Vaya días que llevamos. Hoy las malas noticias se refieren a la oncocercosis, una enfermedad provocada por gusanos parásitos del género Onchocerca. Estos gusanos se trasmiten mediante la picadura de moscas del género Simulium que se alimenta de la sangre de personas infectadas inyectando posteriomente las larvas en personas sanas. Al cabo de unos meses, los gusanos se pueden detectar en la piel y comienzan a reproducirse hasta infectar masivamente a la persona. Además de las lesiones cutáneas, la infección ocular acaba ocasionando ceguera. Tracoma y oncocercosis son las dos principales causas de ceguera en el mundo.
La oncocercosis está presente en 35 países, muchos africanos pero también en México, Guatemala, Brasil, Ecuador, Venezuela y Colombia. El número de personas infectadas se estima en 37 millones con unos 120 millones en riesgo.
La enfermedad tiene un tratamiento eficaz mediante ivermectina, un medicamento que elimina los gusanos en su etapa más joven (microfilarias). Sus efectos se mantienen durante unos meses pero al no ser letal para los gusanos adultos reproductores, es necesario repetir el tratamiento sistemáticamente durante un largo periodo de 10 a 12 años para la erradicación completa del parásito.
La ivermectina se fabrica por los laboratorios Merck con el nombre de Mectizan que es también efectivo contra la filariasis linfática cuando coincide con la oncocercosis. En 1987 Merck inició el Mectizan Donation Program mediante el cual proporciona gratuitamente el medicamento a los países afectados con un total de 68 millones de dosis anuales.
¿Dónde está la mala noticia? Pues está en The Lancet, donde un trabajo (ver al final) informa de la posible aparición de poblaciones de gusanos adultos resistentes ya que se han detectado rápidas repoblaciones de microfilarias tras la administración de la dosis anual de medicamento. La zona afectada está en Ghana y lógicamente si se confirma la aparición de resistencia las consecuencias en las estrategias de tratamiento serán muy importantes. El principal problema, exportable a otras situaciones, es la dependencia de un único producto para el control de la enfermedad lo que nos deja indefensos ante la aparición de resistencias.
Nota: en una rápida encuesta a los colegas universitarios que pillé al asalto (físicos, informáticos e ingenieros) ninguno conocía las palabras "oncocercosis" ni "filariasis". Lo de vivir fuera de la dura realidad del trópico es un lujo.
Trabajo citado:
Osei-Atweneboana et al. (2007) Prevalence and intensity of Onchocerca volvulus infection and efficacy of ivermectin in endemic communities in Ghana: a two-phase epidemiological study. The Lancet, 369: 2021-2029. DOI:10.1016/S0140-6736(07)60942-8.
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