31 julio 2010

Blogs y divulgación, un caso de estudio.

Se ha abierto un tema interesante en Amazings titulado La verdadera divulgación ¿aún lejos? donde ha y opiniones diversas sobre el papel de los científicos como divulgadores o, incluso, sobre el deber ético de divulgar además de realizar el resto de su trabajo. A la sombra de ese debate escribo este post para dejar clara mi opinión sobre el enorme valor de los blogs como vehículo de la divulgación cientifica y técnica.
Ilustraré el asunto con un ejemplo: en mayo del 2004 publicamos unos colegas y yo un artículo en de cierto interés (hoy tiene 118 citas). Aunque sea una revista bastante leída (o al menos consultada) era evidente que el tema no llegaría a conocerse ni a entenderse entre la gente ajena al gremio al estar escrita en inglés, en una revista de pago y, además, con un texto enormemente condensado por exigencias editoriales.
La posibilidad de la divulgación apareció pronto ya que en julio de ese mismo año recibimos un correo electrónico de Investigación y Ciencia pidiéndonos una versión del artículo para publicar en esa revista. No les voy a negar que nos hizo cierta ilusión ya que podríamos explicarlo en español, con despliegue gráfico en color y dirigido a un público diferente. Pasé mis vacaciones en el mes de agosto redactando el trabajo y a mediados de septiembre lo enviamos al editor de I&C.
La respuesta fue el silencio. Dejamos pasar un mes y preguntamos sobre el proceso editorial. Nada. Dejamos pasar dos meses y volvimos a preguntar. Nada. Finalmente pase todo el artículo a la carpeta de "olvidados".
Al cabo de un tiempo abrí este blog por pura curiosidad (en el 2004 no había oido hablar de ellos siquiera) y en febrero del año 2007 consideré que era el medio idóneo para quitarme la espina y publiqué 5 posts explicando el trabajo paso a paso y dando a conocer sus problemas y su trastienda (que todos los artículos la tienen). Si hay alguien nuevo por aquí puede buscar A los musgos se los lleva el viento y le saldrá la serie entre los resultados más antiguos. Llevó su tiempo redactarlos, por supuesto, pero ahí están en unas condiciones idóneas para la divulgación: accesibles a todo el mundo, con figuras en color y libertad editorial.
Aprendida la lección, repetí la jugada con otro trabajo y a lo largo de agosto de 2008 saqué otra serie de 4 posts titulada Las pardelas tienen GPS pero no le hacen caso. En este caso fui mucho más diligente ya que la publicación científica fue el 13 de agosto y los posts se escribieron entre el 3 y el 20 del mismo mes, comenzando antes de que el artículo fuera accesible (aunque ya sabíamos que había sido aceptado).

El viento es uno de los protagonistas de los artículos; lo de arriba un fragmento de mapa donde la velocidad se traduce a colores (azul: calma; rojo: hasta 30 m/s) y para el sentido se usan flechas.

No sé cuanta gente habrá leido los mencionados posts pero sí estoy seguro de que los blogs son la vía más flexible, rápida y aconómica de hacer divulgación. Si se nos demanda alguna vez que hagamos versiones amables de nuestro trabajo no hay necesidad de grandes iniciativas ni innovaciones ya que la herramienta existe. Sería bueno que las universidades se lo tomaran un poco en serio e hicieran portales específicos para sus científicos bajo el formato que sea (blog o wiki) pero mientras las universidades despiertan, si quieren buscar novedades científicas vayan a los blogs porque ahí encontrarán ejemplos magníficos de divulgación ágil (agilísima) y de gran nivel. 
¿Cómo acabó el asunto de I&C? Pues sorprendentemente recibimos un correo hace tres o cuatro meses con las galeradas del artículo. Han entendido bien: casi seis años después d enviarles el trabajo recibimos las pruebas de imprenta sin una sola explicación de la demora o de los silencios. Pasó, además, algo que no ocurre en los blogs: el texto había sido editado y modificado para adaptarlo al estilo de la revista, algo que no me gustó nada, no sólo porque el nuevo estilo no es el mío sino porque tomé muchas molestias en hacer una buena redacción. Tras un tira y afloja logré que volvieran a meter la introducción (la habían borrado) y algunos detalles similares. El artículo salió este mes de julio (escribo esto a "mes pasado" para que nadie lo considere propaganda). ¿Más diferencias? El copyrigth es de la revista, hay que pagar por ella y pasará al olvido en las bibliotecas mientras que los blogs, por el momento, tienen vocación de eternidad.

10 comentarios:

Pedro Terán dijo...

"El copyrigth es de la revista"

Esto no es así, según la LPI una revista sólo tiene derechos sobre la colección completa de contenidos que aparecen en un número, no sobre cada contenido por separado.

Por ejemplo, pueden reeditar un número (dentro del límite temporal que marca la ley a los derechos de explotación) pero no tienen nada que decir sobre la posible publicación en otro lugar de un artículo individual.

O así lo entendí yo cuando leí la ley...

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Ya me miro lo de Amazings a ver de qué han hablado :)

Angel dijo...

Gracias por la aclaración, que es muy interesante y desconocía. La verdad es que nunca me he molestado en mirar con detalle los derechos de las revistas sobre los artículos pero tendré que hacerlo. En este caso, por ejemplo, se han publicado en el artículo imágenes nuestras que ya puse en el blog. Saludos.

Pedro Terán dijo...

¿Te vas a venir por Asturias?

Ángel M. Felicísimo dijo...

>¿Te vas a venir por Asturias?
Estoy en Oviedo desde ayer, si teneis un rato quedamos y nos tomamos unas sidras.

José L. Castillo dijo...

¡Hola!

Creo que has dado de lleno con una de las claves. Es totalmente cierto que la divulgación, ahora mismo, está en los blogs. Que es información que queda ahí y que la eficacia de los buscadores permitirá rescatar... si la gente aprende a hacer buenas búsquedas, claro... Y si los buscadores son capaces de separar grano de paja...

Dos condiciones complejas, creo.

Pero es que pienso que una situación alternativa es posible. Partiendo de algo que tú decías en Amazings.es, con toda la razón. Que la divulgación es cosa de dos. Totalmente de acuerdo.

Así, una divulgación masiva, profesionalizada, potenciada, financiada (los hipotéticos sexenios de divulgación deberían salir de alguna partida presupuestaria...), sea con blogs o con cualquier otra herramienta digital, generaría un volumen suficiente de información científica como para que los buscadores se interesaran por especializarse en ella.

¿Por qué? Yo creo que habría una demanda clara de esa información por parte de un sector concreto. Los investigadores (fíjate cómo evito decir científico) de otros campos. Que convertiría la inversión realizada en retornos a base de mejores investigaciones, con más información procedente de diversas disciplinas, más integrada, con más implicaciones y derivaciones.

La ciencia como resultado de la interacción, del mashup, de la creación de nuevas combinaciones y no del descubrimiento de nuevos elementos.

De rebote, la población, si es competente en los mecanismos de búsqueda, podría aprovecharse de todo ellos y convertirse en una población mejor informada. Pero como efecto secundario. Porque los diversos segmentos que pueden aparecer en la población general tienen interés en el conocimiento como usuarios. Puntualmente y con un contexto muy definido. No son destinatarios específicos, conocidos de antemano. Porque el divulgador desconoce todos los posibles destinatarios y todos los posibles contextos en los que su divulgación puede ser útil.

¡Un saludo!

Angel dijo...

Hola José Luis, tal vez una solución para que expliquemos las cosas a no especialistas sería hacer un cambio en los sexenios de investigación (no crear unos nuevos) de forma que se aumente el complemento si al menos x artículos han sido divulgados en canales no estrictamente académicos.
Es una opción que no se va a hacer pero por soltarla aquí tampoco pasa nada. También traería muchos problemas en campos donde la divulgación es muy difícil con lo que los desequilibrios serían un tanto sangrantes.
Tampoco creo que los blogs tal como son hoy sean idóneos para la labor pero sí son, al menos, un ejemplo de iniciativa "popular" que ha surgido desinteresadamente ante la falta de iniciativas de las administraciones y universdades. Saludos y a seguir.

Manuel Sánchez dijo...

Hola

En mi opinión la divulgación debería ser evaluada dentro de la actividad docente. En cierto sentido es una labor de "educar a la sociedad". Otra cosa es que no esté todo lo bien reconocida que merece.

Por cierto, muy majo el trabajo de "A los musgos se los lleva el viento".

Angel dijo...

Hola Manuel, sería más lógico en la actividad docente, en efecto. Lo de meterlo en los sexenios es porque hablamos de publicaciones y es más cómodo, al menos para mí, considerarla y valorarla como una actividad complementaria de la publicación científica. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola.
Tengo 3dudas.
Ya hay bibliografia que abirde el tema:divulgacion.ciencia.blogs?
Cual fue el primer blog de ciencia en.mexico.existe aun?
Y,que elementos debemos verificat quienes consultamos estos espacios ,para tener la seguridad de que la ibformacion que ests en ellosxes real/seria.
Hay una especie de durwctorio de blogs de ciencia? Gracias. Eu

Ángel M. Felicísimo dijo...

Lee estos 3 posts, creo que dan una buena idea de como diferenciar lo serio de lo falso.
http://golemp.blogspot.com.es/2006/01/ciencia-y-no-ciencia.html
http://golemp.blogspot.com.es/2009/03/ciencia-y-no-ciencia-2.html
http://golemp.blogspot.com.es/2006/02/ciencia-y-no-ciencia-iii-y-ahora-s-que.html
Lo de la bibliografía tendría que mirarlo, lo desconozco. Y sobre los blogs científicos de México, lo siento pero si fuera de España tal vez podría decir algo. Saludos

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