Donde una causa común hace extraños compañeros de cama: la iglesia evangélica declara una cruzada contra el cambio climático.
Para que vean que tengo talante conciliador, no siempre me voy a meter con las iglesias, a veces aciertan incluso en la interpretación literal de la biblia. En el número del 24 de febrero de Science se encuentra una interesante noticia; en traducción libre: “Evangélicos y científicos hacen causa común sobre el cambio climático”.
Y es que el reverendo Richard Cizik, superior de la National Association of Evangelicals, tras reunirse con algunos científicos en los EE.UU. y salió absolutamente convencido de que la la causa anti-calentamiento global es poco menos que un mandamiento en sus creencias religiosas.
Cizik comentó en una de sus asambleas que esto del calentamiento fue como “una conversión, no diferente de mi conversión a Cristo”. Y este mes, 86 personas con influencia en el movimiento cristiano evangélico de los EE.UU. amplificaron su voz pidiendo una legislación nacional para reducir las emisiones de gases de invernadero. ¿Qué pinta aquí la biblia? Pues muy fácil: hay que proteger la creación de Dios.
Pues miren, nunca creí que leyera una noticia “evangélica” con tanta sorpresa porque tengo que reconocer que dentro de las chifladuras con las que nos regalan algunos, esta interpretación de la biblia tiene sentido: somos los herederos y tenemos responsabilidades.
Aún así, creo que no iré de copas con ellos. El artículo comenta que la Iniciativa Climática Evangélica es el resultado de 5 años de esfuerzos de un puñado de científicos, muchos cristianos, para encontrarse de alguna forma con una parte del electorado estadounidense muy influyente y que suele ser un enemigo implacable en los debates sobre política científica. Por ejemplo, entre los firmantes de los manifiestos está el reverendo Rick Warren, pastor de una iglesia de unos 85000 miembros en Lake Forest, California, y autor de “Purpose Driven Life” un bestseller en su país (no se pongan nerviosos por el inglés, ya hay versión en español).
De todas formas, seamos positivos ¿y si la Iglesia de aquí dejara de mirarse el ombligo y de quejarse como Calimero y se apuntara a la tarea? Pero no, el reino de los apostólicos y romanos no es de este mundo, aunque luego protesten por otro tipo de calentamientos y porque la UE les quiera cobrar el IVA.