09 noviembre 2011

Carta al editor de mi artículo

Revisando ficheros perdidos he encontrado una documento cuyo origen no recuerdo. Tras algún retoque me ha parecido adecuado mostrárselo. El caso es que acabo de retirar un artículo de una revista después de cuatro (4) años de re-revisiones y de acordarme de los antepasados cercanos y lejanos de un par de personajes. Tras unas cuantas increíbles anécdotas he decidido enviarla a otra revista diferente comenzando el proceso de "peer review" de nuevo. Esta carta me sirve de desahogo (infantil, ya lo sé) pero apuesto a que más de uno se siente identificado.

Estimado editor:
Adjunto la última versión del manuscrito 1011-2213, es decir, la re-re-re-revisión de nuestro trabajo original. Hemos vuelto a reescribir el manuscrito completo, de principio a fin, otra vez más. Incluso hemos cambiado el título corto, algo muy importante para usted, parece ser. Espero que ya hayamos sufrido lo suficiente para satisfacer sus instintos y los de sus revisores sedientos de sangre.
Voy a omitir la habitual respuesta punto por punto de todos los cambios que hemos hecho ya que, después de todo, está bastante claro que sus revisores están menos interesados en los detalles del procedimiento científico que en la solución de sus problemas de personalidad y frustraciones sexuales. Bajo ese punto de vista sí se explica su búsqueda obsesiva de algún tipo de alegría demente mediante el ejercicio sádico y arbitrario del poder sobre los autores que caen en sus garras.
De todas formas, entendemos que usted de cobijo a los psicópatas misántropos de su consejo editorial y los mantenga ocupados ya que si no estuvieran distraídos destrozando artículos probablemente estarían en las calles asaltando ancianas o en el ártico matando bebés foca.
También le aviso que sobre algunos comentarios de los revisores no podemos hacer nada. Por ejemplo, C sugiere que varios de mis antepasados recientes no son humanos y ya es demasiado tarde para cambiar esta situación. Lo mismo es aplicable a las estimaciones de B sobre mi cociente intelectual. Otras sugerencias sí han podido ser incluidas y sin duda el artículo ha mejorado sustancialmente. Por ejemplo, B sugirió acortar el manuscrito de las catorce páginas originales a menos de seis. Lo hemos conseguido de manera muy eficaz alterando los márgenes de impresión y usando una fuente diferente, mucho más pequeña. Estamos de acuerdo con usted en que el artículo es mucho mejor ahora.
Con el revisor A teníamos un problema desconcertante pero también hemos podido solucionarlo. Como recordará (es decir, suponiendo que se haya molestado en leer las críticas antes de redactar su previsible carta de rechazo) dicho revisor lista 16 obras que, según él, debíamos citar en nuestro documento. Estas obras tratan sobre temas diversos y sólo tienen en común dos cosas: que ninguna de ellos tiene relación con nuestro trabajo (por ejemplo, el ensayo sobre la Guerra Franco-Española en una revista de literatura) y que los 16 trabajos son del mismo autor. Suponemos que este autor es alguien profundamente admirado por el revisor A, que cree que ha sido injustamente tratado por la historia y debe ser más ampliamente reconocido. Para gestionar esto hemos modificado la introducción y añadido, después de la revisión de referencias relevantes, una subsección titulada "Referencias irrelevantes" que trata sobre estos artículos y algunas de las sugerencias igualmente estúpidas de las otras críticas.
Esperamos que usted esté ya satisfecho con esta revisión y que, finalmente, reconozca la urgencia que merece su publicación. Si no es así le diré que es un monstruo sin escrúpulos, depravado y sin pizca de decencia humana. Es más, debería estar en una jaula y su descendencia ser el blanco de la próxima ronda de chistes étnicos. Si lo acepta, sin embargo, quiero darle las gracias por su paciencia y sabiduría a lo largo de este interminable proceso y expresar nuestra admiración por su buen hacer académico. Para devolverle el favor estaríamos encantados de revisar algunos manuscritos para usted, especialmente si son de alguno de los revisores mencionados.

Fuente: Genomic Enterprise
Y esto ya es mío: recuerden, si les toca el papel de revisores, que cualquier cabestro malintencionado es capaz de destruir un buen artículo pero suele hacer falta un buen científico para hacer uno.

08 noviembre 2011

El Proyecto Gran Simio se mete en un barrizal

El Proyecto Gran Simio es una iniciativa que persigue dar a los grandes simios (chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos) algunos derechos como los de la vida, la libertad y no ser maltratados. Sin venir a cuento, el PGS se ha metido en un barrizal absurdo. Un barrizal que no contribuye en nada a su prestigio porque supone apoyar iniciativas pseudocientíficas como la que les cuento a continuación.
El hecho es que el PGS ha financiado una excursión expedición al Amazonas. Nada que objetar salvo que entre los objetivos de dicha expedición aparece uno un tanto peculiar: "la búsqueda del mapinguari, una especie de animal integrante de las diferentes culturas nativas pero sostenido como real, teniendo pruebas científicas de su existencia" (noticia en su web del 7/11/2011, sin enlace directo).
¿Y qué diablos es el mapinguari? La respuesta más corta es: nada. La más larga definiría el mapinguari como uno de tantos mitos como el yeti o el monstruo del Lago Ness que alimentan la inexistente disciplina llamada "criptozoología", caracterizada por la búsqueda de animales también inexistentes con un contrastado éxito del 0%. Ya hablé en otras ocasiones de cosas semejantes, llevadas a cabo por gente de muy dudosa seriedad como en En busca del ninki-nankaEn busca del orang-pendek, El caso del criptotigre acartonadoNueva gansada criptozoológica, Pterodáctilos en una pajarera o la muy visual por las fotos ¿Dinosaurios en el siglo XIX?
El caso es que el Proyecto Gran Simio se embarca en una excursión absurda, gastando un dinero que podría dedicar a cosas serias. Cómo ha llegado a esto es un misterio pero podemos iluminar un poco la escena mirando quién es el director de dicha expedición, una persona llamada Luis Jorge Salinas.

Un sello brasileño (?) con un megaterio.
Don Luis Jorge se autodefine como "autodidacta explorador autor" y tiene dos blogs. En uno de ellos promociona un libro ("Amazonas ¿Pleistoceno Park?") sobre sus encuentros con el susodicho mapinguari, al que asigna taxonómicamente al "grupo xenarthra pilosa,genero megalonyx" (sic). Basta confirmarles que no hay ejemplares capturados, ni cráneos, ni fotografías, ni videos, ni análisis de ADN, ni... nada. Hay que confiar en su palabra para otorgar veracidad a la existencia del estos animales que él afirma son perezosos gigantes "que han sobrevivido a las glaciaciones y habitan la selva amazónica".
En su segundo blog afirma un hecho aún más asombroso que haber descubierto un fósil viviente: haber descubierto dos. Aquí habla de un reptil bautizado por él mismo como "stegolagarto amazonensis". ¿Qué evidencias hay de su existencia? Las mismas que del mapinguari: cero.
Don Luis Jorge ha logrado publicar una reseña en Paleo, una revista de divulgación paleontológica argentina. El primer párrafo es maravilloso (las faltas de ortografía son originales aunque no se las atribuyo a él necesariamente, la revista tiene problemas de revisión):
Luis Jorge Salinas, un explorador de 49 años, publico un libro donde rebela haber visto en la selva una manada de grandes criaturas, y al hacercarse a uno de ellos vio que eran bípedos, de unos tres metros y enormes garras. 
Impresionante ¿no? El resto es similar hasta rellenar tres páginas con la más absoluta nada.
La cosa es que, en mi opinión, al Proyecto Gran Simio se la han dado con queso: financia una expedición inútil dirigida por una persona sin formación científica y con objetivos que no parecen encajar mucho con el proyecto original sino en sus propios sueños o delirios.
Para terminar volvamos a la web del PGS donde afirman que existen pruebas científicas de la existencia del mapinguari. La pregunta es obvia ¿les importaría mostrarlas? Y una segunda pregunta ¿van a seguir financiando expediciones criptozoológicas?

07 noviembre 2011

Dicen que los niños que nacen por cesárea sufren más alergias ¿Seguro?

La noticia sale en Muy Interesante con un título claro y directo: Los niños que nacen por cesárea sufren más alergias. Para ilustrarlo comentan:
Un estudio de la Universidad de Copenhage (Dinamarca) revela que cuanto menor es el número de bacterias que viven en nuestros intestinos durante la infancia, mayor es el riesgo de sufrir alergias al hacernos adultos. Eso implica que "los bebés que nacen por parto natural, y que por lo tanto están expuestos a las bacterias del recto materno, tienen menor riesgo de padecer asma y alergias que los que nacen por cesárea, que se exponen a menos variedad de microorganismos al nacer”, concluye Hans Bisgaard, investigador de la Universidad de Copenhague y coautor del estudio.
Fíjense que la primera frase no habla de las cesáreas sino del número de bacterias intestinales. Fíjense también que la segunda frase, sobre la exposición a las bacterias, está entrecomillada por lo que se supone que se trata de una frase literal (aunque no se sabe de dónde porque no se citan fuentes).
La noticia me extrañó y busqué el artículo original. Su título es Reduced diversity of the intestinal microbiota during infancy is associated with increased risk of allergic disease at school age, está firmado por 9 autores y fue publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology este año 2011. El enlace anterior lleva al texto completo del artículo.
¿Dice dicho artículo algo sobre las cesáreas? No. ¿Sale en dicho artículo la frase entrecomillada? Tampoco. ¿Qué dice exactamente el artículo? Lo resume en sus conclusiones:
Reduced bacterial diversity of the infant's intestinal flora was associated with increased risk of allergic sensitization, allergic rhinitis, and peripheral blood eosinophilia, but not asthma or atopic dermatitis, in the first 6 years of life.  
Una diversidad bacteriana reducida en la flora intestinal de los niños está asociada con un aumento de riesgo de sensibilización alérgica, rinitis alérgica y eosinofilia periférica, pero no con asma o dermatitis atópica, en los primeros 6 años de vida.
¿De dónde ha salido lo de las cesáreas y cuál ha sido el motivo por el que la periodista ha considerado que ese título era el mejor para ilustrar el estudio? Ni idea, pero sería bueno saberlo porque no hay ninguna mención a cesáreas ni nada similar en el artículo original. También sería bueno que Muy Interesante revisara sus fuentes porque o bien se me ha escapado algo (puede ser, claro) o han dado una noticia errónea con riesgo de repercusiones nocivas.

26 octubre 2011

Traductores y correctores para publicaciones científicas

Publiqué mi primer trabajo científico sin saber inglés (fue duro enterarse de que el francés vale muy poco en ciencia). Lo redacté en español y la suerte quiso que en aquellos años la universidad de Oviedo donde yo estaba de becario, a) tuviera una especie de servicio de traducción que, creo recordar, era un profesor del Departamento de Filología Inglesa y b) las traducciones fueran gratis para mí, que no tenía ni una peseta. Sin esas dos circunstancias creo que yo no hubiera publicado ese primer trabajo y mi carrera hubiera ido por otros derroteros ya que el futuro académico estaba entonces muy lejos.
Hoy, como antes, casi toda la ciencia se publica en inglés y es frecuente que nuestros trabajos necesiten una buena revisión para que se ajuste a un inglés correcto, sea éste británico o americano, según la revista destino.


Debemos distinguir claramente entre traducción, donde enviamos un original en español y nos devuelven uno en inglés, y edición, donde el original está en inglés y la tarea de los revisores es corregir errores y modificar la sintaxis y expresiones para que sean más correctas, elegantes o directas.
En cualquier caso, si nuestro nivel de inglés no es excelente, la revisión es muy aconsejable antes de enviar un trabajo de meses o años a una revista. Hay que ser conscientes de que lo primero que va a pasar con nuestro artículo es que el editor de la revista va a hacer una lectura rápida y que el resultado de esa lectura es esencial para dejar una buena primera impresión.
Este negocio no ha pasado desapercibido en la Red y desde unos años atrás hay varias empresas que se dedican a eso. Este post es para hacerles una pequeña lista de las que he encontrado o usado esperando que pueda ser de utilidad a alguno.
  • American Journal Experts: editan, traducen y revisan (peer review). Tiene una calculadora de precios en función del número de palabras y del idioma. Por dar una idea, la edición de un artículo con 3501-6000 palabras cuesta entre 160 y 320 euros según la prisa que tengas (desde 7 días hasta 24 horas). Es el servicio que estamos usando nosotros últimamente.
  • BioScience Writers: editan. Mencionan $70 por hora de trabajo con tres niveles de revisión: básico, avanzado y profesional. Estiman 3-4 páginas de 25 líneas por hora en el servicio avanzado. 
  • Clark Scientific Editing: editan. Hacen presupuesto según la complejidad del trabajo pero dan un precio aproximado de 0,05 GBP por palabra.
  • Manuscript Editor Online: editan y escriben (los únicos que ofrecen este servicio). En el caso del "substantive editing" el precio es de $0,08 por palabra.
  • MSC Scientific Editing: editan, no traducen. Se sube el artículo a la página y devuelven un presupuesto.
  • ScienceDocs: editan y traducen. No hay tabla de precios pero envían presupuestos específicos.
  • Scientific Proofreading: editan, no traducen. Dan un coste aproximado de 20 libras (GB) por hora de trabajo (3-6 páginas/hora). Aspecto cutre.
  • SPi Global: editan, no traducen. Sus tarifas van en función de la extensión del trabajo, a razón de  $0,032 por palabra. 
  • Write Science Right: editan y traducen. Entre $0,6 y 0,9 por palabra según el servicio standard o premium. La traducción la cobran a $0,15 por palabra. 
Algunos de estos servicios tienen ofertas a varios niveles, más de los que he comentado aquí, por lo que a la hora de gastarse el dinero en uno hay que analizarlos con detalle para ver cual se adapta más a nuestras necesidades. Por si quieren explorar otras posibles opciones, hay unos cuantos más en internet: busquen "scientific editing" en Google. Y si alguien tiene alguna experiencia que pueda ser valiosa a la comunidad bloguera, ahí tienen los comentarios a su disposición.
Por cierto, después de meses, por fin llueve en Extremadura.

17 octubre 2011

¿Veré mis fotos dentro de 30 años?

Pues probablemente no, las habrás perdido porque un día se te cayó el disco al suelo o, peor aún, porque las tenías todas en el portátil y lo formateaste para cambiar de sistema operativo. Lamentablemente no hay una solución clara hoy en día para lo que se llama "preservación digital" aplicada a la fotografía pero como el tiempo pasa y algo hay que hacer, en esta entrada les propondré una solución razonable para los que, como yo, no son profesionales pero valoran esas fotografías que guardan el recuerdo de nuestra vida.
La preservación digital es un tema complejo que abarca varios aspectos. Uno de ellos es el formato idóneo, otro el medio material de almacenamiento, otro la organización interna de nuestra colección (una foto que no se encuentra es como si se hubiera perdido).
Hoy tocaré solamente los relativo al soporte físico y al backup. En una rápida encuesta a mi alrededor (no profesionales) me he encontrado con varias opciones y no todas buenas: lo guardo todo en la tarjeta de la cámara y la descargo sólo de vez en cuando en el PC, o bien uso servicios como Flickr para lo que más me gusta o, en el mejor de los casos, las copio en un disco externo más o menos organizadas por fechas.
Como supongo que los profesionales se lo toman más en serio, la solución que les propongo es solo para aficionados que valoran sus fotos y busca un equilibrio entre un coste razonable y una seguridad alta porque no queremos perder nada ¿verdad?

Unidad RAID con 4 discos extraíbles.
Premisas:
  1. Es necesario conservar las fotografías en un soporte específico e independiente de la cámara y del PC.
  2. Es imprescindible mantener una o más copias de seguridad de todo nuestro fondo digital.
  3. Es conveniente tener las fotos controladas en una base de datos o aplicación equivalente.
Para conseguir esto hay que trabajar sobre tres puntos:
  1. Soporte físico.
  2. Copias de seguridad.
  3. Gestión de la base de datos de imágenes.
Propuesta 1: soporte físico sobre discos RAID.
Discos externos como, por ejemplo, estos (los primeros, de sobremesa). La diferencia entre estas unidades y los discos externos normales (como estos) está en la palabra RAID, que significa Redundant Array of Independent Disks o "conjunto redundante de discos independientes". Las unidades RAID contienen dos o más discos duros internos físicamente diferentes y los datos están distribuidos en ellos de forma coordinada y redundante. Estrictamente no puede considerarse como una copia de seguridad pero si nos falla un disco, la totalidad de la información se recupera desde los demás.
La idea es tener una unidad RAID como soporte de almacenamiento principal donde iremos volcando las fotografías organizadas como nos guste más, por sesiones, por trabajos, por fechas... para luego organizarlas con el software de gestión de imágenes. Según copiemos las fotos, la "copia" RAID se hará automáticamente y sin que tengamos que hacer nada. A la hora de elegir la configuración lógica para este asunto deberíamos evaluar RAID 1 para dos discos y RAID 5 si disponemos de más.
Una cuestión complementaria es la interfaz de conexión. Casi siempre usamos la USB 2 pero existen otras dos opciones más rápidas: Firewire 800 y, sobre todo, eSATA. Sólo hace falta asegurarse que tanto el disco como el ordenador que vamos a usar tienen la posibilidad de conectarse por alguna de estas vías.
Anécdota: yo uso varios discos externos de 2 y 4 TB para almacenar datos en mi trabajo, conectados mediante Firewire 800 a ordenadores Dell pero hubo que comprar las tarjetas de éstos independientemente porque no venían de fábrica.

Propuesta 2: copias de seguridad programadas. 
El sistema RAID protege de fallos en el disco pero no nos protege de nuestros errores (borrar ficheros), incompetencia (virus) o accidentes (café con leche). Para protegernos de esos otros problemas es necesario hacer una copia de seguridad en un disco diferente. Las opciones de software para gestionar las copias de seguridad son abundantes pero me permito recomendarles Cobian Backup, gratuita y de código abierto que nos permite realizar las copias incrementales (donde sólo se actualiza lo que ha cambiado entre una copia y la anterior) y definir detalladamente qué y cuándo queremos copiar. Como es lógico, el disco de seguridad debería estar físicamente separado del disco básico para prevenir problemas como robos, incendios, etc. Una persona bien organizada hará copias incrementales al menos una vez a la semana, por ejemplo, la noche de los lunes a partir de las 0:15 h. La copia estará programada y se realizará automáticamente siempre que el ordenador esté encendido.

Propuesta 3: copias en la "nube" complementarias.
Francamente, creo que los servicios que actualmente existen no ofrecen garantías suficientes como para usarlos como única copia de de seguridad pero sí son una opción complementaria muy valiosa y cómoda. Desde Dropbox (carpetas virtuales con 2 GB gratuitos) hasta Backify (ya más específico para backups con 512 GB gratuitos) hay media docena de opciones interesantes, gratuitas o de pago: Syncplicity (2 GB), Wuala (2 GB), Minus (10 GB) La estrategia es dirigir una copia de seguridad a una de estas unidades virtuales y asegurarnos así una copia más, completamente independiente, con el único requisito de estar conectados a internet.

Lo que yo haría: las fotos están en un disco externo RAID, desde los ficheros RAW hasta los productos más elaborados. Esta primera etapa ya supone un plus de seguridad sobre el almacenamiento en un disco normal, interno o externo. Existen dos planes de copias de seguridad. El primero se realiza sobre un disco externo complementario que no tiene que ser RAID necesariamente (aunque si lo es también, mejor que mejor). El segundo sobre un servicio como Backify donde la única precaución sería no subir fotos comprometedoras o, en su caso, subirlas en ficheros comprimidos con clave de seguridad.

15 octubre 2011

[Breves] Mapas y gráficos de tu actividad científica

La figura de abajo muestra la localización geográfica de los autores que han citado alguna de mis publicaciones en revistas científicas (sólo las incluidas en el JCR). Este mapa y otros gráficos pueden elaborarse en la web  ResearcherID Labs. No hay una forma evidente de hacerlo pero para eso estamos: copia el texto siguiente en el navegador:
http://labs.researcherid.com/mashlets/rid/index.jsp?rid=xxxx
y sustituye "xxxx" por tu ResearcherID.

Mapa de citas según ResearcherID Labs.

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