13 septiembre 2006

Haciendo presentaciones presentables

Donde comento algunas pautas que facilitan la supervivencia del orador y la salud del público

Por aquello de cambiar de tema, hoy les comentaré algunas cosas sobre la presentación de ponencias y proyectos, o la defensa de la tesis doctoral mediante presentaciones tipo PowerPoint o similares. Vistas y hechas unas cuantas, reparo en que hay una serie de problemas que se presentan una y otra vez con más persistencia que las leyendas urbanas. Y es que conocemos más las leyes de la termodinámica que las directrices básicas universales que, como en “Piratas del Caribe” se dice y su propio nombre indica, no son reglas, sólo directrices. Y sin más, paso a presentarles las 5 DBU que deben observar:
DBU1: modera tu creatividad. Si eres hombre ya sabemos que ves unos 7 u 8 colores, 70-80 si eres mujer, pero en ningún caso estás obligado a usarlos todos. Tampoco es necesario explotar una docena de tipos de letra ni variar su tamaño desde los 10 puntos hasta los 40.
DBU2: tus oyentes no son batracios. Al menos no todos, la mayoría ve bien tanto lo que se mueve como lo estático. Consecuentemente no pongas animaciones ni efectos en el texto ni en el sonido. Los párrafos volantes y las ráfagas sónicas son para la Guerra de las Galaxias, no para que te comuniques mejor con tu público.
DBU3: casi nadie lleva catalejo a las presentaciones. También es razonable suponer que no todos los asistentes son daltónicos: usa letras de un tamaño legible y evita las estridencias; si pones texto verde sobre fondo rosa deberías tener una poderosísima razón para ello (y no la tienes).
DBU4: debes suponer que tus oyentes también saben leer. Las diapositivas están para servir de guía de los hitos de la exposición: no incluyas mucho texto ni se te ocurra leer los textos de la pantalla, eso ya sabe hacerlo el público.
DBU5: tus oyentes son listos pero no tanto. Nadie puede captar nada a un ritmo de 15 diapositivas por minuto, deja los efectos estroboscópicos para las discotecas y videoclips. Calcula el número de diapositivas respecto del tiempo disponible. Nunca dejes una diapositiva en pantalla menos de 15 segundos, siempre hay algo que decir de ella (y si no, quítala). Mi tasa es de unas 20 diapositivas/hora.
Traducidas estas directrices a fórmulas concretas, la cosa quedaría más o menos así:
Sobre las formas:
  1. Estructura tus textos en niveles: un mínimo de 17-18 puntos para el texto de nivel 1 y de 15-16 para el nivel 2. No he tenido nunca necesidad de usar un tercer nivel. Uso cuadros de texto independientes para funciones diversas, como notas al pie, pies de figuras, direcciones web, referencias, etc. No bajes nunca de 15 puntos porque no va a ser legible por toda la sala.
  2. Evita los efectos visuales y sonoros. Como mucho, pasa de una diapositiva a otra con un fundido discreto.
  3. Tus oyentes no llevan gafas de sol: como estás en una sala sin mucha luz usa fondos oscuros y letras claras a menos que quieras que todos acaben con dolor de cabeza. Yo he acabado por usar fondo negro.
  4. No uses más de tres colores en el texto. Yo utilizo, sobre el fondo negro, texto básico blanco. Si quiero destacar algunas palabras uso un amarillo pálido. A veces uso cuadros de texto para funciones especiales en tono naranja.
  5. Usa letras “sans serif”, son simples y se ven bien. A mí me gusta el tipo Tahoma que, además, está por defecto en todos los ordenadores que usen Windows. No uses efectos de sombra ni de relieve ni tampoco uses itálicas (se representan muy mal en pantalla). Si usas fuentes raras acuérdate de “incrustarlas” en la presentación o te encontrarás con serios problemas. Por favor, no uses la Comic Sans (es una cuestión religiosa).
  6. Usa correctamente los símbolos de las unidades: diez metros se escribe 10 m (sin punto después de la eme), no 10 mts; usa los prefijos bien: 1 km, no 1 Km…
  7. No pegues las imágenes originales directamente en la diapositiva porque tu presentación alcanzará tamaños inmanejables: cambia su tamaño para que tengan los píxeles adecuados a la proyección. Reduce los colores a 256, ni siquiera ellas ven más.
  8. Usa gráficos completos pero minimalistas. Puedes explicarlos durante el tiempo necesario; no olvides identificar los ejes y poner las unidades. Usa líneas discretas para organizar la diapositiva en zonas si es necesario.
  9. Una diapositiva no debe tener más allá de una docena de líneas de texto, la gente no puede leer durante dos minutos mientras tú hablas. La lectura de una diapositiva debe poder hacerse en unos pocos segundos; luego tú desarrollarás los contenidos con detalle.
  10. No te cortes: usa pizarra. Si lo haces bien es un recurso magnífico para explicar procesos. Eso sí, prepara tus pizarras con el mismo cuidado que las diapositivas.
Sobre tu conducta:
  1. No leas los textos de la pantalla.
  2. Si el asunto es importante (una tesis doctoral, por ejemplo) ensaya pero no demasiado, tres o cuatro veces como máximo. La primera saldrá mal, las otras mejor y la exposición definitiva mejor que cualquiera de las anteriores.
  3. Improvisa (dentro de un orden), no olvides que tú eres el que más sabes de lo que estás exponiendo (y si no, retírate). La lectura de un guión hace muy mal efecto.
  4. No uses puntero láser a menos que tengas el pulso de Billy “El Niño”, normalmente no es necesario y todavía recuerdo una tesis donde el doctorando (saludos Álvaro) parecía más un espadachín de La Guerra de las Galaxias que un pacífico botánico.
  5. No tengas prisa, explica las cosas bien y con tranquilidad, que la gente ha ido a escucharte y merece una exposición reposada.
  6. Evita cosas como “bueno, no se ve muy bien pero…”, “esta dispositiva en realidad no es muy importante” o “no sé si me han entendido”. Si no se ve bien es porque está mal hecha, si no es importante deberías haberla quitado y si no te entienden es porque te has explicado mal, prepáralo mejor.
Si este rollo les ha parecido interesante recuerden que hay una entrada sobre 10 reglas básicas para terminar la tesis doctoral. Ya contarán sus experiencias.

12 septiembre 2006

Algo más sobre la reunión de Castelgandolfo

Un poco más abajo en este blog hablamos de la reunión/debate promovida por Ratzinger. Apenas se sabe nada de lo que salió de allí (tal vez precisamente por eso, porque no salió nada). El Paleofreak acaba de poner un comentario de Schuster bastante optimista pero que, a juzgar por las noticias posteriores (ver comentarios a la entrada), pecó de ingenuo. En concreto, en 20minutos.es se dice:
El papa Benedicto XVI denunció en Ratisbona que una parte de los científicos se empeñan en demostrar que Dios es "inútil" para el hombre y afirmó que la teoría de la evolución es irracional, que el ateísmo moderno nace del miedo a Dios y que el odio y el fanatismo destruyen la imagen de Dios.
Suponiendo que sea cierto, nada puede estar más claro. Y el pobre de Schuster se marca 80 diapositivas en su exposición "Evolution und Design", descargable aquí (ojo, 5 Mb). Santa inocencia. O tal vez el justo castigo por usar la fuente Comic Sans en las diapositivas. Por cierto, no se pierdan la 72 y 73 para ver algo de ciencia en acción.
Algunos comentarios sugieren que se editará algo sobre las discusiones (ver aquí) pero la verdad es que no parece que haya ningún cambio o reflexión especialmente interesante.

11 septiembre 2006

Noé y el bricolaje pesado

El que avisa no es traidor: este post es alta investigación pero, aún así, no voy a publicarlo en el próximo congreso de creacionismo por muy bien que pudiera venir para mi currículo académico. Ahora, hecho el aviso, a lo que iba…

No sabrán ustedes que acuñé hace unos años un término que creo nuevo: el de bricolaje pesado. Como aún no está en la wikipedia les diré que llamo así a una sección del “hágalo usted mismo” donde imperan algunas restricciones, a saber: todo candidato a entrar en este selecto grupo debe tener al menos un 40% de herramientas con peso superior a 2 kg, debe poseer hormigonera (eso no es negociable) y jamás debe usar tornillería de menos de 6 cm de largo. Las construcciones típicas son garajes, pérgolas, acerados, marquesinas… Nada que ver, por tanto, con las obras ridículas de los programas de bricolaje clásico: un marco para un cuadro, una estantería…
Obviamente, nuestro patrono es Noé. Noé fue el primer “bricolateur” pesado de la historia. Y además autodidacta porque creo que no había televisión en aquel tiempo.
Y es que ha caído en mis zarpas un libro titulado “En busca de los orígenes ¿Evolución o creación?” escrito por Jean Flori y un imposible Henri Rasolofomasoandro y editado por la editorial española Safeliz. El libro va de creacionismo y me ha sorprendido verlo editado en España porque aquí casi nadie es creacionista, no porque sea evolucionista sino porque, en general, a la gente le importa un bledo de donde venimos y a dónde vamos (con estos pelos, diría Groucho).
El libro merece un comentario general pero no seré yo el que lo haga. Baste decir que ataca la teoría de la evolución y propone una teoría creacionista como alternativa.
El contexto histórico se basa en que hubo un diluvio universal que divide la historia de la Tierra en dos etapas, la antediluviana y la postdiluviana. Consecuentemente, el género humano, junto con todos los animales creados, existía desde el principio, desde la Creación. Fuimos coetáneos de los dinosaurios, de los trilobites, de la fauna de Ediacara...
Como saben, la cosa se estropeó rápidamente ya que Adán y Eva cometieron el pecado del librepensamiento y Dios se enfadó bastante. Incluso con ese precedente, la humanidad entera degradó su conducta de forma que Dios quiso se volvió a enfadar y ordenó un diluvio universal para que ahogar todo ser antediluviano viviente.
Y dijo Yahveh: «Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado, - desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo - porque me pesa haberlos hecho (Génesis 6:7)
He decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que voy a exterminarlos de la tierra (Génesis 6:13)
En efecto, dicen que en el diluvio murieron todas las personas salvo Noé y su familia y de paso todos los animales que no subieron al arca de Noé y no eran marinos. Recordemos que Noé tenía tres hijos por lo que las personas en el arca fueron ocho:
Pero contigo estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo (Génesis 6:18)
Según los autores del libro, lo del arca de Noé no es una metáfora sino que la construyó realmente. Es más, sus dimensiones son conocidas: exactamente 150 m de eslora, 25 de manga y 15 m de calado “con tres puentes” y una única puerta.
Así es como la harás: longitud del arca, trescientos codos; su anchura, cincuenta codos; y su altura, treinta codos (Génesis 6:15)
Haces al arca una cubierta y a un codo la rematarás por encima, pones la puerta del arca en su costado, y haces un primer piso, un segundo y un tercero (Génesis 6:16)
Por cierto, para que vean la forma de razonar de esta parte del libro, se dan tres razones para probar que el diluvio fue universal:
  • la Biblia habla de la necesidad de un castigo universal luego, como la población humana estaba por toda la Tierra, el diluvio fue universal.
  • si hubiera sido local hubiera bastado con huir a las zonas más altas y el arca no hubiera tenido razón de ser y
  • dado que los fósiles están por todo el mundo y son muestra de la fauna antediluviana ahogada, es obvio que el diluvio fue universal.
Pero yo hoy me centraré en los aspectos de bricolaje. La primera pregunta es, obviamente, como pudo Noé construir el mayor barco de madera del mundo. Porque que se sepa en realidad, la madera ha tenido un límite constructivo de 70 m de eslora, usado a veces en los grandes barcos de guerra, y eso con las técnicas de los siglos XVIII y XIX.
El de Noé, por tanto, tiene unas dimensiones que doblan con soltura las máximas alcanzadas mucho después y eso construyéndose con los conocimientos de ingeniería naval de hace 6000 a 8000 años (o sea, ninguno). Y hecho en casa por la familia sin herramientas eléctricas. De hecho, sin herramientas de acero, que empezó a usarse unos milenios más tarde.
Dense cuenta de que la construcción del arca supuso la construcción previa de toda una estructura de astillero, tan grande como ninguna otra en los siguientes milenios. Tampoco debió de ser ninguna tontería el transporte de materiales, la construcción supondrían unas decenas de miles de tablas (si existiera Unopiú yo hubiera pedido 36000 para revestir el casco y unas 65000 para las cubiertas), unos 80 km de juntas que había que calafatear a mano lo que Dios le ordenó hacer por dentro y por fuera:
Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de cañizo y la calafateas por dentro y por fuera con betún (Génesis 6:14)
Y todo ello sin pensar en la propia estructura de quilla y cuadernas y en las jaulas (Noé “soltó” un cuervo y una paloma ergo iban encerrados). Por cierto, que lo del cañizo vamos a dejarlo no sea que alguien nos recuerde las aventuras de Kitín Muñoz.
Respecto a la funcionalidad el problema básico es cómo se arregló Noé para meter una pareja de cada especie antediluviana en el arca. Según los autores no hay mucho problema porque el arca era grande y eso de “especie” no debe tomarse literalmente. Sus cálculos son que dentro del arca caben “unos 30000 animales de tamaño medio” lo que suponía un “estupendo zoológico”. Se supone que esas 15000 parejas representaban todos los animales de este mundo: 15000 especies.
Empecemos por los cálculos, pero sólo los básicos (hoy estoy algo cansado y están reponiendo "Doctor en Alaska" en la tele).
Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
De cada especie de aves, de cada especie de ganados, de cada especie de sierpes del suelo entrarán contigo sendas parejas para sobrevivir.
Tú mismo procúrate toda suerte de víveres y hazte acopio para que os sirvan de comida a ti y a ellos.
Es decir, Dios ordenó meter en el arca una pareja de cada especie de animal terrestre como mínimo. Linneo no había nacido aún que se sepa y el concepto de especie debía ser algo más difuso que ahora pero es obvio que la cosa no cuadra. Por ejemplo, se han descrito unas 5000 especies de mamíferos, unas 9000 de aves, unas 6000 de anfibios y unas 8000 de reptiles. A esto deberíamos añadir unas 350000 especies de coleópteros, unas 70000 de arácnidos, unas cuantas más de lepidópteros, miriápodos… y unos cientos más de grupos taxonómicos poco conocidos pero cuya existencia actual obliga a su presencia en el arca porque si no hubieran desaparecido.
Es cierto que el tamaño de estos bichitos no es muy grande en general pero la recolección debió de ocuparles una buena temporada y debió de realizarse con más eficacia que todos los recolectores del mundo juntos en los siguientes milenios.
Pero, para rematar, no olvidemos que según los autores del libro los dinosaurios existían cuando Noé (aunque no se mencionan en la Biblia) por lo que el volumen a añadir al arca no era nada despreciable: unos miles de especies más entre las cuales deberían figurar un par de brachiosaurios (entre 30 y 40 t) y de diplodocus (25 m), por poner un ejemplo. Y es que Dios no especificó dejar en tierra a estos animalitos.
El siguiente problema es de mantenimiento. Según la Biblia y los autores, la estancia en el arca duró 377 días ¿cómo se mantuvieron los animales en el arca durante más de un año? Dado que este problema es difícil de solucionar, los autores proponen que todos los animales entraron en hibernación (sic). Pero hemos visto que no, que Dios ordenó a Noé llevar alimento para todos (Génesis 6:21) ¿Cuánto come una pareja de elefantes en un año? ¿Y dos hipopótamos? ¿Y ...?

Finalmente, puede ser entretenido estimar detalles simples como, por ejemplo, el tiempo de embarque. Supongamos que llevar cada pareja de bichos a su “camarote” en un barco son 15 minutos (somos muy generosos, hay que distribuir la carga, sujetarla para evitar movimientos y que el barco escore…). Eso supone un total de 96 movimientos al día trabajando las 24 horas al completo (la familia de Noé se relevaría, supongo pero había una sola puerta). Incluso si obviamos la conducta poco colaboradora de algunas especies (meter un par de cocodrilos tal vez sea algo más complejo que un par de golondrinas), sale un tiempo total de embarque de 156 días para las 15000 insuficientes parejas. Sólo puedo imaginarme levemente la infraestructura necesaria para la recolección de los animales, la “sala de embarque”, la alimentación… Y todo ello realizado por la familia de Noé porque nadie les quiso ayudar en la faena. Bueno, la Biblia dice que el embarque se hizo en un solo día pero parece algo difícil de tomar literalmente (Génesis 7:13-16) porque eso supone 20 animales por minuto ininterrumpidamente.
Las consecuencias fueron las previsibles (Génesis 7:21-23):
Pereció toda carne: lo que repta por la tierra, junto con aves, ganados, animales y todo lo que pulula sobre la tierra, y toda la humanidad.
Todo cuanto respira hálito vital, todo cuanto existe en tierra firme, murió.
Yahveh exterminó todo ser que había sobre la haz del suelo, desde el hombre hasta los ganados, hasta las sierpes y hasta las aves del cielo: todos fueron exterminados de la tierra, quedando sólo Noé y los que con él estaban en el arca.
Y para finalizar, las FAQ del diluvio, preguntas y respuestas básicas por si les queda alguna duda.
Pregunta: ¿Qué pasó con las plantas? Tras estar cubiertos por las aguas durante meses, toda la vegetación terrestre tuvo que morir.
Respuesta: Se dice que la paloma volvió con una rama de olivo, prometo meter un día de estos un olivito bajo agua salada un año a ver si sobrevive y retoña.
Pregunta: ¿Descendemos por tanto sólo de los tres hijos de Noé y de sus respectivas señoras?
Respuesta: Sí, tenemos un origen algo endogámico y obviamente incestuoso a nivel de primos: “Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos se pobló toda la tierra” Génesis 9:19.
Pregunta: ¿Desciende toda la fauna actual de una única pareja de cada especie?
Respuesta: Sí, tienen un origen más endogámico aún que los humanos. La diversidad genética desmiente ambas afirmaciones luego ahí tenemos la prueba de la no validez de la genética.
Pregunta: ¿Cómo vivió la familia de Noé durante un año sin morir de escorbuto?
Respuesta: El escorbuto no se había inventado todavía.
Pregunta: ¿Qué pasó con hongos, bacterias, líquenes…?
Respuesta: No sé.
Pregunta: ¿De dónde salió el agua del diluvio y a dónde fue después?
Respuesta. No sé.
Pregunta: ¿Dónde están los dinosaurios y los trilobites?
Respuesta. No sé.

Y dirán ustedes “pues no me lo creo”. Y yo les aviso: cuidadín con lo que dicen que “el que no es conmigo, contra mi es; y el que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).

06 septiembre 2006

Hace un año...

Hace un año comenzaba a escribir en este blog sin tener mucha idea de lo que iba a durar. La primera entrada fue breve, justificando el nombre elegido, por eso la pongo aquí, para no perder el norte.
Golem es, en la mitología judaica, un ser fabricado a partir de materia inerte, una versión primigenia del monstruo de Frankenstein. Podemos usarlo aquí como una metáfora de la ciencia cuando sobrepasa sus límites y, a modo de aprendiz de brujo, provoca consecuencias incontrolables e irremediables. También como un reflejo de las acciones de aquellos personajes que manejan, manipulan, desinforman, alimentan falsedades o, simplemente, gestionan desde la ignorancia o desde la incompetencia.

La ciencia como un Lego

Mira que irme de vacaciones sin el Lego... Bueno, imagínense una construcción de bloques de colores puesta sobre el suelo. O, a falta de mecano, tomen la imagen de abajo, que pillé por Internet sin ánimo de lucro. La construcción es como esa isla, más alta hacia el interior, a nivel del mar en la periferia. También hay alguna pequeña península, alguna roca aislada, alguna islilla suelta…


Esa imagen representa uno de los modos de entender la evolución de la ciencia. Una forma muy simple, cierto, pero creo que útil para algunas cosas. Esa construcción representa el estado del conocimiento en un momento concreto, una instantánea.
Vemos una gran isla que representa el conocimiento consolidado. Se asienta sobre una superficie de hechos, el mar, de extensión desconocida y que se explora poco a poco según el conjunto de procedimientos que se ha venido en llamar método científico. Llamo conocimiento consolidado al que está razonablemente contrastado por lo que es improbable que cambie más que en detalles. Por ejemplo: la fotosíntesis, las reacciones que permiten a algunos seres vivos arrancar energía de los fotones para generar hidratos de carbono se conoce bien y sus diversas variedades forman parte del cuerpo de conocimiento consolidado.
La altura de cada zona de la isla es algo así como el desarrollo conseguido hasta el momento. Los cimientos fueron muy difíciles de construir y consolidar pero ahora el conjunto en general crece con buen ritmo en muchas disciplinas como, por ejemplo, la genética o la bioquímica. La física llegó muy arriba en el siglo pasado, donde las revoluciones de la relatividad y de la cuántica cambiaron las formas de abordar la estructura y funcionamiento del mundo.
Los colores, ausentes en la imagen (imagínenlos como el desierto de colores de “La historia interminable”) representan las disciplinas, antes muy definidas y cada vez más imbricadas: todas muestran fronteras, contactos y mezclas con las demás. No hay disciplina de desarrollo independiente salvo la matemática que, de todas formas, se aplica al avance del resto de las ciencias.
Los colores serían un continuo donde los especialistas trabajarían en una pequeña porción del espectro pero desde la cima hasta las bases y los generalistas (aún quedan dos o tres) en una zona más amplia pero sólo en un reducido número de estratos.
Una gran parte de los científicos se dedica a añadir material en el centro, procurando que las nuevas piezas se asienten lo más perfectamente posible sobre las anteriores.
Luego están los que trabajan en la periferia de la isla. Las costas representan avances en terrenos nuevos: la fusión nuclear que comentamos hace unas semanas, la física del plasma son ejemplos de este tipo de trabajos, sólidamente unidos al continente pero avanzando sobre nuevas zonas del mar.
También podemos ver penínsulas unidas por un pequeño istmo y que representan avanzadillas en terrenos poco conocidos, hipótesis nuevas y arriesgadas pero coherentes. A veces los istmos unen por primera vez zonas antes separadas... La tectónica de placas y la deriva continental fueron penínsulas precarias en su momento; al pasar el tiempo y añadir nuevas piezas (evidencia) al istmo, este se ha ensanchado y crecido y ambas ideas han acabado por incorporarse al continente.
Lo mismo ocurrió con la teoría de la relatividad, construida sin apoyo experimental por don Alberto. Aunque se basó en trabajos previos de Lorentz y Poincaré entre otros, se trató de una visión nueva de la física cuyo funcionamiento fue confirmado poco a poco sólo en las décadas posteriores.
Luego hay islas que se quedaron aisladas y no crecen. Ausentes de contenido, se demostraron falsas y se abandonaron. Una relativamente reciente fue la de la fusión fría, reacciones de fusión nuclear catalizadas a temperatura ambiente. Tras los aparentes resultados iniciales no se encontró evidencia de su existencia a pesar de los esfuerzos de muchos grupos en el mundo. Otra isla es la del psicoanálisis, cuyo desarrollo no ha conseguido su unión con el continente y cuya teoría no se apoya en el conocimiento científico aunque intenta tener apoyo experimental. Islas que la erosión y el tiempo harán desaparecer.
Finalmente tendríamos algunas islas suspendidas en el espacio. Representan desarrollos que no tienen contacto ni con el cuerpo de conocimiento consolidado ni con el plano de la base: no usan el método científico para crecer y consolidarse, ni siquiera se apoyan en hechos. Encontramos aquí representantes como la energía orgónica, la astrología, la homeopatía...
Algunos representantes de estas últimas piensan que probablemente su asteroide descenderá al suelo tarde o temprano, cual la isla volante de Gulliver. Son pertinaces porque llevan décadas de frustración y no cejan en su empeño pero lo tienen complicado porque la realidad no les hace mucho caso y los métodos que usan no les dan excesiva credibilidad. También hay muchos que saben que no llegarán a ocupar un sitio con el resto del conocimiento pero no les importa, están dispuestos a explotar la credulidad de los demás en beneficio propio mientras puedan.
También aparecen actores nuevos, como los partidarios del Diseño Inteligente, que desean introducirse en este escenario para ser tratados igual que las teorías científicas. Incluso algunos creacionistas quieren ver sus ideas incluidas en el cuadro general y usan los fósiles como apoyo a sus planteamientos. Es el caso del libro “En busca de los orígenes ¿Evolución o creación?” escrito por Jean Flori y Henri Rasolofomasoandro y editado por la editorial española Safeliz de cuyas interesantes ideas hablaremos dentro de poco.

04 septiembre 2006

Gluón con leche da la pista

Saqué la diapositiva original hace unos años, allá en Fuentes Carriones, y me pareció un fenómeno vistoso. Pero leyendo a Gluón con leche me entero, tarde, de que fui espectador de un fenómeno para-orto-metanormal: una nave nodriza, sin duda extraterrestre de Raticulín y de las gordas, diseñada por Botero. Podría haber sido famoso e incluso tener página web pero dejé pasar la oportunidad. Snif.

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