Detalles de tecnología: imágenes aéreas y plataformas con plumas
Hace un tiempo que quería comentar aquí la naturaleza y usos de las imágenes tomadas por satélites. El motivo es que hay muchas disponibles en Internet, además de programas gratuitos para trabajar con ellas. También es un motivo que el 99% de la información nueva sobre la Tierra se capta desde satélites, desde la usada para evaluar el posible cambio climático hasta para modelizar la dispersión de organismos por el viento. En Google Earth podemos ver ejemplos de este tipo de datos pero sólo aparece una mínima parte de la realidad: la visible. Hay imágenes tomadas en el infrarrojo o mediante radares que permiten analizar desde la cobertura del suelo hasta la emisión de calor o la dirección y fuerza del viento.
Hoy, que ando fatal de tiempo, sólo les voy a poner dos breves ejemplos del origen y del final, de como empezó todo y de cómo está ahora.
Empezamos por el final: el cacharrete que tienes ustedes en la foto es un avión espía no tripulado de los EE.UU., siempre vigilantes por la seguridad del mundo (ejem…). Reconozco que me gustan estos artefactos porque me atrae la tecnología y en estas aplicaciones está lo más avanzado del momento, que será posteriormente exportado a aplicaciones civiles. El avión, que en un alarde de imaginación han llamado Hawk, tiene entre sus instrumentos de observación sensores sensibles al espectro visible (0.4-0.8 μm) y al infrarrojo medio (3.6-5.0 μm), así como radares que permiten captar imágenes independientemente de la cobertura de nubes (las nubes son transparentes en esa zona del espectro). Los datos no los emite a estaciones en tierra sino a través de satélites mediante una antena alojada en la parte delantera y cuyo volumen es lo que determina la forma abombada del morro. ¿Más detalles? Pues lo habitual: doble sistema inercial de navegación, GPS…, autonomía de 24 horas, vuelo de unas 1,200 millas... Todo ello da a sus datos geográficos, captados desde un techo de 65,000 pies de altura, la precisión suficiente para servir de guía a la hora de lanzar misiles, la parte menos amable de este ejemplar. En este aspecto, la utilidad de los sensores infrarrojos en la guerra queda clara en esta imagen en la zona de Tora Bora de Afganistán. El Hawk fue utilizado masivamente en Irak en misiones de observación.
Por cierto que España también tiene el suyo, of course. Lean ustedes el breve artículo que hoy no quiero hacer comparaciones, ni proponer mejores modos de gastar el dinero, ni ponerme más borde de lo habitual viendo la historia de nuestro SIVA, el "pájaro con alas y cuerpo de fibra de carbono".
Y ya más en serio ¿dónde empezó todo esto? Pues hace ya una temporada, en 1858, Gaspard-Félix Tournachon, alias Nadar, tomó la primera fotografía aérea a 1200 pies sobre París desde la única plataforma posible en aquel momento: un globo. Los globos se usaron para tomar fotos en la guerra civil de los EE.UU. y más tarde, a primeros del siglo XX se usaron también cometas. En 1903, un tal Julius Neubronner patentó una cámara para ser transportada por palomas. La idea era que las palomas, además de servir para llevar mensajes, podían pasar desapercibidas a la hora de tomar fotos-espía, sobre todo comparadas con los globos. Aquí está una foto de ejemplo bastante buena y luego la cámara y su "plataforma", por si no se lo creían:
30 junio 2006
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