En Sevilla tres profesores de la universidad han sido acusados de estafa. Según la información aparecida en los periódicos (la más explícita es la del Diario de Sevilla) estos personajes abrieron cuentas comunes con los becarios de un proyecto con el resultado de que estos sólo cobraban un cuarto de su beca (300 euros de 1200) mientras ellos se embolsaban el resto. Al final, lo estafado asciende a unos 87000 euros. Los comentarios de los acusados en el juicio no tienen desperdicio, léanlos en el enlace anterior y alucinen teniendo en cuenta que el responsable del proyecto y su señora, también procesada, pertenecen, ironías de la vida, al Departamento de Derecho del Trabajo.
Este asunto no me es desconocido. En la universidad en la que estuve anteriormente hubo un caso similar, menos grave en cantidad pero igualmente sórdido, que acabó con una suspensión temporal de empleo y sueldo.
En este caso, la fiscalía pide cuatro años de cárcel y la acusación particular seis. Sin embargo, les confieso que estaré más atento a las reacciones de la Universidad de Sevilla que a las consecuencias penales inmediatas porque quiero suponer que la suspensión de sus puestos universitarios será inmediata.
La información básica ha sido comentada en otros lugares de la red y en los periódicos por lo que quería añadir alguna complementaria. Por ejemplo, que buscando apenas unos minutos por internet es inmediato localizar los tres profesores, el proyecto en el que se trabajaba y los nombres de los estafados ya que el proyecto tiene su ficha en la Universidad de Sevilla.
Eso permite conocer algunas curiosidades sobre el contexto de la estafa. La primera es que el proyecto no era una minucia sino que se trataba de uno coordinado, internacional, donde intervinieron 5 universidades, 4 europeas y una estadounidense. Tampoco es muy reciente, ya que se desarrolló en el periodo 2000-2003 sólo que el juicio se ha extendido hasta estos momentos.
La segunda es que está financiado por el programa CORDIS de la UE y que el coordinador es un profesor sueco de la Universidad de Göteborg que, supongo, esté revisando su forma de elegir colaboradores.
¿Y la financiación del proyecto? Pues unos eurillos, en concreto 848000 (ochocientos cuarenta y ocho mil por si alguien cree que hay algún cero de más).
La universidad, como el resto de la sociedad, es un juego de luces y sombras. A veces las sombras son profundas y no debemos ignorarlas. Pero tampoco es razonable utilizar este caso como una coartada para el linchamiento general como se ha hecho en algunos foros ignorando, por ejemplo, que el dinero de las becas y contratos no pasa por las manos de los responsables de los proyectos sino que se paga directamente desde los servicios centrales de las universidades. ¿Cómo se puede entonces robar una beca? Pues solo convenciendo a las víctimas de que compartan sus cuentas corrientes con los estafadores, cosa singular y sorprendente pero que fue exactamente lo que ocurrió en este caso.
¿Saben cómo se llamaba el proyecto? "Nueva comprensión de la organización europea del trabajo". No, si la diana estaba bien puesta.
P.S. Observarán que no he utilizado el adjetivo "presunto" como está de moda en los medios. El motivo es que en las declaraciones, los procesados han reconocido el montaje intentando ampararse en que "había un acuerdo verbal". A partir de ese momento me da igual la corrección politica. Chorizos.
12 junio 2007
Nuevas formas de trabajo
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10 junio 2007
Ladrillo efímero
José Rafael Moneo Vallés diseña el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida que acaba construyéndose en el periodo 1980-1985. Personalmente no me gusta que se edifique sobre restos arqueológicos (ver la cripta) pero reconozco que el Museo me gusta en líneas generales. Algunas cosas me gustan más, como la elección del ladrillo macizo que permite el aparejo sin llaga, o la iluminación de la sala principal. Otras menos, como la pésima mezcla de colores de los ladrillos exteriores donde no mezclaron bien piezas de diferentes tiradas y el resultado es una chapuza monumental.
Aún así, esta entrada no es para comentar sólo eso sino el hecho sorprendente de que, apenas a 20 años de la inauguración, el exterior se deshace. Este ladrillo no durará lo que lleva aguantando el del acueducto de Los Milagros. Como pueden ver en las fotos de abajo, las filtraciones de agua han deteriorado amplias zonas de la fachada. ¿Otra chapuza? Parece que si, que lo del agua no se ha resuelto correctamente. Y es que no basta con un buen diseño. hay que rematar la faena con una buena ejecución de la obra.
Por cierto, sigo sin entender como es posible que el Museo cierre todos los festivos (incluyendo domingos claro) a partir de las 14 h. Misterios de las estrategias turísticas.
05 junio 2007
Kico y su pastelera madre
Me gusta la arqueología. Y tengo más respeto por lo viejo que por lo nuevo que frecuentemente me parece puro esnobismo. Por ejemplo, el puente de Santiago Calatrava en Mérida (puente Lusitania, 1992) me parece un desastre. La razón es que don Santiago no se dió cuenta de que no estaba construyendo en un erial sino a pocos metros de una obra como el puente romano y que esa vez no te tocaba a él ser protagonista. En mi imaginación veo algo que no ocurrió: lo veo pensando como hacer una obra nueva armónica con la vieja, sin imitar, distinta pero amiga. ¿Que es difñícl? Pues claro, pero para eso es un arquitecto estrella.
Lo que pasó fue lo contrario, hizo lo de siempre, sin valorar el lugar y parecería que su puente tiene complejo ante el otro. Por ejemplo, el que circule en coche por el puente Lusitania se dará cuenta de que la altura de los tubos que hacen de barandilla es exactamente la adecuada para impedir la vista del puente romano. O el que lo haga de noche quedará deslumbrado por los cientos de tubos fluorescentes que anulan las discretas farolas que permiten el paseo relajado por el otro.
En fin, aparte de la digresión, sobre arquelología recuerdo dos sensaciones especialmente fuertes. La primera fue paseando por Tirinto, esa ciudad griega que tuvo su esplendor hace algo más de 3300 años y donde aún se mantienen en pie las galerías y sus enormes piedras. Otra fue al visitar un poblado celta fuera de las rutas turísticas en el concejo de Boal, en Asturias, y ver como salía de la tierra un horno. El día, húmedo y neblinoso controbuyó sin duda al efecto.
Por eso llevo mal que algún imbécil vacíe su espray en la puerta de madera de la universidad vieja de Oviedo o en los postigos del edificio histórico de Alcalá de Henares. Por eso me acuerdo de Kico y de sus antepasados cada vez que paso por la zona sur del puente de Mérida. Piedras que fueron labradas hace dos mil años, que han sobrevivido trabajosamente al montón de guerras que nos apasionan por estos lares y que, superado lo peor, se encuentran con Kico y su ansia de ser recordado. Por mi parte lo ha conseguido, me acuerdo de él con cierta frecuencia.
Lo que pasó fue lo contrario, hizo lo de siempre, sin valorar el lugar y parecería que su puente tiene complejo ante el otro. Por ejemplo, el que circule en coche por el puente Lusitania se dará cuenta de que la altura de los tubos que hacen de barandilla es exactamente la adecuada para impedir la vista del puente romano. O el que lo haga de noche quedará deslumbrado por los cientos de tubos fluorescentes que anulan las discretas farolas que permiten el paseo relajado por el otro.
En fin, aparte de la digresión, sobre arquelología recuerdo dos sensaciones especialmente fuertes. La primera fue paseando por Tirinto, esa ciudad griega que tuvo su esplendor hace algo más de 3300 años y donde aún se mantienen en pie las galerías y sus enormes piedras. Otra fue al visitar un poblado celta fuera de las rutas turísticas en el concejo de Boal, en Asturias, y ver como salía de la tierra un horno. El día, húmedo y neblinoso controbuyó sin duda al efecto.
Por eso llevo mal que algún imbécil vacíe su espray en la puerta de madera de la universidad vieja de Oviedo o en los postigos del edificio histórico de Alcalá de Henares. Por eso me acuerdo de Kico y de sus antepasados cada vez que paso por la zona sur del puente de Mérida. Piedras que fueron labradas hace dos mil años, que han sobrevivido trabajosamente al montón de guerras que nos apasionan por estos lares y que, superado lo peor, se encuentran con Kico y su ansia de ser recordado. Por mi parte lo ha conseguido, me acuerdo de él con cierta frecuencia.
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04 junio 2007
EnRedados
Verán que me he prodigado menos este mes, apenas un par de entradas semanales. Les daré la explicación pertinente comenzando por decir que no me gusta la gestión. Aún así, cuando un par de colegas me pidieron que respondiera a una convocatoria de la CYTED no pude negarme a pesar del indudable impacto que la cosa tendría en mi calidad de vida.
CYTED es el acrónimo de Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, una institución que publica convocatorias periódicamente sobre áreas estratégicas como agroalimentación, salud, desarrollo sostenible o tecnologías de la información. La idea general es clara: unir en redes colaborativas a grupos de investigación para, mediante el intercambio de conocimientos, técnicas y personas, generar un efecto sinérgico que potencie el conocimiento en esas áreas.
Planteamos una Red Temática para analizar las previsiones de los modelos de cambio climático en diversos escenarios y su repercusión en los bosques de Colombia, México, Ecuador, Argentina, Bolivia y España.
Aceptado el reto, estas semanas hemos estado organizando un proyecto donde intervienen México, Colombia, Bolivia, Argentina, Ecuador y España, del que me ha tocado la coordinación. Como novedad se me ocurrió montar un wiki como herramienta de colaboración dado, además, el poco tiempo disponible, la dispersión de los grupos y la dificultad de comunicarse a seis bandas con facilidad. La experiencia ha sido buena y del wiki salió el proyecto que fue presentado el pasado día 31 a la CYTED.
Una parte relevante del proyecto es el compromiso de que datos, métodos, resultados y documentación serán públicos. La otra es el propio proyecto que, aparte de reuniones y cursos de formación mutuos, analizará el posible impacto del cambio climático sobre la distribución de los ecosistemas forestales de cada país.
Dicho así suena fuerte pero el esquema es simple: supongan que un bosque aparece a media ladera de una cordillera. Analizando el clima nos damos cuenta de que la zona donde aparece ese bosque coincide con bastante fidelidad con una combinación de temperaturas máximas menores de 25ºC (límite inferior en altitud) y mínimas superiores a -5ºC (límite superior en altitud).
Si un modelo de cambio climático señala que las temperaturas máximas aumentarán 2ºC y las mínimas se reducirán 3ºC (incremento de la continentalidad por tanto), la consecuencia previsible es que el bosque reducirá su extensión porque el límite inferior subirá en altitud y el superior bajará estrechando la zona compatible.
Basándonos en este método, el proyecto plantea generar las zonas compatibles para los principales bosques de todos los países que intervienen en la Red a partir de datos climáticos actuales. Y luego, en la fase siguiente, se repetirán las estimaciones modificando los mapas climáticos de acuerdo con los 4 modelos de cambio climático (MCC) más extendidos y 4 escenarios posibles (crecimiento sostenible, exponencial...).
La idea es comparar la distribución actual con la prevista por todos los MCC y ver qué se gana, qué se pierde y dónde.
Lógicamente, la cosa es algo más compleja que lo escrito arriba. Sólo en cuanto a los métodos estadísticos posibles llevamos trabajando tres años en nuestro grupo, realizando ensayos controlados con una docena de opciones y analizando los resultados para descartar algunas opciones y usar otras.
Fíjense que no hemos dicho nada sobre la exactitud o no de los MCC porque este ejercicio no la da por supuesta ni mucho menos. Es más, está previsto analizar los siguientes parámetros:
¿Cuál es la utilidad práctica de esto? Pues que al sectorizar las zonas de cambio y estabilidad datos información para orientar las políticas de gestión ambiental. Por ejemplo, sería razonable que las zonas de bosque que previsiblemente van a perderse sean prioritarias a la hora de destinar recursos para su estudio mientras duren, que las que supuestamente van a mejorar puedan protegerse de actuaciones agresivas basadas en que ahora no valen demasiado y que las que van a seguir igual puedan preservarse manteniéndolas como están. Claro que plasmar esto en normativa legal es una parte en la que nosotros ya no entramos.
Para finalizar: una de las peculiaridades de todo este asunto es que prácticamente todo lo necesario para llevar adelante este proyecto está disponible en internet sin restricciones de ningún tipo:
CYTED es el acrónimo de Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, una institución que publica convocatorias periódicamente sobre áreas estratégicas como agroalimentación, salud, desarrollo sostenible o tecnologías de la información. La idea general es clara: unir en redes colaborativas a grupos de investigación para, mediante el intercambio de conocimientos, técnicas y personas, generar un efecto sinérgico que potencie el conocimiento en esas áreas.
Planteamos una Red Temática para analizar las previsiones de los modelos de cambio climático en diversos escenarios y su repercusión en los bosques de Colombia, México, Ecuador, Argentina, Bolivia y España.
Aceptado el reto, estas semanas hemos estado organizando un proyecto donde intervienen México, Colombia, Bolivia, Argentina, Ecuador y España, del que me ha tocado la coordinación. Como novedad se me ocurrió montar un wiki como herramienta de colaboración dado, además, el poco tiempo disponible, la dispersión de los grupos y la dificultad de comunicarse a seis bandas con facilidad. La experiencia ha sido buena y del wiki salió el proyecto que fue presentado el pasado día 31 a la CYTED.
Una parte relevante del proyecto es el compromiso de que datos, métodos, resultados y documentación serán públicos. La otra es el propio proyecto que, aparte de reuniones y cursos de formación mutuos, analizará el posible impacto del cambio climático sobre la distribución de los ecosistemas forestales de cada país.
Dicho así suena fuerte pero el esquema es simple: supongan que un bosque aparece a media ladera de una cordillera. Analizando el clima nos damos cuenta de que la zona donde aparece ese bosque coincide con bastante fidelidad con una combinación de temperaturas máximas menores de 25ºC (límite inferior en altitud) y mínimas superiores a -5ºC (límite superior en altitud).
Si un modelo de cambio climático señala que las temperaturas máximas aumentarán 2ºC y las mínimas se reducirán 3ºC (incremento de la continentalidad por tanto), la consecuencia previsible es que el bosque reducirá su extensión porque el límite inferior subirá en altitud y el superior bajará estrechando la zona compatible.
Basándonos en este método, el proyecto plantea generar las zonas compatibles para los principales bosques de todos los países que intervienen en la Red a partir de datos climáticos actuales. Y luego, en la fase siguiente, se repetirán las estimaciones modificando los mapas climáticos de acuerdo con los 4 modelos de cambio climático (MCC) más extendidos y 4 escenarios posibles (crecimiento sostenible, exponencial...).
La idea es comparar la distribución actual con la prevista por todos los MCC y ver qué se gana, qué se pierde y dónde.
Lógicamente, la cosa es algo más compleja que lo escrito arriba. Sólo en cuanto a los métodos estadísticos posibles llevamos trabajando tres años en nuestro grupo, realizando ensayos controlados con una docena de opciones y analizando los resultados para descartar algunas opciones y usar otras.
Mapa de distribución potencial del roble (Quercus petraea) en la Liébana (Cantabria) construido a partir de variables climáticas, topográficas y litológicas.
Fíjense que no hemos dicho nada sobre la exactitud o no de los MCC porque este ejercicio no la da por supuesta ni mucho menos. Es más, está previsto analizar los siguientes parámetros:
- coherencia de las previsiones de los 4 MCC para cada variable climática (usamos 19) en cada tipo de escenario en cada país.
- coherencia de las previsiones de cambios de distribución de cada bosque en cada tipo de escenario y en cada país.
¿Cuál es la utilidad práctica de esto? Pues que al sectorizar las zonas de cambio y estabilidad datos información para orientar las políticas de gestión ambiental. Por ejemplo, sería razonable que las zonas de bosque que previsiblemente van a perderse sean prioritarias a la hora de destinar recursos para su estudio mientras duren, que las que supuestamente van a mejorar puedan protegerse de actuaciones agresivas basadas en que ahora no valen demasiado y que las que van a seguir igual puedan preservarse manteniéndolas como están. Claro que plasmar esto en normativa legal es una parte en la que nosotros ya no entramos.
Para finalizar: una de las peculiaridades de todo este asunto es que prácticamente todo lo necesario para llevar adelante este proyecto está disponible en internet sin restricciones de ningún tipo:
- Documentación:
- Modelos de cambio climático: CGCM2 (Coupled Atmosphere Ocean General Circulation Model, Canadian Center for Climate Modelling and Analysis), CSIRO2 (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization), HadCM3 (UK Hadley Centre for Climate Prediction and Research) y PCM (Parallel Climate Model, US National Center for Atmospheric Research)
- Escenarios: se plantearán los denominados SRES-A1, A2, B1 y B2, descritos en The SRES Scenarios cuya descripción exhaustiva puede encontrarse en el Special Report of Emission Scenarios.
- Datos:
- de clima actual: descargables en la base de datos WorldClim de la Universidad de Berkeley.
- previsiones de cambio: Tyndall Centre for Climate Change Research.
- todo junto a diversas resoluciones en Climate data de DIVA-GIS.
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01 junio 2007
El juego más antiguo
Dos personas de la familia real jugaban sobre un tablero a un juego de fichas, donde ganaba el que primero colocaba las suyas en la meta. Unas calles más abajo, fuera de palacio, el juego se repetía en una casa de adobe. Era un juego con un tablero de 20 casillas, sólo que unos eran de madera y fueron destruidos por el tiempo mientras que otros estaban decorados con conchas y lapislázuli y perduraron más de 4500 años.
La escena se producía en Ur, la antigua ciudad sumeria del país que los griegos llamaron Mesopotamia (tierra entre ríos). Eran tiempos de prosperidad y el río Éufrates rodeaba la ciudad protegiéndola y dando fertilidad y agua a los campos. Hace 2500 años el río cambió de curso y Ur desapareció hasta del recuerdo.
Mucho tiempo después, el 2 de noviembre de 1922, Sir Leonard Woolley, coordinando una excavación del Museo Británico y de la Universidad de Pennsylvania llegaba a lo que quedaba de Ur, arrasada y enterrada bajo metros de tierra.
A lo largo de varios años excavó sobre la ciudad: templos, calles y casas vieron la luz de nuevo. En 1926 habían localizado un cementerio y más de 600 tumbas, sencillas y con pocos ornamentos. En otoño de 1927 encontraron otras más complejas, con varias estancias y llenas de magníficos objetos. En los años siguientes, hasta 1934, completaron la excavación de 1850 enterramientos de los cuales a 17 se les llamó "tumbas reales" por el ajuar que contenían.
El juego se encontró en una tumba mucho menos famosa, la PG/513.
Me gusta imaginarme ese objeto en su momento, con la gente a su alrededor pero ver eso necesita un viaje en el tiempo que no podemos hacer.
Lo más parecido es acudir a Treasures from the Royal Tombs of Ur o a la sección del Museo Británico llamada The Royal Tombs of Ur.
También había mucha historia de esas excavaciones depositada en el Iraq Museum de Bagdad pero hubo una guerra que la destruyó porque los nuevo bárbaros entendieron que el patrimonio de Iraq era sólo el de su petróleo y su historia no valía nada, aunque fuera el origen de la nuestra, aunque hubieran desarrollado la escritura que hoy permite que exista esta entrada en un blog. Miles de objetos que acompañaron a este juego en las casas sumerias fueron destruidos o saqueados en unas horas después de sobrevivir 4500 años a las calamidades naturales.
La escena se producía en Ur, la antigua ciudad sumeria del país que los griegos llamaron Mesopotamia (tierra entre ríos). Eran tiempos de prosperidad y el río Éufrates rodeaba la ciudad protegiéndola y dando fertilidad y agua a los campos. Hace 2500 años el río cambió de curso y Ur desapareció hasta del recuerdo.
Mucho tiempo después, el 2 de noviembre de 1922, Sir Leonard Woolley, coordinando una excavación del Museo Británico y de la Universidad de Pennsylvania llegaba a lo que quedaba de Ur, arrasada y enterrada bajo metros de tierra.
A lo largo de varios años excavó sobre la ciudad: templos, calles y casas vieron la luz de nuevo. En 1926 habían localizado un cementerio y más de 600 tumbas, sencillas y con pocos ornamentos. En otoño de 1927 encontraron otras más complejas, con varias estancias y llenas de magníficos objetos. En los años siguientes, hasta 1934, completaron la excavación de 1850 enterramientos de los cuales a 17 se les llamó "tumbas reales" por el ajuar que contenían.
Tumba en el cementerio de Ur (foto del British Museum)
Los objetos son aún maravillosos pero no todo su entorno lo era. En la tumba identificada como PG/1237 encontraron que el difunto "principal" estaba acompañado por otros 74 cadáveres, de los cuales 68 eran mujeres, todos sacrificados para acompañarle en el viaje final.El juego se encontró en una tumba mucho menos famosa, la PG/513.
Me gusta imaginarme ese objeto en su momento, con la gente a su alrededor pero ver eso necesita un viaje en el tiempo que no podemos hacer.
Lo más parecido es acudir a Treasures from the Royal Tombs of Ur o a la sección del Museo Británico llamada The Royal Tombs of Ur.
También había mucha historia de esas excavaciones depositada en el Iraq Museum de Bagdad pero hubo una guerra que la destruyó porque los nuevo bárbaros entendieron que el patrimonio de Iraq era sólo el de su petróleo y su historia no valía nada, aunque fuera el origen de la nuestra, aunque hubieran desarrollado la escritura que hoy permite que exista esta entrada en un blog. Miles de objetos que acompañaron a este juego en las casas sumerias fueron destruidos o saqueados en unas horas después de sobrevivir 4500 años a las calamidades naturales.
30 mayo 2007
¿Cambiar la docencia?
Aviso que este post va a ser desordenado, más una acumulación de ideas o impresiones que otra cosa. El asunto surgió de una conversación hace un par de días donde hablábamos de los posibles enfoques para una docencia universitaria diferente. ¿Por qué es necesario cambiar las formas de docencia en la universidad?. Hay más pero los motivos que comentábamos en esa conversación estaban relacionados con el acceso y gestión de la información, por ejemplo:
Por ejemplo: hay resistencia al cambio. Los profesores ven (vemos) que hay que replantearse muchas cosas. Que hay que pensar que las clases convencionales hacen agua y que hay que buscar alternativas. Que con un buen libro se mejoran los "apuntes" que un alumno pueda tomar en nuestras clases. Que las diapositivas de Powerpoint que usas van camino del limbo de los bits reciclados.
Y con esto se aproxima el Espacio Europeo de Educación Superior, EEES, que viene aparentemente a potenciar que estos cambios se realicen. Sólo aparentemente porque en realidad hay pocas cosas claras bajo esas siglas, que se han ido descafeinando a ritmo vertiginoso.De lo que queda podríamos decir que se tiende a reducir distancias, no sólo entre profesores y alumnos sino también entre los propios alumnos. En el primer caso eso mediante una atención más personal, por ejemplo, mediante un proyecto o práctica que el profesor tutorice de forma periódica e individual. En el segundo, mediante el retorno del trabajo cooperativo, entre pequeños grupos de alumnos que deben hacer tareas en común que serán también tutorizados por el profesor pero de forma colectiva.
En mi opinión, este cambio es deseable pero difícil. Veo al menos dos motivos para ello. El primero es de infraestructuras: las Facultades y Escuelas están diseñadas de otra forma, con aulas medianas o grandes. En cambio, habrá muy pocos o ningún espacio donde se pueda trabajar en grupos pequeños durante las horas que haga falta, esos que antes se llamaban seminarios: salas de 15 metros cuadrados o poco más, con una mesa central, una pizarra (¿digital?), un proyector, wifi...
Tampoco contribuye al éxito de la nueva estrategia que los libros se hayan centralizado en bibliotecas dotadas de una gran sala orientada sólo al trabajo individual (no se puede hablar ni hacer una reunión de grupo), en oposición a las pequeñas bibliotecas especializadas en los departamentos donde el acceso al material desde los seminarios sería inmediato.
Finalmente, la iniciativa debería ser organizada y coordinada desde arriba, donde tienen poder para asignar recursos y distribuir tiempos. Pero no hay recursos ni hay tiempo. Podría haberlos pero valen dinero.
Respecto a los recursos valga lo dicho arriba en cuanto a infraestructuras. El tiempo es otro escollo. Tiempo del alumno y tiempo del profesor. En el caso del alumno, no sería razonable que el cambio de métodos conlleve un incremento sustancial del tiempo de dedicación a cada asignatura porque los días tienen 24 horas, no más. Se supone que eso se solucionará con el diseño de los nuevos planes de estudio que se hará con el cálculo de los créditos ECTS, que miden la dedicación del alumno, no las horas de clase. Pero mientras tanto, hay lo que hay y cualquier cambio debe hacerse midiendo bien las consecuencias.
El tiempo del profesor es la otra cara del problema. Obviemos aquí al caradura o al impresentable de turno porque ese es otro debate diferente. Centrándonos en el profesor responsable, la docencia es sólo una parte de su dedicación ya que tiene también actividades de autoformación, de investigación y de gestión. Por poner un ejemplo, un proyecto de investigación lleva asociadas tareas como la propia investigación por parte del profesor (obviamente), pero también el seguimiento de los avances y problemas de un par de doctorandos, la lectura de nuevos artículos, la elaboración de los informes que la administración te pide periódicamente, la resolución de los pedidos de material, la renovación de las becas mediante más informes, la redacción de artículos, la atención al correo electrónico para comunicarse con otros colegas o grupos, la revisión periódica del calendario de tareas, reuniones de coordinación, revisión de indicadores de seguimiento del proyecto... eso si no tienes también que llevar la contabilidad o administrar el "hardware".
El problema no es tener que hacer eso sino que las tutorizaciones individuales y colectivas que el EEES reclama exigen mucho más tiempo. La solución es obvia porque ya se han hecho cuentas en muchos sitios: hay que contratar más profesorado y/o especializar en docencia al que no investiga exigiéndole más horas (ahora todos tenemos las mismas horas máximas de docencia, independientemente de que investigues o no). Lo primero, lo de contratar, cuesta un dinero que nadie está dispuesto a poner sobre la mesa (la expresión "a coste cero" se ha hecho muy popular últimamente). Lo segundo supone que el rector que se atreva a proponerlo será defenestrado en las próximas elecciones.
A pesar de estos problemas o tal vez a causa de ellos, hay gente que se ha planteado que las nuevas tecnologías pueden echar una mano.
La solución estrella, la dieta milagro, está formada a partes iguales por el blog y el wiki.
Y yo he decidido tirarme de cabeza a la piscina el curso que viene. Ya he ensayado blogs en este y tengo una asignatura virtual sobre Moodle desde hace dos años pero ahora ensayaré con una troncal de 9 créditos, a ver si el resultado es bueno.
Mi problema, que se propaga a mis futuros alumnos conejillos de Indias, es que yo no soy pedagogo. Soy, todo lo más, científico. Por ese motivo he revisado documentos por internet buscando experiencias e información útil. Por el momento no he tenido suerte: mucha teoría, mucho canto a las bondades del nuevo sistema pero poca salsa donde mojar el pan.
Aún así, me dedicaré este verano al diseño de la nueva asignatura y a plasmar mis difusas ideas en un plan explícito. Ya les contaré. ¡Ah! Y si alguien me orienta con su experiencia personal será un placer escucharle o leerle.
En fin, espero que todo esto no sea un espejismo y que no perdamos de vista que, aunque deslumbrados por las nuevas tecnologías, son sólo herramientas que funcionarán si se usan y aprovechan correctamente y llevan a un fin no necesariamente tecnológico: conocer.
Les pongo una sola referencia por si alguien quiere empezar a darle vueltas a la cosa: en Universidad20 sección Artículos hay una buena recopilación para empezar.
- que Internet hace posible acceder a una ingente cantidad de información de forma instantánea aunque no filtrada.
- que no todo está escrito pero casi, lo que hace que las clases convencionales pierdan sentido poco a poco.
- que hoy existen herramientas que permiten el ensayo de otros métodos docentes y de aprendizaje, eso sí, corriendo riesgos.
Por ejemplo: hay resistencia al cambio. Los profesores ven (vemos) que hay que replantearse muchas cosas. Que hay que pensar que las clases convencionales hacen agua y que hay que buscar alternativas. Que con un buen libro se mejoran los "apuntes" que un alumno pueda tomar en nuestras clases. Que las diapositivas de Powerpoint que usas van camino del limbo de los bits reciclados.
Y con esto se aproxima el Espacio Europeo de Educación Superior, EEES, que viene aparentemente a potenciar que estos cambios se realicen. Sólo aparentemente porque en realidad hay pocas cosas claras bajo esas siglas, que se han ido descafeinando a ritmo vertiginoso.De lo que queda podríamos decir que se tiende a reducir distancias, no sólo entre profesores y alumnos sino también entre los propios alumnos. En el primer caso eso mediante una atención más personal, por ejemplo, mediante un proyecto o práctica que el profesor tutorice de forma periódica e individual. En el segundo, mediante el retorno del trabajo cooperativo, entre pequeños grupos de alumnos que deben hacer tareas en común que serán también tutorizados por el profesor pero de forma colectiva.
En mi opinión, este cambio es deseable pero difícil. Veo al menos dos motivos para ello. El primero es de infraestructuras: las Facultades y Escuelas están diseñadas de otra forma, con aulas medianas o grandes. En cambio, habrá muy pocos o ningún espacio donde se pueda trabajar en grupos pequeños durante las horas que haga falta, esos que antes se llamaban seminarios: salas de 15 metros cuadrados o poco más, con una mesa central, una pizarra (¿digital?), un proyector, wifi...
Tampoco contribuye al éxito de la nueva estrategia que los libros se hayan centralizado en bibliotecas dotadas de una gran sala orientada sólo al trabajo individual (no se puede hablar ni hacer una reunión de grupo), en oposición a las pequeñas bibliotecas especializadas en los departamentos donde el acceso al material desde los seminarios sería inmediato.
Finalmente, la iniciativa debería ser organizada y coordinada desde arriba, donde tienen poder para asignar recursos y distribuir tiempos. Pero no hay recursos ni hay tiempo. Podría haberlos pero valen dinero.
Respecto a los recursos valga lo dicho arriba en cuanto a infraestructuras. El tiempo es otro escollo. Tiempo del alumno y tiempo del profesor. En el caso del alumno, no sería razonable que el cambio de métodos conlleve un incremento sustancial del tiempo de dedicación a cada asignatura porque los días tienen 24 horas, no más. Se supone que eso se solucionará con el diseño de los nuevos planes de estudio que se hará con el cálculo de los créditos ECTS, que miden la dedicación del alumno, no las horas de clase. Pero mientras tanto, hay lo que hay y cualquier cambio debe hacerse midiendo bien las consecuencias.
El tiempo del profesor es la otra cara del problema. Obviemos aquí al caradura o al impresentable de turno porque ese es otro debate diferente. Centrándonos en el profesor responsable, la docencia es sólo una parte de su dedicación ya que tiene también actividades de autoformación, de investigación y de gestión. Por poner un ejemplo, un proyecto de investigación lleva asociadas tareas como la propia investigación por parte del profesor (obviamente), pero también el seguimiento de los avances y problemas de un par de doctorandos, la lectura de nuevos artículos, la elaboración de los informes que la administración te pide periódicamente, la resolución de los pedidos de material, la renovación de las becas mediante más informes, la redacción de artículos, la atención al correo electrónico para comunicarse con otros colegas o grupos, la revisión periódica del calendario de tareas, reuniones de coordinación, revisión de indicadores de seguimiento del proyecto... eso si no tienes también que llevar la contabilidad o administrar el "hardware".
El problema no es tener que hacer eso sino que las tutorizaciones individuales y colectivas que el EEES reclama exigen mucho más tiempo. La solución es obvia porque ya se han hecho cuentas en muchos sitios: hay que contratar más profesorado y/o especializar en docencia al que no investiga exigiéndole más horas (ahora todos tenemos las mismas horas máximas de docencia, independientemente de que investigues o no). Lo primero, lo de contratar, cuesta un dinero que nadie está dispuesto a poner sobre la mesa (la expresión "a coste cero" se ha hecho muy popular últimamente). Lo segundo supone que el rector que se atreva a proponerlo será defenestrado en las próximas elecciones.
A pesar de estos problemas o tal vez a causa de ellos, hay gente que se ha planteado que las nuevas tecnologías pueden echar una mano.
La solución estrella, la dieta milagro, está formada a partes iguales por el blog y el wiki.
Y yo he decidido tirarme de cabeza a la piscina el curso que viene. Ya he ensayado blogs en este y tengo una asignatura virtual sobre Moodle desde hace dos años pero ahora ensayaré con una troncal de 9 créditos, a ver si el resultado es bueno.
Mi problema, que se propaga a mis futuros alumnos conejillos de Indias, es que yo no soy pedagogo. Soy, todo lo más, científico. Por ese motivo he revisado documentos por internet buscando experiencias e información útil. Por el momento no he tenido suerte: mucha teoría, mucho canto a las bondades del nuevo sistema pero poca salsa donde mojar el pan.
Aún así, me dedicaré este verano al diseño de la nueva asignatura y a plasmar mis difusas ideas en un plan explícito. Ya les contaré. ¡Ah! Y si alguien me orienta con su experiencia personal será un placer escucharle o leerle.
En fin, espero que todo esto no sea un espejismo y que no perdamos de vista que, aunque deslumbrados por las nuevas tecnologías, son sólo herramientas que funcionarán si se usan y aprovechan correctamente y llevan a un fin no necesariamente tecnológico: conocer.
Les pongo una sola referencia por si alguien quiere empezar a darle vueltas a la cosa: en Universidad20 sección Artículos hay una buena recopilación para empezar.
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