19 junio 2006

La derrota de la universidad

Derrota: f. Mar. Rumbo o dirección que llevan en su navegación las embarcaciones (mal pensados, que son unos mal pensados)

Hay veces que me veo en el reflejo de la pantalla y veo a Alien, salivando ante la inminencia del festín. Y es que escribir posts puede ser hasta fácil, nos lo ponen en bandeja, aunque sea para lamentarlo. A saber:
Don Miguel Ángel Quintanilla Fisac es el Secretario de Estado de Universidades e Investigación.
Y ha concedido una entrevista al periódico El Mundo. Una entrevista interesante para aquellos que teníamos alguna incertidumbre sobre los cambios que estaban planteándose en la universidad española. Ahora ya no tengo incertidumbre sino mareo y un comienzo de náusea, probablemente debido a la escora del barco. Me explicaré a continuación.
Don Miguel habla de todo y aunque no dice gran cosa en concreto, sí podemos vislumbrar su opinión (o no-opinión) sobre algunos temas candentes. Sobre los becarios en general les remito aquí.
Aunque sea un poco reiterativo, me han llamado especialmente la atención sus comentarios sobre los futuros profesores/investigadores. Por ejemplo (pregunta/respuesta, las cursivas son mías):

P.- Por otro lado, a los investigadores del Programa Ramón y Cajal se les acaba el contrato ya y no saben qué será de ellos.

R.- Los 'cajales' son contratos de 'posdoc' y temporales y no podemos obligar a nadie a que contrate indefinidamente a una persona si lo hizo sólo por unos años. Creamos un programa de ayuda para su integración y está dando resultados. Muchos han optado a plazas permanentes. Otros se irán fuera, pero es inevitable. Dicen que se van porque aquí no les hacen caso. Pues qué pena... Habrá que incentivar a las universidades, pero no podemos dramatizar. El problema no es tanto que se vayan. Lo sintomático es los pocos investigadores que vienen aquí de fuera.

Lo que sugiere muchas preguntas: ¿por qué no da cifras concretas? ¿Por qué será que vienen pocos de fuera? ¿Por el mal clima? ¿El problema no es tanto que se vayan? ¿Cuál es entonces? ¿Este es todo el análisis que el responsable de investigación sabe hacer?
Contextualicemos: el Programa Ramón y Cajal se lanzó hace cinco años para aumentar el número de investigadores en España y reducir así las distancias con otros países desarrollados. La selección fue dura y a nivel internacional, con fuertes exigencias curriculares. Todo más o menos bien, con problemas a veces absurdos pero el programa salió adelante. Pero han pasado ya los cinco años y a los "cajales" se les acaba la historia y tendrán que irse porque tras esos cinco años no se ha habido demasiadas iniciativas para consolidar a estos investigadores en nuestro sistema de ciencia. ¿Cuál es el comentario del don Miguel? "Pues qué pena..." Tal vez yo sea muy exigente pero viniendo del responsable de universidades e investigación en España me parece una respuesta más bien pobre.

Algo parecido piensan otros. Por ejemplo, José L. Alonso y Ernesto Freire opinan en El País sobre el asunto (pasado por el escáner). Su opinión puede no ser despreciable vistos los cargos que ostentan. Fíjense que trabajan en áreas de ciencias: Física Teórica y Biología y Biofísica, respectivamente.
Y no están solos tampoco. En una carta de uno de los "cajales" en ese mismo periódico empieza ya a vislumbrarse una explicación ante el aparente desprecio:

En el tenis, el ranking de la ATP clasifica a los tenistas según sus victorias en torneos. Todo el mundo sabe que el cabeza de serie número 2 es Nadal, y pocos sabrán quién es el 125 de la serie. En ciencia, el sistema es parecido. El número de artículos en revistas serias hace las veces de los torneos. Alguien que ha publicado en las mejores revistas equivale a alguien que ha jugado, y ganado, muchos torneos. Si uno sólo juega al tenis en su pueblo con los amigos, su ranking en la ATP no va ser muy alto, aunque los machaque a todos por 6-0. Ante las recientes declaraciones del secretario de Estado de Universidades e Investigación, Miguel Ángel Quintanilla, sobre los RyC, en las que nos considera equivalentes a los recogepelotas de un torneo de tenis de pueblo, creo que los españoles tienen derecho a saber que los RyC son los que en España juegan y ganan los torneos, mientras que muchos catedráticos como Quintanilla, que se permiten decir que el que se va a investigar fuera es porque quiere y que él no puede hacer nada, jamás han ganado un torneo fuera de su pueblo. Como muestra, un botón. Yo, que soy un Ramón y Cajal de los jovencitos y vagos, tengo ocho artículos en revistas de impacto. La ministra y catedrática Cabrera, sólo dos. Y el catedrático Quintanilla, que dirige la política científica de este país, uno. Como diría Forges, fastuoso.

Como da la casualidad que conozco de rebote al "cajal" en cuestión y lo tengo en alta estima, me puse a rebuscar para ver si tenía razón en lo de las publicaciones. Y no, querido F.J., no tienes razón. La realidad es peor.

En la ISI Web of Science (de pago) puede uno buscar por autores a ver qué ha publicado la gente. Ahí están indexadas las revistas con cierto nivel (con factor de impacto) y algunas otras que no lo tienen. Los resultados son los siguientes

Don Miguel Ángel Quintanilla: dos (2) publicaciones en la revista Arbor- Ciencia, Pensamiento y Cultura. ¿Factor de impacto? Cero (0).

Nota: rectifico porque erré, me han pasado una publicación que sí tiene factor de impacto (0,4) del Dr. Quintanilla.

Y me dió por echar un vistazo a las publicaciones de la jefa, la ministra de Educación, doña Mercedes Cabrera. Sí, la misma que dijo hace unos días que si los escolares abandonaban la escuela era señal de una economía "boyante" porque es que podían trabajar, ésa misma (¿no se pueden creer? pasen y vean). A lo que íbamos: cinco (5) publicaciones en las revistas: Hispania - Revista Española de Historia, Cuadernos de Occidente y Arbor. ¿Factor de impacto? Todas ellas tienen el mismo: cero (0).

Nota: estas cifras sí están bien.

Me dirán ustedes que me estoy poniendo muy exigente pero creo que un secretario de universidades e investigación debería saber algo de investigación. Y la pertenencia a áreas de "letras" no es eximente porque existen numerosas revistas en el JCR Social Sciences Edition, que no todo es ciencia dura.

Algún dato más, reconozco que con alevosía y nocturnidad: Ernest Freire, uno de los firmantes del artículo comentado antes tiene 21 publicaciones sólo en los años 2004-2006 (ver aquí).

Aún así, don Miguel Ángel no se anda con tonterías a la hora de definir criterios para la futura acreditación, paso obligatorio pero no único para llegar a profesor de universidad:

[...] el proceso de acreditación va a ser muy riguroso y estricto, para garantizar que todos los acreditados sean muy buenos [...]
Me parece bien pero me asalta una duda ¿ha pensado si lo pasaría él?

17 junio 2006

Libros, libros...

28000 libros disponibles en internet y en español

No sé cómo lo hacen pero en el sitio llamado Enlace Global de Bibliotecas Digitales tienen algo más de 28000 libros para descargar en formato doc, rtf o pdf. He echado un vistazo rápido y tiene de todo, desde auténtica basura hasta libros que deberían ser de lectura obligatoria. Por poner algunos ejemplos: de Asimov hay 59 libros, de Haldeman 12 y de Sagan 16, incluyendo El mundo y sus demonios que comenté hace unas semanas. Todos ellos en español. Comiencen descargando el catálogo en formato chm.

16 junio 2006

El sentido de la vida: guión biográfico con final previsible (III)

Entrada casi metafísica porque para hablar del sentido de la vida hay que hablar de la vida

Las especies aparecen y desaparecen en el tiempo y el espacio, ninguna conoce la eternidad porque eso queda para las deidades, en la vida real lo que cambia permanece y lo que no cambia desaparece. La mayor o menor permanencia de una especie depende de dos factores: su adaptabilidad a los cambios del ambiente o, alternativamente, su capacidad de aislarse de las condiciones limitantes del entorno. Algunas especies adoptan la estrategia de perfecta adaptación y evolucionan hacia la perfección en un ambiente concreto, como los tiburones, cuyos genes han permanecido inalterados millones de años. Otras exploran la diversidad y viven de y sobre un cambio genético vertiginoso, como las bacterias, lo que les permite vivir y morir en toda circunstancia pero nunca desaparecer. Ambas estrategias tienen su coste y sus riesgos. La primera sólo es útil en medios estables: pocos individuos, poderosos en su individualidad pero sensibles ante cambios globales en su totalidad. La segunda es útil en medios imprevisibles: gigantescas poblaciones, frágiles localmente pero inatacables globalmente. Hay que destacar una vía más, fascinante y extraordinaria: la evolución ha experimentado también hacia la creación de metaorganismos: el patrimonio genético de los millones de hormigas de una gran colonia es casi idéntico y la pérdida de individualidad completa en beneficio del metaorganismo que es la unión de todos en un todo. Pero esto es un estadio avanzado de la vida que tuvo un principio, probablemente muchos principios. Detractores de la evolución manifiestan la improbabilidad de que la vida surja del azar. Y tienen razón. Porque la materia no se comporta de un modo tan simple. Mirando alrededor podemos intuir cada vez con más claridad una tendencia imparable hacia la complejidad. El motor es la selección natural: anula lo gris y hace prevalecer lo que puede adaptarse al entorno. El mecanismo es automático y casi tautológico: lo vivo tiende a seguir vivo y la selección lo facilita y lo potencia. Lo que hoy vemos en nuestro planeta no es más que una instantánea de una película que comenzó hace unos 3000 millones de años y durante la cual ha habido media docena de extinciones masivas sin que ello haya perjudicado a la flecha de la evolución, imparable y siempre implacable.

Los experimentos de la vida en este periodo han sido muchos y variados pero bajo la constante de explorar la complejidad. Un experimento de gran éxito fue el de la endosimbiosis que probablemente originó las células eucariotas. Pero nosotros mismos somos resultado de la fusión de células individuales que permiten la aparición de propiedades emergentes de un conjunto que, como el hormiguero, es más que la mera suma de sus partes. Otros experimentos han resultado fallidos, por causas internas o externas, como las grandes extinciones, de las cuales sólo nos resulta familiar la última, que acabó con los dinosaurios y permitió que comenzara la era de los mamíferos. La vida siguió adelante incluso después de la más masiva extinción que ha conocido la Tierra, en la transición entre el Pérmico y el Triásico, hace uno 250 millones de años.

Lo que pretendo decir con esto es que la vida no sólo no es una casualidad sino que es una consecuencia inevitable de la selección ejercida a nivel molecular, individual y poblacional. Como dice Wagensberg en “La rebelión de las formas”:

“Lo inerte está y tiende a seguir estando, lo vivo vive y tiende a seguir viviendo, y lo culto conoce y tiende a seguir conociendo.”

Yo añado que lo inerte, lo vivo y lo pensante no son más que escalones en la escalera de la complejidad, larga, cambiante y llena de bifurcaciones. Y que cada uno lleva al siguiente de forma inevitable, sólo es una cuestión de tiempo y de dejar actuar (qué remedio) a la leyes físicas.

Visto esto, nuestra perspectiva como individuos y como especie en este mundo puede cambiar. No somos un accidente, somos una consecuencia de la existencia de la propia materia. Pero tampoco la vida será eterna porque para mantenerse necesita un universo heterogéneo, desequilibrado, cambiante, vivo... Y eso es lo que hay ahora, disfrutémoslo.

Esta perspectiva hace que personalmente haya adoptado una ética vital (no se me ocurre mejor nombre) donde lo deseable se alinea con la tendencia a la complejidad y lo indeseable nos acercaría a la muerte, donde no hay desequilibrio: es el pecado de oponerse a la evolución. “No destruyas la complejidad” sería el primer y casi único mandamiento.

Pero hay más. Nuestra especie es pensante, ha conseguido una herramienta extraordinaria que nos permite reflexionar sobre donde estamos y qué somos. Y creo que la selección se aplica también a esta nueva esfera de complejidad, pero eso lo dejo para otra ocasión.

14 junio 2006

Hubble nos pone en nuestro sitio

Y otros se dedican a buscar hombrecitos verdes...

Estaba yo redactando una entrada sobre una historieta política cuando me encontré con unas imágenes como la de abajo.

Resistí la tentación de soltar eso de "no somos nada" y convertirme en hormiguita y decidí ponerla aquí. La entrada previa quedó borrada por fútil ante la majestad del espectáculo sideral y lo ridículo del circo político. Seguro que muchos conocen el sitio pero como no les noto muy trascendentes últimamente se lo recuerdo para que se pongan a filosofar sobre nuestro lugar en el mundial, digo mundo. Yo he prometido imprimir alguna para mirarla por la mañana, al levantarme, seguro que me cambia la perspectiva. Las imágenes están en el Hubble Heritage Project.

11 junio 2006

La tribu flamenca y sus competencias

Donde la Junta de Andalucía aplica la ley de la tribu

Este fin de semana he tenido un rato para organizarme en cuanto a temas pendientes. Aplico al blog la misma norma que aprendí a usar con algún correo electrónico molesto: nunca contestar en caliente. Por tanto, dejé dormir unos días el post sobre Ratzinger en Polonia. Lo mismo con este que les pongo aquí y cuyo asunto central ya fue comentado en otros sitios. Aún así, la tontería es de tal calibre que merece la pena insistir en ella y sobre todo que nuestros colegas del otro lado del Atlántico pongan sus barbas a remojar, porque la necedad es altamente contagiosa.
Bueno, al tajo: aquí tienen la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Vayan a la página 17 y encontrarán esto:
Artículo 67. Cultura y patrimonio.
1. [cortado] Corresponde asimismo a la Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservación, investigación, formación, promoción y difusión del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz.
Las palabras clave son, por supuesto, las de "competencia exclusiva". Los tarados que han escrito esto han partido de la suposición de que el flamenco es sólo andaluz. Aunque fuera así, también han supuesto que la cultura puede ser competencia exclusiva de alguien, fíjense en las palabras conocimiento e investigación...
Sobre la primera suposición, Arcadi Espada nos da una lista para empezar a hacer boca donde hay de todo, madrileños, catalanes, extremeños... Sobre la segunda, Javier Caraballo nos ofrece un post de los que me gustan, coña marinera para disimular el asombro.
La reforma del estatuto está ahora en debate en el Congreso de los Diputados, sí, con esas mismas señorías que hablan de medicamentos homeopáticos. Si el borrador se aprueba tal cual, el Festival Internacional del Cante de las Minas, con sus 45 ediciones, será ilegal. A quién se le ocurre celebrarlo en Murcia, qué atrevimiento.
La tribu vuelve y con ella el sentido común se desvanece. O como leí una vez, ya no me acuerdo dónde: el coste de la educación es alto pero no es nada comparado con el coste de la ignorancia.

El Papa se pregunta pero no se responde

Donde Ratzinger se aplica y torea a la audiencia

Leo un artículo de Oriol Pi en La Vanguardia (7/6/2006, pág. 25) que empieza:
El Papa alemán ha conmovido al mundo al preguntar en los campos de exterminio nazis en Polonia "¿Dónde estaba Dios en aquellos días? ¿Porque calló?"
Desde mi punto de vista la respuesta es muy simple pero desde el catolicismo la cosa se complica extraordinariamente. El señor Pi nos ilustra un poco confusamente en dos pasos. En el primero:
Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo.
Es decir, Dios permite el mal para que el hombre pueda ejercer la libertad de transformar el mal en bien. Y en el segundo, ante el escaso poder de convicción del argumento previo, nos ilustra con la pregunta/respuesta de todas las cosas:
¿Quién puede abarcar al Inabarcable? ¿Quién puede comprender al Incomprensible?
Finalmente, usa las palabras del Papa para reforzarle: su reconocimiento de ignorancia lo hace humano, "abierto al misterio" (?), lo cual es su mayor grandeza.
Yo les confesaré que cuando leo este tipo de artículos también me pregunto cosas. Más vulgares, sin duda. Por ejemplo, ¿de qué diablos (con perdón) está hablando el señor Pi? Si la realidad contradice el dogma la respuesta es el misterio misterioso, qué respuesta tan fácil y tan absurda. Pero cuela: el señor Pi se queda en estado de ensoñación ante tanta grandeza papal sin darse cuenta, al menos en apariencia, del fraude.
La pregunta de Ratzinger podría tomarse como una pregunta retórica. Clama al cielo por no recibir respuestas ergo se engrandece su fe. Pero no es tan simple porque no se cae en lo fundamental: la persistencia del mal es, desde la perspectiva católica, algo inexplicable. Alguien con un mínimo sentido común y ante tan flagrante contradicción revisaría las bases pero no: ante el cataclismo que supondría eso, obviemos la imposible circunstancia de que un dios infinitamente misericordioso y omnipotente permita el dolor, la tortura y la muerte sin hacer nada para impedirlo. Obviemos el problema sin morirnos de vergüenza ante la desfachatez que ello supone.
Ratzinger ha preguntado algo que venía preparado desde las cocinas de su equipo de mercadotecnia. No ha actuado honradamente, su pregunta no es retórica, es un fraude. Ha tratado a sus fieles como el torero al toro: engañándolos. Un elegante natural y donde antes había un torero ahora sólo está el vacío. Sólo que el torero arriesga su vida en el engaño. Ratzinger no arriesga nada, su toro no tiene cuernos con los que pueda contestar.
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