El 7 de febrero se dió la noticia del descubrimiento de los esqueletos de dos jóvenes en Valdaro (Italia). Su enterramiento se produjo hace unos cinco mil años.
01 enero 2008
Imagen del año 2007
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31 diciembre 2007
El nacimiento de un alfabeto
Nota: no todos verán las letras y sílabas del idioma en cuestión. Yo los veo sin problemas pero ya me han avisado que otros no. El hangul tiene códigos asignados para su visualización en páginas web pero desconozco cómo cargarlos. Si no ven los ejemplos que les pongo aquí visiten los dos enlaces del final del post.
Las escrituras legítimamente originales parecen ser sólo dos: la cuneiforme sumeria y la mesoamericana, probablemente surgida en el sur del actual México. Podrían serlo también la china (probable) y la egipcia (menos probable) pero todas las demás han sido evoluciones, préstamos o imitaciones de las anteriores. Esto es, a la larga, una circunstancia afortunada porque permitió el desciframiento, por comparación, de algunas que se perdieron hace tiempo (véase el post 1953, una aventura intelectual, sobre el desciframiento de la Lineal B).
Las escrituras evolucionan en el tiempo y componen códigos más o menos flexibles, más o menos ambiguos, más o menos complejos. Algunas son logográficas, otras silábicas, otras alfabéticas, muchas son mezcla de las anteriores. No hay escritura perfecta desde el punto de vista de la eficacia porque son el resultado de una larga y azarosa evolución en la que no existe eso de la "selección natural".
Pero hay un caso excepcional que quiero traerles aquí en este fin de año. Se trata de una escritura creada artificialmente con el objetivo de dotar a una lengua preexistente de ese recurso imprescindible para que la experiencia perdure y se transmita a lo largo de las generaciones.
Este caso se remonta al siglo XV y se llama hangul. Es el alfabeto coreano, formado esencialmente por 10 vocales y 14 consonantes. La propiedad más notable del hangul es que fue creado ex novo bajo el reinado y mecenazgo del rey Sejong y fue declarado oficial en Corea en 1446. El significado que atribuyen a su nombre original deja claras las intenciones del invento: "sonidos correctos para la instrucción del pueblo". Sejong, nacido en 1397, rey a los 21 años, y erudito hasta su muerte a los 51, juzgó necesario superar las dificultades que la complicada escritura china suponía en su país y decidió que el idioma coreano debía escribirse con un sistema nuevo, simple, fácil de aprender y adaptado a la lengua hablada.
La planificación fue excelente: una escritura estrictamente fonética con un número limitado de letras; estas se agrupan en bloques silábicos que, con un orden preciso, forman grupos claramente identificables. Las sílabas se agrupan para formar las palabras que se separan por espacios. Esto puede parecer evidente pero recordemos que en las escrituras actuales hay de todo: algunas prescinden de las vocales, otras cambian su grafía en función del contexto, en otras el mismo signo puede tener diferentes sonidos o el mismo sonido puede corresponder a diferentes signos. Nada de esto se aplica al hangul.
Por ejemplo, una palabra importada (e internacional), banana, se escribe como su transcripción fonética:
바나나
donde la primera sílaba 바 está formada por la consonante ᄇ equivalente a la b y la vocal ᅡ equivalente a la a. Las dos sílabas siguientes son obviamente iguales, con la consonante ᄂ equivalente a la n y se repite la misma vocal. Este, aunque real, es un caso fácil porque al transcribirse la palabra sin modificaciones, la traducción coincide con la transliteración.
En hangul, las sílabas pueden estar formadas por un mínimo de dos letras (consonante y vocal) y un máximo de cuatro. Por ejemplo, la propia palabra hangul, que denomina al alfabeto en coreano está formada por dos sílabas de tres letras:
한글
La primera es 한 (han), formada por las letras ᄒ, ᅡ y ᄂ y la segunda es 글 (gul), formada por las letras ᄀ, ᅳ y ᄅ, y cuya vocal intermedia ᅳ se transcribe también como eu.
Se observa que las sílabas forman siempre un grupo compacto. También comienzan siempre por una consonante, C, (aunque puede ser la muda ᄋ) seguida de una vocal, V. Si esta vocal tiene forma gráfica vertical se escribe a la derecha de la consonante y debajo si tiene forma horizontal. Si la sílaba tiene más de dos letras, las restantes son consonantes. Es decir, la estructura silábica sólo puede tomar las formas CV, CVC y CVCC donde la primera consonante puede ser muda. Veamos unos pocos ejemplos de sílabas (de aquí):
- 가 está formada por la consonante k y la vocal ah y se pronuncia Kah
- 고 está formada por la consonante k y la vocal oh y se pronuncia Koh
- 달 está formada por ㄷ (t), ah y la consonante final ㄹ (l) y se pronuncia Tahl.
- 돌 está formada por t, oh y l: Tohl.
Esta escritura representa todos los sonidos del idioma y se estructura de una forma sencilla y sin ambigüedades. Posiblemente por eso los estudiantes no tienen dificultades en aprender a leer y a escribir en comparación con chinos y japoneses, cuyas escrituras son de auténtica pesadilla en comparación con el hangul. Recordemos, aunque su relación con esto sea difícil de establecer, que Corea del Sur está en los primeros puestos del Informe Pisa en lectura (2º), ciencia (4º) y resolución de problemas (1º).
Y mientras pasa el día, les deseo a todos 행복한 새해 (seguro que no se escribe así pero la intención es lo que cuenta).
Un diario coreano actual
Notas: En Omniglot puede encontrarse más información sobre el hangul. Yo he usado esta página para escribir y obtener los códigos html correspondientes a las sílabas e incluirlos en este post.
27 diciembre 2007
¿Se merecían el premio Science y Nature?
Juan Aréchaga publica un artículo en El País donde arremete contra el reciente Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades otorgado a las revistas Nature y Science. Su tesis parece ser, en resumen, que ese premio revela el desprecio que existe por las revistas españolas ante las extranjeras. En el blog de Evolutionibus se habla de ese artículo y me he decidido a comentarlo un poco más extensamente.
Creo que don Juan se equivoca. Analizando su artículo se encuentran afirmaciones que me parecen discutibles, irrelevantes y, alguna vez, falaces.
Comienza hablando de Science y Nature como
"[...] auténticos iconos demiúrgicos de una nueva religión intelectual a los que parece que todos los investigadores debemos mostrar adoración y pleitesía".
Frase bonita (sobre todo lo de "demiúrgico") pero, francamente, no sé de qué diablos habla. ¿Religión intelectual? ¿Qué es eso? ¿De dónde saca que tal cosa existe? ¿Quién ha dicho nada de pleitesías a nadie? Francamente, no quiero hacer interpretaciones pero el comienzo me parece muy desafortunado porque aplica la falacia del hombre de paja, algo que no nos merecemos a estas alturas.
Luego se pregunta ¿Qué es lo que se ha pretendido realmente con dicho premio? Y se responde él solo con interpretaciones que parecen más lamentaciones que argumentos y que, de nuevo, sólo existen en su imaginación. Los motivos del premio están en la página web de la Fundación, bastaba con leerlos en vez de montarse películas autoflagelantes.
Tras la crítica al jurado del premio viene el ataque a las revistas:
"las centenarias y renombradas publicaciones han sido, ante todo, la punta de lanza de la ciencia británica y norteamericana" siendo "los foráneos que han publicado en ellas y, particularmente, los españoles, [...] una muestra decorativa e insignificante a lo largo de su historia".
Por un lado, aunque aceptemos la primera frase (hay más ciencia donde hay más ciencia y menos donde hay menos, me dijo ayer mismo Perogrullo) los Premios Príncipe de Asturias son internacionales (con excepciones) y no debería ser demérito ser guiri. O eso creo yo.
En la segunda parte, don Juan cae en el defecto que él mismo critica, ya que parece despreciar las aportaciones españolas. ¿Cuál es el motivo de que las juzgue "decorativas" e "insignificantes"? ¿En qué cifras se basa? ¿Tal vez supone que publican aportaciones españolas ahí por limosna o porque lucimos bien como florero?
Buscando artículos con autores españoles en Science y Nature salen 835 en total. ¿Pocos? Tal vez, pero nunca "decorativos". Francamente, visto el pasado a medio plazo de la ciencia en España, la criba que existe en esas dos revistas y la competencia para llegar a ellas no me parece que sea algo insignificante.
El párrafo siguiente tampoco lo entiendo bien:
[...] ambos semanarios son, en realidad, un formidable negocio editorial -promocionado y mantenido por sus excelentes gabinetes de prensa- que beneficia exclusivamente a la compañía privada Nature Publishing Group y a la American Association for the Advancement of Science (¡nuestros bibliotecarios, investigadores e instituciones científicas saben muy bien lo que cuesta suscribirse, publicar o anunciarse en ellas!).
Lógicamente que son un negocio ¿y qué? Ambas son máquinas perfectamente engrasadas que sacan un número semanal en papel, que mantienen webs de altísimo nivel (incluyendo accesos gratuitos a algunas secciones). ¿Deben hacer eso gratis?
La última parte es desconcertante. Desconozco lo que cuesta anunciarse pero las suscripciones son, precisamente en estas revistas, especialmente baratas. Les pongo unas pocas cifras a continuación para que se hagan una idea (suscripciones individuales normales, no de estudiantes que son más baratas):
- Science versión digital (recibes la revista por internet y tienes acceso al archivo histórico): 1.32 € por número
- Nature versión papel (no tiene opción exclusivamente digital): 4 € por número
- Investigación y Ciencia: 6 € por número
- New Scientist: 3.3 € por número
¿Y publicar? Publicar no tiene coste económico en ninguna.
Vamos, que sin pretende tener razón porque la experiencia de Juan Aréchaga es mucho mayor que la mía, mi visión de las cosas es diferente. A mí lo que me parece "aldeano" (es su expresión) es hablar de "ciencia británica" o "revistas extranjeras". Y que en España haya o no para publicar "varias Natures o Sciences" no es más que una afirmación no verificable y sin consecuencias en la discusión.
Creo que nuestra forma de abordar el premio debería ser otra: no es normal que se haya dado el premio de comunicación y humanidades a dos revistas científicas. Han sido estas por su indiscutible trayectoria y popularidad pero, si superamos el papanatismo de las "ciencias nacionales", deberíamos aprovechar ese hecho para acercar la ciencia al resto de la sociedad, para tomar iniciativas propias y no para tirar piedras sobre esas revistas, que nos moleste o no, son el mascarón de proa de la ciencia actual.
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24 diciembre 2007
Otra vez la máquina maravillosa
Pues eso, otra vez una tontería mayúscula amplificada por un diario nacional analfabeto científico.
La máquina de movimiento perpetuo o sus equivalentes ha sido ya inventada cientos de veces. Todas con igual éxito. Pero eso no es impedimento para que, de nuevo, un sabio incomprendido que rompe los dogmas de la física, vuelva a la carga. Lo peor del asunto es que en El País, periódico de tirada nacional, se hagan eco de la historia y la propongan como siempre, con el electroencefalograma plano. El reportaje titulado "Dos poleas revolucionarias" (sic) dice entre otras cosas:
Una persona normal, con conocimientos básicos de física, se mostrará desconfiado ante un artilugio de aspecto simple pero que tiene la cualidad de hacer que un objeto situado en un extremo consiga levantar a otro más pesado ubicado en el lado contrario. La primera sospecha es que hay algún truco que explica el fenómeno, pero ni siquiera los expertos de la organización internacional de certificación Tüv Süd (cuya sede central está en Munich y que cuenta con 140 años de historia) han sido capaces de encontrar una explicación convincete aplicando los conceptos científicos conocidos.
El genio se llama Oumar Haidara y se autodefine como «experto judicial en electrónica y mecánica». La cerrazón de los científicos españoles le ha obligado a irse a Alemania (siempre la misma historia). Dice el inventor:
"Lo que la máquina permite demostrar resulta imposible de explicar por los principios científicos asentados. Soy consciente de ello porque a mí también me resultaba inaceptable cuando comencé mi investigación."
La máquina en cuestión tiene página web: phiFORCE. En dicha página encontrarán, por fin, descripciones de cómo funciona con textos tan esclarecedores como estos (el texto es literal, tomen aire):
La ciencia es aún joven. No es una religión, sino una interpretación de verdades basado en realidades dimensionales.
La deducción de ingenieros, físicos y científicos, en general, la conservación de la energía, la validez de la base científica en que la demostración empírica de Mecánica Autónoma multiplicador (mecanismo de la división en dos partes iguales en términos de peso y dimensiones, en el conjunto de la cuestión El mismo campo gravitatoire con reacciones en contra), la imposibilidad de contradecir el resultado de la manifestación sin acudir a la teoría de que, en ningún caso puede prevalecer ante una demostración empírica (ruptura de la relación de proporcionalidad previa preparado por la física entre la acción en La entrada del mecanismo, en comparación con la reacción a la liberación)
La sencillez de los elementos que forman la estructura básica de la Comunidad Autónoma del multiplicador Mecánica (piñones y recibir orientación, y la recepción de grupo y dos palancas de empuje).
Todo claro ¿no? Bueno, si no entienden nada pueden buscar más información ya que también tiene un blog llamado Facteurmultiplicateur... ¡Vaya! Una lástima que no tenga ningún post aún salvo "En breve empezaremos a publicar una serie de artículos..."
Actualización (9:20). Acaban de poner el primer post: una referencia al artículo de El País.
Pero no todo es ausencia de información: ¡hay un video!Y claro, aquí se ve todo el proceso. En sus comentarios se oyen cosas como esta:
Por un lado se ve la acción de la gravedad como una fuerza que atrae a los cuerpos y por el otro se ve también que la gravedad se ha anulado.
No se lo pierdan, especialmente el espectacular final. No desmerece los 13 años de trabajo montando ruedas de metacrilato. Yo estoy ahora retorciéndome en el suelo porque me ha dado un ataque de carcajadas.
No sólo El País ha hecho el ridículo. Pueden sumar a la lista de comulgantes con ruedas de molino a La Voz de Galicia y El Ideal Gallego. En este último diario, el genio se atrevió a decir cosas como estas:
[...] esta nueva técnica, en la que lleva trabajando desde 1994, "choca con principios de la física newtoniana y contradice determinados paradigmas" de la ciencia. Además declaró que "las realidades del mundo físico pueden cambiar mediante este invento". El ingeniero senegalés define su investigación como "la aplicación de una teoría de la mecánica cuántica sobre la interpretación de los mundos múltiples". Según Fall, "es posible que existan varios mundos en los que las realidades no son iguales".
He escrito a El País manifestando mi perplejidad, a ver si recibo noticias.
Gracias a WIPHI puedo darles la dirección de la patente con la descripción del invento. No esperen más claridad.
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23 diciembre 2007
Los laberintos de la ética y de la comunicación científica (y II)
Adelantándose a las críticas.
Como decía en el post anterior, el editorial de The Lancet del 22 de septiembre se titula La erosión de la confianza y comienza así:
Esta semana, The Lancet publica dos documentos de interés fundamental para la supervivencia de los niños. Lamentablemente, ambos han despertado inquietudes sobre el uso indebido de los datos por organismos de la ONU [...]
Se refiere a que la OMS y a UNICEF han utilizado resultados de artículos científicos para promocionar sus propios intereses como institución.
Ya comenté el caso de la OMS con los enlaces a los documentos originales la semana pasada. Comentaré hoy el de la UNICEF, que parece haber adoptado eso del "ataque preventivo": si te enteras de que alguien va a publicar un resultado que no te gusta, adelántate con otro que lo contradiga, al menos aparentemente, y asegúrate de que tenga una amplia cobertura mediática. ¿Que es exagerado u oculta datos fundamentales? Bueno, nadie es perfecto. Si van a criticar tu forma de hacer las cosas adelántate y vende sólo los buenos resultados. La UNICEF nos da una buena lección sobre cómo hacerlo.
El trabajo científico
El artículo, firmado por Christopher J.L. Murray, T. Laakso, K. Shibuya, K. Hill y A.D. López MD, se titula
Can we achieve Millennium Development Goal 4? New analysis of country trends and forecasts of under-5 mortality to 2015.
Comienza con afirmaciones incómodas (las cursivas son mías):
Aunque se han logrado aumentar la exactitud y puntualidad de las estimaciones de mortalidad infantil de menos de 5 años, estas estimaciones no utilizan todos los datos disponibles, no usan métodos transparentes y reproducibles, no distinguen entre medidas y predicciones y no proporcionan valores de incertidumbre para las estimaciones. Nos hemos propuesto desarrollar nuevos métodos que sean reproducibles y reanalizar los datos existente para proporcionar tendencias temporales detalladas.
Y los resultados, además de claros, también son incómodos ya que muestran un escaso avance:
Se prevé que la mortalidad global de menores de 5 años descienda un 27% desde 1990 al 2015, considerablemente menos que el descenso del 67% marcado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio (Millennium Development Goal 4, MDG4).
Luego, en la intepretación:
Globalmente, nuestro trabajo en la reducción de la mortalidad infantil no ha sido mejor que tres décadas atrás.
El trabajo de Murray y colegas mantiene, por tanto, que cuando se aplican métodos claros y técnicas reproducibles, cosas que no han sido lo habitual, la reducción de mortalidad aparece como muy alejada de los objetivos marcados por la UNICEF.
El conflicto con la UNICEF
Y aquí, The Lancet empieza a contar una historia sorprendente.
Antes de la recepción del trabajo de Murray, la revista recibe indicaciones desde la UNICEF de que la aparición de estimaciones de mortalidad infantil paralelas a las suyas puede dañar la cooperación entre agencias y organismos (el trabajo en cuestión era una colaboración entre el Institute for Health Metrics and Evaluation en la Universidad de Washington, y las Universidades de Harvard y Queensland).
Visto como se pone el panorama, desde la revista se hacen consultas a especialistas en el tema para ver si aconsejan o no la publicación del artículo. La respuesta es prácticamente unánime: el trabajo debe ser publicado.
Antes de la publicación del artículo, The Lancet se lo envía a la UNICEF a la espera de sus comentarios. También les comunican la fecha prevista de publicación.
Seis días después de este envío, el 10 de septiembre, la UNICEF convoca a periodistas para informarles de un "gran éxito de salud pública": por primera vez, la mortalidad anual de niños menores de 5 años ha descendido de 10 millones (informe completo, 72 pág.)
Según The Lancet, los periodistas están perplejos: la convocatoria es repentina, se realiza por primera vez separadamente del informe anual y no se dan datos concretos que apoyen las afirmaciones.
La UNICEF niega que hayan querido adelantarse al artículo, claramente crítico, de Murray y colegas pero un asesor de la organización comunica a The Lancet que el trabajo de Murray es "éticamente procupante" y que "no nos sentimos infelices por haber dado nuestras cifras antes". En realidad, las cifras de mortalidad las daba Murray y parece que la UNICEF simplemente las copió sin citar la fuente:
Child deaths worldwide have decreased from 13·5 (13·4–13·6) million in 1980 to an estimated 9·7 (9·5–10·0) million in 2005.
Sólo se trataba, pues, de desviar la atención sobre la parte que interesaba menos: la gran distancia que hay entre las cifras reales y el "objetivo del milenio".
Comentarios finales
Los casos de la OMS y de la UNICEF son distintos pero ambos caen en prácticas indeseables: la manipulación de resultados, la falta de transparencia en los datos y métodos y la hostilidad ante análisis críticos. Todo ello conduce al deterioro de la confianza ante instituciones que deberían tenerla toda.
Independientemente de este tipo de conductas tampoco debemos olvidar que la realidad a la que se refieren es lo más importante y nos da cifras tremendas: la proporción de niños muertos en el periodo neonatal (38% en el año 2000) está incrementándose. Se estiman 4 millones de niños muertos anualmente en ese periodo (4 primeras semanas tras el parto), un número similar de nacidos muertos y 0.5 millones de madres que mueren por causas relacionadas con el embarazo (Lawn, J.E. et al., 2005, 4 million neonatal deaths: when? Where? Why?, The Lancet, May 28-Jun 3, 365: 1845).
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16 diciembre 2007
Laberintos de la ética en la comunicación científica
El editorial de The Lancet del 22 de septiembre se titula La erosión de la confianza y comienza así:
Esta semana, The Lancet publica dos documentos de interés fundamental para la supervivencia de los niños. Lamentablemente, ambos han despertado inquietudes sobre el uso indebido de los datos por organismos de la ONU [...]
Se refiere nada menos que a la OMS y a UNICEF que han utilizado resultados de artículos científicos para promocionar sus propios intereses como institución.
¿Cómo se hace eso? Pues emitiendo comunicados de prensa donde sólo se comentan los aspectos positivos, se ocultan las incertidumbres y se atribuyen parte del mérito o lo usan como confirmación de la bondad de sus estrategias. La mejor forma de vender unos buenos resultados es ocultar los problemas y los factores que puedan crear incertidumbre aunque ello suponga distorsionar la realidad
Ya saben ustedes la opinión que me merecen los científicos que salen a la prensa vendiendo sus trabajos antes de que sean revisados y publicados. Aquí pasa algo similar, tal vez peor: la OMS y la UNICEF nos venden una moto trucada pero lo hacen a sabiendas. Veamos los datos del caso OMS (el de UNICEF lo dejo para otro post si veo que este les interesa).
El trabajo científico
El primer trabajo está firmado por Greg W. Fegan y colegas y trata de la eficacia de mosquiteras tratadas con insecticidas de larga duración en la mortalidad de los niños por malaria. No es cuestión de analizar aquí completamente el trabajo sino de resumir sus resultados que, traducidos y zipeados, son:
Tras el seguimiento de 3500 niños de entre 1 mes y 6 años de edad en varios lugares de Kenia, se estima que el uso de mosquiteras tratadas con insectidas redujo la mortalidad un 44%.
El resultado parece espectacular pero Fegan y compañía son honrados y en su artículo hacen énfasis en los problemas y limitaciones del estudio así y dan estimaciones de incertidumbre que no pueden ser obviadas. En la Discusión del trabajo completo se lee (traducción no literal):
La tasa estimada de mortalidad en niños que han usado una mosquitera tratada es del 56% de los niños que no la han usado [...]. Esto supone unas siete muertes evitadas por cada 1000 mosquiteras repartidas.
A pesar de esto, la mortalidad infantil en conjunto no ha variado en los dos años de observación. Una posible explicación para estos resultados aparentemente contradictorios es que durante el primer año hubo una sequía que pudo afectar a la transmisión de la malaria destacando otros efectos de la situación sanitaria (1). Durante el segundo año llovió el doble y se las mosquiteras fueron repartidas masivamente en la segunda mitad del año eliminando las desigualdades anteriores.
(1) Se refiere a la posibilidad de acceso a las mosquiteras, muy diferente en ese año según zonas.
Otro efecto que ha podido influir en los resultados es la introducción de nuevos medicamentos antimalaria [...] con capacidad de reducir la transmisión de la anfermedad.
Los medicamentos mencionados comenzaron a usarse entre julio y septiembre de 2006, coincidiendo con parte del estudio. Los autores siguen enumerando problemas con honradez, entre ellos la dificultad de verificar algunos datos básicos:
No podemos estar completamente seguros de los informes sobre el uso de mosquiteras por parte de los niños que han muerto.
Ufff... Pero volvamos al resultado principal: la reducción del 44% en la mortalidad se expresa también en el trabajo como la relación entre mortalidades con y sin mosquiteras, que es de 0·56. Es un resultado aparentemente estupendo pero los autores estiman que está afectado por una incertidumbre que se refleja en un intervalo de confianza (95%) de 0·33 a 0·96 (p=0·04). Ese rango hace que los resultados deban tomarse con pinzas e interpretarse con mucha precaución.
Las mosquiteras no sólo evitan cientos de picaduras durante la noche sino que reducen la población de mosquitos al estar tratadas con insecticidas (imagen).
La versión publicitaria
A primeros de agosto de 2007, el grupo de Fegan conversó con la OMS sobre el trabajo bajo condición de confidencialidad ya que no les parecía correcto darlo a conocer antes de "legitimarlo" mediante su revisión por otros especialistas y su publicación en una revista relevante (The Lancet tiene un factor de impacto de 25).
Contaban con el compromiso de la OMS que tardó sólo unos días en incumplirlo haciendo una declaración de prensa sin avisar al equipo de sus intenciones. El comunicado con fecha del 16 de agosto, firmado por J. Palmer y V. Crowell (esta última de la OMS) tiene como subtítulo "Datos recientes en Kenia 'finalizan el debate' sobre la distribución las mosquiteras". Ese debate se refiere a la eficacia de dos estrategias: la de mosquiteras con tratamientos insecticidas únicos, de larga permanencia, y la de mosquiteras que son rociadas a intervalos determinados. La OMS defiende la eficacia de la primera y usa este estudio como prueba definitiva (las cursivas son mías):
Sensacionales resultados en Kenia, conseguidos mediante la nueva estrategia recomendada por la OMS, muestran que la distribución masiva de mosquiteras tratadas con insecticidas de larga permanencia es una forma eficaz de incrementar rápida y espectacularmente la protección, especialmente entre los más pobres.
Los responsables de la OMS no sólo violaron la confianza del grupo actuando a sus espaldas sino que emitieron un comunicado excesivamente simplista obviando las partes que podían oscurecer una noticia tan espectacular y prometedora. Entre estos, el más relevante porque pone en entredicho el principal resultado del estudio, es el intervalo de confianza mencionado antes. Lógicamente, tampoco se comunica ninguna de las posibles fuentes de incertidumbre que los autores plantearon en su artículo.
Comentarios finales
Creo que del ejemplo podemos sacar algunas conclusiones. La primera es que organizaciones cuya acción merece respeto y apoyo pueden comportarse de forma irresponsable. La segunda es que no podemos dedicarnos a confirmar todas las noticias que nos saturan pero sí deberíamos poner en remojo aquellas sobre resultados espectaculares en materias tan sensibles como la salud. La tercera es que la mayoría de los resultados científicos no pueden resumirse en un par de frases o titulares sin obviar elementos esenciales. Es una pena pero es la cosa es así. Esto confirma la necesidad de que científicos y periodistas nos esforcemos en hacer una comunicación a la vez ágil y veraz. Eso sí, tampoco hay que quitar responsabilidad al resto de la sociedad, que debería esforzarse también en leer con atención y espíritu crítico. Difícil todo ello pero no imposible.
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