convergencia: Acción y efecto de convergirLas universidades españolas se han metido en un proceso denominado "de convergencia europea". La idea básica es que los títulos de cada país sean válidos en la UE y sirvan para los curritos puedan moverse por ella con cierta garantía de homologación. Hasta ahí vale, nada que objetar.
convergir: Dicho de dos o más líneas: dirigirse a unirse en un punto.
Pero surge un pequeño problema: este proceso necesita ideas claras y buena planificación, lo que aparentemente se constituye en obstáculo insalvable. Hoy les comentaré un ejemplo mínimo: los listados de titulaciones. La historia es que, para que los titulados puedan moverse por el espacio europeo, las titulaciones tienen que ser algo similar, parececerse en un mínimo en cuanto a formación, tomática, horas...
Para llegar a ello, en mi opinión, equivocada sin duda, el proceso debería haber sido algo así: para que las titulaciones universitarias de los países miembros sean reconocidas en toda la UE, vamos a planificar en la UE un conjunto común de "titulaciones UE" y unas directrices comunes respecto sus contenidos básicos.
Una vez elaborada este listado y estas directrices, todas ellas de ámbito europeo, llegaría el turno de que cada país se adaptara. Así, cada universidad haría una oferta de "títulos europeos" que se considera capaz de dar y, en su caso, de títulos propios no homologados en la UE.
Pues no, no podía ser tan fácil. El catálogo europeo no existe ni tiene visos de existir. Mucho menos las directrices comunes europeas. ¿Cómo puñetas se pueden adaptar las titulaciones actuales si no existe ninguna referencia? ¿Cómo recorrer el camino de la convergencia si no sabemos donde hay que llegar?
Este marco tan pintorescamente incierto no fue impedimento para que se formaran 4 comisiones para proponer los listados de futuras titulaciones en las áreas de enseñanzas técnicas, humanidades, ciencias sociales y jurídicas y ciencias experimentales y de la salud.
Mal comienzo de travesía si no hay un puerto donde llegar. Estas comisiones comienzan a hablar sin que, además, el Ministerio les diga nada sobre directrices que guíen su trabajo por lo que su camino, hay que reconocerlo, es algo crudo. El área de titulaciones técnicas tiene, además, que lidiar con colegios profesionales potentes, lo que dificulta aún más su labor, tanto que hasta la fecha no ha hecho público ningún resultado. Por cierto, que el horizonte para que todo esto funcione en la UE finaliza en el año 2010, que se acerca lento pero seguro.
Y para que esto sea como el camarote de los Marx, a algún lumbreras se le ocurre poner en un Real Decreto que los títulos de Postgrado (que aún no se sabe cuales son, faltaría más) deben implantarse de forma que los doctorados actuales a los que sustituyen deben "comenzar su proceso de extinción" antes de octubre del 2007. Con este curioso sistema, los títulos de postgrado se implantarán antes que los de Grado con lo que entramos en los dominios del auténtico folklore hispánico
A todo esto, los planes de financiación son inexistentes, las evaluaciones de las posibles necesidades en profesorado, material e infraestructuras no se han hecho. Las universidades, transferidas a las autonomías, deben torear a las dos administraciones simultáneamente, frecuentemente en idéntico estado de entropía. A mí, la verdad, sólo se me ocurre una reacción: ¡socorro!