Introduzco en el buscador de
la-prestigiosa-revista-Science las palabras "climate change": 2915 resultados. Hago lo mismo en
Nature: 2105 resultados. Son más de 5000 resultados (no todos son artículos pero sí una mayoría) sólo en dos revistas que, por otra parte, no están dedicadas expresamente al tema.
En vez de enzarzarnos en discusiones políticas, podemos acudir a las fuentes. Este primer trabajo estudió la evolución de 67 glaciares desde los años 50 hasta los 90. El resultado básico es que los glaciares pierden hielo a un ritmo que se aceleraEse es uno de los motivos por lo cuales el cambio climático es un tema de conversación donde casi nadie habla con conocimiento de causa: temo que ninguno de nosotros ha leido ni el 1% de dichos trabajos (bueno, descontando a Arturo que veo que se asoma por aquí, saludos).
Para apuntarse a Capuletos o Montescos sería conveniente leerlos pero como no puede ser ya que a nuestro tiempo es limitado y los temas de interés son infinitos, habrá que acudir a mecanismos alternativos y asignarles mayor o menor credibilidad. Por mi parte, simplifico lo más posible y sólo me fío de algunos artículos cuya metodología me parece sólida. Y, visto el interés del asunto, de vez en cuando voy a ponerles por aquí alguno de ellos. Algunas veces, incluso, intentaré explicar, dentro de mis limitaciones, las razones de su fiabilidad (o falta de ella).
El de hoy es el siguiente:
Anthony A. Arendt, Keith A. Echelmeyer, William D. Harrison, Craig S. Lingle, Virginia B. Valentine (2006) Rapid Wastage of Alaska Glaciers and Their Contribution to Rising Sea Level, Science, 297 (5580): 382-386. DOI:10.1126/science.1072497
Es decir: "Rápido desgaste de los glaciares de Alaska y su contribución al crecimiento del nivel del mar" (sí, siempre suena mucho mejor en inglés).
Resumen:
Hemos usado altimetros láser aerotransportados para estimar los cambios de volumen de 67 glaciares en Alaska desde mediados de la década de los 50 hasta mediados de los 90. La tasa media de cambio de espesor en estos glaciares fue de -0.52 m/año. La extrapolación a todos los glaciares de Alaska da un cambio de volumen total anual de -52 ± 15 km3/año (equivalente en agua), lo que supone una subida de nivel del mar (SLE) de 0.14 ± 0.04 mm/año. La repetición de medidas de 28 glaciares desde mediados de los 90 hasta 2000-2001 sugiera un incremento en la tasa de adelgazamiento: -1.8 m/año. Esto apunta a una pérdida de volumen anual para los glaciares de Alaska de -96 ± 35 km3/año, o 0.27 ± 0.10 mm/año SLE, durante la pasada década. Estas pérdidas recientes están cerca del doble de la pérdida estimada para el hielo de Groenlandia durante el mismo periodo y es mucho mayor que las pérdidas estimadas publicadas previamente para los glaciares de Alaska, lo que constituye la mayor contribución glaciar al incremento del nivel del mar hasta el momento.
No está de más comentar que la altimetría láser se basa en la emisión de cortos pulsos de luz (monocromática y coherente) dirigidos hacia la superficie del terreno y en la detección del reflejo. Midiendo el tiempo entre la emisión y la recepción es posible estimar la distancia hasta la superficie reflectante. Habitualmente la luz se emite en la porción infrarroja del espectro con lo que es invisible para nosotros. Se emiten algunos miles de pulsos por segundo que se dirigen mediante un espejo móvil para realizar un barrido continuo del terreno que se sobrevuela. La localización exacta del avión y la puntería del láser se controlan mediante el uso combinado de GPS y de un Sistema Inercial de Navegación. El resultado es un modelo digital de superficie (MDS) donde tenemos millones de puntos georreferenciados.
Datos complementarios: hay unos 160000 glaciares en la Tierra. Los de Alaska (y Canadá cercanos, que metemos en el mismo saco) tienen una superficie de unos 90000 km2, un 13% de la superficie glaciar total. De estos, los autores han estimado los cambios en volumen y área de 67, un 20% del total.
Métodos: se trazaron perfiles longitudinales sobre los glaciares y sus tributarios principales desde alturas de 50 a 300 m sobre la superficie. Los perfiles fueron comparados con las curvas de nivel de mapas topográficos del USGS y CDEMR que fueron realizados con fotos aéreas de los años 50 a los 70. Las diferencias en elevación se hicieron mediante la intersección de los perfiles y curvas de nivel.
Desde los 50 a 1993-1996 (primer periodo) se midieron 67 glaciares. Desde 1999 hasta el presente (2002, segundo periodo) se repitieron medidas en 28 de ellos. En estos casos, se compararon los nuevos perfiles con los viejos, con independencia de la topografía subyacente.
Resultados: aparte de los mencionados en el resumen de arriba, se encuentra que la mayor parte (no todos) de los glaciares retroceden. El área de los glaciares se redujo un 0.8% (131º km2) en el primer periodo (45 años) y un 0.4% en los últimos 5-7 años.
Opiniones al vuelo: creo que la parte relativa al nivel del mar sobraba aunque queda bien en el título del trabajo. El motivo es que, aunque la muestra es grande, la extrapolación introduce un error difícilmente evaluable y el resultado, al menos a mí, no me parece muy relevante.
Los errores inherentes a la altimetría láser son reducidos (unos 30 cm) pero con la cartografía antigua la cosa se pone peor, con posibles errores en la altura de 15 a 45 m. Por ese motivo los resultados de la estimación volumétrica absoluta pueden ser discutibles pero lo son menos los de cambios entre perfiles, donde sólo intervienen estos y no las curvas de nivel. Los autores comentan que han manejado estos errores (y algunos otros) y, funciñon de ello, han determinado el intervalo de confianza "razonable" para las estimaciones que presentan.
Los perfiles son densos, con 10000 a 20000 puntos en cada glaciar (es una media, los glaciares son de tamaños diferentes), lo que aumenta la fiabilidad de las comparaciones.
Una figura: la línea gruesa representa el cambio de grosor general (ordenadas) en función de la altura (abscisas). Con la salvedad de los finales de las lenguas glaciares, las zonas bajas sufren el mayor adelgazamiento. La figura de arriba es para el primer periodo y la de abajo para el segundo. Tazlina, Turquoise y Columbia son glaciares de tipos diferentes que se han representado individualmente.
Recordemos los resultados básicos: existe una pérdida neta de hielo más intensa en las zonas de menor altitud y casi inexistente en las cabeceras. La tasa de adelgazamiento en el "periodo reciente" es de casi tres veces la estimada en el periodo anterior.
La fotografía anterior (glaciar Columbia, Alaska) fue tomada en septiembre de 1966. Las líneas rojas representan el límite frontal a lo largo de los años (tomado de Meier, M.F. & Dyurgerov, M.B., 2002, How Alaska affects the World, Science 297: 349-350.