13 agosto 2012

El hecho más asombroso aquí, en la Tierra

Neil DeGrasse Tysson nos mostró su "hecho más asombroso sobre el universo". En resumen, ese hecho es que la vida, nosotros mismos, estamos formados por unos átomos que se han formado en las estrellas; la materia es la misma y sólo cambia la organización y la complejidad. Vean el vídeo si no lo han hecho ya y luego les cuento cual es mi elección sobre ese "hecho más asombroso" aplicado a nuestro planeta.

 

¿Ya? Vale. Yo no tengo vídeo pero en alguna noche de insomnio he hecho el ejercicio de viajar hacia atrás en el tiempo. Me he situado hace mil años, en Córdoba, en la universidad y en la gran biblioteca. He intentado viajar aún más atrás, hace diez mil años, cuando los últimos mamuts morían en las grandes llanuras de las actuales Siberia y Norteamérica, cuando nosotros, los humanos, éramos prácticamente iguales a los de ahora pero sin apenas tecnología ni medicina. Un antepasado tuyo estaba ahí, con su familia, intentando sobrevivir, tal vez pintando sus mejores piezas de caza en un rincón de una cueva. Antes, hace cien mil años, Homo sapiens ya existía como tal, pero su esperanza de vida era de 25 años y las condiciones de esa vida, miserables: hambre, enfermedades... Con todo, uno de ellos fue tu antecesor directo, uno de los pocos niños que sobrevivió a su infancia y no murió hasta ver como un hijo suyo venía a este extraño mundo.
Ese niño no sabía que era descendiente, como tú, de un homínido que mucho antes, hace seis millones de años, caminaba por las orillas de alguna laguna como la más tardía Lucy, solo que este no dejó huellas para la posteridad. ¿Era lo que hoy llamamos Orrorin tugenensis? Tal vez no, pero seguro que tampoco muy diferente.

Recreación de Orrorin tugenensis
Para mí, el más asombroso hecho es que esta cadena ininterrumpida de antecesores puede remontarse inevitablemente (si no no estarías aquí, leyendo esto) al propio origen de la vida, un acontecimiento, tal vez varios, del que lo desconocemos todo salvo que, con absoluta certeza, ocurrió. Antes de retroceder a esa primera etapa hay que recorrer un tortuoso y azaroso camino de supervivencia: miles de millones de organismos no tuvieron descendencia, miles de ramas evolutivas se apagaron en el tiempo, pero la tuya y la mía se encadenaron a través de las generaciones sin una sola interrupción. En ese camino hacia atrás, de generación en generación, las formas fueron diferentes y uno de tus antepasados fue algo parecido a esto:

Oligokyphus (Fuente: Nobu Tamura, Wikimedia Commons).
Hoy lo llamamos Oligokyphus y vivió en el Jurásico, hace unos 160 millones de años. No sabemos si fue un antecesor nuestro pero sí sabemos que esos antecesores estaban ahí y que su aspecto fue probablemente muy similar, aunque no nos guste demasiado. Un "poco" antes, hace 365 millones de años, las cosas eran más o menos así:
Ichthyostega, uno de los primeros tetrápodos, vivió en el Devónico superior (Fuente: Nobu Tamura, Wikimedia Commons).
Mucho más atrás, las formas fueron aún más exóticas, tal vez como esta, candidata a representante de los primeros cordados y que vivió en los mares del Cámbrico, hace 530 millones de años:
Pikaia gracilens (Fuente: Nobu Tamura, Wikimedia Commons)
¿Y antes? Ni idea ya que los fósiles de animales de cuerpo blando son muy escasos pero tampoco se trata aquí de hacer un árbol genealógico sino de destacar el hecho maravilloso, la impactante obviedad de que ese árbol existe, que tú eres su último representante por el momento y que todos estos bichos, y otras formas más antiguas hasta remontarse a los 3800 millones de años, compartieron ininterrumpidamente la misma molécula para transmitir la información vital de uno a otro: el ADN, un código universal que muestra que todo lo viviente tiene un mismo antecesor común.

5 comentarios:

mpiryko dijo...

La vida es una, única y primordial. Nosotros somos fragmentos de vida.

gabriela dijo...

Recuerdo haber tenido estos mismos pensamientos, hace unos años cuando ví a Lucy en el National Geographic...Es innegable la maravilla de la vida!!

logos77 dijo...

¡Lo que es innegable el poder de Dios el Diseñador Inteligente y cómo programó los genes para que produjeran variedades en la misma especie!

Lo maravilloso es que el hombre está hecho a imgen de Dios, por eso somos superiores a todos los animales y podemos hablar, escribir, dominar a los animales, ir a la Luna, ¿y cuantas cosas más habría que mencionar?

Abran los ojos de una vez y salgan de el estupor que los rodea.

logos77

Ángel M. Felicísimo dijo...

Logos, querida, tómate las pastillas.
Por cierto, no has publicado mi último comentario en tu blog ¿tienes algún problema?

Régulo dijo...

Hola a todos, es evidente que el señor Neil de Grasse Tyson es un discípulo del gran gran Carl Sagan si hasta en estos videos de divulgación se nota la influencia del célebre astrofísico.
Por otra parte considero que ésta es otra prueba para refutar la hipótesis de que tenemos un origen divino, el hecho de que nuestro cuerpo contiene elementos tales carbono, sodio, calcio y todos ellos se generaron alguna vez en el interior de una estrella. "Todos somos polvo de estrellas..." decía Sagan. Y no era tan sólo una frase romántica. Era una descripción de la realidad.

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