13 enero 2009

Diseño promiscuo

Hablando de montajes extraños, comentan en Marine Biology uno que hace pensar sobre lo barroco de la naturaleza. Resulta que Osedax rubiplumus, un gusano marino, come huesos de ballenas. Hasta ahí nada raro salvo los gustos. Pero como el manjar no es especialmente digerible, se ayuda una nutrida población de bacterias endosimbióticas llamadas Oceanospirilales que se han puesto de acuerdo con el gusano. Estas bacterias aeróbicas son tan raritas que ni siquiera tienen entrada en la Wikipedia y ayudan al gusano a digerir las grasas de los huesos que se transfieren por mecanismos aún desconocidos a través de un grueso matojo de anélidas "raíces". ¿Cuál es la contraprestación por el servicio? Pues parece que se lo paga en oxígeno porque unos "palpos"rojizos que los gusanos tienen en su extremo tienen hemoglobina, la cual permite capturarlo tanto para él como para las bacterias.


Osedax hembra: la parte verde alberga las bacterias, la blanca es el ovario y los palpos violáceos capturan oxígeno (imagen de aquí)

Lo extraño del asunto no acaba en la dieta y en la simbiosis (a fin de cuentas hay casos mucho más raros que permiten que una babosa use energía solar o que una planta resista el calor en una triple simbiosis virus-hongo-planta). Los machos de Osedax miden apenas 0.2 mm y viven sin trabajar ya que son parásitos de las "enormes" hembras (un par de cm) con lo que ambos tienen sexo asegurado y, de hecho, permanente. Dada su minúscula entidad, los machos hacen poco más que producir espermatozoides y las hembras tienen una gran parte de su cuerpo dedicada a ovario. Lo necesitan ya que pueden albergar más de cien machos simultáneamente. Al menos en laboratorio, la reproducción es continua, a un ritmo de 300 huevos diarios, docena arriba o abajo.
Tampoco llegar a esa situación de hembra adulta oviproductora es fácil: es necesario que la larva encuentre un esqueleto de ballena y posteriormente sea infectada por la bacteria ya que sin ella no puede alimentarse. Cómo llegan los machos a ella no parece conocerse. Luego, a reproducirse comiendo huesos. Qué vida...

Osedax macho (imagen de aquí)


Para saber más, este artículo y su bibliografía.
Anécdota: este es el post 505 del blog.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los ecosistemas abisales desafían nuestra imaginación. Cuanto más se sabe de ellos más me asombro; es estremecedor pensar en esos vacíos inmensos en total oscuridad y bajo una presión hidrostática récord y la riqueza excepcional que supone una ballena muerta, como un oasis.

Estos gusanitos que mencionas tienen como nombre común "gusanos zombi", cosa que me hace mucha gracia. No sabía que los machos eran enanos, gracias por enlazar el artículo, promete ser interesante (tendré que descargarlo en la universidad)

Anónimo dijo...

Buenisimo el Blog! Muy interesantes los temas y la redaccion los hace asequibles y divertidos.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Muuchas gracias. Se hace lo que se puede :-)

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