En enero os contábamos los rumores de que Google podría estar desarrollando un sistema artificial entrenado para poder superar con éxito el test de Turing, y crear así la primera máquina realmente inteligente.Y como he logrado recuperarme del ataque les invito a repasar brevemente la cuestión y ya me contarán sus opiniones.
Alan Mathison Turing propuso su test en un trabajo titulado Computing machinery and intelligence, publicado en la revista Mind en 1950.
El artículo comienza fuerte: I propose to consider the question, ‘Can machines think?’ Y ya en la primera página propone su “juego de imitación” como herramienta para responder a la pregunta. Posteriormente se han propuesto variantes del juego pero la explicada en la Wikipedia se entiende perfectamente:
La prueba consiste en un desafío. La máquina debe hacerse pasar por humana en una conversación con un hombre a través de una comunicación de texto estilo chat. Al sujeto no se le avisa si está hablando con una máquina o una persona. Si el sujeto es incapaz de determinar si la otra parte de la comunicación es humana o máquina, entonces se considera que la máquina ha alcanzado un determinado nivel de madurez: es inteligente.Llegados aquí es importante distinguir entre dos cuestiones muy diferentes porque si no lo hacemos llenaremos de ruido la discusión. Y es que Turing hace algo de trampa: plantea la pregunta ¿pueden pensar las máquinas? pero no la responde sino que propone el test como vía de solución llevando las cosas a escenarios más controlables. Esta actitud genera la segunda pregunta ¿permite el test de Turing responder a la cuestión inicial? Y Turing y sus estusiastas intentan convencernos de que la segunda es equivalente a la primera.
Debo confesarles que siempre he pensado que el TT es una tontería y representa una rama del conductismo desprovista de verosimilitud. Pero también debo suponer que si tanta gente se ha pasado años discutiendo del asunto algo habrá que se me escapa. En cualquier caso, un conductista de esta secta diría que al ser indiferenciables los comportamientos, la base subyacente es la misma. Por ejemplo, entre los escritos entusiastas que he encontrado hay uno que lo expresa con claridad señalando
“si algo hace X es porque tiene la facultad, o la capacidad, o la posibilidad, o la aptitud de hacer X”Lo cual me parece una frase interesante pero que no se ajusta a lo que en realidad ocurre en el TT por dos razones simples:
- Cuando observamos las respuestas sólo estamos observando un efecto de su comportamiento, no el comportamiento en sí.
- Nuestras herramientas de observación son incompletas, sesgadas y parciales lo que sólo permite en la prueba hacer una interpretación igualmente incompleta de lo observado (el efecto) cuya extrapolación a la causa es un ejercicio de fe, no de razón.
Un contraejemplo que tal vez sea interesante es la simulación de organismos vivos (bacterias, por ejemplo) mediante programas de “vida artificial”. Ahora mismo es perfectamente posible ver en una pantalla la evolución de “organismos”, su crecimiento, sus interacciones y su división reproductiva sin que podamos distinguir si estamos observando organismos reales o virtuales. ¿Significa eso que hay vida detrás de esa pantalla?
Independientemente de mi incapacidad para darle trascendencia al test, el propio Turing plantea varias objeciones al mismo para luego demolerlas con estusiasmo. Las objeciones son banales y fácilmente refutables salvo la primera, que Turing llama desafortunadamente “objeción teológica”. Digo desafortunamente porque esta objeción está relacionada más bien con una concepción dualista donde los dioses pueden estar ausentes: el pensamiento es una propiedad del espíritu luego la superación del test es a) esencialmente imposible si el test es correcto o, b) irrelevante si el test se supera porque implicaría que hay un error en el proceso.
El problema de esta parte de la discusión es que en el planteamiento de las objeciones hay una constante confusión entre la pregunta original y la secundaria. A pesar de todo y desde mi inexperiencia en estas cosas, quiero aportar la mía a la que he llamado la “objeción de ET” y que, de nuevo, estoy seguro que no es original. Es breve: el test de Turing se basa en una concepción antropocéntrica que supone que, caso de desarrollarse una inteligencia, sería una réplica de la humana. El test sólo mediría, en el mejor de los casos, la propiedad de inteligencia "tipo-humano" que la máquina es capaz de trasladarnos. Y podemos proponer que si una máquina fuera inteligente y se sometiera al TT, en realidad sólo estaríamos observando los resultados de una interfaz comprensible para nosotros pero no “nativa”. Si la máquina quisiera que le diéramos por superado el TT tendría una doble carga: ser inteligente y desarrollar una interfaz que pudiéramos entender e imitara eficazmente nuestra forma de comunicarnos. Una emulación en cualquier caso que hace que el TT carezca de sentido.
Y aviso, anticipándome a posibles respuestas ya conocidas, que lo mio no es una objeción defensiva porque soy materialista y creo, hasta que alguien me demuestre lo contrario, que el pensamiento es sólo una propiedad emergente de la complejidad.
Nota final para tocar los bemoles: ¿está el test de Turing de moda en otros ámbitos? Por ejemplo, los polícias que mataron a Jean Charles de Menezes en Londres el 22 de julio del 2005 lo hicieron como consecuencia de un siniestro TT: observaron al joven, interpretaron que se comportaba como un terrorista luego era un terrorista. El resultado ya lo conocemos. Lo que sugiere que no todo el mundo es lo que parece ser.
Por terminar menos serio ¿quién se anima a hacer el TT a un Replicante Nexus-6? Acuérdense de cómo termina la prueba
- Holden: Sólo son preguntas, Leon. En respuesta a la suya, le diré que me las dan escritas. Es un test hecho para provocar una respuesta emocional. ¿Quiere que sigamos? Descríbame con palabras sencillas sólo las cosas buenas que le vienen a la mente... acerca de su madre.
- Leon: Le voy a hablar de mi madre... (disparos)