Los vaishnavas consideran a Dios como una persona. Creen que él, al que llaman Vishnú, se manifiesta en la Tierra mediante avatares, es decir, encarnaciones en forma humana.
Los dos grandes avatares de Vishnú han sido Krishna y Râma Chandra. Estos vivieron en una antigüedad muy lejana aunque algunos de sus fieles dudan que hayan tenido realmente una existencia histórica.
Au coeur des Himalayas, de Alexandra David-Neel, 1949.
Este es el origen de la palabra avatar, hoy rescatada del olvido por una película. No me resisto a escribir la curiosa y realista justificación de un presunto avatar reciente llamado Chaitanya que le contaron a Alexandra David-Neel:
Dios está lejos de nosotros. Râma y sobre todo el amable y tierno Krishna están más cerca. En cuanto a Chaitanya no puede plantearse ninguna duda respecto a su realidad. Él vivió, sabemos dónde y cómo. Es Dios pero al mismo tiempo es hombre, como nosotros. Amándole puede, pues, satisfacerse nuestra sed de amor a Dios.
Alexandra David-Neel fue la primera mujer europea que consiguió visitar Lhassa, allá por 1924. El libro citado narra su viaje por Nepal en el invierno de 1912. Murió en 1969 a los 101 años de edad.