05 febrero 2006

Los nuevos matemáticos

Las reformas universitarias en las que llevamos metidos el último lustro ( y "pa" seguir) tendrán como repercusión matemáticos más dicharacheros y comunicativos con el resto del mundo. El País Universidad publica una nota esclarecedora sobre las expectativas en lo que respecta a los futuros matemáticos. El Ministerio, tras profundo estudio (lo supongo en función del tiempo que les ha llevado), llega a la conclusión de "una de las principales preocupaciones con vistas a la reforma de esta carrera" es que los titulados de matemáticas deben ser capaces de "comunicar, tanto por escrito como de forma oral, conocimientos, procedimientos, resultados e ideas matemáticas. Una vez que adquieran esta destreza, además de muchas otras, recibirán el título de licenciado en Matemáticas."
Curiosa esta nota. ¿Realmente existe actualmente incapacidad para comunicar en la licenciatura en matemática? ¿Es ese realmente el problema más relevante y hacia el que hay que dirigir el mayor esfuerzo? ¿No habrá algún otro problemilla o algún otro objetivo levemente más relevante?
Yo tengo ideas más rancias, simples como el mecanismo de un botijo. Creo que un matemático debe ser capaz esencialmente de trabajar en matemática, avanzar en la investigación y proponer nuevas ideas en su disciplina. Cabe que estos objetivos estén incluidos en la expresión "y muchas otras", no sé.
Y respecto a los esfuerzos en la modificación de la carrera, creería que es más importante dar medios, facilitar el acceso a las revistas, a los congresos, a las estancias, crear nuevas plazas que no se deban estrictamente a la existencia de alumnos, tratados como mercadería. Pero no, de dinero no me hables, que siempre estás igual, me dirán...
Medios y plazas deben ser problemas secundarios para la reforma. Basta ya de matemáticos encerrados en sus despachos resolviendo el último teorema de Fermat o la conjetura de Kepler. ¿De qué vale eso si no salen a demostrar que el dinero público se invierte bien? Miren ustedes a Arsuaga, qué bien lo hace, o a Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo. Usted no recibirá el título hasta que no demuestre (¿ante quién?) su capacidad verbal y escrita a la hora de comunicar.
Yo juraría que los exámenes consisten en eso en buena medida pero...
Por cierto que me gustaría que se exigiera esta nueva "destreza" a los que elaboran estas normas porque la verdad es que se entienden más bien poco.

¿Qué habría sido
de John Forbes Nash Jr. en este nuevo paradigma educativo? El matemático representado en "Una mente maravillosa" no hubiera pasado nunca esta prueba. Cierto que su tesis sobre juegos no cooperativos no llegaba a las 30 páginas, qué vergüenza. Y encima le dan un Nobel. Si fuera español tendría más futuro de caddy de golf en los nuevos campos de Murcia que en la universidad.
Al final todo encaja con tal de banalizar el conocimiento. Hemos caido en manos de los pedagogos postmodernos, herederos de aquellos que unas décadas atrás, sustituyeron el álgebra por la teoría de conjuntos, eliminaron el estudio implantando el "discútelo con tus compañeros" o el "subraya los conceptos importantes". A estos se les llena la boca con destrezas, capacidades y competencias, con autoevaluaciones y encuestas sobre niveles de satisfacción. Podeis iros a hacer puñetas, queridos, porque lo que necesitamos es otra cosa: un poco de sentido común y algo de seriedad. Sí, ya sé, esa mezcla es indistinguible de un cóctel Molotov.


Disculpadme, Ventura y Nieto, por este asalto. La viñeta viene de "Grouñidos en el desierto"

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