21 agosto 2006

Creencias persistentes ¿ha nacido usted con Luna llena?

Que no, que la Luna no influye en los partos

La Luna permitió medir el tiempo desde tiempos muy remotos debido al carácter cíclico de sus fases. Tal vez por eso se le achacan influencias sin fin, desde la velocidad de crecimiento del pelo (no se olviden de cortarlo en luna nueva) hasta que los niños nacen preferentemente en luna llena ¿o era nueva?
Los argumentos son normalmente del tipo: si la luna influye en las mareas ¿por qué no va a hacerlo en otras cosas de la vida? Y claro, no hay motivo a priori para que no influya aunque el mecanismo sea desconocido.
Por suerte, este tipo de cosas es muy fácil de contrastar: basta con hacer un recuento y comparar los datos con las fases lunares mediante una estadística muy básica. Parecería que estos estudios no están hechos porque la leyenda es tozuda y persistente pero sí, hay estudios. Les muestro dos muy recientes, otro de hace 10 años y uno más realizado en España, por aquello de que en este estado de la discusión huelgan comentarios y se necesitan datos. Los trabajos con sus datos básicos y conclusiones son los siguientes:
Jill M. Arliss, Erin N. Kaplan and Shelley L. Galvin (2005)
The effect of the lunar cycle on frequency of births and birthnext term complications.
American Journal of Obstetrics and Gynecology, 192(5): 1462-1464
Datos básicos: 564039 partos a lo largo de 62 ciclos lunares entre 1997 y 2001.
Conclusiones: no hay influencia significativa de las fases lunares en los partos o en las complicaciones posteriores. Literalmente: “As expected, this pervasive myth is not evidence based”.
Susan Morton-Pradhan, R. Curtis Bay and Dean V. Coonrod (2006)
Birth rate next term and its correlation with the lunar cycle and specific atmospheric conditions
Obstetric Anesthesia Digest. 26(1):3, March 2006
Datos básicos: 167956 partos vaginales de 37-40 semanas de gestación en el periodo 1995-2000
Conclusiones: no hay evidencia de la influencia de las fases lunares ni de las condiciones climáticas en la frecuencia de partos.
Periti E. Biagiotti R. (1994)
Fasi lunari ed incidenza di parti spontanei. Nostra esperienza.

Minerva Ginecologica
46(7-8): 429-33.
Datos básicos: 7842 partos espontáneos.
Conclusiones: los resultados no apoyan la hipótesis de relación entre los cambios de fase lunar y la incidencia de partos espontáneos.
Saúl Blanco y Ricardo Chao (2005)
Influencia de la fase lunar en la frecuencia de nacimientos en León
LEO, 71 (versión en internet), disponible aquí.
Datos básicos: 13125 nacimientos, correspondientes al periodo 1997-2003 en el Hospital de León (España).
Conclusiones: no existe evidencia de relación entre las fases lunar y la incidencia de partos.
Conviene hacer una observación sobre los datos a analizar, en previsión de que se animen a realizar estudios alternativos: los partos deben ser espontáneos, no inducidos, no vaya a ser que encontremos una mayor frecuencia en las vísperas de días festivos. Tampoco valen, obviamente los partos por cesárea, que suelen hacerse por problemas ajenos al proceso natural.
Visto lo cual, la cuestión debería estar moderadamente clara: la Luna no influye en la frecuencia de partos. Pero no nos hagamos ilusiones, las leyendas urbanas son persistentes y no cambian por la razón sino, en su caso, por el olvido.

18 agosto 2006

Galicia se quema ¿pero dónde está la información?

Los datos (¿) que hay hasta ahora son los siguientes. No me digan que la situación general no da un poco de asco:
Según Mapasnet.com se han quemado 180000 ha que han estimado a partir de datos del servicio NASA Rapid Fire. El enlace a la ficha técnica lleva, supongo que por error, a la tienda de la web. Ofrecen imágenes georreferenciadas de las zonas quemadas en sus páginas de descargas.
Comentario: ausencia de ficha técnica que permita aclarar las dudas del proceso; les he escrito para que subsanen el error del enlace. Hasta entonces sus cifras deben quedar en la fresquera, tomando el aire.
Según noticia en El Mundo, el Instituto de Economía de Geografía del CSIC evalúa la superficie quemada en 92000 ha. Metodología: sólo se dice que ”se basa en la observación física, que no digital, de las dos imágenes…”. La web del IEG no contiene el informe que se menciona en la noticia.
Comentario: ¿qué c... es eso de “observación física, que no digital”? ¿Por qué no se ha hecho público el informe al mismo tiempo que se ha hablado con la prensa?
Según noticia en El Mundo, el Gobierno gallego estima la superficie quemada en 77000 ha en un “balance provisional” (lo entrecomillo porque la expresión no me gusta demasiado). La sección de la Consejería de Medio Rural lo comenta en una noticia donde plantea que la superficie corresponde al periodo 4-14 de agosto y el “margen de error” es del 5%. Aunque no detallan nada, dicen que las estimaciones han sido obtenidas delimitando las zonas quemadas con GPS sobre el terreno pero no hay estadísticas disponibles sobre el asunto ni mapas (que hubiera sido inmediato hacer si se dispone de datos GPS).
Comentario: los perímetros y las estadísticas, si existen, deben hacerse públicos inmediatamente y actualizarse el la web diariamente, no me explico la no difusión de los datos y de los métodos vista la tormenta que se ha desatado.
Según noticia en El Mundo, el Centro Europeo de Información Forestal (EFFIS) de la Unión Europea evalúa la superficie quemada “en más de 86.000 hectáreas”.
El Mundo dice literalmente que el cálculo del EFFIS, basado en "la reproducción cartográfica de incendios superiores a 50 hectáreas a través de imágenes obtenidas por satélite" muestra que el terreno quemado en Galicia en lo que va de año se incrementó en esa quincena desde las 2.241 hectáreas, hasta las 88.473, según el comunicado.
La web del EFFIS no contiene esa cifra (ni ninguna otra) ni ningún comunicado.
Comentario: ¿dónde está el informe? ¿De dónde ha sacado El Mundo las cifras?
El Ministerio de Medio Ambiente emite un informe preliminar donde se evalúa la superficie quemada en “más de 86000 ha” pero no dice nada de la metodología utilizada.
Comentario: ¿dónde está la ficha técnica? ¿Cuál es la metodología seguida?
Finalmente, una noticia de La Voz de Galicia cita comentarios de “fuentes de uno de los servicios de teledetección que trabajan para la Agencia Espacial Europea (ESA)” sin que den detalles de quién o en calidad de qué los hace. La web de la ESA no contiene nada sobre este asunto ni siquiera en su página dedicada a España.
Comentarios: ninguno ¿para qué?

Conclusiones: cada cual pretende que nos creamos lo suyo por argumento de autoridad. Los periódicos dan cifras de presuntos informes que no aparecen por ningún lado. La NASA, la ESA y el EFFIS de la UE no parecen haber dicho nada públicamente. País...

Galicia se quema ¿pero cuánto?

Los satélites ofrecen información objetiva en cantidades ingentes ¿cómo es posible una guerra de cifras tan desproporcionadas sobre los incendios en Galicia?

Resumen para los colegas del otro lado del charco: en Galicia ha habido en las últimas semanas un montón de incendios. Las cifras sobre superficie quemada difieren excesivamente, entre 77000 y 170000 ha lo cual se usa como arma por los partidos políticos y sectores afines a cada cual para zurrarse.
Antecedentes: por ejemplo, en Malaprensa.

Se dice que el 99,9% de la información que se genera cada día procede de los satélites de observación terrestre. Es más, tanta es la información captada por dichos artefactos que muchos sólo funcionan intermitentemente porque es imposible transmitir los datos captados a la Tierra en el tiempo disponible. Aún así, cada día se añaden unos cuantos Tb a los archivos de las agencias espaciales que deben ser procesados, almacenados y, en su caso, servidos.
Hay dos formas de observar la Tierra. La primera es medir el reflejo de la luz del Sol; la segunda es emitir una señal propia y captar el eco. Los sensores del primer tipo se denominan pasivos ya que se limitan a medir la reflectancia de la superficie terrestre. Los sensores activos (segundo tipo) son radares cuyas antenas reciben los ecos de señales emitidas un poquito antes por ellas mismas. Al no depender del Sol pueden funcionar en cualquier lugar, sea de día o de noche. La espectacular imagen del vertido del Prestige que comenté hace un tiempo es de este tipo.

Las áreas quemadas se evalúan mediante escenas tomadas por sensores pasivos. Como ejemplo, la imagen de abajo está captada por un instrumento llamado ASTER y muestra una composiciónen falso color a partir de tres bandas (ver a continuación).

Esta imagen es un fragmento de otra mayor (180x180 km) y muestra parte del embalse de Orellana, en Extremadura (España). Las aguas profundas aparecen negras, las someras en verde, la vegetación en rojo y las zonas sin ella en azul. Pulsar para ampliar.

Cada sensor está formado por un par de miles de CCD (células fotoeléctricas) que transforman la luz recibida en una señal eléctrica proporcional entre 0 (objeto negro, no hay reflectancia) y 255 (saturación del sensor). Pero los CCD no forman una matriz como en las cámaras digitales convencionales y tampoco toman instantáneas. La imagen se forma porque los CCD están en línea perpendicular a la órbita y barren el terreno de forma continua con el movimiento del satélite.
ASTER lleva 15 sensores de barrido actuando simultáneamente. ¿Por qué tantos? El motivo es que cada sensor mide la reflectancia sólo en una estrecha ventana del espectro electromagnético. Por ejemplo, una imagen mostrará la reflectancia de la superficie a la luz verde: 0 indicará una absorción total en esta zona del espectro y 255 lo contrario. De los 15 sensores, 2 trabajan en la zona visible (verde y rojo), 1 en el infrarrojo (IR) próximo, 5 en el IR medio y 6 en el IR térmico (sí, falta uno, pero es para otra cosa que no tiene que ver con esta). Cada imagen es distinta porque los materiales tienen propiedades ópticas diferentes en cada zona del espectro. La imagen de Orellana está formada a partir de sólo tres bandas, las dos en el visible y una en el IR próximo.
Y este es el concepto importante: dos tipos de materiales diferirán en las reflectancias de algunas de las bandas. Las figuras de abajo son ejemplos de signaturas espectrales de granito y de pinos.
Figuras tomadas de Spectral Library del JPL [Pulsar para ampliar]

La idea es que si encontramos un píxel con fuerte reflectancia en la zona de 2 y 4 µm es más probable que sea granito que pino. Existen librerías de signaturas espectrales, por ejemplo, en Spectral Library del JPL pero normalmente los usuarios se construyen las suyas adaptadas a la zona de trabajo. Usando estas librerías, la zona estudiada se clasifica píxel a píxel buscando a qué clase se parece más dentro de la librería de signaturas espectrales. Para ello se utilizan distancias de diverso tipo cuyo objetivo final es dar una estimación del grado o valor de pertenencia de cada píxel a cada clase.
El problema en Galicia no es complicado en principio ya que queremos detectar zonas quemadas, cuya signatura espectral es bastante diferente a las zonas con vegetación. El proceso sería algo así:
  1. Elaborar una librería de signaturas para los diferentes tipos de bosques, matorrales, cultivos, áreas urbanas y todos los usos del suelo que existan en la zona. Para eso se usan mapas previos de ocupación del suelo.
  2. Clasificar la zona y asignar a cada píxel un valor de pertenencia a la clase de “zona quemada” (ZQ). Supongamos que este valor esté en el rango 0-1.
  3. Definir un umbral para ese valor de pertenencia a partir del cual se supone que el píxel pertenece a la clase ZQ, por ejemplo 0,65.
  4. Hacer una estimación de la superficie quemada multiplicando el número de píxeles de la clase ZQ (con valor mayor o igual a 0,65) por su superficie unitaria.
  5. Definir qué se ha quemado: se utilizan clasificaciones anteriores o mapas de usos del suelo previos a los que se superponen los píxeles quemados determinando la clase de vegetación que había antes.
El problema está servido porque la superficie que salga depende de donde se ponga el valor umbral: si elijo 0,98 estoy seguro de que he recogido sólo zona quemada pero el riesgo de pasar por alto otras zonas quemadas, tal vez con menos intensidad, es muy alto; si elijo 0,40 estoy seguro de que todo lo quemado está recogido pero también habré incluido zonas no quemadas (roquedos, ciertos tipos de matorral…) al relajar excesivamente el umbral de clasificación.
Otro factor influyente es el tamaño del píxel. En MODIS cada píxel mide 6,25 ha como mínimo por lo que será difícil detectar zonas quemadas pequeñas cuya signatura espectral quedará camuflada por la del entorno. El error se puede subsanar en parte relajando el valor umbral pero con alto riesgo de pasarse y sobreestimar el total. Por lo tanto, MODIS no es una buena opción para incendios pequeños y dispersos sino para hacer detecciones a escala continental.
Un instrumento adecuado para evaluar zonas quemadas sería el sensor TM (Thematic Mapper) transportado por los satélites Landsat pero no parece que estén disponibles aún imágenes de la zona ya que el periodo de toma es de 15 días y no se ponen a la venta de forma inmediata. ASTER es también una buena opción técnica pero es un sensor experimental y no se garantiza una toma periódica y estable de las zonas por lo que parece que no hay disponibilidad de imágenes recientes de Galicia.
Hay más variaciones, claro. Por ejemplo, el cálculo del valor de pertenencia de cada píxel a cada clase se puede hacer de muchas formas diferentes y darán resultados distintos. Curiosamente, la mayoría de los algoritmos usados son estadísticamente inadecuados, pero eso es otra historia.

¿Quién tiene razón, por tanto? Pues para saberlo sería estupendo que se hicieran públicas las clasificaciones y los metadatos sobre la metodología utilizada. Mientras tanto pongan las cifras en la fresquera, a la espera de ver cual acaba apestando más.

17 agosto 2006

Elogio de la fusión: lo específico

Por supuesto, descartemos que el protocolo de Kyoto se vaya a cumplir

Mi intención en esta entrada es comentar un breve artículo y las respuestas que se le hicieron para que sirva de material a la hora de saber qué piensan los colectivos implicados en la fusión nuclear sobre el futuro próximo.
El artículo que menciono lo escribió William E. Parkins en Science (sección Policy Forum, 10 de marzo de 2006, p. 1380). En él, Parkins es muy crítico con el futuro de la energía de fusión debido tanto a problemas técnicos como económicos; el resumen es
“Prospects for practical applications of fusion power to solve our energy problems appear dubious on engineering grounds”
¿En qué quedamos entonces? ¿Tiene futuro próximo la fusión nuclear o no? Las pistas podemos empezar a buscarlas en la circunstancia de que el artículo es aparentemente un refrito de otro similar publicado en 1977 por el mismo autor:
“It is non clear why Science has chosen to publish a reiteration of arguments against the development of fusion power that were already shown to be wrong when the author first published them in 1997” (Lopes Cardozo et al., tercera carta de réplica).
Lamentablemente no tengo acceso a esa primera versión (Physics Today, marzo de 1997) pero la observación parece verosímil porque de las 8 referencias bibliográficas, 6 son de los años 70, una de 1991 y otra del 2002. Esta circunstancia se confirma cuando el artículo de Parkins fue contestado sintética pero claramente por F. Najmabadi y C. Baker en una breve carta comentando que los argumentos se derivan de un estudio de los años 70. Los argumentos principales quedan, en mi opinión, bastantes maltrechos, especialmente al descubrirse el origen antiguo y la falta de actualización de los mismos.

Aún así, las respuestas al artículo que fueron publicadas también en Science unas semanas más tarde son interesantes: los argumentos de Parkins generan tres cartas de réplica muy diferentes (14 de julio de 2006, p. 170-171) y que dan pistas muy claras sobre las diversas posiciones ante el asunto. Les comento lo esencial de cada una de ellas.

La primera (pág. 170, segunda del PDF) está firmada por responsables jubilados del sector empresarial estadounidense. En él dicen claramente que la investigación sobre energía de fusión no interesa a las compañías y que probablemente no les interese en el futuro debido a problemas básicos no solucionables. Según los autores, la prioridad de las compañías es trabajar en el desarrollo y seguridad de las centrales de fisión, que son lo que ahora genera electricidad. Defienden que de los papers del National Research Council Burning Plasma Science Assessment se deduce que los problemas que Parkins menciona siguen vigentes. Lamentablemente, este aspecto es difícil de verificar porque eluden referencias concretas (la página web que citan contiene docenas de documentos cuya revisión llevaría semanas).

La segunda carta es de un investigador del Los Alamos National Laboratory y va por otro lado: recuerda que para resolver los problemas hay que invertir en investigación. Para ello usa una unidad monetaria circunstancial: la IWD o “Irak War Day”: el coste diario de la guerra de Irak para los EE.UU. Un IWD equivale a 190 millones de dólares y la inversión anual en la energía de fusión en EE.UU. es de 1,5 IWD, insuficiente para explorar nuevas ideas ya propuestas pero no probadas experimentalmente.

La tercera es de tres investigadores europeos y es donde se critica el desfase de los problemas planteados por Parkins señalando que alguno de ellos, definido como irresoluble, ya ha sido solucionado. Son claramente optimistas y mantienen que de acuerdo con lo que se sabe actualmente, era previsible un funcionamiento comercial de la fusión nuclear en un plazo de 30-35 años.

Personalmente creo que la primera carta es un ejercicio de hipocresía escrito con el único objetivo de desvincularse de las inversiones en investigación y que estas vengan de fondos públicos (soy un "malpensao", ya lo sé). Aún así, no tengo claro hasta qué punto las empresas están de acuerdo con ese punto de vista porque rebuscando en las páginas del Electric Power Research Institute, la empresa de dos de los firmantes, se encuentran tres documentos con el título Preliminary Study of Inertial-Electrostatic-Fusion (IEF) for Electric Utility Power Plants que forma parte de su programa estratégico de ciencia y tecnología. Sólo es accesible el resumen del primero donde se puede leer (apartado de perspectivas):
"If IEF systems prove viable, they could provide useful fusion power plants decades sooner than conventional fusion concepts. In addition, IEF plants will offer cleaner, less hazardous performance with upgrade potential to totally clean systems".
(Nota: IEF se refiere a Inertial Electrostatic Fusion, otra forma de confinamiento del plasma).

En mi opinión (no hace falta ser adivino para esto) en cuanto los problemas básicos de la fusión se hayan resuelto, las actuales empresas eléctricas se volcarán en las últimas etapas de desarrollo y en su construcción y explotación ya que será el negocio del milenio.
La segunda carta deja en evidencia las prioridades de la actual administración estadounidense, muy interesada en financiar otras actividades a pesar de que la investigación aplicada a la fusión es de innegable repercusión económica. La idea del IWD me gusta porque reduce la confusión de las grandes cifras y permite comparar costes con más facilidad. Sería bueno disponer de datos sobre construcción de escuelas, bibliotecas, ferrocarriles (no de alta velocidad) y cosas así en moneda IWD o, en el caso español, un mucho más modesto KAVE (km de ferrocarril de alta velocidad) que parece andar por los 12,5 M€/m (no tengo forma de contrastar datos, lo he tomado de aquí).

Finalmente, hay que mencionar el ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor, un proyecto internacional en el que participan la Unión Europea, Japón, Estados Unidos, Corea del Sur, India, Rusia y China. Su finalidad es construir un reactor funcional basado en confinamiento magnético y reacción D+T. Aún así, este aparato no será comercial y habrá que esperar a los dos proyectos posteriores DEMO y PROTO para que la fusión nuclear comience a funcionar de forma comercial. ¿El plazo? Entre 30 y 50 años, a ver si llego.

Y una nota final: hay prisa. El protocolo de Kyoto no se va a cumplir, es uno de los desiderata escrito en papel mojado que no va a ser respetado ni por los que lo firmaron (lo mismo que el Convenio de Río de Janeiro sobre biodiversidad). Da igual que nos creamos o no lo del calentamiento global, la crisis energética no va a dismuir y es necesario encontrar con cierta rapidez alguna solución.

10 agosto 2006

Elogio de la fusión: lo general

La solución a la demanda energética existe aunque hay que ser un buen malabarista para manejarla

Ya sabemos que la factura de nuestro consumo energético no es sólo monetaria. El uso de los recursos no renovables es, por pura definición, insostenible, lo que descarta a medio plazo las centrales térmicas convencionales y el uso del petróleo como producto milagro. También sabemos que el control del petróleo. Un recursos muy concentrado, ha motivado guerras al estilo de Mad Max pero de verdad.
Las alternativas también están sometidas a un fuerte debate porque no hay una buena solución. Hay gente que defiende la energía de fisión nuclear (las actuales centrales) como única opción realista para cubrir la creciente demanda energética de forma inmediata. Muchos países ven aquí su única opción de desarrollo y en un futuro inmediato veremos sin duda un notable crecimiento de estas centrales. En países con las necesidades básicas mejor cubiertas y que pueden permitirse una mayor conciencia ambiental, están los partidarios de un incremento drástico del aprovechamiento de los recursos energéticos renovables, especialmente los aerogeneradores y la energía solar.
Todas estas opciones tienen problemas aunque de diferente pelaje. Las centrales de fisión generan residuos que, por el momento, son intratables, peligrosos y de muy larga vida. La energía eólica es poco fiable, muy irregular y no hay forma de almacenarla para darle salida según la demanda de cada momento. La energía solar fotovoltaica es ineficiente ya que hacen falta grandes superficies para modestas producciones; por el momento, además, también es muy cara. En cualquier caso, tampoco son energías inocuas debido a factores diversos como las grandes superficies de suelo necesarias y el impacto de las líneas de evacuación y de las infraestructuras de acceso, que puede ser enorme en zonas aún bien conservadas. Lo único que está siendo instalado en España en cantidades significativas son los colectores de energía solar térmica para surtir de agua caliente.
El mayor problema, de todas formas, es que no es previsible que las energías renovables puedan aportar un porcentaje importante de la demanda general. La opción de reducir esa demanda ahorrando energía es lógica pero poco realista y yo no volcaría mis expectativas en ella a corto plazo.

La energía solar fotovoltaica merece un comentario ideológico: es la única que puede usarse de forma descentralizada, cada uno surtiendo su casa, libre de los oligopolios energéticos. Por eso no deberíamos perderla de vista a pesar de que el coste actual es muy alto comparado con engancharse a la red eléctrica convencional.

La solución definitiva al problema se conoce desde hace tiempo: la energía de fusión nuclear. Se trata de fundir dos núcleos atómicos ligeros en uno más pesado. Si los núcleos originales son más ligeros que el hierro el proceso es exotérmico ya que la masa del núcleo pesado es menor que la suma de los originales. La diferencia de masa se transforma en energía de acuerdo con la ecuación más conocida de la física después de las leyes de Murphy: E=m·c2. Existen múltiples candidatos para intervenir en reacciones de fusión nuclear: deuterio, tritio, helio-3, litio-6, litio-7... Todos son isótopos del elemento básico (hidrógeno en los dos primeros casos). Que el mecanismo funciona ya se demostró con las bombas H, la versión de fusión de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, que fueron de fisión.
Al día de hoy se conocen la teoría y varias alternativas prácticas para generar este tipo de energía ¿cuál es el problema entonces? ¿Por qué no disponemos ya de centrales de fusión nuclear?
El problema básico es que las reacciones sólo se producen a muy altas temperaturas y el material debe ser calentado y retenido durante un tiempo para asegurar la reacción. Hablamos de unos poco manejables 100 a 150 millones de ºC lo que, obviamente, no hay recipiente que lo soporte.
Se están ensayando soluciones para confinar este material (en estado de plasma) el tiempo suficiente para generar una reacción rentable. La más comprensible y la más clara candidata a funcionar comercialmente en primer lugar es la del confinamiento magnético, donde el plasma se retiene mediante campos magnéticos en una “cámara” toroidal. Algunas de las opciones técnicas son excitantes: electroimanes superconductores en temperaturas próximas al cero absoluto manteniendo materia en suspensión a 100 millones de grados. La reacción en estos primeros reactores probablemente será D+T ( He4 + n (D: deuterio, T: tritio, n: neutrón). El deuterio es muy abundante en la naturaleza y el tritio debe ser “fabricado” pero no plantea problemas de reservas.

Nota maléfica: en el Sol, el confinamiento es por gravedad. En la Tierra esto no es posible. Tal vez algún monje levitante quisiera echar una mano dadas sus habilidades gravitacionales pero hasta el momento no se han dignado a ello.

La fusión nuclear tiene algunas ventajillas sobre las actuales formas de producción de energía. Las más obvias son que no genera gases de invernadero, que el principal subproducto, el helio, es un gas inerte lo que garantiza la ausencia de reacciones químicas secundarias en la atmósfera y que no es posible un accidente tipo Chernobyl. Tampoco es despreciable que los recursos estén distribuidos de forma dispersa en el mundo por lo que las “complicaciones geoestratégicas” no tendrían opción de producirse como con el petróleo, muy concentrado en unos pocos países.
Por otra parte, la fusión también produce residuos radiactivos aunque de naturaleza bastante diferente que los de la fisión. La fuente de radiactividad es el neutrón resultante de algunas reacciones; la mayor parte de estos neutrones se recicla bombardeando litio para generar el tritio necesario para realimentar la fusión (y que no existe en estado natural). El tritio es radiactivo y deberá ser controlado aunque su peligrosidad es muy baja comparada con lo que se maneja en la fisión. Finalmente, los neutrones no capturados por el litio deberán ser absorbidos usando materiales estructurales adecuados, que los capturen sin volverse radiactivos; actualmente el vanadio es un claro candidato para esta función. Hay otra opción menos desarrollada: la fusión sin producción de neutrones, en cuyo caso estos problemas se eliminarían de forma absoluta. Las reacciones se conocen pero las temperaturas de funcionamiento son bastante más altas por lo que no es previsible que las primeras centrales sean de este tipo.

¿Se podrá hacer esto alguna vez? ¿Se podrá hacer antes de que el agotamiento de los combustibles fósiles empiece a plantear problemas de verdad? No se pierdan el siguiente post de la serie.

08 agosto 2006

De ratones paracaidistas y otras leyendas vivas

Donde los ratones invasores saltan desde avionetas en una conspiración estatal-ecologista

No sé si les comenté que estoy de vacaciones en un pueblo de Tierra de Campos. Para los de fuera les diré que se llama así a un paisaje de Castilla donde los árboles han sido sustituidos por campos de trigo, centeno y girasoles. Apenas ondulado, algunos chopos y álamos flanquean los ríos y en cada pueblo no falta la iglesia, una o más, construida cuando se hacían esas cosas. A falta de convento, estoy en una casa pequeña de adobe, con las paredes revestidas de barro mezclado con paja, ya que aquí nunca hubo piedra, y vigas de madera. Este pueblo no es Macondo pero tampoco desmerecería en una novela.
Por la tarde, cuando afloja el calor, la gente saca las sillas a la calle y se sienta a hablar. Los temas son limitados porque la vida no aporta muchas novedades y la política, que tanto da de sí en otras tertulias, es del color único del cacique local. La Castilla profunda tiene fama de hosca, de silencios cuando pasas a su lado y eres forastero mientras te siguen con miradas tan expresivas como la de Charles Bronson.
A veces me acerco en bicicleta hasta otro pueblo donde me dejo caer por el bar antes de comer. Este me gusta porque se considera que la cháchara en las mesas es privada pero si se produce de un lado a otro de la barra (mostrador, se decía antes) es pública y puedes intervenir sin mayores problemas. Si lo haces con acierto puede que la dueña, buena conversadora, te invite a una ronda rellenando el vaso sin preguntarte.
El otro día lo hizo dos veces porque la conversación derivó sobre los topillos, unos roedores cuyas poblaciones sufren variaciones demográficas explosivas de vez en cuando, según venga la primavera. La explicación local es otra, por supuesto:
—Pues este año el ICONA no ha soltado ratones.
—No, pero soltaron serpientes porque el otro día mataron una grande en X por la tarde de esas que no hay por aquí.
—Mientras no hagan como en XX, que soltaron chacales.
Aquí, la dueña, que no me quitaba ojo desde el principio de la conversación, me rellenó por primera vez el vaso a ver si me sacaba del estado cataléptico.
La media hora siguiente fue de lo más ilustrativo. ICONA fue el acrónimo del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza, organismo extinto hace un par de décadas aunque aquí sigan sin enterarse. Y allí intenté explicar los rudimentos de la dinámica de poblaciones bajo un amable pero impermeable silencio. Intenté decirles que yo conocí bien el ICONA y que jamás soltaron ratones ni serpientes, que eso era una leyenda recurrente. Que la serpiente que mataron en X la otra tarde fue en mi calle y que era una culebra de agua, una Natrix despistada de apenas 90 cm, inofensiva, de las que hay en el arroyo de más abajo. Que XX era mi tierra natal, Asturias, donde aún hay lobos y zorros pero nunca chacales, especie que sólo puede verse en España en los documentales de la tele.
Mi poder de convicción fue escaso y dio lugar a que surgieran otras pruebas de mi ignorancia.
—Entonces usted tampoco creerá que…
Y en ese “que” reaparecieron todos los mitos rurales que aprendí en mi infancia: las lechuzas que entran en las iglesias a beber aceite de las lámparas (siguen haciéndolo, parece ser, aunque ya no hay lámparas de aceite). O las serpientes que entran a la cuadra (la corte en Asturias) a mamar leche de los tetos de las vacas. O que las vacas paren con luna menguante o que cuando el mochuelo se pone pelmazo desde la torre de la iglesia es que va a morir alguien.
El segundo vino que me puso la dueña fue cuando uno comentó que el ICONA tiraba los ratones desde avionetas pero que, como se mataban muchos, habían terminado metiéndolos en bolsas con agua. Atados rápidamente de cuatro en cuatro, los echaban por la ventanilla. El que tenía la mala suerte de caer debajo se espachurraba pero los otros, rota la bolsa antes de ahogarse, salían corriendo empapados pero felices. Finalmente, la variante más eficaz fue, parece ser, tirarlos con pequeños paracaídas, siempre de noche para que la gente no se diera cuenta.
Los argumentos manejados eran irrebatibles: “pues lo vio fulano, que estaba a la puerta de la bodega”, o “me lo dijo el médico, que un hermano suyo vive en Madrid”. Razones de autoridad ante las cuales no caben doctorados en biología.
La conversación siguió agradablemente, aderezada con pimientos picantes fritos, hasta que llegó la hora de comer. Al irme me recomendaron sinceramente que no fuera caminando por la chana de noche, una especie de páramo local, porque a veces se oyen voces.
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