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29 abril 2011

Memoria de dos días en cuatro fotos

He estado fuera estos días en una reunión técnica con la gente que hace modelos regionales de cambio climático. Aparte de lo discutido (por cierto, es un placer hablar con los que realmente saben de este tema), tomé algunas fotos como ilustración del viaje. Si hiciéramos esto todos los días, una o dos fotos sobre lo más destacado o característico que vemos o que nos pasa, nuestra memoria no tendría caducidad.

Con el km 0 en Roma, el Imperio construyó una densa telaraña de calzadas de varias decenas de miles de km. Hace unos dos mil años esta vía comunicaba las dos vertientes de la Sierra de Gredos a través del hoy llamado Puerto del Pico.  
Mojón, tal vez medieval, en el Puerto del Pico. Al otro lado hay uno gemelo que señala la distancia a Ávila: 10 leguas. La legua, en este caso, equivaldría a unos 5,6 km.
Ya saben donde ir si buscan y no encuentran. Los hijos divinos son hoy 73 (llegaron a 500 en 1950) y están a apenas 30 km de Ávila.
Tormenta sobre la Sierra de Montánchez.

15 julio 2010

De vuelta de Ecuador

Ya hemos vuelto. Dos días de viaje, cinco de trabajo y uno de asueto. Ese último día bastante aprovechado pero de ambiente errático: nubes, algo de sol, lluvia, sol, nubes, granizo, nubes... así una y otra vez. Por suerte, por la tarde el objetivo de la excursión se dejó ver.
Les pongo abajo alguna foto (pinchen encima para ampliar). Si quieren verlas todas en tamaño grande (y descargarlas si les apetece) visiten la colección de Flickr.








La zona que visitamos es la del Cotopaxi, un volcán activo con 5900 m de altura situado casi en el Ecuador (0°40'38" S). Le rodea una zona de páramo a veces salpicada de piedras, otras cubierta de un pasto ralo que mantiene a caballos asilvestrados y al escurridizo venado de páramo. Las nieblas frecuentes acentúan el extraño aspecto de este paisaje, así como las nubes de tormenta que continuamente aparecen y desaparecen. El Cotopaxi está fotografiado por su lado Este, el único que se dejó ver ese día de vez en cuando. La capa de hielo es permanente y aparece a partir de los 5000 m aproximadamente. Su diámetro en la base es de unos 20 km, con laderas entre los 30 y los 35º de pendiente. Las erupciones más violentas en tiempos históricos fueron en los años 1744, 1768 y 1877, dejando esta última varios centenares de muertos. Desde entonces se han producido algunas explosiones y fumarolas sin consecuencias.

31 enero 2010

El bosque de los arrayanes

Hago fotografías desde hace mucho aunque debo reconocer que nunca fui un artista y si hay alguna destacable se debe más a la casualidad que a mi técnica o visión de la jugada. Fruto de esos años tengo un montón de diapositivas que sólo recientemente he decidido digitalizar poco a poco. A ratos les iré poniendo algunas de lugares interesantes que supongo aún pueden ser visitados.
El primero está en Argentina, en la llamada península de Quetrihué, que penetra sobre el lago Nahuel Huapi. Era un día frío y húmedo de primavera y llegamos allá en una lanchita que atracó en un precario muelle de madera. Apenas a unos metros comenzaba un extraño bosque de árboles de color naranja por el que ya entonces se circulaba sobre una pasarela para evitar daños. Ese árbol es el arrayán, de nombre científico Luma apiculata, que allá supera a veces los quince metros de altura. De crecimiento lento, dicen que ha tenido problemas en estos últimos años por las visitas masivas. Por suerte no fue nuestro caso y pudimos disfrutar del fantasmal y silencioso ambiente del lugar sin demasiada compañía.
Aquí les dejo un par de imágenes de aquel día que espero puedan transmitir el ambiente del lugar.

 Costa de la península de Quetrihué.

 Bosque de arrayanes

  Bosque de arrayanes
  Rebrote desde la base de un árbol

28 diciembre 2009

Crónica escrita de La Habana: monedas y monedas

No me gusta llegar a ciudades desconocidas de noche, probablemente es un reflejo condicionado por bastantes noches que pasé hace años haciendo auto-stop y donde el tránsito nocturno por las carreteras era tan necesario como deprimente. Aquí era inevitable pero además Iberia me obsequió con una hora más de retraso a añadir a las 10 horas necesarias para cubrir el trayecto. Eché de menos los asientos de Aeroméxico de una semana atrás, con algo más de espacio entre ellos y piadosamente algo más anchos (qué importantes llegan a ser unos centímetros al cabo de cinco o seis horas).

Aterrizamos a las 22 h locales, las 3 de la madrugada según reloj interno. ¿Es la primera vez que viene?­ —me preguntó una chica uniformada en el tercer control­—. Sí —contesté—. ¿Me puede hacer un favor? Claro ¿qué necesita? —ya empezamos, pensé—.

Aquí conviene una pausa. Favores en los viajes me han pedido unos cuantos, inocuos a veces y no tanto en según qué sitio. Por ejemplo, aquella chica marroquí que quería que le pasara a España un paquete envuelto en papel marrón y abundante cinta adhesiva que contenía, decía, pantalones para unos parientes suyos. O aquél sujeto en Bogotá que, argumentaba que no podía pagar el exceso de equipaje y que seguro que a mí me quedaban aún unos kilos disponibles en la maleta.

En este caso la cosa era menos evidente: la uniformada de espléndida sonrisa me pedía un billete de cinco euros a cambio de 5 pesos, el “cambio aproximado”, explicó. En fin, un pequeño peaje para salir del aeropuerto con más rapidez. Dije que sí, por supuesto, con la consiguiente pérdida de un euro y medio en la transacción. Bienvenido a Cuba, me dijo.

Por suerte ese fue el único detalle algo chungo de mi visita y se relaciona con el tema que hoy les cuento y con la pregunta ¿merece la pena intentar ese cambio fraudulento? Resulta que sí, que merece la pena, algo que se debe a una peculiaridad del sistema económico cubano: la existencia de dos monedas diferentes, derivada a su vez de la necesidad de que convivan dos mundos paralelos.

Verán abajo un par de billetes escaneados. Aparte de que están retocados para que no sean muy fieles al original hay una sutil diferencia entre ellos. Fíjense que el primero indica veinte pesos y el segundo un peso. Sin embargo, el primero vale menos que el segundo y en según qué sitios no podría siquiera usarse. La pista necesaria para resolver el "misterio" está en el rótulo que aparece debajo del valor en el segundo billete y que dice "pesos convertibles" (pulsar encima para ampliar).

El caso es que en Cuba existen simultáneamente dos monedas distintas, los pesos cubanos (moneda nacional) y los pesos convertibles o "CUC". El propio Banco de Cuba reconoce que esta doble circulación de monedas es una dificultad para la planificación monetaria y de hecho crea dos mundos diferentes. Por un lado, las transacciones en tiendas no agrícolas, los bienes y servicios turísticos y el propio combustible de vehículos se hacen en CUC. Por otro, en el mercado interno, fuertemente subvencionado por el Estado, se usan los pesos cubanos, moneda en la que cobra la mayoría de la población. Como podía suponerse, ambas monedas tienen un valor distinto y 1 peso convertible es oficialmente igual a 24 pesos cubanos en la compra y 25 en la venta. La norma es que el visitante debe cambiar su moneda por CUC para poder manejarse por Cuba y una pequeña fracción en pesos cubanos para algunos usos como propinas de aparcamientos o taxis populares. Todas las monedas fuertes se aceptan sin problemas y el euro en estos momentos se cambia por 1.33 CUC aproximadamente. Sin embargo, llevar dólares estadounidenses no es una buena idea ya que su cambio está penalizado con un 10%. También pueden usarse tarjetas de crédito en los lugares turísticos con la excepción de las emitidas por bancos de EE.UU., que no están admitidas.

Mercado en La Habana

Cobrar en la moneda nacional es equivalente a estar excluido de todo el entramado comercial que opera en CUC ya que los precios son un auténtico disparate para el ciudadano cubano. Por poner un ejemplo, el salario medio en Cuba supera un poco los 400 pesos cubanos y el de un licenciado universitario anda por los 700, algo menos de 30 CUC en este último caso. En el ámbito de los titulados superiores he conocido gente que cobra más (hasta 1200 pesos) o menos (hasta los mencionados 400). Dado que una comida tipo "plato del día" (no a la carta) en un restaurante normal (no de lujo) en La Habana está entre los 8 y los 10 CUC (190-240 pesos cubanos), es fácil entender que se trata de un servicio dirigido solamente al visitante que llega con moneda fuerte, no para el ciudadano local.

Otra consecuencia que se deriva del doble mercado es que en la realidad el cambio del CUC es ficticio ya que está fijado de forma artificial desde el Estado, que parece manejarlo en mi ignorante opinión como un arancel ante la entrada de divisas y para hacer acopio de monedas fuertes utilizables en el mercado internacional.

La doble moneda hizo su aparición en 1993, cuando se despenalizó la tenencia de divisas y se permitieron las cuentas bancarias en dólares como reacción a la hiperinflación derivada de la enorme crisis de esos años en Cuba. A la entrada del dólar en la economía se sumó la apertura a inversiones extranjeras, lo que permitió hacer frente a la pésima situación económica. Aunque la economía local siguió funcionando en pesos cubanos, el dólar circulaba como moneda alternativa en transacciones, compras y ventas de cierta entidad. Esto generó también problemas ya que hubo empresas que trabajaban en dólares mientras que otras, especialmente las dependientes del Estado por economía o por regulación siguieron con los pesos.

En el año 2003 las cuentas en dólares se convirtieron progresivamente a CUC, una moneda que existía ya antes pero que era marginal hasta ese momento. Todo el mercado fuerte pasó a trabajar en CUC y el dólar desapareció de la circulación nacional. Desde entonces, la doble moneda persiste al no equilibrarse el mercado interno con el externo. El coste social ha sido grande para los que no tienen acceso al peso convertible mientras que en sectores económicos relacionados con el turismo surgen oportunidades de lucro desproporcionadas respecto al mercado interno. Por otra parte, el cambio obligado a CUC permite aumentar la reserva de divisas y tener una garantía más fiable para el comercio exterior, reticente a operar con el peso cubano, cuya exportación está prohibida y que no cotiza en mercados internacionales.

Los cubanos esperan que la promesa, hecha hace ya mucho tiempo, de que el peso cubano y el CUC acaben convergiendo llegue a ser una realidad. Por ahora no parece que esté próximo dicho acontecimiento ya que el cambio se mantiene fijo y la economía cubana no logra hacer despegar la moneda nacional. Mientras tanto, la gasolina "especial" supera 1 CUC por litro y el alquiler de un coche pequeño anda por los 50-70 CUC diarios. En contraste, un autobús urbano cuesta apenas 0,40 pesos cubanos y un taxi popular (los "almendrones") son 10 o 20 pesos cubanos según el trayecto.

Los almendrones son viejos coches de los EE.UU. que se usan para transporte público y donde la gente sube y baja durante los trayectos para llevar el coche siempre lleno. El coche de la foto es particular (lleva matrícula amarilla) pero es uno de los múltiples modelos que circulan por La Habana, un auténtico museo del coche estadounidense de décadas atrás.

15 diciembre 2009

01 diciembre 2009

Reunión en México

Como aparece en los comentarios del post anterior, he tenido una temporada muy saturada lo que me ha obligado a dejar el blog en espera. Por suerte la cosa parece que mejora. Desde el verano he estado preparando el informe final de un proyecto que ya les comenté hace un tiempo en ¿Cómo será de verde la Península en 2100? y en EnRedados. Dicho proyecto ya está entregado y el wiki donde se explica todo se hará público en enero, ya les iré comentando algo de los resultados. Por otra parte, he tenido un viaje en noviembre cuya preparación también me ha tenido ocupado y este próximo domingo me voy de nuevo. Para entretener la espera hasta que me asiente de una vez les pongo aquí algunas fotos del viaje pasado, tomadas en el día de asueto donde salimos a pasear cámara en ristre. En esta ocasión es fácil saber cual es el sitio. Si les gusta la muestra, les animo a echar un vistazo al álbum en Flickr.




Vista general de la fachada de la Catedral de México. Está construida uniendo dos fotogramas con lo cual el tamaño final es de 3309 x 3259 píxeles (disponible en Flickr). Como no usé trípode no fue posible que los bordes superior e inferior encajaran correctamente. Las fotos anteriores son de un pueblo llamado Malinalco, donde parece que informaron al emperador mexica Moctezuma que habían llegado unos hombres blancos a las costas orientales de sus dominios.

08 julio 2009

Recuerdos de viaje

Como les comenté, he estado fuera unos días lo que me ha obligado al abandono temporal del blog. Para compensar les dejo aquí con unas pocas imágenes. No es un reportaje ni un catálogo, sólo momentos que ya pasaron. A ver si al fin de semana saco un rato por fin, vuelvo a tomar el pulso del blog y les cuento algo con sentido. Gracias por esperar.
Todas las imágenes son mayores que lo que se ve aquí, pueden pulsar encima para ampliarlas.









28 junio 2009

Un contratiempo y una noticia absurda

Bueno, hoy les mezclo rápidamente dos mininoticias. La primera es que tenía que estar volando hace una hora por aquello del viaje que les comenté en Emulando al coronel Tapioca. Pero no, tras levantarme a las 5 y media de la madrugada y viajar 350 km hasta el aeropuerto de Barajas (Madrid) nos dicen que el vuelo se ha cancelado porque no tienen aviones para hacerlo (sic). Pero no hay problema, en vez de hoy a las 13 h nos juntarán con otro vuelo cancelado mañana y saldremos en un 747-300 a las 21 h. Treinta y dos horas de espera para 11 horas de viaje. Además de llegar tarde a nuestro encuentro, aterrizaremos a las 3 de la madrugada del martes. Sin comentarios.
Lo otro es peor. A SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas) se la han metido. Se nota que sus filtros no dan para distinguir al 100% la ciencia de otras cosas. La noticia es la celebración de un curso (por llamarlo de alguna manera) donde se hablará entre otras cosas igualmente divertidas de "la reversión de la posición no-cefálica en la presentación del feto con moxibustión" del "abordaje terapéutico de la fibromialgia con auriculomedicina" o de la "utilización de los oligoelementos según la Medicina Tradicional China en el tratamiento del insomnio". Estupendo. Voy a plantear un curso de curación del estrés por imposición de manos en el aeropuerto a ver si tengo suerte y me forro. Que lo pasen bien.

18 mayo 2009

Emulando al coronel Tapioca

O la biodiversidad me mata

Me voy de viaje en unas pocas semanas. Aparte de lo habitual, éste requiere algunos pequeños complementos que les cuento para desahogarme:
  • para empezar, un chute de Stamaril, una vacuna contra la fiebre amarilla con virus vivos atenuados de la cepa 17D, cultivados en inocentes embriones de pollo. Para ello hay que ir a un Centro de Vacunación Internacional que, en mi caso, me queda relativamente cerca, en Badajoz. Dos horas de gestiones, 10 segundos para la inyección y 5 días de efectos secundarios.
  • para seguir, Vivotif, contra la fiebre tifoidea. Interesante su contenido según el prospecto: Salmonella typhi cepa Ty-21a, gérmenes atenuados vivos y Salmonella typhi cepa Ty-21a, gérmenes vivos (¿sin "atenuar"? Glups...). Eso sí, garantizan un mínimo de 3x10^9 gérmenes de pura cepa, rechace imitaciones.
  • un complemento siempre recomendable: una dosis de 40 UI de toxoide tetánico para prevenir esa infección especialmente desagradable que se llama tétanos. UI son las siglas de unidades internacionales, que no se cuanto son pero tratándose de toxoide tetánico seguro que demasiado. Menos mal que ya estaba vacunado de esto aunque, pensándolo bien, igual tengo que ponerme una dosis de recuerdo porque hace nueve años de la última.
  • casi finalmente, una inyección de Havrix 1440, con virus de la hepatitis A (HM 175) inactivado (bieeen...).
  • en su momento, antes, durante y después del viaje, una pastillita diaria de Malarone siempre a la misma hora, preventivo contra la malaria como su propio nombre sugiere. La suerte es que, según el médico, es nuevo y se tolera mejor que las alternativas anteriores.
  • y dado que algunas otras putadas de gran calibre son responsabilidad de bichitos como el de abajo, y a falta de un perro lobo o tiranosaurio que me defienda, habría que echarse Relec Extra Fuerte (cada 6-8 horas). Hay que tener cuidado si llevas gafas porque corroe el plástico. O, si quieres oler algo mejor, Halley Repelente (cada 4 o 5 horas, todo tiene su precio). ¿Por la noche? Mosquitera, supongo.
¿Será para tanto? Creo que no pero mientras pasa el tiempo llevo una semana tirado por las reacciones a las vacunas. No somos ná.

Aedes aegypti hembra en plena faena

17 mayo 2009

El lugar más inaccesible del mundo

No, no se trata de la Isla de Pascua, ni de Bouvet, ni de algún rincón antártico. Es un lugar al que sólo se ha ido una vez en la historia. Lo hicieron el 23 de enero de 1960 Jacques Piccard y Don Walsh a bordo del batiscafo Trieste, de 51 t. Comenzaron el descenso a la 8 de la mañana y tardaron cuatro horas y 48 minutos en llegar al fondo. Estuvieron 20 minutos observando el panorama y retornaron en apenas 3 horas y cuarto. El viaje fue autónomo, sin cables que unieran el batiscafo con el barco nodriza (USS Wandank) y las comunicaciones, con frecuentes interrupciones, se hacían mediante un teléfono que se amplificaba como un sonar.

Walsh, en primer término, y Piccard a bordo del Trieste

El Trieste fue diseñado por Auguste Piccard y fue botado en 1953. En 1958, la Marina estadounidense lo compró para el Proyecto Nekton, cuyo objetivo era observar directamente en punto más profundo de mundo, el Abismo Challenger, en el extremo Sur de la Fosa de las Marianas. Hoy se sabe que ese punto está a casi 10924 m de profundidad y sus coordenadas son 11º22.4’ N y 142º35.5’ E.

Esfera inferior (habitable) del batiscafo Trieste (fuente)

Once kilómetros no parecen mucho pero cuando cada diez metros se suma una presión atmosférica la cosa se complica rápidamente: la presión allá abajo multiplica por más de mil la existente en la superficie. Eso no fue obstáculo para que Piccard y Walsh observaran desde la ventanilla del Trieste un pez plano (algo fantasmal, supongo, aunque sólo fuera por su color blanco) aunque no he conseguido localizar fotografía alguna de la expedición. Actualmente, el Trieste descansa en el Museo Naval de los EE.UU.

La aventura del Trieste fue única y parece que va seguir siéndolo. Hubo más batiscafos, claro, como el Alvin (usado en la exploración del Titanic), pero ninguno se diseñó para las enormes profundidades del Abismo Challenger. La única excepción fue el sumergible japonés Kaiko, que descendió y recogió muestras de bacterias del fondo marino, pero el Kaiko era robótico, no tripulado por personas.

Recientemente se ha anunciado otro descenso al Abismo Challenger, esta vez por parte de un sumergible bautizado Nereus pero que tampoco será tripulado. Este trasto de apenas 2800 kg podrá realizar algunas tareas cartográficas y posee una autonomía de 20 horas con lo que podría cubrir unos 70 km de terreno. También podrá recoger muestras y tomar imágenes. Para ver los primeros resultados no habrá que esperar mucho ya que la misión comienza el próximo 23 de mayo y si todo va bien estará concluida a mediados de junio. Personalmente me parece lógico que todas estas misiones no sean tripuladas ya que el riesgo es grande y las decisiones pueden tomarse desde la superficie sin mayores problemas. Pero, lo mismo que en la exploración espacial, a veces echo en falta algo de componente épico, un condimento que hizo que las exploraciones polares, las primeras travesías por los grandes desiertos de Asia y África, o los azarosos viajes de los grandes navegantes perduren aún hoy en nuestra memoria y, al menos a algunos, nos hagan soñar.

El Kaiko ancló su firma en el fondo oceánico a 10911 m de profundidad. Creo que era innecesario.

24 junio 2008

Viajes memorables o todo por la ciencia

He estado estos días fuera, tal vez alguien (sólo tal vez) haya notado que no ha habido novedades en el blog. El caso es que hemos tenido una reunión en Bogotá con los colegas integrantes de la Red Temática que les comenté en este post. Una reunión muy interesante incluyendo su comienzo y su final, juzguen ustedes mismos:

Viaje de ida: Madrid/Bogotá, salida prevista a las 14 h del aeropuerto de Barajas.
  • desde Extremadura no existe posibilidad de llegar al aeropuerto con antelación en transporte público: alquilo un coche en Mérida y recojo a A en Cáceres para llegar a tiempo al aeropuerto. Todo ello supone que me levanto a las 5:30 h.
  • 11:30 h, llegamos a Barajas sin contratiempos aunque damos tres vueltas al aparcamiento hasta encontrar la entrada correcta.
  • 12:00 h, nos acercamos al mostrador de facturación a recoger las tarjetas de embarque. Comienza el espectáculo:
    • buenas, aquí tiene los billetes...
    • ... ¿les han dicho ya que el vuelo sale con retraso?
    • mmm... pues no ¿cuánto retraso?
    • cuatro horas
    • esteee... ¿hasta las seis de la tarde?
    • sí, pero están ustedes invitados a comer en el restaurante X de la zona de embarque a partir de las 14:30
    • ah, qué bien ¿y se sabe la causa del retraso?
    • sí, es que el avión llega retrasado
    • (silencio)
  • 14:00 h, nos reunimos con B y J que vienen de Albacete y pasamos los controles para acercarnos al restaurante.
  • 14:30 h: la cola es más bien grande y la comida de la calidad que todos ustedes se suponen. La wifi teóricamente presente no deja conectarse.
  • 17:00 h: ... pasa el tiempo, B se echa una siesta, el resto nos dedicamos a mirar con envidia a otros aviones, la puerta de embarque sigue vacía.
  • 18:00 h: una chica se sienta en la silla de la puerta de embarque y un montón de gente se levanta para hacer una cola de 20 m (en el avión caben 280 personas).
  • 18:30 h: comienza el embarque.
  • 18:45, el avión, un Airbus 340, despega; las pantallas de televisión están estropeadas, olvidémosnos del cine.
  • pasan casi 10 horas, aterrizamos en Bogotá a las 21:30 hora local más o menos, a las 4:30 de la madrugada para nosotros.
  • la recogida de equipajes es desesperante y la aduana y control de pasaportes más; los pasajeros de varios vuelos se mezclan y tardamos una hora y media en salir del aeropuerto; obviamente se ha hecho de noche hace horas.
  • tomamos un taxi y le damos la dirección del hotel; el contacto con los taxistas de Bogotá es interesante y aprendemos que los semáforos en rojo son sólo una decoración navideña.
  • llegamos al hotel a las 11:30 o así (no me pidan exactitud) hechos polvo; yo llevo 26 o 27 horas despierto:
    • buenas noches, somos A, B, A y J, tenemos reserva de habitaciones.
    • señores, aquí no consta ninguna reserva.
    • ... a ver ¿no están aquí X e Y?
    • sí, esos señores están pero de ustedes no tengo ninguna reserva y el hotel está completo, no puedo atenderles.
    • (recuerdo de repente que llevo fotocopia de los tickets de reseva del hotel, los saco y se los enseño, comienza a oler a quemado)
    • ya... ¿pero han reconfirmado ustedes sus reservas?
    • no porque las habitaciones ya están pagadas (énfasis) y cuando están pagadas no se reconfirman las reservas
    • pues es que no han reconfirmado ustedes sus reservas y lo siento pero el hotel está completo.
    • estas ... habitaciones ... están ... pagadas
    • ... bueno, voy a confirmar que no les hayan ingresado en otro hotel de la cadena (teléfono) ... miren, sí, parece que están ustedes asignados al Hotel X, donde les van a esperar, no se preocupen que yo les consigo un taxi para ir...
    • doce semáforos en rojo ignorados más tarde conseguimos, por fin, entrar en las habitaciones (magníficas, por cierto) del Hotel X. El reloj marca la 1:00 más o menos, hora local.
Viaje de vuelta: Bogotá(Madrid, salida prevista a las 21 h del aeropuerto Eldorado.
  • 17:45 h: llegamos al hotel en la furgoneta que habíamos alquilado para una excursión por los alrededores; un ejército de botones nos saca el aquipaje que habíamos dejado ya recogido por la mañana y lo introduce en la furgoneta.
  • 18:55 h: llegamos al aeropuerto tras circular a una velocidad media de 15 km/h,
    el tráfico en Bogotá es alucinógeno.
  • 19:00 h: descargamos las maletas; falya una, la mía, grande y de color naranja. Por suerte nos acompaña F que llama al hotel. Allá revisan los equipajes y se dan cuenta de que se han olvidado de meter en la furgoneta esa maleta, la que tiene en su etiqueta un claro "1 de 2" bultos. Desde el hotel nos dicen que enviarán la maleta en un taxi para que podamos recogerla antes de salir. Dado el tráfico la cosa no está precisamente clara.
  • la cola del embarque es gigantesca. Hay que abortar varios intentos de colarse de gente que considera que eso de guardar el turno es algo que no va con ellos. F se queda fuera a la espera de la maleta para luego buscarnos y dárnosla. Decidimos hacerle un monumento si conseguimos llegar a España.
  • la cola apenas avanza; eso es bueno porque la maleta llega una hora después. F, de verdad, gracias de nuevo.
  • una chica policía muy amable nos revisa el pasaporte y nos pone una pegatina en la cubierta; es para ahorrar tiempo, dice. Para animar el ambiente se corre la voz de que no cabemos todos en el avión.
  • media hora más adelante llegamos a un pequeño mostrador donde hay que pagar las tasas aeroportuarias, nada menos que 33 dólares por persona. Por suerte estábamos avisados y llevo un billete de 100 dólares, tres de 20 y alguno más pequeño. Nos dicen que no admiten billetes de 100 dólares. Tampoco euros. De tarjetas ni hablamos.
  • rascando los bolsillos logramos encontrar los más de 80000 pesos que cuesta una de las tasas y pago el resto en dólares. Sobra un billete de un dólar.
  • llegamos al mostrador de embarque y saco mi tarjeta sin problemas: cuando llegan los demás:
    • lo siento pero el vuelo está cerrado.
    • ¿cómo?
    • sí, en la pantalla nos sale que el vuelo está cerrado.
    • pero si están funcionando las otras terminales...
    • ya... espere que mire
  • la terminal se había bloqueado; tanto es así que no podían sacar las tarjetas en las otras. Yo me separo para ir a ver los paneles porque el avión salía a las 21 h y son las 21:20. Un policía no me deja regresar. Al final les hicieron las tarjetas de embarque escritas a mano. Cortaron el embarque justo detrás de ellos, el avión se había llenado.
  • subo arriba, al segundo piso y pregunto por la puerta 2; una policía me mira con lástima y señala una cola, de nuevo enorme, donde nos juntamos todos los vuelos; veinte minutos más tarde encuentro la explicación: una única persona estaba revisando los pasaportes en la entrada. Veo que mis tres compañeros han logrado colarse y van algo más adelante que yo.
  • llego a la auténtica revisión de pasaportes; son las 21:45. Aquí no hay problemas y me voy a paso rápido hacia la puerta de embarque. Por el camino, en un pasillo que parece interminable aparece una chica.
    • Ella: ¡¿Vuelo de AirComet?! Rápido que el avión está para salir.
    • Yo: ¡Aquí!
    • Un policía: un momento por favor, abra la bolsa...
    • El mismo policía, mirando dentro: saque el computador...
    • El mismo policía, al que deseo se reencarne en garrapata: enciéndalo...
    • La chica: AirComet por favor...
    • Yo: no puedo encenderlo, acá tienen 110 V y me he quedado sin batería, no es posible encender este ordenador.
    • La chica: AirComet por favor... (y se va)
    • El policía va a hablar con otro que estaba a unos metros mirando, me miran: puede seguir...
    • Otro policía diez metros más allá: pare un momento, por favor (me cachea).
    • Aún otro policía quince metros más allá: pare un momento, por favor (me cachea).
  • finalmente llego a la manguera de embarque y me introduzco en un solitario pasaje; allá veo a A en una puerta lateral, una maleta negra en el suelo y dos policías al lado:
    • Yo: ¿qué pasa ahora?
    • A: es que dicen que hay que registrar esta maleta pero dicen que es mía y no es cierto. Va a ser de B.
    • Policía: ¿de quién dicen que es?
    • A: de B (una azafata va a buscarla al avión)
    • Policía: ¿esá cerrada la maleta?
    • Yo: no sé, a ver... (voy y abro la cerradura, por suerte está abierta)
    • Policía: si desean podemos revisarla con ustedes presentes como testigos.
    • Yo (desesperado): de acuerdo, adelante, ya (los policías revisan la maleta. La zona opaca que les había alarmado era un caja de mapas plegados del Instituto Geográfico. Me doy cuente de que yo llevo otra igual en mi ya famosa maleta naranja).
    • Llega B y le da un ataque de risa: pues no se cómo se van a arreglar para cerrarla, a mí me costó media hora, ja, ja... (no se da cuenta de que la miro como diciendo "B, querida, no me parece buena política ponerse a echar carcajadas delante de estos dos, la verdad").
  • al fin subimos al avión; los motorees están parados y no hay refrigeración, la temperatura es de unos 30 grados. Los demás pasajeros me miran mientras ocupo el único asiento libre. Son las 22:30 h.
Fundido en negro.

20 agosto 2007

Gulen (13.12.1893-28.4.1895)

El 17 de junio de 1896, un gentlemen con traje de cuadros estrechaba una mano grasienta en cuyo otro extremo estaba un individuo greñudo y apestoso vestido con prendas indefinibles negras de hollín. El aspecto de este segundo individuo no era de extrañar ya que llevaba 16 meses sobreviviendo sobre los hielos del casquete polar ártico lo que incluía un invierno completo. Este último era el noruego Fridtjof Nansen y el primero el inglés Frederick Jackson.

La historia comenzó años antes aunque podríamos fijar su etapa madura en una conferencia impartida por Nansen ante la Sociedad Geográfica de Londres en noviembre de 1892. Nansen era ya conocido como explorador polar por la nada desdeñable hazaña de haber cruzado Groenlandia sobre esquíes pero la idea que proponía no tenía nada que ver con las técnicas convencionales de exploración polar. Nansen había llegado a la conclusión de que la banquisa ártica no permanecía estática en su conjunto sino que las placas de hielo derivaban llevadas por las corriente marinas. La clave de su idea era la hipótesis de que estas corrientes podrían arrastrar un barco varado sobre los hielos hacia el Norte y llegar muy cerca del Polo geográfico. La estrategia era, por tanto, acercar un barco a la banquisa en el verano, dejarse atrapar por los hielos y viajar "cómodamente" con ellos hasta salir de nuevo a aguas libres por el otro extremo del casquete polar. No se planteaba como objetivo la conquista del Polo Norte pero bueno, si se ponía a tiro tampoco iban a rechazar la oportunidad.

Nansen era prudente tanto respecto al derrotero como al material. Por ejemplo, planteaba que la travesía duraría probablemente tres años y tal vez hasta cinco. Lógicamente, durante este tiempo las necesidades básicas deberían estar garantizadas en lo posible: comida, combustible, entretenimiento y, sobre todo, seguridad.

Los precedentes eran malos: unos años antes, en 1879, el Jeanette se vió atrapado por los hielos al Norte de Siberia. La presión aplastó su casco con el resultado de la muerte de casi toda la tripulación, bien en el naufragio, bien en la huida en botes hacia las costas siberianas. Algunos restos del Jeanette aparecieron tres años después en el otro lado de los hielos, en la costa Oeste de Groenlandia. Este fue uno de los argumentos usados por Nansen para apoyar su idea de una corriente a través del Polo que habría transportado estos restos.

Para evitar la catástrofe, Nansen tuvo muy claro que el barco debía ser especial, no uno convencional más o menos adaptado a la expedición. Así se construyó el Fram, con 39 m de eslora, 11 de manga y 400 t de registro bruto. Entre las novedades destacaba la forma del casco, de sección redondeada y sin quilla aparente, con el fin de que el hielo, al comprimirlo, lo levantase en vez de aplastarlo. El Fram era original en muchos otros aspectos. Además de su forma, la protección contra el frío incluia calefacción, múltiples revestimientos en las paredes y suelos, cuatro puertas en cada escalera de salida al exterior, ventanas con triple vidrio... Pero, además, contaba por primera vez con iluminación eléctrica mediante lámparas de arco. Para alimentar la dinamo cuando la máquina de vapor estuviera parada se incorporó un generador eólico desmontable que funcionó a la perfección. Fue embarcada comida para cinco años, tanto para la tripulación como para los treinta perros. Su elección y empaquetado, en latas herméticas o cajas de zinc soldadas, lograron su conservación y evitaron el escorbuto.

A finales de julio de 1893, el Fram abandonaba las tierras noruegas en su extremo noreste y se dirigió hacia las islas de Nueva Siberia para dejarse atrapar, cosa que ocurrió a finales de septiembre. Los tripulantes se organizaron para pasar una larga noche polar que según el diario de Nansen transcurrió con comodidad y sin problemas.

La deriva no les llevó al Polo Norte pero les acercó mucho ya que el 9 de abril de 1895 llegaron a la latitud más septentrional nunca alcanzada: 86º 14'. Habían pasado casi dos años desde su salida. Pero Nansen no había esperado tanto. Mientras transcurrían los meses dedicados a las observaciones científicas y al mantenimiento y conservación de la nave, la idea de alcanzar el Polo no le abandonaba. Consideraba que si tenían un poco de suerte con el estado del hileo podían alcanzar la meta sin demasiado esfuerzo. Se equivocaba.

El Fram varado en los hielos

El 14 de marzo de 1895, en los 84º N, Hjalmar Johansen y Fridtjof Nansen abandonaron el Fram con 3 trineos cargados con unos 240 kg de peso cada uno (incluyendo 2 kayaks) y 28 perros. Llevan comida para un centenar de días, tiempo suficiente para cubrir los 665 km que les separan del Polo Norte y regresar hacia el Sur.

Nansen y Johansen abandonan el Fram y parten hacia el Polo Norte

Pero las previsiones optimistas de Nansen no se cumplen. Apenas tres semanas después, tras recorrer penosamente 220 km deciden volver. Habían llegado a los 86º 14', el punto más septentrional alcanzado hasta la fecha, pero las malas condiciones del hielo, todo bloques y grietas, el gran peso de los trineos y problemas con los perros, algunos de los cuales mueren de agotamiento o de convulsiones, les persuaden de la inutilidad del esfuerzo. La distancia media recorrida fue de apenas 10 km diarios mientras que la temperaturas nocturnas bajaban de -40 ºC. Lamentablemente no pueden volver a la comodidad del Fram porque no saben donde está. Deberán alcanzar la Tierra de Francisco José, a más de 600 km al SO.

Semana tras semana avanzan lentamente. Verán después que su camino se cruza con el del Fram, aunque a destiempo. Poco a poco empiezan a matar a los perros más débiles, que sirven de comida a los demás. Algunos se niegan al principio a probar esa carne pero cuando el hambre aprieta acaban cediendo. A mediados de mayo les quedan doce, a finales sólo siete. Johansen cumple 28 años.

A los tres meses de salir del Fram no han encontrado tierra firme a pesar de que sus cálculos les decían que debían haber llegado. En realidad, y a pesar de haber perdido el odómetro en uno de los múltiples vuelcos y accidentes, los cálculos eran correctos sólo que la tierra que esperaban, supuestamente avistada por otros exploradores, no existía. En junio han tenido que racionar la comida, muy escasa, y todos, perros y hombres, están hambrientos. Aunque llevan armas de caza no ven nada vivo en esta travesía hasta que el 22 de junio logran cazar una foca.

A partir de aquí deciden usar los canales en vez de evitarlos. Suben los trineos a los kayaks y reman hacia el Sur con los tres perros que quedan, acampando sobre bloques flotantes para dormir. La tierra no aparece hasta finales de julio en el horizonte. Les parece cercana pero aún tardarán quince días en llegar. Se trata de un islote del NE del archipiélago de la Tierra de Francisco José.

El viaje sigue semana tras semana. Ya no hay perros. Aparecen plantas entre las rocas y a mediados de agosto llegan a lo que parece, por fin, un mar abierto. Pero Nansen y Johansen se dan cuenta de que se les acaba el verano y entre días de mal tiempo y vientos en contra deciden construir un refugio para invernar en una isla que luego bautizarán como Isla Jackson. Sin herramientas, arrancan piedras del suelo helado y levantan poco a poco unas paredes de apenas un metro de altura intentando sellar los huecos con musgo. Cavan en el suelo con huesos de morsa y un patín de trineo pero está lleno de piedras y no llegan a igualarlo bien. El techo tienen que hacerlo con pieles de morsa que cazan en los alrededores y un tronco que encuentran varado. También abaten osos blancos cuya carne será la base de la monótona comida durante varios meses. La grasa de morsa les sirve para alimentar una cocinilla y un fanal.

En el diario de Nansen hay grandes vacíos en estos 9 meses ya que intentan pasar el tiempo durmiendo lo máximo posible. Las condiciones son malas, con mucho frío, viento y humedad. Sus ropas se les caen a pedazos e intentan no salir de los sacos que se han confeccionado con piel de oso.

El refugio de invierno

No pueden reemprender la marcha hasta el 19 de mayo. Uniendo sus kayaks en forma de catamarán e improvisando una vela navegan hacia el Sur y el 17 de junio de 1896 llegan a Cabo Flora. Una noche, en uno de sus campamentos, les parece oir ladridos a lo lejos. Por la mañana, 16 meses después de dejar la seguridad del Fram, Nansen se encuentra con Jackson. La conversación debería ser tan famosa como la de Livingstone y Stanley:

—¿No es Vd. Nansen?
—Sí, soy yo.
—¡Por Júpiter! Me alegro de verle.

Jackson está esperando un barco de avituallamiento que devolverá a los dos supervivientes, ya limpios, a Noruega.

En la Tierra de Francisco José

Apenas un par de semanas después, el 20 agosto de 1896, Nansen recibe la buena noticia de que el Fram ha aparecido después de tres años de su partida. Se reunen todos en el puerto de Tromsø. Como Nansen y Johansen, han pasado este último invierno polar confinados pero en inmejorables condiciones.

Si han llegado leyendo hasta aquí tal vez se pregunten quien era el Gulen que da título a este post. Gulen era uno de los perros y Nansen lo menciona en su diario de esta forma:

En el transcurso del día le llegó la hora a Gulen. Apenas se sostenía en pie, completamente extenuado. ¡Pobre animal! Trabajó leal, bondadosa y valientemente hasta su última hora y en pago a sus servicios iba a ser sacrificado para servir de comida a sus compañeros. Gulen nació en el Fram el 13 de diciembre de 1893 y, auténtico hijo de la noche polar, nunca vió otra cosa que nieve y hielo.

Gulen fue sacrificado el 28 de abril de 1895.

En 1922, a Fridtjof Nansen se le concedió el Premio Nobel de la Paz por su actividad en defensa de los refugiados y exiliados.

Un buen libro para seguir esta travesía:

Fridtjof Nansen
En la noche y entre los hielos. La expedición polar noruega de 1893 a 1896.
Planeta, Col. Viajes y Aventuras, Booket 9056, 1ª ed. junio de 2004. ISBN 84-08-05332-9.

Existe el Museo del Fram en Noruega.

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