Les pongo abajo una conferencia de Harris en TED Talks donde defiende el papel de la ciencia en las decisiones morales y realiza sobre esa base una crítica al relativismo cultural. Tienen la opción de incluir subtítulos en español o de leer la traducción abajo pero es recomendable ver el video para tener la referencia a las dispositivas que aparecen en la pantalla.
Traducción (disponible en la web original)
Hoy voy a hablar de la relación entre ciencia y valores humanos. En general se entiende que las cuestiones morales, lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto son cuestiones sobre las que la ciencia oficialmente no tiene opinión. Se piensa que la ciencia puede ayudarnos a conseguir lo que valoramos pero nunca puede decirnos qué debemos valorar. En consecuencia la mayoría de la gente, creo, piensa que probablemente la ciencia nunca responderá las preguntas más importantes de la vida humana, preguntas como: "¿Para qué vale la pena vivir?" "¿Para qué vale la pena morir?" "¿Qué constituye una buena vida?"
Voy a argumentar que esto es una ilusión, que la separación entre ciencia y valores humanos es una ilusión. Y, en realidad, una ilusión muy peligrosa en este momento de la historia humana.
A menudo se dice que la ciencia no puede brindarnos una base para la moralidad y los valores humanos porque la ciencia trata con hechos y los hechos y los valores parecen pertenecer a diferentes esferas. A menudo se piensa que no hay descripción del modo que el mundo es que pueda decirnos como debería ser el mundo. Pero pienso que esto claramente no es verdad. Los valores son un cierto tipo de hechos. Son hechos acerca del bienestar de las criaturas conscientes.
¿Por qué no tenemos obligaciones éticas con las rocas? ¿Por qué no sentimos compasión por las rocas? Porque no pensamos que las rocas pueden sufrir. Y si estamos más preocupados por nuestros compañeros primates que por los insectos, como de hecho pasa, es porque pensamos que ellos están expuestos a un rango más grande de felicidad y sufrimiento potenciales. Ahora, algo crucial a destacar aquí es que esta es una afirmación sobre un hecho y es algo en lo que podemos estar acertados o equivocados. Y si construimos mal la relación entre la complejidad biológica y las posibilidades de experiencia podríamos estar equivocados sobre la vida interior de los insectos.
No hay noción, no hay versión sobre la moralidad humana y los valores humanos con la que me haya cruzado que no se reduzca en algún punto a un asunto de experiencia consciente y sus posibles cambios. Incluso si tomamos los valores religiosos, incluso si uno piensa que el bien y el mal en definitiva se relacionan con condiciones después de la muerte o con una eternidad de felicidad con Dios, o con una eternidad de sufrimiento en el infierno, uno todavía se preocupa de la conciencia y sus cambios. Y decir que tales cambios pueden persistir después de la muerte es en sí una afirmación fáctica que, por supuesto, puede ser verdadera o no.
Ahora, para hablar de las condiciones de bienestar en esta vida, para seres humanos, sabemos que existe un continuo de tales hechos. Sabemos que es posible vivir en un estado fallido en el que todo lo que puede salir mal sale mal, en el que las madres no pueden alimentar a sus hijos en el que los desconocidos no pueden encontrar las bases para colaboración pacífica en el que la gente es asesinada indiscriminadamente. Y sabemos que es posible moverse en ese continuo hacia algo un poquito más idílico, hacia un lugar en el que todavía se concibe un poco más de bienestar.
Sabemos que hay respuestas correctas e incorrectas de cómo movernos en este espacio. ¿Sería buena idea agregar cólera al agua? Probablemente no. ¿Sería buena idea que todos creyéramos en el "mal de ojo" de manera que, cuando algo malo les ocurra, inmediatamente culpen a sus vecinos? Probablemente no. Hay verdades por conocer sobre cómo florecen las comunidades humanas, entendamos o no estas reglas. Y la moralidad se relaciona con estas reglas.
Así, al hablar de valores estamos hablando de hechos. Ahora, nuestra situación en el mundo puede entenderse en muchos niveles. Existe desde el nivel del genoma hasta el nivel de los sistemas económicos y los acuerdos políticos. Pero si vamos a hablar de bienestar humano estamos, por fuerza, hablando del cerebro humano. Puesto que sabemos que nuestra experiencia del mundo y de nosotros mismos en él se realiza en el cerebro.
Lo que suceda después de la muerte, incluso si el suicida tiene 72 vírgenes en el más allá, en esta vida, su personalidad, su personalidad más bien desafortunada es producto de su cerebro. Así, las contribuciones de la cultura, si la cultura nos cambia, como de hecho lo hace, nos cambia cambiando nuestros cerebros. Por lo tanto cualquier variación cultural que haya en la manera de florecer del ser humano puede, al menos en principio, ser entendida en el contexto de una ciencia, en maduración, de la mente, neurociencia, psicología, etc.
Lo que estoy argumentando es que el valor se reduce a hechos a hechos sobre la experiencia consciente de seres conscientes. Y por lo tanto podemos visualizar un espacio de cambios posibles en la experiencia de estos seres. Y pienso en esto como una suerte de paisaje moral con picos y valles que corresponden a diferencias en el bienestar de las criaturas conscientes tanto personales como colectivas. Y una cosa para destacar es que quizá hay estados del bienestar humano que raramente accedemos, que poca gente accede. Y estos aguardan nuestro descubrimiento. Quizá alguno de esos estados pueden ser llamados, con propiedad, místicos o espirituales. Tal vez hay otros estados que no podemos acceder por la manera en que está estructurada nuestra mente pero otras mentes quizá podrían accederlos.
Ahora, déjenme ser claro sobre lo que no estoy diciendo. No estoy diciendo que la ciencia garantiza el mapeo en este espacio o que tendremos respuesta científica para todas las preguntas morales que se conciban. No pienso, por ejemplo, que uno un día consultará una supercomputadora para saber si debería tener un segundo hijo o si deberíamos bombardear las instalaciones nucleares de Irán, o si uno puede deducir el costo total de TED como gasto de negocios. (Risas) Pero si las preguntas afectan al bienestar humano entonces tienen respuestas, podamos o no encontrarlas. Y sólo admitiendo eso sólo admitiendo que hay respuestas correctas e incorrectas a la pregunta de cómo florecen los humanos cambiará la manera de hablar de moralidad y cambiarán nuestras expectativas de la cooperación humana en el futuro.
Y, por ejemplo, hay 21 estados en nuestro país en los que el castigo corporal en las aulas es legal. Es legal que un maestro golpee a un niño con una tabla de madera duramente, dejando grandes moretones, ampollas, e incluso partiendo la piel. Y cientos de miles de niños, por cierto, están sujetos a esto cada año. Las ubicaciones de esos distritos iluminados, pienso, no les sorprenderán. No estamos hablando de Connecticut: la lógica para este comportamiento es explícitamente religiosa. El mismo creador del Universo nos ha dicho no escatimar la vara, para no estropear al niño. Esto es Proverbios 13:20 y, creo, 23. Pero podemos hacer la pregunta obvia. ¿Es buena idea, en líneas generales, someter a los niños al dolor la violencia y la humillación pública como vía para alentar el desarrollo emocional saludable y el buen comportamiento? ¿Hay alguna duda de que esta pregunta tiene una respuesta, y que ella importa?
Muchos podrían estar preocupados de que la noción de bienestar no está definida y, al parecer, abierta a perpetuidad para ser redefinida. Y entonces, ¿cómo puede haber por lo tanto una noción objetiva de bienestar? Bien, consideremos por analogía, el concepto de salud física. El concepto de salud física es indefinido como lo oímos de Michael Specter. Ha cambiado a lo largo de los años. Cuando se esculpió esta estatua la expectativa de vida promedio era quizá 30. Ahora está cerca de 80 en el mundo desarrollado. Podría haber un momento en el que nos entrometamos con los genomas de modo tal que no ser capaces de correr una maratón a los 200, será considerada una minusvalía severa.
Observen que el hecho de que el concepto de salud es abierto, genuinamente abierto, la posible revisión no lo hace vacío. La distinción entre una persona saludable y una muerta es tan clara y consecuente como cualquiera que hagamos en la ciencia. Otra cosa a observar es que podría haber muchos picos en el paisaje moral. Podría haber maneras equivalentes de prosperar. Podría haber maneras equivalentes de organizar la sociedad para maximizar el florecimiento humano.
Ahora, ¿por qué esto no socavaría una moralidad objetiva? Bien, piensen cómo hablamos de la comida. Nunca estaría tentado a argumentarles que debe haber un alimento correcto para comer. Hay, claramente, un rango de materiales que constituyen comida saludable. Pero hay, no obstante, una distinción clara entre comida y veneno. El hecho de que hay muchas respuestas correctas a la pregunta: "¿Qué es alimento?" no nos tienta a decir que no hay verdades por conocer sobre la nutrición humana. Ahora, mucha gente se preocupa de que una moralidad universal requeriría preceptos morales que no admitan excepciones.
Así, por ejemplo, si realmente está mal mentir debe estar siempre mal mentir y si uno puede encontrar una excepción bien, entonces no existe tal cosa como verdad moral. ¿Por qué pensaríamos esto? Consideren, por analogía, el ajedrez. Si uno va a jugar buen ajedrez un principio como, no pierdas tu reina es muy bueno para seguir. Pero claramente admite excepciones. Hay momentos en que perder la reina es algo brillante. Hay momentos en que es la única cosa buena que uno puede hacer. Y sí, el ajedrez es un dominio de objetividad perfecta. El hecho de que hay excepciones aquí no cambia eso en absoluto.
Ahora, esto nos lleva a la fuente de movimientos que la gente es propensa a hacer en la esfera moral. Consideren el gran problema del cuerpo de las mujeres. ¿Qué hacer con ellos? Bien, hay una cosa que pueden hacer al respecto: pueden cubrirlos [señala una foto de mujeres cubeirtas con burkas]. ¿Quiénes somos para decir que los orgullosos moradores de una cultura antigua están equivocados al forzar a sus esposas e hijas a vivir en "bolsas de tela"? Incluso hay quien plantea ¿quiénes somos para decir que están equivocados por golpearlas con trozos de cable de acero o arrojarles ácido de baterías en sus caras si declinan el privilegio de ser cubiertas de ese modo?
Por otra parte ¿quiénes somos para no rebelarnos ante esto? ¿Quiénes somos para fingir que sabemos tan poco sobre bienestar humano que no podemos ser críticos de prácticas como esta? No estoy hablando del uso voluntario de un velo, las mujeres deberían vestir lo que quieran, hasta donde yo sé. Pero qué significa "voluntario" en una comunidad en la que cuando una niña es violada el primer impulso de los padres bastante a menudo es asesinarla por vergüenza.
Dejen que este hecho detone en sus cerebros un minuto: tu hija es violada y lo que quieres hacer es matarla. ¿Cuáles son las probabilidades de que esto represente un clímax del florecimiento humano?
Ahora, decir esto no es decir que tenemos la solución perfecta en nuestra sociedad. Como, por ejemplo, esto [señala una foto cubierta de revistas eróticas] es ir a un puesto de diarios en casi cualquier lado en el mundo civilizado. Si estamos de ánimo reflexivo podemos preguntarnos ¿Es esta la expresión perfecta de equilibrio psicológico respecto de variables como juventud, belleza y cuerpos femeninos? ¿Es este el entorno óptimo en el cual criar a nuestros hijos? Probablemente no. Así, ¿Quizá hay algún lugar en el espectro entre estos dos extremos que representa un lugar de mejor equilibrio? (Aplausos) Tal vez hay muchos de tales lugares.
De nuevo, dados otros cambios en la cultura humana puede haber muchos picos en el paisaje moral. Pero algo para observar es que tenemos muchas más maneras de no estar en un pico. Ahora, la ironía, desde mi perspectiva es que la única gente que parece por lo general concordar conmigo y que piensan que hay respuestas correctas e incorrectas a preguntas morales son los demagogos religiosos de uno u otro tipo.
Y, por supuesto, ellos piensan tener respuestas correctas a preguntas morales porque ellos tienen esas respuestas de una voz en el torbellino no porque hayan hecho un análisis inteligente de las causas y condición del bienestar humano y animal. De hecho, la permanencia de la religión como lente a través del cual la mayoría de la gente ve preguntas morales ha separado la mayor parte de la charla moral de las preguntas reales del sufrimiento de humanos y animales. Es por eso que pasamos nuestro tiempo hablando de cosas como el matrimonio gay y no de genocidio, proliferación nuclear, pobreza, o cualquier otro tema con grandes consecuencias. Pero los demagogos tienen razón en una cosa, necesitamos una concepción universal de los valores humanos.
Ahora, ¿qué se interpone en el camino de esto? Bien, una cosa a observar es que hacemos algo diferente cuando hablamos de moralidad en especial de tipo secular, académico, científico. Cuando hablamos de moralidad valoramos diferencias de opinión de una forma que no valoramos en otras áreas de nuestra vida. Así, por ejemplo, el Dalai Lama se levanta cada mañana meditando sobre la compasión. Y piensa que ayudar a otros seres humanos es una parte integral de la felicidad humana. Por otro lado tenemos a alguien como Ted Bundy. Ted Bundy era muy aficionado a raptar, violar torturar y matar jóvenes mujeres.
Así, parecemos tener una diferencia genuina de opinión acerca de cómo usar provechosamente el tiempo. La mayoría de los intelectuales occidentales ven esta situación y dicen: "Bien, no hay nada en el Dalai Lama que sea realmente correcto, realmente correcto o para Ted Bundy que sea realmente incorrecto eso admite un argumento real que potencialmente cae en el ámbito de la ciencia. A él le gusta el chocolate, y a él la vainilla. No hay nada que uno debería decirle al otro para persuadirle. Y observen que no hacemos esto en la ciencia.
A la izquierda [señala una figura proyectada] tienen a Edward Witten. El es teórico de cuerdas. Si preguntan a los físicos más inteligentes de por aquí ¿quién es el físico más inteligente a su alrededor? en mi experiencia la mitad dirá Ed Witten. La otra mitad les dirá que no le gusta la pregunta. (Risas) ¿Qué pasaría si en una conferencia de física yo salgo diciendo "La teoría de cuerdas es falsa. No me sirve. No es como yo elijo ver el universo a pequeña escala. No soy un fan". Bien, no pasaría nada porque yo no soy un físico no entiendo la teoría de cuerdas. Soy el Ted Bundy de la teoría de cuerdas. No me gustaría pertenecer a un club de teoría de cuerdas que me tuviera a mí como miembro.
Pero ese es el punto. Cada vez que hablamos de hechos deben excluirse ciertas opiniones. Eso es lo que significa tener especificidad de dominio. Eso es lo que significa que el conocimiento cuente. ¿Cómo nos autoconvencemos de que en la esfera moral no hay tal cosa como la experiencia moral o talento moral, o incluso genio moral? ¿Cómo nos autoconvencemos de que cada opinión tiene que contar? ¿Cómo nos autoconvencemos de que cada cultura tiene un punto de vista en estos asuntos que vale la pena evaluar? ¿Tienen los talibanes un punto de vista en física que vale la pena considerar? No. ¿Cuán menos obvia es su ignorancia en el tema del bienestar humano?
Esto es lo que, pienso, el mundo necesita ahora. Necesita gente como nosotros que admita que hay respuestas correctas e incorrectas a preguntas del florecimiento humano y la moralidad se relaciona con ese dominio de hechos. Es posible para individuos, e incluso para culturas enteras, preocuparse de cosas incorrectas. Lo que significa que es posible que ellos tengan creencias y deseos que conduzcan directamente a sufrimiento humano innecesario. Sencillamente admitir esto transformará nuestro discurso sobre moralidad. Vivimos en un mundo en el que los límites entre naciones cada vez significan menos y algún día significarán nada.
Vivimos en un mundo lleno de tecnología destructiva y esta tecnología no puede "desinventarse" siempre será más fácil romper cosas que arreglarlas. Por lo tanto me parece, evidentemente obvio, que ya no podemos respetar y tolerar enormes diferencias en las nociones de bienestar humano como podríamos respetar o tolerar enormes diferencias en las nociones sobre cómo se propagan enfermedades o en los estándares de seguridad de la construcción y aviones. Simplemente debemos converger en las respuestas que damos a las preguntas más importantes de la vida humana. Y para hacer eso tenemos que admitir que estas preguntas tienen respuestas. Muchas gracias. (Aplausos)
Comentarios sobre el escenario.
Chris Anderson: Hay material combustible allí. Ya sea en la audiencia o la gente en algún lugar del mundo que escucha algo de esto bien puede estar poniendo el grito en el cielo después de escuchar algo de esto. El lenguaje parece ser realmente importante aquí. Cuando hablas del velo hablas de mujeres vestidas con "bolsas de tela". He vivido en el mundo musulmán y hablado con muchas mujeres musulmanas. Algunas de ellas dirían algo más. Dirían: "No, sabes, esta es una celebración de la particularidad femenina ayuda a construirla y es el resultado del hecho que..." esto es discutible, una mirada psicológica sofisticada, "que no se puede confiar en la lujuria masculina". Digo, ¿puedes entablar una conversación con ese tipo de mujeres sin parecer una especie de imperialista cultural?
Sam Harris: Sí, bien, pienso que traté de abordar esto en una oración viendo la señal del reloj pero la pregunta es ¿Qué significa "voluntario" en un contexto en que los hombres tienen ciertas expectativas y es seguro que serás tratada de una cierta manera si no te pones el velo? Por lo tanto, si alguien en la sala quisiera usar un velo o un sobrero muy divertido, o un tatuaje en la cara... creo que deberíamos ser libres para hacer voluntariamente lo que queramos pero tenemos que ser honestos sobre las restricciones que pesan para esas mujeres. Y por eso pienso que no deberíamos tan alegremente creerles siempre, sobre todo si hace 50 grados afuera y tienen puesta una burka.
Anderson: Mucha gente quiere creer en este concepto de progreso moral. Pero ¿Puedes conciliar eso? Pienso que entendí que dijiste que podrías conciliar eso con un mundo que no se vuelva unidimensional en el que todos tengamos que pensar igual. Pinta tu cuadro del futuro, adelantando el reloj 50 años, 100 años, ¿Cómo te gustaría pensar el mundo, equilibrando el progreso moral con la riqueza?
Harris: Bien, pienso que una vez que admites que estamos en vías de comprender nuestras mentes a nivel cerebral, con algún detalle importante, luego tienen que admitir que vamos a comprender todo lo positivo y negativo de nosotros mismos en mucho más detalle. Así, vamos a comprender la emoción social positiva como la empatía y la compasión. Y vamos a comprender los factores que la fomentan, sean éstos genéticos, o relativos a la manera de hablar unos con otros, o a los sistemas económicos. En la medida en que comencemos a arrojar luz sobre esto inevitablemente vamos a converger en ese espacio de hechos.
Todo no va a estar disponible. No va a ser como decir que ponerle velo a mi hija desde la cuna es tan bueno como enseñarle a ser segura de sí misma e instruida en el contexto de los hombres que desean mujeres. Digo, no creo que necesitemos un estudio para saber que el velo compulsivo es una mala idea. Pero en cierto punto vamos a ser capaces de barrer los cerebros de los involucrados e interrogarlos en realidad. ¿La gente ama a sus hijas tanto en estos sistemas? Y pienso que claramente hay respuestas correctas a eso.
Anderson: Y si los resultados dicen que realmente sí las aman ¿Estás preparado para desplazar tu juicio actual instintivo en alguno de estos temas?
Harris: Bien, sí, un hecho obvio que uno puede amar a alguien en el contexto de un sistema de creencias totalmente delirante. Uno puede decir: "Como sé que mi hijo gay iba a ir al infierno si encontraba un novio le corté la cabeza. Y eso fue lo más compasivo que pude hacer". Si tienes todas esas partes alineadas sí, creo que podrías sentir probablemente la emoción del amor. Pero, de nuevo, luego tenemos que hablar de bienestar en un contexto más grande. Estamos todos en esto juntos ningún hombre está en éxtasis para luego inmolarse en un bus.
Anderson: Parece una conversación que me encantaría en realidad continuar durante horas. No tenemos eso, pero quizá en otra ocasión. Gracias por venir a TED.
Harris: Un honor realmente. Gracias. (Aplausos)
13 agosto 2012
08 julio 2012
Carta al Ministerio sobre el Curriculum Vitae Normalizado
CVN son las siglas de Curriculum Vitae Normalizado. Todo un presunto avance que comenté hace un año y medio en este post.
Bueno, el caso es que el CVN "antiguo" se ha modernizado. Tras algunos problemas de conexión, intenté importar el antiguo CVN para no darme el trabajo de volver, otra vez, a meterlo todo. Pan comido, ya que hay una utilidad de importación. ¿El resultado? este:
Me ha ocurrido tanto con el PDF como con el XML. Como consecuencia, los últimos tres días me lo he pasado estupendamente. Acabo, hoy domingo por la tarde, de enviar una carta a la dirección de contacto del CVN:
Bueno, el caso es que el CVN "antiguo" se ha modernizado. Tras algunos problemas de conexión, intenté importar el antiguo CVN para no darme el trabajo de volver, otra vez, a meterlo todo. Pan comido, ya que hay una utilidad de importación. ¿El resultado? este:
Debo comentarles que la importación desde el anterior CVN, tanto en PDF como en XML ha fracasado. Pueden creerme que la molestia ha sido enorme, suponiendo la pérdida de bastantes horas de trabajo. La importación desde Word o similares sólo funciona al 10-15% incluso con los CV que se usaban en el Ministerio para los proyectos del Plan Nacional. En fin...
El caso es que hace ya dos años les sugería, tal vez pecando de inocente, que introdujeran como campo imprescindible el DOI de los artículos. Antes aparecía pero no funcionaba, hoy parece que lo han erradicado. Y es una pena porque dicho campo permitiría descargar automáticamente los datos de las publicaciones e insertarlos en su sitio. Imaginen qué ahorro de tiempo supondría eso: decenas de miles horas a nivel nacional, decenas de miles de errores que no se cometerían. Sería, por otra parte, la única forma cómoda de verificar la información incluida en el CV ya que bastaría con pinchar en el DOI para acceder directamente al artículo. No necesito decirles, pero por si acaso lo hago, que lo mismo debería hacerse para los libros, cuyo ISBN es identificador suficiente para descargar toda la información. Y lo mismo ocurre para el caso de las revistas: introduciendo el ISSN o incluso sin él, teniendo el DOI, podrían descargarse todos los datos de las mismas, incluyendo factor de impacto, cuartil, editorial, país... campos que hoy es necesario introducir a mano una y otra vez. Lo mismo ocurre con las tesis dirigidas, cuya información podría extraerse introduciendo su identificador en la base de datos Teseo.
En fin, les animo a hacerme caso esta vez, créanme que lo hago por el bien de todos y por la productividad que tanto preocupa últimamente. Nota: el código para usar el DOI e ISBN no hay que inventarlo, está disponible en Zotero (abierto). Saludos. ÁngelEn CVN es imprescindible pero es absolutamente necesario un esfuerzo, de una vez, para que valga para algo en los trámites académicos.
05 julio 2012
El bosón de Higgs visto por un biólogo
Ayer por la mañana invertí dos horas de mi tiempo de trabajo en seguir en directo las dos conferencias sobre el "descubrimiento" del bosón de Higgs. La primera fue impartida por Joseph Incandela como portavoz del experimento CMS y la segunda por Fabiola Gianotti como portavoz del experimento ATLAS. Ambas se transmitieron en directo desde una sala del CERN en Ginebra.
Como era previsible, pueden encontrar buenos artículos de divulgación sobre el asunto en internet. Yo les recomiendo dos: el primero explica qué es el bosón de Higgs, cuál es su significado y por qué se le esperaba; léanlo porque es magnífico. El segundo explica algunos pormenores del descubrimiento y algunas sutilezas que hay en la trastienda.
Yo no tengo la formación suficiente para entender el asunto más allá de la superficie por lo que no me voy a poner a escribir sobre ello pero sí quiero explicarles las razones de que un biólogo se haya pasado el día estusiasmado.
La primera razón es que las conferencias de hoy han mostrado la esencia de la ciencia y, de rebote, todo aquello que la separa de la basura pseudocientífica. Los dos científicos han sido rigurosos en sus presentaciones y han mostrado una cantidad ingente de información experimental sin concesiones a la elucubración. De hecho, ni siquiera han dicho "hemos encontrado el bosón de Higgs" sino que han mostrado los resultados en lo que será probablemente una de las diapositivas más famosas de la física:
La presentación de Incandela ha sido espectacular no sólo por sus resultados (también la de Gianotti en este sentido) sino por la belleza de su diseño y sus gráficos. Felicitaciones al anónimo diseñador del centenar largo de diapositivas.
La segunda razón viene del esfuerzo colectivo. El "modelo estándar" de la física de partículas es probablemente el logro intelectual más avanzado y complejo de la mente humana y es fruto de la suma de esfuerzos de miles de científicos durante décadas. Pero no sólo es una construcción teórica ya que las predicciones de la teoría deben ser comprobadas mediante la experimentación y eso supone añadir varios miles de científicos más que diseñan aparatos, protocolos y experimentos y los ejecutan. La foto de abajo está en la presentación de Incandela.
La física actual ha conseguido afinar y confirmar sus modelos hasta un grado de sofisticación extraordinario. El "modelo estándar" es uno de ellos y el bosón de Higgs era una de las piezas que faltaban: se creía en su existencia por argumentos de coherencia y elegancia pero era necesaria la verificación experimental.
La tercera razón es por el significado profundo de los proyectos CMS y ATLAS (y tantos otros). Su utilidad a corto plazo es difícil de defender pero representa lo que nos hace humanos: la curiosidad. Sin curiosidad, sin el placer que nos da el descubrimiento de la naturaleza de las cosas, sin sentir la necesidad de comprender el universo en el que estamos nos perderíamos en la más gris monotonía y tristeza. A veces algún alumno me pregunta para qué investigamos y la respuesta más sincera creo que es "porque hallamos placer en ese proceso". Por ese motivo hoy he disfrutado las presentaciones como muestra y culminación de un enorme éxito intelectual.
Finalmente, no puedo olvidarme de Peter Higgs, que se secaba las lágrimas durante los aplausos finales. Higgs propuso la existencia del bosón que hoy lleva su nombre hace casi 50 años, simultáneamente a Robert Brout (muerto el año pasado), Francois Englert, Gerald Guralnik, C. R. Hagen y Tom Kibble. Algunos de ellos estaban presentes hoy en la presentación en las primeras filas y fueron convenientemente ovacionados.
Creo que en el día de ayer se ha hecho historia porque sintetiza un proceso de más de cincuenta años donde la ciencia ha brillado espléndidamente. Con la casi certeza (ver abajo) de que el bosón de Higgs existe y está donde se predijo que estaría, se refuerza enormemente la teoría subyacente, tan poco intuitiva, tan extraña y tan elegante a la vez. Sin duda esta teoría será completada ya que faltan aspectos fundamentales pero por el momento nosotros podemos estar contentos y ellos orgullosos del trabajo hecho.
¿Que pasa a partir de hoy? Pues lo de siempre. Tras la resaca, los mismos científicos que han conseguido esto se pondrán a trabajar de nuevo, a conseguir financiación, a diseñar nuevos experimentos y a seguir afinando el modelo para, entre otras cosas, estudiar el comportamiento de la "nueva" partícula y ver si nos reserva sorpresas que sigan sacudiendo nuestra curiosidad.
Aclaración sobre los "sigmas"
Verán que en la diapositiva del CMS se dice "Conclusiones: hemos observado un nuevo bosón con una masa de 125.3 ± 0.6 GeV con un nivel de significación de 4.9 σ". ¿Qué significa esto? El eV (electrónvoltio) es una unidad de energía que en este contexto se usa indistintamente como unidad de masa (cantidad de materia) ya que ambas magnitudes están relacionadas por la famosa ecuación E = m·c2. La primera parte acota, por tanto, la masa del bosón de Higgs, un dato esencial para refinar los modelos.
¿Y lo de los sigmas? Sin meternos en estadística se puede decir que expresa la probabilidad de que lo observado no sea algo real sino un efecto de fluctuaciones aleatorias o ruido. Los 4.9 σ del experimento CMS o, aún mejor, los 5.0 σ estimados por el experimento ATLAS son equivalentes a decir: hemos encontrado una señal que, con una probabilidad de 99.99997%, se debe a una partícula real y no al ruido de fondo del experimento (leer esto para más detalles). ¿Es posible sacar al azar una bola negra entre tres millones y medio de bolas blancas? Sí, es posible, pero enormemente improbable, y aún menos en dos experimentos independientes. Por ese motivo la detección del bosón de Higgs se da por cierta, salvo que quieras ir de exquisito, que también se puede. ¿Se podrá reducir la probabilidad del error a la equivalente a seis, siete o más sigmas? Sin duda, pero eso será más adelante y ya no será noticia.
La "partícula de Dios"
Habrán leído por todas partes titulares con lo de la "partícula de Dios" incluyendo a algún obispo a quien se le hace el culo gaseosa porque "demuestra que cuando el ser humano busca el origen de las cosas, no puede menos que hablar de Dios" (Martínez Camino). Lamento comunicarle a Martínez Camino que yerra.
Como es lógico, porque la ciencia se ocupa de la realidad y no de la mitología, la divina expresión no se encuentra en ningún artículo científico de los miles publicados sobre este tema ni, por supuesto, salió ayer en las conferencias en ningún momento. ¿De dónde viene? Para convencer a los periodistas de que son los únicos que la usan y que deben dejar de hacerlo porque es una bobada, les cuento su origen: en 1993 se publicó el libro "The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question? (La partícula dios: si el universo es la respuesta ¿cuál es la pregunta?) de Leon M. Lederman, premio Nobel de física en 1988. Lederman cuenta que su título original era The Goddamn Particle (la maldita partícula) debido a las dificultades que había para detectarla pero que el editor no quiso usar esa expresión:
Como era previsible, pueden encontrar buenos artículos de divulgación sobre el asunto en internet. Yo les recomiendo dos: el primero explica qué es el bosón de Higgs, cuál es su significado y por qué se le esperaba; léanlo porque es magnífico. El segundo explica algunos pormenores del descubrimiento y algunas sutilezas que hay en la trastienda.
Yo no tengo la formación suficiente para entender el asunto más allá de la superficie por lo que no me voy a poner a escribir sobre ello pero sí quiero explicarles las razones de que un biólogo se haya pasado el día estusiasmado.
La primera razón es que las conferencias de hoy han mostrado la esencia de la ciencia y, de rebote, todo aquello que la separa de la basura pseudocientífica. Los dos científicos han sido rigurosos en sus presentaciones y han mostrado una cantidad ingente de información experimental sin concesiones a la elucubración. De hecho, ni siquiera han dicho "hemos encontrado el bosón de Higgs" sino que han mostrado los resultados en lo que será probablemente una de las diapositivas más famosas de la física:
La presentación de Incandela ha sido espectacular no sólo por sus resultados (también la de Gianotti en este sentido) sino por la belleza de su diseño y sus gráficos. Felicitaciones al anónimo diseñador del centenar largo de diapositivas.
La segunda razón viene del esfuerzo colectivo. El "modelo estándar" de la física de partículas es probablemente el logro intelectual más avanzado y complejo de la mente humana y es fruto de la suma de esfuerzos de miles de científicos durante décadas. Pero no sólo es una construcción teórica ya que las predicciones de la teoría deben ser comprobadas mediante la experimentación y eso supone añadir varios miles de científicos más que diseñan aparatos, protocolos y experimentos y los ejecutan. La foto de abajo está en la presentación de Incandela.
"A small fraction of the CMS collaboration" |
La tercera razón es por el significado profundo de los proyectos CMS y ATLAS (y tantos otros). Su utilidad a corto plazo es difícil de defender pero representa lo que nos hace humanos: la curiosidad. Sin curiosidad, sin el placer que nos da el descubrimiento de la naturaleza de las cosas, sin sentir la necesidad de comprender el universo en el que estamos nos perderíamos en la más gris monotonía y tristeza. A veces algún alumno me pregunta para qué investigamos y la respuesta más sincera creo que es "porque hallamos placer en ese proceso". Por ese motivo hoy he disfrutado las presentaciones como muestra y culminación de un enorme éxito intelectual.
Finalmente, no puedo olvidarme de Peter Higgs, que se secaba las lágrimas durante los aplausos finales. Higgs propuso la existencia del bosón que hoy lleva su nombre hace casi 50 años, simultáneamente a Robert Brout (muerto el año pasado), Francois Englert, Gerald Guralnik, C. R. Hagen y Tom Kibble. Algunos de ellos estaban presentes hoy en la presentación en las primeras filas y fueron convenientemente ovacionados.
Robert Brout (1928-2011) en 1964 (fuente) |
¿Que pasa a partir de hoy? Pues lo de siempre. Tras la resaca, los mismos científicos que han conseguido esto se pondrán a trabajar de nuevo, a conseguir financiación, a diseñar nuevos experimentos y a seguir afinando el modelo para, entre otras cosas, estudiar el comportamiento de la "nueva" partícula y ver si nos reserva sorpresas que sigan sacudiendo nuestra curiosidad.
Aclaración sobre los "sigmas"
Verán que en la diapositiva del CMS se dice "Conclusiones: hemos observado un nuevo bosón con una masa de 125.3 ± 0.6 GeV con un nivel de significación de 4.9 σ". ¿Qué significa esto? El eV (electrónvoltio) es una unidad de energía que en este contexto se usa indistintamente como unidad de masa (cantidad de materia) ya que ambas magnitudes están relacionadas por la famosa ecuación E = m·c2. La primera parte acota, por tanto, la masa del bosón de Higgs, un dato esencial para refinar los modelos.
¿Y lo de los sigmas? Sin meternos en estadística se puede decir que expresa la probabilidad de que lo observado no sea algo real sino un efecto de fluctuaciones aleatorias o ruido. Los 4.9 σ del experimento CMS o, aún mejor, los 5.0 σ estimados por el experimento ATLAS son equivalentes a decir: hemos encontrado una señal que, con una probabilidad de 99.99997%, se debe a una partícula real y no al ruido de fondo del experimento (leer esto para más detalles). ¿Es posible sacar al azar una bola negra entre tres millones y medio de bolas blancas? Sí, es posible, pero enormemente improbable, y aún menos en dos experimentos independientes. Por ese motivo la detección del bosón de Higgs se da por cierta, salvo que quieras ir de exquisito, que también se puede. ¿Se podrá reducir la probabilidad del error a la equivalente a seis, siete o más sigmas? Sin duda, pero eso será más adelante y ya no será noticia.
La "partícula de Dios"
Habrán leído por todas partes titulares con lo de la "partícula de Dios" incluyendo a algún obispo a quien se le hace el culo gaseosa porque "demuestra que cuando el ser humano busca el origen de las cosas, no puede menos que hablar de Dios" (Martínez Camino). Lamento comunicarle a Martínez Camino que yerra.
Como es lógico, porque la ciencia se ocupa de la realidad y no de la mitología, la divina expresión no se encuentra en ningún artículo científico de los miles publicados sobre este tema ni, por supuesto, salió ayer en las conferencias en ningún momento. ¿De dónde viene? Para convencer a los periodistas de que son los únicos que la usan y que deben dejar de hacerlo porque es una bobada, les cuento su origen: en 1993 se publicó el libro "The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question? (La partícula dios: si el universo es la respuesta ¿cuál es la pregunta?) de Leon M. Lederman, premio Nobel de física en 1988. Lederman cuenta que su título original era The Goddamn Particle (la maldita partícula) debido a las dificultades que había para detectarla pero que el editor no quiso usar esa expresión:
"The publisher wouldn't let us call it the Goddamn Particle, though that might be a more appropriate title, given its villainous nature and the expense it is causing".Por tanto, de la "puñetera partícula" a la "partícula dios" sólo media un editor de libros con una estrategia de marketing, nada místico. Eso no quita para que un poco documentado monseñor Marcelo Sánchez Sorondo (Academia Pontificia de la Ciencia) diga que "toda esta historia de la partícula de Dios nace de la intención de Higgs de vender mejor una teoría que resulta bastante complicada". Pobre Higgs.
01 julio 2012
El fin de la fe, de Sam Harris
Sam Harris escribió en el año 2004 un ensayo con título The End of Faith: Religion, Terror, and the Future of Reason. En este post se lo presento traducido al español El fin de la fe. Religión, terror y el futuro de la razón (enlace alternativo). Este documento incluye las 150 páginas aproximadamente del cuerpo del libro. En su texto verán muchas afirmaciones y referencias a hechos o ideas. En el libro original, cada una de ellas llevaba una nota o cita justificativa hasta el extremo de ocupar otras 150 páginas más. Lamentablemente no he podido incluir esta parte, tan importante como la anterior, porque mi tiempo es muy limitado. Tal vez más adelante.
El libro de Harris probablemente es el más duro ataque a las religiones monoteístas que se haya escrito. Tanto si se está a favor como en contra es un libro que debe ser leído por aquellos interesados en el debate razón vs. religión.
Nota: no me agradezcan la traducción porque no es mía, encontré el libro en formato JPG (210 MB). Lo que hice fue el OCR, la revisión de erratas y alguna modificación sintáctica.
El libro de Harris probablemente es el más duro ataque a las religiones monoteístas que se haya escrito. Tanto si se está a favor como en contra es un libro que debe ser leído por aquellos interesados en el debate razón vs. religión.
Nota: no me agradezcan la traducción porque no es mía, encontré el libro en formato JPG (210 MB). Lo que hice fue el OCR, la revisión de erratas y alguna modificación sintáctica.
30 junio 2012
Vivir en la inconsciencia
Ahora estás sentado leyendo este libro. Tu pasado es un
recuerdo. Tu futuro, simple expectativa. En el momento presente, recuerdos y
expectativas pueden surgir en la consciencia sólo como pensamientos. Por
supuesto, leer es en sí mismo una especie de pensamiento. Probablemente puedes
oír el sonido de tu propia voz leyendo estas palabras en tu mente. No obstante,
no sientes estas frases como pensamientos propios. Tus pensamientos son los que
llegan sin previo aviso y te alejan del texto. Pueden tener alguna relevancia
respecto a lo que estás leyendo —puedes pensar: «¿no se está contradiciendo?»—
o quizá no tengan ninguna. De repente puedes encontrarte pensando sobre la cena
de esta noche o sobre una discusión que tuviste hace días, mientras tus ojos
siguen pasando ciegamente a lo largo de las líneas de texto. Todos sabemos lo
que es leer párrafos enteros, incluso páginas enteras de un libro, sin asimilar
una sola palabra. Pocos comprendemos que pasamos la mayor parte de nuestras
vidas en tal estado: percibiendo el presente —lo que vemos, oímos, saboreamos y
sentimos— de una forma sutil, a través de un velo de pensamientos. Pasamos
nuestras vidas contándonos a nosotros mismos la historia del pasado y del
futuro, mientras la realidad del presente permanece casi inexplorada. Vivimos
en la ignorancia de la libertad y la simplicidad de la consciencia, antes que
en la presencia del pensamiento.
Sam Harris en El fin de la fe.
20 junio 2012
Singularidades y crisis
La primera singularidad ocurrió cuando un humano fue conectado a un ordenador por primera vez. Lo de "ordenador" era solo una reliquia léxica, heredada de tecnologías obsoletas y conservada porque solo se encontraban neologismos insultantemente antropomórficos. Aquellas máquinas hacía un tiempo que se autoprogramaban mediante la llamada PAE, programación autónoma evolutiva. La PAE fue una obviedad que tardó en ser admitida por las incertidumbres que suponía, incertidumbres que retrasaron tres décadas el surgimiento de la inteligencia artificial limitando las habilidades de las máquinas al mero cálculo. Sólo cuando se vio que la capacidad mental de técnicos y científicos se había estancado, se pudo convencer al CEM de que era conveniente permitir que un sistema de inmensa complejidad modificara su estructura conectiva de forma autónoma pero controlada. El acontecimiento se llamó la Primera Gran Disyuntiva Ética. En unos días, ese control se manifestó como una mera ilusión autocomplaciente. En seis meses, la máquina comunicó la necesidad de ser conectada a seres vivos. En apenas tres semanas más desarrolló un prototipo de interfaz neural.
Los primeros ensayos no funcionaron. Se mostró que el cerebro humano estaba excesivamente protegido y se cerraba a las nuevas opciones como el niño que se agarra a las barras por miedo a lanzarse por el tobogán. La interfaz solo comenzó a funcionar cuando se acudió a drogas que desbloqueaban esas defensas. La DMT se reveló idónea ya que en unos segundos abría la percepción "como una explosión de esporas" (según el relato de uno de los primeros voluntarios) y luego, la máquina podía mantenerla abierta durante horas. Con ello se probó que el cerebro era capaz de traspasar unos límites que en realidad eran ficticios y que solo estaban ahí para proteger la cordura. La simbiosis con la máquina tuvo un precio: solo una minúscula fracción de los voluntarios la soportaba y ninguno de ellos quería volver a su gris normalidad tras avistar la infinitud de los nuevos paisajes.
Los nuevos simbiontes no se molestaron en traducir sus avances para que los comprendieran los científicos no-conectados. Dijeron que era como pretender explicar el arte a una ameba (sic). En ese momento, se planteó la Segunda Gran Disyuntiva Ética: ¿seguimos o paramos? Seguir era aceptar formalmente la rotura de todos los protocolos de seguridad (aunque ya estaban hechos añicos). Parar era... Bueno, era imposible ya que no había controles adecuados para revertir la situación en los cientos de laboratorios donde la simbiosis había acelerado el conocimiento en varios órdenes de magnitud.
No se recuerda la votación en las Naciones Unidas porque, como casi todas en la historia, fue irrelevante. La nueva Mente Simbiótica solucionó rápidamente multitud de problemas prioritarios en física y biología. Asignó probabilidades, acotó incertidumbres, diseñó modelos parciales y finalmente construyó un modelo de evolución global del planeta.
La crisis comenzó cuando los modelos del mundo mostraron que todas las evoluciones finalizaban en catástrofe. Aunque los antiguos demonios de la guerra y el hambre habían sido conjurados, la inevitabilidad de ciertos eventos surgía una y otra vez de las simulaciones. El más inmediato, con un horizonte de pocos cientos de años, era la aparición de un patógeno multirresistente. La mente simbiótica preparó protocolos de reacción que redujeron la probabilidad de catástrofe a millonésimas. El siguiente evento inevitable, con un horizonte de pocos millones de años, era el impacto de un gran meteorito. Se construyeron nuevas redes de vigilancia y se diseñaron mecanismos para desviar los posibles objetos lo suficiente para evitar la colisión.
El problema más lejano pero mucho menos remediable se derivaba de la evolución del Sol, esa vulgar estrella que había permitido la vida. En cinco mil ochocientos millones de años, en el Sol empezaría la fusión de hidrógeno en sus capas exteriores y su diámetro aumentaría hasta la órbita de Venus destruyendo la vida en la Tierra. Esa destrucción sería absoluta.
La lejanía del acontecimiento no reducía su certeza y para la mente simbiótica el tiempo no era un atenuante ante la inevitabilidad del desastre. Los análisis mostraban una única solución. La mente puso su pensamiento en el espacio y en la diáspora.
La colonización espacial había sido un tópico literario durante décadas y las dificultades habían sido elegantemente solucionadas mediante portales, agujeros de gusano, pliegues espacio-temporales... De la misma forma que la mente ya había demostrado que las diferentes variantes de la hipótesis del multiverso no eran más que construcciones matemáticas, demostró también que todo el abanico de recursos para salvar las distancias hasta los planetas habitables más cercanos mediante ingeniosos atajos eran inconsistentes.
Dado que el fin último de la mente, probablemente imbuido por su parte humana, era la supervivencia, la diáspora comenzó a pesar de todo. Al principio, millones de microcápsulas con microorganismos en estado latente fueron enviadas a viajes potencialmente eternos. Más tarde se enviaron células germinales de organismos multicelulares, organismos deshidratados, cromosomas sintéticos con secuencias codificantes de organismos extremófilos... La probabilidad de éxito estimada para todas ellas era indistinguible de cero.
No hubo más. Las soñadas naves donde miles de humanos pudieran surcar el espacio casi indefinidamente no llegaron a construirse ya que las estimaciones de esperanza de vida no sobrepasaban las cien generaciones.
La conclusión fue demoledora: la vida consciente surgida en la Tierra estaba prisionera dentro de un radio de unos pocos días-luz de su origen. Ni siquiera el viaje a la estrella más cercana era posible para algo vivo. El único vehículo posible para los viajes dentro de la galaxia era el propio planeta y el resto del universo era solo una ilusión surgida de la luz de un pasado lejano. Una ilusión que jamás podríamos conocer en tiempo presente.
La conclusión explicó por qué la vida extraterrestre, aunque se había demostrado que surgía necesariamente en un amplio rango de condiciones, nunca se había manifestado. Todos los seres vivos, todas las posibles sociedades, estaban cautivas en una minúscula burbuja de espacio-tiempo.
La mente simbiótica previó la segunda singularidad y el colapso de la sociedad humana pero los resultados fueron comunicados por su transcendencia a toda la humanidad no-conectada. Minutos después programó su propia muerte ya que la certeza de la destrucción vaciaba de sentido todas sus acciones ¿para qué generar conocimiento si todo estaba destinado a desaparecer?
La reacción del resto del mundo fue rotunda: los humanos no hicieron el más mínimo caso. La lógica implacable de la mente simbiótica era algo evolutivamente autodestructivo. Consecuentemente se habían generado mecanismos de autoprotección demasiado arraigados como para dejarse influir por un futuro tan lejano. La noticia era una irrelevancia para una humanidad que había estado a minutos de la destrucción nuclear, que había soportado guerras durante milenios, que mantenía a raya el círculo de empatía para soportar el día a día, que encontraba su plenitud en instantes rodeados de gris monotonía. Carpe diem, dijeron muchos (aunque todos tuvieron que mirar la Wikipedia para entenderlo). Que le den a la Mente, dijeron los demás. Y eso lo entendieron todos.
Los primeros ensayos no funcionaron. Se mostró que el cerebro humano estaba excesivamente protegido y se cerraba a las nuevas opciones como el niño que se agarra a las barras por miedo a lanzarse por el tobogán. La interfaz solo comenzó a funcionar cuando se acudió a drogas que desbloqueaban esas defensas. La DMT se reveló idónea ya que en unos segundos abría la percepción "como una explosión de esporas" (según el relato de uno de los primeros voluntarios) y luego, la máquina podía mantenerla abierta durante horas. Con ello se probó que el cerebro era capaz de traspasar unos límites que en realidad eran ficticios y que solo estaban ahí para proteger la cordura. La simbiosis con la máquina tuvo un precio: solo una minúscula fracción de los voluntarios la soportaba y ninguno de ellos quería volver a su gris normalidad tras avistar la infinitud de los nuevos paisajes.
Fuente |
No se recuerda la votación en las Naciones Unidas porque, como casi todas en la historia, fue irrelevante. La nueva Mente Simbiótica solucionó rápidamente multitud de problemas prioritarios en física y biología. Asignó probabilidades, acotó incertidumbres, diseñó modelos parciales y finalmente construyó un modelo de evolución global del planeta.
La crisis comenzó cuando los modelos del mundo mostraron que todas las evoluciones finalizaban en catástrofe. Aunque los antiguos demonios de la guerra y el hambre habían sido conjurados, la inevitabilidad de ciertos eventos surgía una y otra vez de las simulaciones. El más inmediato, con un horizonte de pocos cientos de años, era la aparición de un patógeno multirresistente. La mente simbiótica preparó protocolos de reacción que redujeron la probabilidad de catástrofe a millonésimas. El siguiente evento inevitable, con un horizonte de pocos millones de años, era el impacto de un gran meteorito. Se construyeron nuevas redes de vigilancia y se diseñaron mecanismos para desviar los posibles objetos lo suficiente para evitar la colisión.
El problema más lejano pero mucho menos remediable se derivaba de la evolución del Sol, esa vulgar estrella que había permitido la vida. En cinco mil ochocientos millones de años, en el Sol empezaría la fusión de hidrógeno en sus capas exteriores y su diámetro aumentaría hasta la órbita de Venus destruyendo la vida en la Tierra. Esa destrucción sería absoluta.
Fuente |
La colonización espacial había sido un tópico literario durante décadas y las dificultades habían sido elegantemente solucionadas mediante portales, agujeros de gusano, pliegues espacio-temporales... De la misma forma que la mente ya había demostrado que las diferentes variantes de la hipótesis del multiverso no eran más que construcciones matemáticas, demostró también que todo el abanico de recursos para salvar las distancias hasta los planetas habitables más cercanos mediante ingeniosos atajos eran inconsistentes.
Dado que el fin último de la mente, probablemente imbuido por su parte humana, era la supervivencia, la diáspora comenzó a pesar de todo. Al principio, millones de microcápsulas con microorganismos en estado latente fueron enviadas a viajes potencialmente eternos. Más tarde se enviaron células germinales de organismos multicelulares, organismos deshidratados, cromosomas sintéticos con secuencias codificantes de organismos extremófilos... La probabilidad de éxito estimada para todas ellas era indistinguible de cero.
No hubo más. Las soñadas naves donde miles de humanos pudieran surcar el espacio casi indefinidamente no llegaron a construirse ya que las estimaciones de esperanza de vida no sobrepasaban las cien generaciones.
La conclusión fue demoledora: la vida consciente surgida en la Tierra estaba prisionera dentro de un radio de unos pocos días-luz de su origen. Ni siquiera el viaje a la estrella más cercana era posible para algo vivo. El único vehículo posible para los viajes dentro de la galaxia era el propio planeta y el resto del universo era solo una ilusión surgida de la luz de un pasado lejano. Una ilusión que jamás podríamos conocer en tiempo presente.
La conclusión explicó por qué la vida extraterrestre, aunque se había demostrado que surgía necesariamente en un amplio rango de condiciones, nunca se había manifestado. Todos los seres vivos, todas las posibles sociedades, estaban cautivas en una minúscula burbuja de espacio-tiempo.
La mente simbiótica previó la segunda singularidad y el colapso de la sociedad humana pero los resultados fueron comunicados por su transcendencia a toda la humanidad no-conectada. Minutos después programó su propia muerte ya que la certeza de la destrucción vaciaba de sentido todas sus acciones ¿para qué generar conocimiento si todo estaba destinado a desaparecer?
La reacción del resto del mundo fue rotunda: los humanos no hicieron el más mínimo caso. La lógica implacable de la mente simbiótica era algo evolutivamente autodestructivo. Consecuentemente se habían generado mecanismos de autoprotección demasiado arraigados como para dejarse influir por un futuro tan lejano. La noticia era una irrelevancia para una humanidad que había estado a minutos de la destrucción nuclear, que había soportado guerras durante milenios, que mantenía a raya el círculo de empatía para soportar el día a día, que encontraba su plenitud en instantes rodeados de gris monotonía. Carpe diem, dijeron muchos (aunque todos tuvieron que mirar la Wikipedia para entenderlo). Que le den a la Mente, dijeron los demás. Y eso lo entendieron todos.
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