y en los curricula, donde los tribunales deberían tener acceso directo a los trabajos citados. Una cita completa podría ser algo así:
Tam, Clarence C., 2006, Migration and health: fact, fiction, art, politics, Emerging Themes in Epidemiology, 3:15. [DOI:10.1186/1742-7622-3-15]
La primera parte identifica perfectamente el trabajo mediante los campos clásicos pero para localizar el artículo habría que invertir un buen rato rastreando la revista, el número, etc. En los tiempos que vivimos podemos facilitarle la jugada al lector y añadirle el DOI. Es más, si las tesis doctorales y los curricula comienzan a editarse y distribuirse en CD de una santa vez, el DOI podría ser utilizado directamente para acceder al trabajo desde el propio ordenador añadiéndole el enlace adecuado.
¿Cómo se hace eso? Pues hay dos vías equivalentes. La más simple es teclear

http://dx.doi.org/
seguido del DOI. La dirección URL pertenece a la IDF (International DOI Foundation) y resuelve el identificador llevándonos directamente al documento. Por tanto:

http://dx.doi.org/10.1186/1742-7622-3-15

les llevará al artículo antes mencionado.
Pero puede ser más cómodo y fácil todavía si usan Mozilla Firefox como navegador ya que hay un pequeño aditamento de apenas 4 kb que hace la función de evitar teclear el URL. Se llama Mozilla Handle/DOI Protocol Handler y sirve para que la cosa funcione utilizando directamente:

doi://10.1186/1742-7622-3-15

Por la expresión parecería que DOI es un protocolo, por eso comencé el post hablando del http, ftp.... En realidad no lo es, es sólo una especie de alias, pero nos da igual: es un recurso útil que se ha generalizado hasta el extremo de que CrossRef, por ejemplo, ha superado los 20 millones de DOI en apenas 6 años.
Yo he decidido, a partir de ahora, completar mis referencias, anímense. La mayoría de los que lo lean no sabrán qué es pero no importa, queda muy moderno :-p


Bibliografía sobre el “problema 404”

Wren, J.D. (2004) “404 not found: the stability and persistence of URLs published in MEDLINE” Bioinformatics, 20: 668-672. [http://dx.doi.org/10.1093/bioinformatics/btg465]

Lawrence, S. et al. (2001) “Persistence of Web References in Scientific Research” Computer, 34: 26-31. [http://dx.doi.org/10.1109/2.901164]


Actualización: otra opción que acabo de probar es añadir el buscador de DOIs a la barra de buscadores de Firefox que aparece en la esquina superior derecha del navegador. Para hacerlo sólo hay que cargar la extensión OpenSearchFox y, tras reiniciar el navegador, abrir la página http://dx.doi.org/, pinchar en la ventana de búsqueda con el botón derecho y elegir "Añadir buscador OpenSearch". El resultado es un nuevo "motor de búsqueda":


07 noviembre 2006

Rematando la faena

O cómo barrer una cultura del mapa y de la historia.

Hay formas de destruir un país. Una bastante eficaz es bombardear las infraestructuras de comunicación, los centros de producción de energía y los hospitales. El daño es enorme pero no es completo. Tan importante como lo anterior, o más, es destruir la cultura, las raíces y la historia.
En Iraq la eficacia es impresionante ya que el saqueo del Museo de Bagdad fue inmediato tras la entrada de las tropas de los EE.UU. en la capital. La quema de la Biblioteca Nacional, de los Archivos y de la Biblioteca Coránica vino apenas unas horas después. Todo ocurrió en abril de 2003 y entre los centenares de miles de libros y documentos que se perdieron estaban, por ejemplo, los originales de Averroes o las más antiguas traducciones de Aristoteles al árabe.
Hubiera sido suficiente tal vez, pero hay perfeccionistas a los que no les gusta dejar las cosas a medio hacer. Siguió el saqueo de las excavaciones y luego se pasó a una fase más animada: la caza de escritores, científicos y, en general, cualquiera que pueda poseer algo de ese peligroso atributo que se llama cultura.
El último ha sido Isam Kadhem F. al-Rawi, fundador y presidente de la Iraqi Association of University Lecturers, geólogo en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bagdad.


Un tipo que hablaba con frecuencia de los riesgos del extremismo religioso y que fue asesinado a tiros hace apenas 7 días al salir de su casa. No sé si era bueno, malo o regular. Ni me importa demasiado. En una de sus declaraciones denunciaba la cacería:
"Assassins are targeting Iraqi university professors in a coordinated, liquidation process to force well-known scholars to leave the country and thus hinder the country's reconstruction."
No ha sido el único, sólo el último. En junio de este año se descubrió una lista con 461 nombres de personas que debían ser asesinadas: científicos, ingenieros, periodistas... Ya antes, desde abril de 2003, había sido comprobado el asesinato de unas 200. Añadamos otros tantos desaparecidos y unos miles de exiliados. La aparición de la lista revela que estas muertes no son casuales dentro de la extrema violencia que impera en Iraq sino resultado de una estrategia de profundizar en la destrucción e impedir cualquier recuperación cultural.
Para terminar les comentaré que no tengo espíritu gremial y estas muertes no me parecen mejores ni peores que otras, pero sí me preocupa la pérdida de la memoria. Por ese motivo me conformo hoy con llamar la atención sobre los intentos para barrer un país del mapa y de la historia.

05 noviembre 2006

Jirafas, satélites y arena, mucha arena

En medio del Sahara se encuentra un macizo montañoso llamado Tassili-n-Ajjer (las transcripciones varían). Está en Argelia aunque creo que aquí las fronteras son, más que nunca, entelequias humanas. En los recovecos de este paisaje extraño que se extiende como una franja rocosa de 50 km de anchura a lo largo de 800 km se han catalogado más de 15000 pinturas y grabados, lo que lo convierte en la más importante galería de arte antiguo del mundo. Las más antiguas se han datado en 8000 años (6000 A.C.) y una selección puede verse en Les sites du Sahara central.

El rectángulo encuadra el macizo Tassili-n-Ajjer

Este lugar fue descubierto para Europa por Henri Lhote que hizo su primer viaje al Tassili en 1935 pero no fue hasta la década de los 50 que hizo el primer estudio sistemático de los grabados y pinturas acompañado de fotógrafos y pintores. Podríamos preguntarnos qué hacen todas estas pinturas aquí, en medio de unas rocas perdidas en el mar de arena. La pregunta todavía es más pertinente cuando encontramos que se representa una fauna donde aparecen gacelas, elefantes, avestruces, jirafas... hipopótamos. Además de escenas de caza, bueyes, vacas, carros...


Es obvio que algo ha cambiado y que ese lugar no siempre fue lo que ahora, el centro de la nada. Esta suposición tiene su historia pero hoy sólo les enseñaré la imagen que dió la primera respuesta. El 12 de noviembre de 1981 un sensor bautizado SIR-A despegó a bordo de la lanzadera Columbia. SIR son las siglas de Shuttle Imaging Radar, un radar que estuvo tomando imágenes de la Tierra durante apenas dos días desde 260 km de altura.Algunas de ellas fueron sobre el Sahara:

Imagen tomada del Remote Sensing Tutorial

La parte coloreada es una vista más o menos convencional tomada por el satélite Landsat y muestra en un color bastante saturado el mar de arena que cubre esta enorme zona. La parte central, en tonos grises, está tomada por el SIR-A y descubre lo que la arena oculta. Las microondas (este radar funciona en los 1.275 Ghz) pueden penetrar en la arena incluso más de 5 m siempre que la humedad sea mínima. Esta capacidad de devolver ecos del subsuelo es suficiente para mostrar que, bajo el actual paisaje se esconde una antigua red fluvial. Hubo ríos aquí hace tiempo pero, como al ejército de Cambises, los cubrió el mar de arena hace milenios. En efecto, árboles y pastos cubrieron el Sahara, lo que permitió el poblamiento, la agricultura y la existencia de la fauna representada en las viejas pinturas rupestres.

¿Cuando ocurrió este gran cambio? Algunos trabajos se han ocupado de ello. Uno de ellos habla de un sistema fluvial de unos 800 km de longitud en el Sudeste del Sahara que fluía hacia el Nilo: el Wadi Howar. Restos de fauna típica de sabana permiten decir que este valle era fértil hace menos de 4000 años. Otro menciona que la zona es compleja y en modo alguno homogénea: el Gran Mar de Arena parece existir desde hace al menos 25000 años aunque hay evidencia de arenas aún más antiguas, hasta 86000 años, en la actual Túnez. Otros muestran que hace 9800 años comenzó una época húmeda en Egipto y Sudán que finalizó hace unos 5000-6000 años. Una realidad compleja.

Algunos autores (El-Baz 1998 por ejemplo) dicen que la arena tiene su origen primario en la erosión fluvial sobre las masivas areniscas del Sur en las épocas húmedas. Las arenas han rellenado las depresiones preexistentes que probablemente representaron extensas zonas de agua en los periodos húmedos. El Gran Mar de Arena (72000 km2) a caballo entre Egipto, Libia y Sudán muestra numerosos wadis (valles) secos que discurren desde las montañas de areniscas del Sur (Oweinat y la meseta de Gilf Kebir). Según este autor, el cambio climático descubrió estos sedimentos y los expuso a la erosión eólica. Este segundo efecto, propio de la época más seca, hace intervenir los vientos que en esta zona son preferentemente del NE y que modelan las dunas que hoy conocemos.

Ha sido necesario esperar hasta hace apenas unos meses para que se analice una zona amplia, buscando el diseño de la red fluvial olvidada. Robinson y colegas (2006) lo han hecho sobre una extensa zona del SE de Libia mediante imágenes tomadas por el Radarsat-1 canadiense y han delineado dos grandes cuencas fluviales que se extienden más alla de los 347000 km2 cubiertos por las imágenes. Los autores comparan morfológicamente la gran cuenca con la actual del Río Negro del Amazonas, con la salvedad de que el canal africano era 4 veces más ancho. Los dos paleocauces confluyen en el actual oasis de Kufra, en Libia.


Mapa de la red fluvial oculta por el actual desierto [pulsar para ampliar]

Lo antiguo y lo nuevo se unen otra vez para dar respuestas a viejas preguntas.

Algunas referencias:
El-Baz, F. (1998), Sand accumulation and groundwater in the eastern Sahara, Episodes, 21(3): 147-151.
Haynes, C.V. (2001), Geochronology and climate change of the Pleistocene-Holocene transition in the Darb el Arba'in Desert, Eastern Sahara, Geoarchaeology, 16(1): 119-141.
Mathieu Schuster, M. et al. (2006), The Age of the Sahara Desert, Science
, 311: 821.
Robinson C.A. et al. (2006) , Use of radar data to delineate palaeodrainage leading to the Kufra Oasis in the eastern Sahara, Journal of African Earth Sciences, 44 (2): 229-240.
Williams K.K. y Greeley R. (2001), Radar attenuation by sand: laboratory measurements of radar transmission, IEEE Transactions on Geoscience and Remote Sensing, 39 (11): 2521-2526.



02 noviembre 2006

Una de romanos

Pequeña historia de una excursión arqueológica

Ayer fuimos a conocer un dolmen que está apenas a media hora de coche de donde vivimos. La experiencia fue de pesadilla. Las más o menos venerables piedras (unos pocos miles de años) rodeadas de coches, mesas plegables, adolescentes en plena berrea, no tan adolescentes con motos de dos y cuatro ruedas... Por ese motivo no les voy ni a mencionar el pueblo porque no se merecen ninguna promoción.
La publicidad nunca fue buena para los restos arqueológicos, al menos en un país como el nuestro, analfabeto funcional, donde las paredes de la Universidad Cisneriana, fundada en 1499, aparecen de vez en cuando pintadas con lo que ahora se ha venido en llamar arte urbano.
En fin, para resarcirme les voy a contar una menos conocida y que deja mejor sabor de boca. Saben que Mérida es el nombre moderno de Emérita Augusta, una ciudad fundada por orden de Octavio Augusto hace 2031 años para acoger a los veteranos de las legiones romanas, retirados tras las Guerras Cántabras.
En estos tiempos, Mérida sigue recibiendo muchos turistas atraidos por los monumentos y restos que las guerras o el simple vandalismo han dejado sobrevivir. Pero el viajero curioso puede encontrarse con algunas sorpresas si se sale del circuito oficial. La foto de abajo corresponde con las afueras de la ciudad y puede observarse como sobresalen de los campos unas formaciones claramente artificiales.


De cerca podríamos ver que son como brocales de poco tapados con una gran piedra, a veces cuadrada, otras veces circular. Algunas de ellas están desplazadas y entonces podemos asomarnos a ver si desvelamos la naturaleza de estas construcciones. Abajo lo tienen: un pozo formado por piedras de buena factura y al fondo agua. Pero no estancada sino corriente, una lámina de agua de unos centímetros que circula a 3 o 4 m bajo la superficie del terreno.


Estos pozos pueden seguirse durante un largo rato según nos alejamos de la ciudad. A unos 4 km encontramos una estructura algo diferente.

A la izquierda aparece el brocal del pozo de turno, algo mayor que los vistos hasta ahora, unos 60 desde que iniciamos la marcha. A la derecha encontramos algo distinto: el hueco del suelo da acceso a una escalera. Una docena de grandes escalones nos llevan hasta el pozo.

Y aquí, finalmente, descubrimos el misterio (¡qué gran programa podría hacer alguno sustituyendo "romano" por "atlante" o algo así!): los pozos son respiraderos de un canal subterráneo que recorre varios km llevando agua hacia la ciudad.

Estos canales (hay varios) están perfectamente conservados. El de la foto mide unos 70 cm de ancho y unos 170 cm de alto, algo incómodo de recorrer si el camino es largo. Formaban parte de un complejo sistema de abastecimiento de agua potable que servía a la Emérita Augusta. Esta ciudad recibía agua de dos embalses importantes: Cornalvo y Proserpina, ambos aún conservados, mediante canales y acueductos. Pero también se trazó un árbol de canales subterráneos que, además de conductores, eran captadores: el agua se filtraba a través de la obra y poco a poco el caudal creciente era conducido a cisternas y pozos de decantación antes de ser distribuida a la población. Estos canales aún funcionan (las fotos están tomadas en época de sequía) y fueron construidos justo al lado o por debajo de los riachuelos de la zona.
Lamentablemente, en Mérida sólo se ha conservado intacto lo que se desconoce. Otro día hablaremos de algunas barbaridades cometidas desde las propias administraciones pero, por hoy, quedémonos con la sensación de haber conocido un lugar que ha sido poco visitado en los últimos dos mil años.
Grab this Widget ~ Blogger Accessories
 
º