15 diciembre 2007
[Breves] SOS: problemas de conexión
He probado con dos ordenadores, uno conectado mediante wifi y otro con cable directamente al router. También con tres navegadores: Mozilla Firefox, Amaya e Internet Explorer. Con Firefox, el mensaje habitual es un "Terminado" con la página en blanco. Con los otros un directo "No se puede mostrar la página web".
Con cualquier otro blog o página web que no sea *.blogspot.com todo funciona correctamente. Curiosamente, el lector de feeds (Feedreader) los lee correctamente vengan de donde vengan, aunque luego tampoco es capaz de mostrarme la página completa en el caso de que sean sólo un resumen. Todas estas aplicaciones están actualizadas menos el IExplorer, que no utilizo normalmente.
Este problema me está impidiendo actualizar con comodidad, contestar en mi propio blog y comentar en otros por ejemplo, para felicitar al Topo por su publicación.
13 diciembre 2007
Aquellos poderosos ordenadores
Las tarjetas habían sido perforadas una a una en una suerte de pupitre con teclado, y mi tesina contaba con 642. Cada tarjeta podía almacenar 80 caracteres alfabéticos o numéricos.
Una vez introducido el paquete podías dedicarte a deambular por la granítica ciudad hasta pasado el mediodía. En ese momento volvías a la sala y abrías el cajón. Si no había nada era que aún no habían tenido tiempo para procesar el encargo y podías tomarte el día libre (lo cual solía tomar forma de vino de Ribeiro y queso con anchoas). Si había algo eran las fichas y un montón de papel rayado ("pijama" se decía). Salvo errores de lectura, allá estaban los cálculos impresos con una enorme impresora matricial.
Mi primer ordenador fue un Sharp 3201 al que llamé Cornelia (no me pregunten la razón, siempre quise darle nombre a estos trastos). Cornelia ganaba por goleada a sus congéneres de principios de los 80 porque mientras todos tenían 32 Kb de RAM, aquí podíamos disfrutar de 48 Kb. Además podía trabajar con una cinta de cassette para almacenar secuencialmente un "sinfín" de datos. Con Cornelia se elaboró el Estudio Epidemiológico en la Población Escolar de Avilés que comenté hace poco.
Luego mejoré notablemente mis capacidades comprando un Digital Rainbow 100+ de nombre Mariana que ya contaba con 128 kb de RAM aunque aún carecía de disco duro. Mariana se reseteaba cada vez que alguien pulsaba el timbre de la puerta. Por suerte encontré la solución: un gran transformador 220 a 220 V; y sí, en efecto, transformar no transformaba nada pero evitaba los picos y con ellos el desplome del sistema y del trabajo.
Por el medio muchas variantes de cálculo, desde una calculadora HP-41CV que aún uso (cumple estos días 27 años de funcionamiento intachable), hasta la regla de cálculo Faber-Castell que aprendí a manejar por pura afición porque, obviamente, hacía años que pertenecía al Jurásico.
Hoy, Cornelia II es un ordenador con 4 procesadores, 8 Gb de RAM y 2 Tb de disco duro. Poéticamente, ya no es lo mismo, pero es de una eficacia aplastante.
Cornelia II
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11 diciembre 2007
Jocelyn y su director de tesis
El IPS Array
El IPSA exploraba una zona del espacio entre 50º y -10º con una periodicidad de cuatro días. Los resultados se imprimían con plumillas en rollos de papel a razón de unos 34 m al día. Estos registros eran examinados manualmente por Jocelyn Bell Burnell que con 23 años estaba trabajando en su tesis doctoral. A las pocas semanas de analizar los registros, Jocelyn encontró unas señales que no encajaban con el típico centelleo de los cuásares que estudiaban pero tampoco parecían interferencias. Se dió cuenta también de que, aunque desaparecían y reaparecían, venían de la misma zona del espacio.
Jocelyn Bell en el IPS Array (1968)
De acuerdo con su director de tesis, Antony Hewish, decidieron acelerar el papel para tener una mejor discriminación de la extraña señal. Esto no podía hacerse de forma continua porque suponía unos 3 km de papel al día por lo que se buscaron sólo los momentos adecuados. Durante semanas Jocelyn no fue capaz de dar con la dichosa señal hasta que una noche, a finales de noviembre de 1967, reapareció. Se trataba de una serie de pulsos regularmente espaciados.
Al ver que la señal se adelantaba cuatro minutos cada noche, encajando perfectamente con el tiempo sidéreo, se descartó un origen terrestre. Pero los pulsos parecían claramente artificiales, excesivamente regulares: el periodo era exactamente de 3.67 segundos. Unos días después, P.F. Scott y R.A. Collins lograron hacer la misma observación desde otro radiotelescopio, lo que garantizaba que no era un problema instrumental. John Pilkington midió la dispersión estableciendo que la fuente estaba fuera del Sistema Solar pero dentro de nuestra galaxia.
La posibilidad de que proviniera de seres extraterrestres fue tomada como posible opción lo que, con bastante ironía añadida, les llevó a bautizar a la fuente como LGM1 (Little Green Men: pequeños hombres verdes).
Una noche antes de la Navidad, Jocelyn se puso a examinar otras zonas diferentes en los registros y encontró algo que parecía similar en la zona de α-Casiopea. Confirmó que aparecía en otros días y unas horas más tarde analizó con el radiotelescopio la zona sospechosa durante apenas cinco minutos: los pulsos aparecían claramente con periodos de 1.2 segundos.
Un análisis exhaustivo de los registros permitió encontrar dos nuevos conjuntos de señales: ya iban cuatro. Aunque los llamaron LGM2, 3 y 4, la hipótesis de los hombrecillos verdes se deshizo: era altamente improbable que cuatro mundos extraterrestres enviaran a la vez y en la misma frecuencia señales similares desde lugares tan distantes. Tenía que haber otra causa.
El descubrimiento de la primera fuente de señales se publicó en Nature el 24 de febrebro de 1968, apenas 12 días después de haberlo enviado:
Hewish, A.; Bell, S.J.; Pilkington, J.D.H.; Scott, P.F.; Collins, R. A., 1968. Observation of a rapidly pulsating radio source. Nature, 217: 709-713 (24 de febrero de 1968). DOI: 10.1038/217709a0
El resumen era, como corresponde, breve y claro:
Unusual signals from pulsating radio sources have been recorded at the Mullard Radio Astronomy Observatory. The radiation seems to come from local objects within the galaxy, and may be associated with oscillations of white dwarf or neutron stars.
A partir de ese momento y tras un periodo de popularidad "mediática", Jocelyn Bell abandonó las observaciones y se dedicó a sacar adelante su tesis sobre los cuásares, su objetivo inicial. Luego cambió de lugar de residencia y de trabajo y no volvió a trabajar en el asunto que la hizo efímeramente famosa. Siguió su carrera universitaria y este año 2007, con 64 años, recibió el doctorado honoris causa por las universidades de Oxford y Durham.
Púlsares
La fuente de las insólitas señales resultó ser un alucinógeno tipo de estrella que recibió el nombre de púlsar (de pulsating star). Los púlsares tienen una masa similar a la de nuestro Sol, sólo que reducida a una esfera de pocas decenas de km de diámetro. Son un tipo de estrellas de neutrones con un campo magnético algo más intenso que el terrestre, sobre un billón de veces más o menos. La radiación se emite por los polos de dicho campo que, al no estar alineados con el eje de rotación, convierten a la estrella en un faro cósmico. Los periodos de rotación de los púlsares son difíciles de asimilar: el de LGM1, llamado después PSR B1919+21, es de 1.3373 s; PSR B0531+21 (púlsar del Cangrejo) gira 30 veces cada segundo; PSR B1937+21 tiene un periodo de 0.0015578 s, es decir, gira 642 veces por segundo. La superficie de este púlsar se mueve a 1/7 de la velocidad de la luz.
No se pierdan el "sonido" del púlsar Vela y la imagen tomada por el observatorio de Rayos X Chandra :
Todo eso valía un premio Nobel pero se lo dieron a Antony Hewish, no a Jocelyn Bell, en 1974. Fred Hoyle fue uno los físicos que dijo que deberían haberlo compartido. Jocelyn mantuvo años después que no tenía resquemor por aquello, que a fin de cuentas sólo era una estudiante de doctorado. Espero que esa declaración fuera sólo una muestra de corrección política en vez de una muestra de perfecta inserción en el escalafón.
Para explorar:
Sonidos del espacio.
Sonidos de púlsares.
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07 diciembre 2007
Los códices desaparecidos
«Por la presente vos cometemos y encargamos y mandamos que tengáis mucho cuidado de mirar y visitar los dichos indios y hacer que sean bien tratados e industriados y enseñados en las cosas de nuestra santa fe católica por las personas que los tienen o tuvieren a cargo y veáis las leyes y ordenanzas e instrucciones y provisiones que se han hecho o hicieren cerca del buen tratamiento y conversión de los dichos indios, las cuales haréis guardar y cumplir como en ellas se contiene, con mucha diligencia y cuidado»
Movido por su ardiente celo apostólico inició también procesos inquisitoriales en México con un total de 183 causas. En una de ellas, en 1539, actuó contra Carlos Ometochtzin, hijo del señor de Texcoco, Nezahualpilli, acusado de apóstata e instigador de la idolatría. Fue quemado vivo el 30 de noviembre en la plaza Mayor de la ciudad de México. Estaba claro cual era el dios verdadero y qué pasaba si abandonabas el buen camino.
No contento con la conversión de los vivos, decidió facilitar el olvido del legado de los muertos. Cito literalmente el texto de su biografía en la poco sospechosa web de la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe:
...apenas cinco meses antes de recibir a Juan Diego, se precia en una carta al Capítulo General de su Orden, en Tolosa, de haber arrasado con cuanto había podido: ‘quinientos templos de los dioses y más de 20.000 imágenes de los demonios que adoraban...'
Pero no sólo templos e imágenes, sino también libros y papeles prehispánicos, de naturaleza jurídica, administrativa, comercial y de diversos ámbitos de conocimiento, fueron destruidos sistemáticamente por Zumárraga y sus ayudantes
Fernando Báez ratifica: "en el año 1530, en Tetzcoco, hizo una hoguera con todos los escritos e ídolos de los mayas". Eduardo Galeano, Juan Bautista Pomar y C. W. Ceram repiten la existencia del "auto de fe" donde se borraba irrecuperablemente el pasado para dejar paso libre a un futuro recto.
La parajoda (no es errata) está en que Fray Juan fue también el primer editor de libros en México. Libros, no lo duden, siempre correctos.
Como hoy va de franciscanos, citaremos también a Diego de Landa, otro celoso vigilante de la fe nacido en Cifuentes (Guadalajara) en 1524. En este caso realizó su labor en Yucatán, donde fue Provincial a partir de 1561 (la zona incluia también la actual Guatemala). Al año siguiente se estrenó mediante un auto de fe en Maní que, tras "interrogatorio hostil" (así se dice ahora), culminó el 12 de julio con la quema de cientos de ídolos y todos los libros que pudieron encontrar. En su obra "Relación de las cosas de Yucatán" (hacia 1566) lo dice y justifica:
Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos, lo cual sintieron a maravilla y les dio mucha pena.
Otra parajoda (sigue sin ser errata) es que Fray Diego fue el único que describió los signos de la escritura maya y su equivalencia con el español. A pesar de los numerosos errores, derivados del empeño en usar una clave alfabética en vez de reconocer la naturaleza silábica de la escritura, fue útil para comenzar la tarea de desciframiento. Asimismo, su Relación es un documento único para el estudio de la situación en aquel siglo crítico donde tanto se perdió.
La destrucción de los escritos mayas fue eficaz ya que sólo cuatro de ellos sobrevivieron en forma de códices (otras muestras han quedado esculpidas o pintadas en murales o cerámica). Los códices están escritos sobre papel plegado en acordeón, hecho de corteza vegetal. Los supervivientes son los llamados de Dresden (39 pág., 3.6 m), de Madrid (112 pág., 6.8 m), de París y Grolier (11 páginas fragmentarias y de autenticidad discutida). Todos pueden descargarse en los enlaces anteriores aunque algunas fotos son antiguas (el códice de París, por ejemplo, lleva tiempo almacenado en una caja sellada por su fragilidad).
Una página del códice de Madrid
La escritura maya surgió de forma independiente del resto de las escrituras del mundo. A pesar de su complejidad, los glifos en que se basa se saben leer actualmente en buena parte, aunque aún hay muchos detalles sin comprender.
El personaje clave de este trabajo fue Yuri Valentinovich Knórosov (1922-1999), un soldado ruso en la Segunda Guerra Mundial. Se dice que, al entrar con el ejército ruso en Berlín se llevó de la Biblioteca Nacional dos libros: la mencionada Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa y Códices mayas (1930-1933), con reproducciones de los hermanos guatemaltecos José Antonio y Carlos A. Villacorta Calderón. Pero esto merece ser una historia aparte.
Yuri Valentinovich Knórosov
Finalizo con la trascripción de un texto de José de Acosta (1539-1600):
En la provincia de Yucatán, donde es el obispado que llaman de Honduras, había unos libros de hojas a su modo encuadernados o plegados, en que tenían los indios sabios la distribución de sus tiempos, y conocimiento de plantas y animales, y otras cosas naturales, y sus antiguallas; cosa de grande curiosidad y diligencia. Parecióle a un doctrinero que todo aquello debía de ser hechizos y arte mágica, y porfió que se habían de quemar, y quemáronse aquellos libros, lo cual sintieron después no sólo los indios, sino españoles curiosos, que deseaban saber secretos de aquella tierra.
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06 diciembre 2007
[Breves] Doña Mercedes y los datos imaginarios
Doña Mercedes Cabrera, ministra de Educación y Ciencia en España, justifica en una entrevista en RNE1 los malos resultados del informe Pisa mediante una estrategia novedosa: usando datos imaginarios. Dice doña Mercedes que si tuviéramos un informe Pisa de hace 20 o 30 años veríamos lo mucho que hemos mejorado.
Debo reconocer que me sorprendió esta nueva forma de eludir la realidad. Usa datos inexistentes para convencernos de la bondad de los actuales (estos sí reales).
¿No se lo creen? Escuchen la grabación de la entrevista para el programa "En días como hoy" de Juan Ramón Lucas a partir del minuto 16:30. Por cierto que JR Lucas, como siempre, no supo o no quiso preguntar lo obvio: Oiga ¿y usted cómo sabe eso? ¿con qué datos lo sostiene?
Y sí, soy de la generación aludida.
02 diciembre 2007
Los libros arden tan bien...
La obra completa de Aristóteles estaba en la Biblioteca de Alejandría. No desapareció sola ya que en su destrucción se acompañó de cientos de miles de rollos: 700000 según Aulo Gelio (Noctes Atticae, Libro VI: XVII) y Amiano Marcelino (Ammiani Marcellini Historiae, Libro XXII: 16,13); otros dan cifras menores pero, en cualquier caso, enormes.
La Biblioteca de Pérgamo, en la costa occidental de la actual Turquía, fue fundada hace algo más de 2000 años. Fue contemporánea de la de Alejandría y llegó a reunir entre doscientos y trescientos mil volúmenes sobre pergamino, material más resistente que el papiro. El esfuerzo fue vano ya que, tras ser parcialmente destruida en las guerras de Asia Menor, lo que pudo quedar desapareció sin dejar rastro, tal vez en la conquista de la ciudad por Marco Antonio o poco después en Alejandría, donde se dice que fueron a parar los fondos que quedaban como regalo de Marco Antonio a su Cleopatra.
No fueron las únicas, aunque sí las más famosas de la antigüedad. Se mencionan en fuentes clásicas las bibliotecas privadas del propio Aristóteles, Eurípides, Pisístrato o Hierón, las públicas de Atenas o Rodas. De otras sólo queda registro en alguna mención o inscripción: Cos, Milasa, Delfos...
Las bibliotecas islámicas fueron muchas y preservaron durante siglos oscuros el saber anterior y desarrollaron el propio. No por ello se libraron de la destrucción (los libros arden tan bien). Por mencionar dos: Dar al-Hikmah, fundada por el califa abbasí Hārūn al-Rashīd a finales del siglo VIII en la ciudad de Bagdad y que alcanzó su cénit con su hijo al-Mámun. La biblioteca fue destruída junto con la ciudad de Bagdad completa por los mongoles de Hulagu Khan en 1258.
La otra podría ser Dar al-I'lem, fundada en el año 1005 en al-Qáhira (El Cairo) por el sultán de la dinastía fatimí al-Hakim y destruida por Saladino el año 1172.
En España también tenemos casos notables ya que época omeya hubo hasta 70 bibliotecas entre públicas y privadas. La más famosa fue la fundada por Al-Hakem II (961-976), califa de Córdoba que compró o mandó copiar todo lo que consiguió, incluyendo viajes a Bagdad, Damasco o Alejandría. Se estima que atesoró unas cuatrocientas mil obras. La biblioteca de Córdoba duró poco ya que fue quemada en su mayor parte por Al-Mansur (Almanzor en nombre cristiano) en un intento, eliminando libros impíos, de aparecer como adalid de la religión ante sus críticos.
Cosas de antiguos, podríamos suponer si no tuviéramos memoria. Pero los avances cientificos y tecnológicos no han supuesto necesariamente avances culturales equivalentes.
Así, muy cerca tenemos ejemplos magníficos por lo recientes y por lo que podríamos aprender de ellos. Cuenta Fernando Baéz, citando al escritor Ivan Lovrenović, la destrucción de la Biblioteca Nacional de Bosnia y Herzegovina en Sarajevo (pueden ver un artículo de Lovrenović sobre estas destrucciones aquí):
La biblioteca tenía 1500000 de volúmenes, 155000 obras raras, 478 manuscritos, millones de periódicos del mundo entero, pero fue devastada por órdenes del general serbio Ratko Mladic por medio de 25 obuses incendiarios...
Y en otra ocasion hablé del peor acontecimiento, permitido, cuando no alentado, por las potencias que se supone más desarrolladas en cultura y derechos.
La Biblioteca Nacional de Iraq, en Bagdad, fue quemada en abril de 2003. El día 10 comenzó el saqueo. Las tropas de los EE.UU. estaban allí pero no hicieron nada para proteger el edificio. Una semana más tarde un grupo no identificado entró, de nuevo sin oposición alguna, y provocó el incendio. En el mismo también desapareció el Archivo Nacional, con 10 millones de documentos. Sólo por mencionar un libro entre tantos: el Canon en Medicina de Avicena (980-1037 d. C).
No fue esto lo único, claro, la Biblioteca Awqaf, en el Ministerio de Asuntos Religiosos, quedó en ruinas. Algo parecido pasó en la Casa de la Sabiduría (Bayt al-Hikma) y en la Academia de Ciencias de Irak.
En el archivo de Bagdad (foto de NYT)
Donald Rumsfeld lo explicó con claridad "la gente libre es capaz de cometer fechorías, y eso no puede impedirse". En el Ministerio del Petróleo no se extravió nada. Ahí sí pudieron impedirlo ya que estaba fuertemente custodiado.
Algo más de información:
Artículo de Fernando Báez con fotografías.
Artículo de Javier Gimeno.
Quema de libros en Berlín, 10 de mayo de 1933. Fue coordinada en Bonn, Braunschweig, Bremen, Breslau, Dortmund, Dresden, Frankfurt, Göttingen, Greifswald, Hannover, Hannoversch-Münden, Kiel, Königsberg, Marburg, München, Münster, Nürenberg, Rostock y Worms.
Nota: no me olvido de la quema sistemática de códices en América tras la conquista. Otro día hablaremos de ello pero es un excelente ejemplo de destrucción sistemática destinada a borrar el pasado y sustituirlo por "valores" nuevos.
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