14 octubre 2006

¿Machos? ¿Para qué dice que los quiere?

Una buena amiga, licenciada en Física, vive en Cali, Colombia. Ya es abuela aunque con muchos menos años que los que aquí puedan suponerse. Y nunca ha tenido hombres en su casa, donde viven tres generaciones de mujeres. Ella dice que no les hacen falta para nada salvo para lo evidente y creo no le falta razón. Resume su situación con una frase lapidaria: “cuando una mujer elije pareja se equivoca”. Por ese motivo en su familia no ha habido machos porque no dan más que problemas y no solucionan gran cosa.

Los pececitos que ven ustedes abajo representan una situación ante la cual mi amiga sonreiría con la suavidad que la caracteriza. Ambos pertenecen a una especie llamada Kryptolebias marmoratus cuya mayor peculiaridad es que es androdioica. La palabreja implica que en la especie hay dos tipos de individuos: machos y hermafroditas. El hermafroditismo no es raro en la naturaleza (el caracol común lo es, por ejemplo) pero la androdioecia es excepcional.

Arriba, ejemplar macho. Abajo, ejemplar hermafrodita.


Los individuos hermafroditas producen tanto óvulos como esperma y se autofecundan internamente sin que exista fecundación cruzada entre ellos. A pesar de esta autosuficiencia, existen ejemplares que son exclusivamente machos, eso sí, unos pocos, muchos menos que los otros.
Dado que cada ejemplar hermafrodita se autofecunda, puede esperarse que la diversidad genética sea muy baja en cualquier población o, más exactamente, que esté llena de clones ya que las líneas parentales se continuan sin intercambio genético.
En efecto, analizando diversos fragmentos de ADN se encontró que muchos individuos presentaban secuencias prácticamente idénticas, pero también aparecieron otros cuyas diferencias eran grandes. Esto se intentó explicar suponiendo altas tasas de mutación o la inmigración de ejemplares de otras poblaciones (incidentalmente, comentaré que estas explicaciones ad hoc lanzadas sin evidencia real me ponen de los nervios y no son nada infrecuente en biología).
En el análisis real de diversas poblaciones de peces se han descubierto posteriormente cosas muy interesantes. Por ejemplo, que la proporción de machos es muy variable entre poblaciones. Hay muy pocos en Bahamas o Florida pero llegan al 10-20% en Belize. Esto se correlaciona estrechamente con la diversidad genética, muy escasa en los dos primeros lugares y grande en el último.
Lo que parece pasar es que los machos se cruzan con los hermafroditas ocasionalmente lo que tiene el beneficio objetivo de incrementar drásticamente la diversidad genética poblacional. Esta fertilidad macho-hermafrodita se ha demostrado en el laboratorio lo que hace suponer que en condiciones naturales se produce también, lo que explicaría las variaciones de diversidad.
Pero quedan un par de cosas por explicar. Por ejemplo, cómo se “deciden” los sexos.
A este respecto sólo se sabe que en condiciones controladas pueden producirse ejemplares machos manteniendo los huevos autofertilizados a temperaturas frescas o, al contrario, manteniendo los alevines hermafroditas a temperaturas cálidas (paradojas, ya ven). Pero nada se sabe sobre este asunto en condiciones naturales.
Ya que parece razonable suponer que la diversidad genética es esencialmente beneficiosa para la especie ¿por qué se ha mantenido la autofecundación a lo largo del tiempo? Se habla de mucho tiempo, entre 25 y 180 millones de años según estudios filogenéticos, lo que supone una estrategia reproductiva viable y “buena” para el mantenimiento de la especie.
Y aquí empiezan las elucubraciones. Una de ellas es que en el habitat de este pez, los manglares, es frecuente el aislamiento de individuos en pozos o charcas. Si esto es general, la posibilidad de reproducirse sin pareja sería evolutivamente beneficiosa. Sin embargo, a la larga la diversidad genética caería lo que sería otro argumento evolutivo para mantener machos con posibilidad de cruzarse con el resto hermafrodita de la población. Al día de hoy se desconocen los mecanismos que regulan la proporción de sexos pero también se propone, por ahora sin evidencia, que el decaimiento de la diversidad genética podría desencadenar una mayor proporción de machos.

La androdioecia está escasamente presente en grupos muy diferentes. Se han descrito unas 50 especies de plantas y 36 de animales, estos últimos mayoritariamente crustáceos (camarones y percebes) y nemátodos. Esto significa que la estrategia reproductiva ha surgido independientemente en ocasiones diversas.
Los hechos no tienen moraleja pero quédense con el subtítulo del tercer artículo citado abajo.
Males seem to be superfluous in one fish species but may come in handy when genetic diversity is needed.
Ejem, material ocasionalmente aprovechable... Mi amiga diría que la naturaleza tiene momentos de sabiduría.

Fuentes principales:
  • Stephen C. Weeks, Chiara Benvenuto and Sadie K. Reed, 2006, When males and hermaphrodites coexist: a review of androdioecy in animals, Integrative and Comparative Biology, 46(4): 449-464.
  • Mark Mackiewicz, Andrey Tatarenkov, D. Scott Taylor, Bruce J. Turner and John C. Avise, 2006, Extensive outcrossing and androdioecy in a vertebrate species that otherwise reproduces as a self-fertilizing hermaphrodite, PNAS-Proceedings of the National Academy of Sciences, 103(26): 9924-9928.
  • Elizabeth Pennisi, 2006, Sex and the Single Killifish, Science, 313: 1381.
  • Más datos en Bruce J. Turner, The biology of Rivulus marmoratus.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena entrada otra vez.Con éstas y algunas perlas más podrías escribir un libro muunteresante.También me gusta el fino sentido del humor que gastas,como la paradoja de que se "inhiba" la fecundación cruzada (el sexo del bueno)con aguas "cálidas".
¿Has escrito algún libro de este tipo?:ánimo. Un saludo .
PD:cuando tenga alguna crítica que hacer también te lo haré saber ;o)

Ángel M. Felicísimo dijo...

Santi, gracias por tu opinión que siempre viene bien algo de ánimo.
Respecto a lo otro fíjate en que un blog tiene muchas más ventajas que un libro: gratis, abiertos a comentarios, renovables con facilidad y accesibles desde el mundo entero ¿qué más nos hace falta?
Aparte de los artículos de revista (que están con libre acceso en la página de nuestro grupo de investigación) escribí un libro técnico hace años y acabé poniéndolo en internet. Desde entonces todo lo que hago está en ahí para que la gente lo use si quiere con lo que me he saltado la enojosa tarea de buscar editor, corregir las pruebas y pelear para una buena difusión.
Saludos

Anónimo dijo...

Es curioso que Shora tocara este tema el otro día, referido a una especie más cercana: el Homo sapiens.

Pero más curioso me ha parecido que exista un pececillo con esta cualidad tan curiosa. Sabía del hermafroditismo de los caracoles (alguno debe estar acordándose de mí cuando, siendo yo niño, los separaba), pero desconocía que existieran especies que fueran androdioicas. Menos mal que son raras, porque no hay forma de pronunciar la palabrita.

Lo único que puedo decir es el viejo no te acostarás...

Anónimo dijo...

Parece que Huston-tenemos-un problema.No hay razón conocida por la que se mantenga esa conducta sexual de la especie...
Por cierto,no sé si en un reportaje de Attenborought o en otro lugar, vi algo parecido:se trataba de una especie de pez que podía cambiar de sexo en edad adulta dependiendo de no sé qué condiciones.
El autor de "La conjura de los machos" seguro que tendría algo que decir.Hace tiempo le oí hablar y decía cosas llenas de sentido común. No recuerdo ahora su nombre. En fin, Saludos

Anónimo dijo...

Santi, yo también recuerdo el pez que cambiaba de sexo. Supongo que sería en el programa más visto de la TV según las encuestas: los documentales de la 2. :-)

Enredando un poco en internet, me he encontrado con el pez payaso (Amphiprion ocellaris), donde dice:

La principal diferencia entre los sexos es el tamaño. Las colonias de Amphipriones como hemos comentado están formadas por machos de diverso tamaño y un animal más grande que es precisamente la hembra. Cuando ésta fallece el macho de mayor tamaño toma su papel cambiando el sexo y uno de los machos inferiores toma el papel de macho reproductor. Esta conducta de cambio de sexo responde a la gran presión depredadora a la que son sometidos en su medio.

mrci dijo...

¡Ejem!
¿Todavía queda alguien que siga pensando aquello tan manido de... “sexo débil”?
Si es que no somos nada.
Saludos norteños :)

Anónimo dijo...

in i go: seguramente fue en la 2.Hubo una época en que me los tragaba casi todos.Si no recuerdo mal-que puede ser-me llamó la atención otra cosa del pez payaso:los ejemplares pasan toda su vida en el mismo rincón del fondo del mar.No salen nipamear.Curioso pescao,a fe mía.
Saludos

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