El día de hoy no es igual al de las votaciones pasadas. Hoy el PSOE debería interpretar su desastre electoral como su última oportunidad para las generales del próximo año. Ya sabe qué le ha pasado, ya sabe que los aplausos que recogen en los mitines son un espejismo, como hacerse trampas a uno mismo en el solitario. También debería saber la razón de su descalabro: un millón y medio de ex-votantes que confiaron en ellos hace cuatro años pero que hoy están hartos de su incompetencia.
La oportunidad es que esto le ha pasado en unas elecciones locales y autonómicas y tiene un año para adaptarse y reaccionar, si es que sabe, evitando tal vez otra catástrofe en las elecciones generales. Lo malo es que para eso hay que hacer una profunda autocrítica, algo improbable con su rumbo actual y vistas las reacciones de ayer por la noche y de hoy. Esas reacciones han sido, en mi opinión, lamentables: que si no hemos sabido explicar nuestros esfuerzos, que si hay que despertar entusiasmo, que si... zarandajas. Y hace un momento me entero de que Rodríguez Zapatero no dimite como secretario general y que las primarias siguen adelante. Más de lo mismo, como si nada hubiera pasado, increíble si no supiéramos que viven en el mundo de la abejita Maya trazado por su adorado líder.
Respecto a #nolesvotes y al movimiento 15M, no es posible valorar hasta qué punto ha tenido influencia en unas aguas tan revueltas. Los dos partidos que teóricamente iban a beneficiarse (IU en sus múltiples advocaciones y UPyD) han subido en votos y en escaños, condicionados como siempre por las trampas de una ley electoral donde la regla del 5% hace estragos. Pero, con efecto o sin efecto, creo que ambos movimientos seguirán y resurgirá ante los próximos comicios. ¿Por qué? Por que los "indignados" siguen sin casa, sin trabajo y sin miedo. No tienen nada que perder.
Dentro de un año el PSOE podrá volver a decir que somos bobos y no hemos entendido sus esfuerzos por el bien común pero no podrán decir que no se lo esperaban o que no había propuestas. Tendrán que admitir que han ignorado deliberadamente a gente que propone muchas cosas razonables y posibles.
Respecto a IU y UPyD hay que exigirles que aprovechen esta oportunidad y que entiendan lo que muchas personas, tanto diestras como zurdas, esperan de ellos: que su presencia se note, que se den cuenta de donde les viene su resurgir y quién les ha sacado del pozo. No desperdicien esta oportunidad.