10 noviembre 2006

Publicaciones científicas gratis para países en desarrollo

Una iniciativa necesaria

Las revistas científicas suelen ser caras, a veces carísimas. Science y Nature son la excepción, probablemente con la ayuda de su gran tirada, y la cuota anual es de unos $6 por número (sólo $100 al año si nos limitamos a la edición digital de sus 54 números).
En el otro lado están revistas como el International Journal of Remote Sensing cuya suscripción supone más de 6000 € al año (¡más de 500 € el número!). Esto no lo puede pagar todo el mundo, obviamente, con lo que se crea un abismo entre los países con dinero abundante y los demás. Hacer ciencia no es necesariamente caro (no todo es “gran ciencia”) pero sí es imperativo tener acceso a la bibliografía en cada área lo que supone un gasto de fondo continuo con una productividad segura pero indirecta.
La solución ha sido, al menos para mí, una sorpresa y se llama OARE | Acceso en Línea a Investigaciones Ambientales.

OARE es un consorcio patrocinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Universidad de Yale y un conjunto de 40 editoriales cientificas entre las cuales figura Elsevier, Blackwell, Taylor & Francis…

OARE se ha creado para permitir el acceso gratuito a unas 1000 publicaciones científicas desde un conjunto de países con muy bajo PIB per capita (<$1000). El listado incluye a Bolivia, Honduras y Nicaragua de los países de América Latina. El acceso desde estos países ya es efectivo desde el pasado octubre. El próximo año está previsto abrir el acceso a otros países “algo más acomodados” (entre $1000 y $3000 de PIB per capita) donde estarán Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, Perú y Cuba (esperemos que aquí no funcione el embargo). Para estos no será gratis pero se promete un bajo coste.
¿Qué hay que hacer? De acuerdo con las instrucciones de la página web:

Las instituciones que deseen acceder al texto completo de artículos y usar las herramientas de búsqueda en bases de datos para investigación de resúmenes e información deben registrarse con OARE para recibir una clave institucional de acceso. Una vez terminado el proceso de registro, todos los empleados, personal administrativo, docentes, administradores y estudiantes de la institución podrán usar la clave para acceder a los recursos de OARE. No hace falta una clave de acceso para acceder a los resúmenes de las publicaciones.
En resumen: una magnífica noticia.

Otras dos iniciativas similares:
Hinari (OMS, acceso a más de 3000 revistas en el área de la sanidad)
Agora (AFO, acceso a 900 revistas en el sector agrícola)

09 noviembre 2006

Recovecos de Internet

De protocolos e identificadores en Internet, más una sugerencia para bibliografías

Sí, hoy es un apunte tecnológico. Menos bonito que el Tassili de hace unos días pero tal vez útil. Los protocolos son a Internet más o menos como los idiomas al lenguaje: diferentes formas de transmitir información sobre un mismo canal de comunicación.
Así, todos usamos el protocolo http para “navegar” y poder leer, entre otras cosas, estas páginas. Los diferentes navegadores nos permiten la tarea sin saber en realidad absolutamente nada del funcionamiento interno del protocolo. Lo mismo ocurre cada vez que accedemos a los correos en el servidor de turno, para lo cual suele usarse un protocolo específico llamado POP3.
Otro ampliamente utilizado es el ftp, diseñado para la transferencia de ficheros entre ordenadores. Probablemente el ftp sea el que menos ha cambiado ya que esencialmente sigue siendo el mismo que hace 30 años sólo que ahora ya no se ejecuta necesariamente desde una ventana de texto sino que hay aplicaciones que nos facilitan la tarea.
Los usuarios de a pie ya no conocemos ni usamos protocolos que hace años eran de uso obligado, como el telnet, que permite acceder remotamente y en modo texto a otro ordenador. Telnet sigue operativo tanto en Windows como en Linux aunque el modo de trabajo original ha sido sustituido por alternativas más cómodas.
Hoy les comentaré brevemente un pseudoprotocolo que puede resultarnos útil en nuestro trabajo si estamos interesados en el acceso a documentos a través de la red. Aunque parezca aburrido no abandonen todavía.

Supongan que hay un trabajo en la revista Emerging Themes in Epidemiology que se titula Migration and health: fact, fiction, art, politics. Si yo quiero recomendarles que lo lean, la opción más habitual es decirles que accedan a

http://www.ete-online.com/content/3/1/15

Esto es el URL, que define dónde está el objeto al que queremos acceder. O más bien, donde estaba cuando se escribió la dirección porque puede haber cambiado. En ese caso recibiríamos el famoso “404 File not found”.
El problema es que el sistema basado en URL no identifica al objeto sino al lugar donde está almacenado y ese lugar no es permanente por lo que es inadecuado para citas académicas de documentos y cualquier otra que deba perdurar. Los enlaces rotos son, además de una molestia, un feo síntoma de falta de atención y mantenimiento. Este problema cada vez es más grave y ha sido objeto de artículos específicos (ver citas al final).


Para superar este problema podemos utilizar los DOI, siglas de Digital Object Identifier, un identificador único, público y persistente de cada “objeto” existente en la red.
Encuentro que este cambio de URL a DOI tiene su utilidad en los trabajos científicos y muy especialmente en las tesis doctorales y en los curricula, donde los tribunales deberían tener acceso directo a los trabajos citados. Una cita completa podría ser algo así:
Tam, Clarence C., 2006, Migration and health: fact, fiction, art, politics, Emerging Themes in Epidemiology, 3:15. [DOI:10.1186/1742-7622-3-15]
La primera parte identifica perfectamente el trabajo mediante los campos clásicos pero para localizar el artículo habría que invertir un buen rato rastreando la revista, el número, etc. En los tiempos que vivimos podemos facilitarle la jugada al lector y añadirle el DOI. Es más, si las tesis doctorales y los curricula comienzan a editarse y distribuirse en CD de una santa vez, el DOI podría ser utilizado directamente para acceder al trabajo desde el propio ordenador añadiéndole el enlace adecuado.
¿Cómo se hace eso? Pues hay dos vías equivalentes. La más simple es teclear

http://dx.doi.org/
seguido del DOI. La dirección URL pertenece a la IDF (International DOI Foundation) y resuelve el identificador llevándonos directamente al documento. Por tanto:

http://dx.doi.org/10.1186/1742-7622-3-15

les llevará al artículo antes mencionado.
Pero puede ser más cómodo y fácil todavía si usan Mozilla Firefox como navegador ya que hay un pequeño aditamento de apenas 4 kb que hace la función de evitar teclear el URL. Se llama Mozilla Handle/DOI Protocol Handler y sirve para que la cosa funcione utilizando directamente:

doi://10.1186/1742-7622-3-15

Por la expresión parecería que DOI es un protocolo, por eso comencé el post hablando del http, ftp.... En realidad no lo es, es sólo una especie de alias, pero nos da igual: es un recurso útil que se ha generalizado hasta el extremo de que CrossRef, por ejemplo, ha superado los 20 millones de DOI en apenas 6 años.
Yo he decidido, a partir de ahora, completar mis referencias, anímense. La mayoría de los que lo lean no sabrán qué es pero no importa, queda muy moderno :-p


Bibliografía sobre el “problema 404”

Wren, J.D. (2004) “404 not found: the stability and persistence of URLs published in MEDLINE” Bioinformatics, 20: 668-672. [http://dx.doi.org/10.1093/bioinformatics/btg465]

Lawrence, S. et al. (2001) “Persistence of Web References in Scientific Research” Computer, 34: 26-31. [http://dx.doi.org/10.1109/2.901164]


Actualización: otra opción que acabo de probar es añadir el buscador de DOIs a la barra de buscadores de Firefox que aparece en la esquina superior derecha del navegador. Para hacerlo sólo hay que cargar la extensión OpenSearchFox y, tras reiniciar el navegador, abrir la página http://dx.doi.org/, pinchar en la ventana de búsqueda con el botón derecho y elegir "Añadir buscador OpenSearch". El resultado es un nuevo "motor de búsqueda":


07 noviembre 2006

Rematando la faena

O cómo barrer una cultura del mapa y de la historia.

Hay formas de destruir un país. Una bastante eficaz es bombardear las infraestructuras de comunicación, los centros de producción de energía y los hospitales. El daño es enorme pero no es completo. Tan importante como lo anterior, o más, es destruir la cultura, las raíces y la historia.
En Iraq la eficacia es impresionante ya que el saqueo del Museo de Bagdad fue inmediato tras la entrada de las tropas de los EE.UU. en la capital. La quema de la Biblioteca Nacional, de los Archivos y de la Biblioteca Coránica vino apenas unas horas después. Todo ocurrió en abril de 2003 y entre los centenares de miles de libros y documentos que se perdieron estaban, por ejemplo, los originales de Averroes o las más antiguas traducciones de Aristoteles al árabe.
Hubiera sido suficiente tal vez, pero hay perfeccionistas a los que no les gusta dejar las cosas a medio hacer. Siguió el saqueo de las excavaciones y luego se pasó a una fase más animada: la caza de escritores, científicos y, en general, cualquiera que pueda poseer algo de ese peligroso atributo que se llama cultura.
El último ha sido Isam Kadhem F. al-Rawi, fundador y presidente de la Iraqi Association of University Lecturers, geólogo en el Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bagdad.


Un tipo que hablaba con frecuencia de los riesgos del extremismo religioso y que fue asesinado a tiros hace apenas 7 días al salir de su casa. No sé si era bueno, malo o regular. Ni me importa demasiado. En una de sus declaraciones denunciaba la cacería:
"Assassins are targeting Iraqi university professors in a coordinated, liquidation process to force well-known scholars to leave the country and thus hinder the country's reconstruction."
No ha sido el único, sólo el último. En junio de este año se descubrió una lista con 461 nombres de personas que debían ser asesinadas: científicos, ingenieros, periodistas... Ya antes, desde abril de 2003, había sido comprobado el asesinato de unas 200. Añadamos otros tantos desaparecidos y unos miles de exiliados. La aparición de la lista revela que estas muertes no son casuales dentro de la extrema violencia que impera en Iraq sino resultado de una estrategia de profundizar en la destrucción e impedir cualquier recuperación cultural.
Para terminar les comentaré que no tengo espíritu gremial y estas muertes no me parecen mejores ni peores que otras, pero sí me preocupa la pérdida de la memoria. Por ese motivo me conformo hoy con llamar la atención sobre los intentos para barrer un país del mapa y de la historia.

05 noviembre 2006

Jirafas, satélites y arena, mucha arena

En medio del Sahara se encuentra un macizo montañoso llamado Tassili-n-Ajjer (las transcripciones varían). Está en Argelia aunque creo que aquí las fronteras son, más que nunca, entelequias humanas. En los recovecos de este paisaje extraño que se extiende como una franja rocosa de 50 km de anchura a lo largo de 800 km se han catalogado más de 15000 pinturas y grabados, lo que lo convierte en la más importante galería de arte antiguo del mundo. Las más antiguas se han datado en 8000 años (6000 A.C.) y una selección puede verse en Les sites du Sahara central.

El rectángulo encuadra el macizo Tassili-n-Ajjer

Este lugar fue descubierto para Europa por Henri Lhote que hizo su primer viaje al Tassili en 1935 pero no fue hasta la década de los 50 que hizo el primer estudio sistemático de los grabados y pinturas acompañado de fotógrafos y pintores. Podríamos preguntarnos qué hacen todas estas pinturas aquí, en medio de unas rocas perdidas en el mar de arena. La pregunta todavía es más pertinente cuando encontramos que se representa una fauna donde aparecen gacelas, elefantes, avestruces, jirafas... hipopótamos. Además de escenas de caza, bueyes, vacas, carros...


Es obvio que algo ha cambiado y que ese lugar no siempre fue lo que ahora, el centro de la nada. Esta suposición tiene su historia pero hoy sólo les enseñaré la imagen que dió la primera respuesta. El 12 de noviembre de 1981 un sensor bautizado SIR-A despegó a bordo de la lanzadera Columbia. SIR son las siglas de Shuttle Imaging Radar, un radar que estuvo tomando imágenes de la Tierra durante apenas dos días desde 260 km de altura.Algunas de ellas fueron sobre el Sahara:

Imagen tomada del Remote Sensing Tutorial

La parte coloreada es una vista más o menos convencional tomada por el satélite Landsat y muestra en un color bastante saturado el mar de arena que cubre esta enorme zona. La parte central, en tonos grises, está tomada por el SIR-A y descubre lo que la arena oculta. Las microondas (este radar funciona en los 1.275 Ghz) pueden penetrar en la arena incluso más de 5 m siempre que la humedad sea mínima. Esta capacidad de devolver ecos del subsuelo es suficiente para mostrar que, bajo el actual paisaje se esconde una antigua red fluvial. Hubo ríos aquí hace tiempo pero, como al ejército de Cambises, los cubrió el mar de arena hace milenios. En efecto, árboles y pastos cubrieron el Sahara, lo que permitió el poblamiento, la agricultura y la existencia de la fauna representada en las viejas pinturas rupestres.

¿Cuando ocurrió este gran cambio? Algunos trabajos se han ocupado de ello. Uno de ellos habla de un sistema fluvial de unos 800 km de longitud en el Sudeste del Sahara que fluía hacia el Nilo: el Wadi Howar. Restos de fauna típica de sabana permiten decir que este valle era fértil hace menos de 4000 años. Otro menciona que la zona es compleja y en modo alguno homogénea: el Gran Mar de Arena parece existir desde hace al menos 25000 años aunque hay evidencia de arenas aún más antiguas, hasta 86000 años, en la actual Túnez. Otros muestran que hace 9800 años comenzó una época húmeda en Egipto y Sudán que finalizó hace unos 5000-6000 años. Una realidad compleja.

Algunos autores (El-Baz 1998 por ejemplo) dicen que la arena tiene su origen primario en la erosión fluvial sobre las masivas areniscas del Sur en las épocas húmedas. Las arenas han rellenado las depresiones preexistentes que probablemente representaron extensas zonas de agua en los periodos húmedos. El Gran Mar de Arena (72000 km2) a caballo entre Egipto, Libia y Sudán muestra numerosos wadis (valles) secos que discurren desde las montañas de areniscas del Sur (Oweinat y la meseta de Gilf Kebir). Según este autor, el cambio climático descubrió estos sedimentos y los expuso a la erosión eólica. Este segundo efecto, propio de la época más seca, hace intervenir los vientos que en esta zona son preferentemente del NE y que modelan las dunas que hoy conocemos.

Ha sido necesario esperar hasta hace apenas unos meses para que se analice una zona amplia, buscando el diseño de la red fluvial olvidada. Robinson y colegas (2006) lo han hecho sobre una extensa zona del SE de Libia mediante imágenes tomadas por el Radarsat-1 canadiense y han delineado dos grandes cuencas fluviales que se extienden más alla de los 347000 km2 cubiertos por las imágenes. Los autores comparan morfológicamente la gran cuenca con la actual del Río Negro del Amazonas, con la salvedad de que el canal africano era 4 veces más ancho. Los dos paleocauces confluyen en el actual oasis de Kufra, en Libia.


Mapa de la red fluvial oculta por el actual desierto [pulsar para ampliar]

Lo antiguo y lo nuevo se unen otra vez para dar respuestas a viejas preguntas.

Algunas referencias:
El-Baz, F. (1998), Sand accumulation and groundwater in the eastern Sahara, Episodes, 21(3): 147-151.
Haynes, C.V. (2001), Geochronology and climate change of the Pleistocene-Holocene transition in the Darb el Arba'in Desert, Eastern Sahara, Geoarchaeology, 16(1): 119-141.
Mathieu Schuster, M. et al. (2006), The Age of the Sahara Desert, Science
, 311: 821.
Robinson C.A. et al. (2006) , Use of radar data to delineate palaeodrainage leading to the Kufra Oasis in the eastern Sahara, Journal of African Earth Sciences, 44 (2): 229-240.
Williams K.K. y Greeley R. (2001), Radar attenuation by sand: laboratory measurements of radar transmission, IEEE Transactions on Geoscience and Remote Sensing, 39 (11): 2521-2526.



02 noviembre 2006

Una de romanos

Pequeña historia de una excursión arqueológica

Ayer fuimos a conocer un dolmen que está apenas a media hora de coche de donde vivimos. La experiencia fue de pesadilla. Las más o menos venerables piedras (unos pocos miles de años) rodeadas de coches, mesas plegables, adolescentes en plena berrea, no tan adolescentes con motos de dos y cuatro ruedas... Por ese motivo no les voy ni a mencionar el pueblo porque no se merecen ninguna promoción.
La publicidad nunca fue buena para los restos arqueológicos, al menos en un país como el nuestro, analfabeto funcional, donde las paredes de la Universidad Cisneriana, fundada en 1499, aparecen de vez en cuando pintadas con lo que ahora se ha venido en llamar arte urbano.
En fin, para resarcirme les voy a contar una menos conocida y que deja mejor sabor de boca. Saben que Mérida es el nombre moderno de Emérita Augusta, una ciudad fundada por orden de Octavio Augusto hace 2031 años para acoger a los veteranos de las legiones romanas, retirados tras las Guerras Cántabras.
En estos tiempos, Mérida sigue recibiendo muchos turistas atraidos por los monumentos y restos que las guerras o el simple vandalismo han dejado sobrevivir. Pero el viajero curioso puede encontrarse con algunas sorpresas si se sale del circuito oficial. La foto de abajo corresponde con las afueras de la ciudad y puede observarse como sobresalen de los campos unas formaciones claramente artificiales.


De cerca podríamos ver que son como brocales de poco tapados con una gran piedra, a veces cuadrada, otras veces circular. Algunas de ellas están desplazadas y entonces podemos asomarnos a ver si desvelamos la naturaleza de estas construcciones. Abajo lo tienen: un pozo formado por piedras de buena factura y al fondo agua. Pero no estancada sino corriente, una lámina de agua de unos centímetros que circula a 3 o 4 m bajo la superficie del terreno.


Estos pozos pueden seguirse durante un largo rato según nos alejamos de la ciudad. A unos 4 km encontramos una estructura algo diferente.

A la izquierda aparece el brocal del pozo de turno, algo mayor que los vistos hasta ahora, unos 60 desde que iniciamos la marcha. A la derecha encontramos algo distinto: el hueco del suelo da acceso a una escalera. Una docena de grandes escalones nos llevan hasta el pozo.

Y aquí, finalmente, descubrimos el misterio (¡qué gran programa podría hacer alguno sustituyendo "romano" por "atlante" o algo así!): los pozos son respiraderos de un canal subterráneo que recorre varios km llevando agua hacia la ciudad.

Estos canales (hay varios) están perfectamente conservados. El de la foto mide unos 70 cm de ancho y unos 170 cm de alto, algo incómodo de recorrer si el camino es largo. Formaban parte de un complejo sistema de abastecimiento de agua potable que servía a la Emérita Augusta. Esta ciudad recibía agua de dos embalses importantes: Cornalvo y Proserpina, ambos aún conservados, mediante canales y acueductos. Pero también se trazó un árbol de canales subterráneos que, además de conductores, eran captadores: el agua se filtraba a través de la obra y poco a poco el caudal creciente era conducido a cisternas y pozos de decantación antes de ser distribuida a la población. Estos canales aún funcionan (las fotos están tomadas en época de sequía) y fueron construidos justo al lado o por debajo de los riachuelos de la zona.
Lamentablemente, en Mérida sólo se ha conservado intacto lo que se desconoce. Otro día hablaremos de algunas barbaridades cometidas desde las propias administraciones pero, por hoy, quedémonos con la sensación de haber conocido un lugar que ha sido poco visitado en los últimos dos mil años.

31 octubre 2006

Uno de los nuestros

Verán que hoy no me lo he currado nada pero este artículo debe ser promocionado todo lo posible. Publicado en El País, lunes 30 de octubre.

"Uno de los nuestros..."

Aunque apenas despierta interés en la sociedad, pocas cosas tienen tanta trascendencia para nuestras expectativas de vida como la selección del profesorado universitario. Elegir mal nos hace perder el tren del desarrollo y la innovación, disminuye las oportunidades de nuestros hijos en una sociedad tecnificada y compleja y dilapida de forma absurda nuestro dinero: un profesor malo cobra lo mismo que uno bueno y, no lo olvidemos, ellos formarán a los futuros médicos, jueces, arquitectos. Para que la universidad cumpla con su papel como motor del desarrollo, debe seleccionar a los mejores profesores en base a criterios de excelencia docente e investigadora. Por desgracia, en nuestro país los profesores universitarios se seleccionan con demasiada frecuencia por procedimientos poco transparentes, donde amiguismo y enchufe pesan sustancialmente más que la investigación y la docencia.

En la universidad, los catedráticos deberían ser los máximos referentes en cuanto a excelencia. Por ello conviene seleccionarlos con sumo cuidado. Sin embargo, desde hace décadas la selección de catedráticos se ve, no pocas veces, alterada por un sistema de padrinazgo, amparado en una estructura de áreas de conocimiento que establece una red de intercambio de favores entre catedráticos ("yo voto a tu candidato para que luego tú votes al mío"). Como resultado, a los aspirantes les sale más a cuenta "buscarse un padrino" que buscar la excelencia docente e investigadora. En un tímido intento, la Ley Orgánica de Universidades (LOU, 2002) promovió el examen nacional de habilitación para enmendar esta situación. Siete miembros, elegidos por sorteo, deciden qué candidatos pueden llegar a ser catedráticos. El funcionamiento del sistema está defraudando buena parte de las expectativas que algunos pusieron en él.

Si pretendemos de una vez por todas que la selección del profesorado se realice en función de los criterios de excelencia que caracterizan a una universidad moderna, tenemos que asegurar, por un lado, que los tribunales de selección estén compuestos por los profesores más idóneos, y por otro, que sus decisiones sean totalmente transparentes. En el proceso de selección de profesores en cuanto a su capacidad científica, existe un sistema aceptado internacionalmente que permite valorar la calidad de su trabajo. Los científicos tratan de publicar sus investigaciones en las mejores revistas internacionales de su especialidad. La calidad de una revista científica se mide por un número llamado "índice de impacto". Pero los editores sólo publican los mejores manuscritos que reciben, rechazando los demás tras un complicado proceso de evaluación en que el anonimato garantiza el juego limpio. Cuanto mayor impacto tiene una revista, más difícil es publicar en ella. Los buenos científicos, capaces de publicar en las mejores revistas, tienen más "índice de impacto" -obtenido como la suma del impacto de todas sus publicaciones- que los malos. Dos agencias internacionales (Institute for Scientific Information, ISI y SCOPUS) permiten hacer estas evaluaciones. Cualquier persona puede entrar en sus páginas web y averiguar la calidad de un científico. En consecuencia, no existe justificación alguna para que una comisión de selección no elija correctamente.

Sin embargo, varias comisiones siguen saltándose a la torera todas las indicaciones objetivas de calidad. Sirva de ejemplo una reciente habilitación de catedrático de universidad (la número 1/700/0904) celebrada en la Facultad de Veterinaria de la UCM. La plaza en cuestión era para un área de conocimiento muy delicada, la producción animal, donde una mala selección puede tener graves consecuencias sobre la salud pública (recordemos las vacas locas, dioxinas, acumulación de pesticidas, metales pesados y otras conocidas intoxicaciones alimentarias, resultado de una mezcla de baja cualificación y mala praxis en la producción animal). La persona con mayor índice de impacto (119) fue la menos votada de los que pasaron el primer ejercicio (currículum vitae). Sorprendentemente, el candidato más votado sólo tiene un índice de impacto de 26 (casi 5 veces menor). El caso viene explicado en detalle en la revista Apuntes de Ciencia y Tecnología número 19, páginas 17 y 18 (versión electrónica en http://www.aacte.es). Como por desgracia estas situaciones son mucho más comunes que lo deseable en la selección del profesorado, la pregunta clave es: ¿por qué muchos tribunales de habilitación seleccionan tan mal, máxime cuando un catedrático bueno cobra igual que uno malo y en las universidades españolas y OPIs hay excelentes científicos para seleccionar al profesorado? Existen tres causas evidentes:

1. Falta de rigor en la selección de los miembros de las comisiones nacionales. Sigamos con el anterior ejemplo: el presidente de dicha Comisión Nacional de Habilitación (un catedrático del departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la UCM), sólo tiene un impacto sumado de 4.4. Sin embargo, no tiene problema en juzgar (y rechazar) a candidatos con un currículo cuyo impacto objetivo es 29 veces mejor que el suyo. Desgraciadamente, esta situación está más extendida de lo razonable: el currículo del presidente de la anterior Comisión Nacional de Habilitación de Producción Animal no es mejor que el del actual. Pero, como a todo hay quien gana, la guinda la pone el que va a ser presidente de la próxima Comisión Nacional de Habilitación (un catedrático de la Escuela Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid). Gana por goleada (0 artículos, 0 de impacto sumado). Que alguien pueda llegar a catedrático sin haber publicado ni un solo artículo en una revista internacional de impacto ya es más que sorprendente, pero que además vaya a presidir la siguiente comisión nacional de habilitación indica que algo muy grave está pasando en la universidad española. Ver más detalles en Apuntes de Ciencia y Tecnología número 19, páginas 17 y 18 (versión electrónica en http://www.aacte.es).

2. Total impunidad: como un tribunal no tiene que dar explicaciones a ninguna instancia superior (en la práctica, sólo se les exige respeto a las formas del proceso ya que son soberanos respecto al fondo de su decisión), puede elegir sin que la más descarada de las arbitrariedades tenga consecuencias. Como resultado, los contribuyentes terminamos pagando de por vida el sueldo a quienes son hábiles para conseguir el favor del tribunal y no a los buenos investigadores y docentes. Asimismo, pagamos a un tribunal (dietas, hoteles) que representa al Estado (y, por tanto, a nosotros) para que al final haga lo que quiera y no lo que deba.

3. Amiguismo sistemático. En la universidad española han accedido a catedráticos excelentes científicos. Sin embargo, en demasiados casos la adjudicación de plazas se rige por una ética perversa. El incompetente defiende su puesto manteniendo alejados a los profesionales de excelencia. Para ello mantiene un sistema de padrinazgo ("mi candidato es fulanito", "le debo un favor a menganito"), aderezado por una retórica imposible de entender fuera de la universidad ("no da el perfil", "no es lo normal en el área"). Fomenta siempre al protegido cuya virtud principal suele ser la servidumbre. Y sobre todo pretende convencer de que la selección del personal docente e investigador en la universidad es una cosa tan compleja que la sociedad civil no está capacitada para opinar. La realidad es que cualquier jefe de recursos humanos, de empresas competitivas, seleccionaría mejor.

Lo queramos o no vivimos en una sociedad de ciencia, tecnología e innovación. Si seguimos separando el grano de la paja para quedarnos con la paja nuestro país perderá el tren del futuro. Hay que hacer que la sociedad exija una universidad que se corresponda con nuestro nivel socioeconómico, en la que los criterios de excelencia científica y docente destierren a los sistemas de padrinazgo-servidumbre. Recordemos que durante la transición española se demostró que buena parte del sector industrial estaba obsoleto y era inviable. Con gran sacrificio, la sociedad afrontó una reconversión industrial dolorosa que afectó a miles de personas. Pese a sus grandes costes no perdimos el tren del progreso y la competitividad industrial. Quizás ahora ha llegado el momento de hacer una profunda reconversión en la universidad, sin duda difícil, pero necesaria.

Firman este artículo Miguel Delibes de Castro. Profesor de Investigación. CSIC. Premio Nacional de Investigación Alejandro Malaspina. Fernando Hiraldo. Profesor de Investigación. CSIC. Director de la Estación Biológica de Doñana. Premio BBVA de Investigación en Biología de la Conservación. Joaquín Tintoré Subirana. Profesor de Investigación. CSIC. Director de IMEDEA. Premio Nacional de Investigación Alejandro Malaspina. Manuel Toharia.José Antonio Donazar.Xim Cerdá. Vicedirector de Investigación. EBD. CSIC. Javier Juste. Ex vicedirector de Investigación. EBD. CSIC. Antonio Delgado. Estación Experimental del Zaidín. CSIC. Luis Rull. Catedrático. Universidad de Sevilla. Juan Martínez Hernández. Jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública. Hospital Carlos III. Madrid. José Luis Blanco. Profesor Titular. Universidad Complutense. Antonio Rodríguez Artalejo. Catedrático. Universidad Complutense. Eduardo Costas. Catedrático. Universidad Complutense Presidente de la asociación española para la comunicación científica. Profesor de Investigación. CSIC.

Enace a las revistas mencionadas en el artículo:
Apuntes de Ciencia y Tecnología, núm. 19 (PDF)

30 octubre 2006

A la ministra de Cultura, Carmen Calvo

(Muy) malos tiempos para la cultura

Mi hija tiene 7 años y saca libros de la biblioteca. Para ella ir y rebuscar en los estantes es una aventura que le ilumina la cara. Dentro de pocos meses, tendrá que pagar por hacerlo porque se va a imponer un canon por leer esos libros. La Ministra de Cultura (¿) Carmen Calvo se disculpa diciendo que “es cosa de Europa”. ¿No sería el momento de dar un puñetazo encima de la mesa? ¿No sería el momento de desobedecer a la Europa de los Mercaderes?
Pero no, no será así. Nosotros no dejaremos de leer, ni Ruth, ni su hermano, ni el resto de la familia. Pero tal vez otros tengan otras necesidades y no les sea tan fácil pagar por leer. Ministra, me avergüenza usted y me hace avergonzarme de este país que no sabe defender lo más elemental, lo que hizo que el Mediterráneo fuera la cuna de la Cultura con mayúscula, la que acuñó, entre otros derechos, el de acceder a ella. Las bibliotecas tienen miles de años y usted, no rehuya responsabilidades, va a cambiarlas para mal, para que los menos pudientes pero que quieren leer, tengan más dificultades para hacerlo. Felicidades ministra.

28 octubre 2006

Vientos del Oeste

Donde un satélite rememora leyendas marineras

Leyendo las Crónicas de Ana María (no dejes de escribir) encuentro y disfruto un post titulado los 40 bramadores. Habla de un libro donde Vito Dumas cuenta su vuelta al mundo en un barquito de vela de menos de 10 m de eslora, allá por los años 40 del siglo pasado. No sólo la historia es bonita (léanla en el blog) sino que se dio la casualidad de que yo había encontrado ese librito en la biblioteca hace un par de años y me pasó lo mismo que a Ana María, me quedé fascinado con la aventura y con la forma de contarla.
Hoy sabemos algo más de los vientos que en la época de Dumas, no tan lejana en el tiempo pero sí en tecnología. Lo de los “40 bramadores” hace referencia a un cinturón de vientos que rodea la Tierra a esas latitudes en el hemisferio Sur. En realidad, la situación latitudinal es variable según la estación del año pero lo que no cambia es su permanente presencia.
Los veleros de siglos pasados temían tanto las calmas como la mar arbolada y huían de zonas donde las condiciones adversas eran conocidas. A veces no tenían muchas opciones, como en el Cabo de Hornos, donde yacen cientos de pecios, algunos siguen ahí físicamente, otros muchos sólo quedan en el recuerdo.
En nuestro grupo de investigación no hacemos lo que se llama “gran ciencia”, de millones de euros y cientos de participantes, pero intentamos aprovechar datos de muy diferente pelaje e integrarlos en estudios que incluso, a veces, nos han salido bien.
Uno de esos datos es el viento y hoy, aprovechando el recuerdo de Vito Dumas, les hablaré muy brevemente del QuikSCAT, un satélite de esos baratitos que se lanzan con más frecuencia de lo que parece pero que quedan ocultos por las misiones estrella, mucho más espectaculares. QuikSCAT mide vientos desde 800 km de altura y mediante un radar algo especial llamado escaterómetro. Este aparato emite continuamente pulsos de microondas hacia el océano y recoge su eco. La potencia emitida es de apenas 110 W, más o menos como esa bombilla que tiene usted en la lámpara. El principio de medida es esencialmente, que el eco recibido es más o menos intenso en función de la rugosidad de la superficie del mar, o sea, de las olas. Y las olas dependen del viento. Integrando dos pulsos polarizados, el escaterómetro es capaz de estimar dirección y velocidad del viento con una incertidumbre de unos 20º y 2 m/s respectivamente.
Abajo les pongo una de las figuras que dan una idea de qué debió ser el viaje de Dumas. Es un mapa de velocidad del viento y fíjense que estamos viendo la Tierra desde el Polo Sur, que está en el centro de la imagen. Las zonas terrestres aparecen en negro: pueden reconocer Sudamérica abajo a la izquierda, Australia arriba a la derecha y África asomando arriba a la izquierda (técnicamente se trata de una proyección polar estereográfica pero eso es lo de menos). La zona central es la Antártida. No es que sea así sino que QuikSCAT no puede medir en mares con hielo y por eso aparece una amplia zona en negro.
Y el resto son velocidades del viento, desde casi calmas en negro hasta viento muy fuertes (de 30 m/s para arriba) en blanco. A mí la imagen me deja un regusto extraño porque aunque está tomada con la última tecnología, estamos viendo lo mismo que pasaba cuando Magallanes, Elcano, Malaespina o Dumas circulaban por mares y océanos. Cuando me fijo en el color blanco del Cabo de Hornos vuelvo a leer las novelas de Patrick O’Brian con otros ojos.


P.S. Se me olvidan pequeños detalles: los datos de viento del QuikSCAT, de cobertura mundial y diarios pueden descargarse libremente en el ftp del PO.DAAC donde podemos encontrar mucha más información: corrientes marinas, flujo de calor, datos gravimétricos, topografía marina (sí, el mar no es plano ni de coña). No logro olvidarme de que esta política de puertas abiertas y de libre circulación de la información no existe en España (ver post anterior) y apenas asoma en Europa, una Unión económica a fin de cuentas. Snif...

27 octubre 2006

Sobre la necesidad de liberar los datos científicos

Anécdotas sobre los problemas psicológicos de algunos organismos públicos

Resulta que ha decidido usted poner invernaderos de un nuevo tomate transgénico estupendo de color azul. Pero como es una persona cuidadosa y ha decidido no morirse hasta el 2080 quiere hacer un estudio climático previo para ver la viabilidad de la aventura tanto ahora como en el futuro dentro de este siglo.
Para ello necesita datos de precipitaciones y de temperaturas mínimas y máximas mensuales de todas las estaciones de España. También es necesario disponer de proyecciones climáticas de acuerdo con alguno de los modelos de cambio climático global al uso (CGCM, CSIRO, HadCM y PCM).
Luego, una vez conseguidos estos datos ya se encargará usted de procesarlos y decidir dónde va a poner sus atómicos tomates.

En su infinita inocencia se le ocurre que en España el Instituto Nacional de Meteorología dispone de una red de observatorios (pagados con dinero público) que se dedican a eso precisamente, a tomar datos. Además, también existen muchas estaciones que miden diariamente temperaturas y/o precipitaciones, atendidas en esta caso por personal voluntario que le sale gratis al INM. En Asturias, por ejemplo, donde yo hice la tesis de licenciatura hace un tiempo había unas 60 termopluviométricas y otras 100 más pluviométricas.

A partir de aquí le voy a proponer dos caminos para conseguir los datos: el que debería ser normal (INM) y el anormal.

El normal empieza entrando en la web del INM y buscando dichos datos.
Para ahorrarles tiempo les diré que no los van a encontrar. No existe un ftp donde descargarlos, ni un servidor de bases de datos, ni siquiera unas hojas de cálculo o tablas desde donde importarlos. Ni siquiera hay un mapa de estaciones accesible vía WMS o cualquier otro estándar de interoperabilidad.
Eso sí, pinchando en “Climatología” podrá acceder a un sistema algo primitivo donde encontrará datos seleccionando por Comunidades Autónomas. Por ejemplo, elijo “Principado de Asturias” y me preparo a descargar la información. Oops..., me encuentro con la desconcertante sorpresa de que aparece un total de... tres estaciones (sí, 3). Corresponden con las atendidas directamente por personal del INM: el resto, hasta el centenar o más, no está disponible. Aún así, preparándome para un copia/pega interminable, selecciono una de ellas y sí, se despliega una tabla con valores resumen que no puedo importar a mi ordenador, ni siquiera con copiar y pegar en una hoja de cálculo. ¿Pretende el INM que nos pongamos a teclear los valores de nuevo? ¿Pretende que lo hagamos con todas las estaciones de España?

No tire usted la toalla todavía: hay un formulario para pedir datos. Bueno, hay dos, según sea una persona “normal” o vinculada a un organismo de investigación. Estamos en este último caso y, aunque usted empieza a sospechar que en el INM tienen un serio problema de autoestima, supone que los datos a rellenar serán quién es usted, en qué universidad está y qué datos quiere. Pues no. Nos piden, entre otras cosas, las siguientes (pongo en cursiva los datos que violan mi sensibilidad porque creo que al INM le deberían importar un carajo):
Organismo, número de identificación fiscal del mismo, domicilio fiscal, departamento, nombre y apellidos del director del departamento, nombre y apellidos de la persona de contacto, cargo que ocupa en el departamento, teléfono, domicilio, datos de proyecto en el que piensa utilizar los datos climáticos...
Pero no crean que se pide el título del proyecto, no. Piden:
Título del proyecto adjuntando copia de la memoria, descripción del objetivo científico, copia de la resolución de que se ha aprobado dicho proyecto, justificación de la necesidad de los datos climáticos para el proyecto, organismos que financian el proyecto así como la financiación total y por capítulos.
Finalmente se dice que la solicitud debe ir firmada por el Jefe del Departamento y con el sello del organismo.

Sólo algunas reflexiones breves en forma de preguntas: ¿Por qué debe firmar el director de departamento una solicitud mía para un proyecto mío? ¿Sabe el INM que el sello de la universidad no se pone alegremente y que, en todo caso, debería convencer a un vicerrector como mínimo para conseguirlo? ¿Por qué piensan en el INM que son de su incumbencia los detalles económicos de mi proyecto y qué entidades participan? ¿Por qué suponen que tienen derecho a pedirme la memoria científica de mi proyecto? ¿Por qué quieren saber el nombre y apellidos del director del departamento? ¿Por qué debería darles mi domicilio? ¿Por qué me piden copia de la resolución de aprobación del proyecto? ¿Por si miento?

¿Creen que hemos terminado? Todavía no. La hoja tiene un reverso donde se especifican las “obligaciones del usuario”. Las copio poniendo de nuevo en cursiva las partes que más me llaman la atención:

El usuario se compromete a:
  1. Custodiar y a usar la información recibida del INM para utilizarla exclusivamente en el proyecto objeto de esta solicitud
  2. Que la información suministrada por el INM, en ningún caso, sea entregada ni difundida a terceros.
  3. No utilizar la información meteorológica para generar servicios de valor añadido.
  4. Que todas las personas asociadas al proyecto estén enteradas de las condiciones estipuladas y, por consiguiente, que serán rigurosamente observadas.
  5. Mencionar explícitamente al INM en cualquier publicación o difusión de los resultados obtenidos, como proveedor de dicha información meteorológica/climatológica, en los siguientes términos: a) Cuando los resultados de la investigación se hayan obtenido a partir de las prestaciones suministradas por el INM, se deberá incluir el siguiente texto: "Resultados obtenidos a partir de la información cedida por el Instituto Nacional de Meteorología. Ministerio de Medio Ambiente", b) En el caso de que se incluya la información facilitada por el INM, sin haberse alterado su contenido meteorológico / climatológico, deberá aparecer el texto: "Información elaborada por el Instituto Nacional de Meteorología. Ministerio de Medio Ambiente".
  6. Someter a una publicación (tesis, tesinas, informes, publicación en libros o revistas científicas, etc.) de libre uso, sujeta exclusivamente a los gastos de entrega (costes de los medios de distribución, transmisión, etc.) sin ninguna demora relacionada con objetivos comerciales, los resultados obtenidos de la investigación.
  7. Entregar al INM dos (2) ejemplares de las publicaciones.
  8. Reconocer como contribución del INM al proyecto y, en consecuencia, otorgar al INM idénticos derechos que los concedidos a otros contribuyentes del mismo por un importe equivalente al valor que la información meteorológica facilitada tiene.
  9. Que si de forma imprevista, el proyecto de investigación desemboca en el desarrollo de un software, el depósito de patentes, la elaboración de medios o material didáctico, o cualquier otro, que puedan usarse con fines comerciales: a) Otorgar al INM todas las licencias libres para uso de estos "software" o patentes en el marco de su responsabilidad oficial. Por consiguiente, el beneficiario acepta la reciprocidad de su propia política a favor de una actividad no comercial del INM, b) No autorizar el uso comercial antes de haber llegado a un acuerdo específico con el INM, c) Si se comprobara la imposibilidad de tal acuerdo, se abonará al INM el valor real de las prestaciones meteorológicas, d) Indemnizar al INM por cualquier pérdida que sufra debido al incumplimiento de estas obligaciones.
Lo cual me lleva de nuevo a algunas reflexiones:
El punto 1 supone que no puedo integrar los datos en mi servidor y reutilizarlos en otros proyectos ¿debo borrarlos al final de éste?
El punto 2 implica que si otra persona de mi departamento o de mi universidad, por ejemplo, quiere trabajar con esos datos debe iniciar un procedimiento independiente con la pérdida de tiempo y eficacia que eso supone.
El punto 3 condena a los datos a no salir de la investigación pura o el divertimento.
El punto 4 me obliga a ejercer misiones de policía sobre mi equipo, no vaya a ser que le pasen la temperatura media anual de Almendralejo al departamento de al lado.
El punto 5 obliga a una redacción cerrada ¿dejarán traducirla al inglés en su caso?
El punto 6 me obliga a publicar los resultados ¿y si el proyecto no llega a nada publicable? ¿No será decisión mía, como investigador responsable, decidir si se publica o no?
El punto 7 es interesante ¿les bastará con un PDF? ¿Tendré acceso yo a otros trabajos ya entregados?
En el punto 8 se habla del “valor que la información meteorológica tiene”; aparte de la discusión sobre la tasación (¿qué vale la precipitación de Montijo de enero del 2004?) ¿No estará ya pagado ese valor con dinero público? ¿O es que el personal del INM pone dinero de su bolsillo? Finalmente, el punto 9 me niego a comentarlo para no caer en la grosería.

Para cerrar este comentario, más largo de lo habitua (disculpas), les referiré una cláusula especial que aparece en la hoja del usuario "de la calle" que, según el INM, debe comprometerse a:
“No formular declaraciones en relación con la información recibida del INM que puedan comprometer a éste o a su imagen pública”
Como yo estoy en una universidad puedo ejercer la crítica y sugiero a este organismo y a sus responsables que se vaya a hacer puñetas.

¡Ah! Se me olvidaba. Si quieren ustedes optar por el Plan B el camino es algo más corto: accedan a la Climate Research Unit, o a WorldClim, o al Tyndall Centre for Climate Change Research y podrán descargar gratuitamente por internet coberturas climáticas del mundo entero con una resolución de 1 km.

26 octubre 2006

Estadística y causalidad

Que no, que no está demostrado que la reducción de la piratería tenga que ver con el calentamiento global

Primer caso: supongan que el señor X pide que le hagamos unas pruebas sobre la clarividencia mediante cartas Zener. La prueba se desarrolla barajando las cartas, pidiendo a X que diga de qué palo o tipo es cada carta, mirando cuál es realmente, etc.
El porcentaje esperado de aciertos es del 20% pero resulta que el sujeto acierta un 75%. Aquí el señor X se levanta y dice: “Señores ¿qué más prueba quieren? Acabo de demostrar mis poderes de clarividencia.”
La respuesta es no, no aún.
Un ejemplo menos conflictivo: todos los 26 de octubre, día de mi cumple, me tomo una copa de coñac Mascaró. Y resulta que ningún invierno pillo la gripe. Como en el caso anterior afirmo que mi adicción al coñac de esa marca supone una protección eficaz ante los virus griposos.
En ambos casos existe una trampa en el planteamiento, una trampa que a veces ni siquiera es deliberada. En el primer caso, lo que muestra la prueba es que el sujeto X tiene un porcentaje de aciertos muy superior a lo esperable por azar. Es atractivo suponer clarividencia, y de hecho muchas personas tenderán a aceptarlo porque el planteamiento de la prueba fue precisamente ese: “vamos a ver si tengo clarividencia”.
Lo que ocurre es que el experimento no demuestra que la causa del acierto sea el poder de clarividencia de X. De hecho, no demuestra nada sobre la causalidad del fenómeno.
Lo mismo ocurre con el licor de mis amores: existe una coincidencia perfecta entre el hecho verificable de tomar coñac y el igualmente comprobable de no pasar la gripe. Pero esa coincidencia no significa causalidad. De modo similar, en el caso del señor X, lo que se ha visto es que hay resultados que, comparados con los esperables por puro azar, son muy improbables pero el porqué de esos resultados, la causa subyacente, está tan indeterminada ahora como antes de la prueba.

Es frecuente la tendencia a interpretar la existencia de correlaciones significativas como equivalentes a relaciones causales. Pero no debe ser así, el encontrar correlaciones es frecuentemente una pista pero debe ser seguida de una etapa experimental especificamente diseñada para descubrir y confirmar los mecanismos de la relación causal. Sin esta etapa, frecuentemente de difícil diseño y compleja ejecución, nuestra comprensión del fenómeno sigue tan reducida como antes.

En el caso del clarividente señor X sólo cabe la opción de determinar con exactitud cuales son los mecanismos que actuan en esa presunta clarividencia. Si descubrimos que X emite o recibe ondas psiripitifláuticas que le permiten la adivinación, estas ondas deberán ser comprendidas, medidas, localizado el órgano emisor y receptor, la forma de transmisión, etc. Tal vez sea el señor X el único especimen que es capaz de emitirlas o recibirlas pero hay que descubrir cómo.
Lo mismo en el caso del coñac: hay de descubrir cuales son las rutas metabólicas o las relaciones entre la ingesta de tan preciado producto y la inmunidad al virus.
En resumen: ni lo improbable ni la correlación hacen causalidad, sólo son una primera etapa en un estudio completo de los hechos.

Hay un pequeño detalle más que quiero comentar, mínimamente técnico. Y es que cuando diseñamos una prueba estadística tendemos a caer en una trampa similar a la anterior, aunque algo más sutil. Por ejemplo, en el caso del señor X podemos calcular un valor para la probabilidad de obtener el resultado de 75% de aciertos sólo por azar.
Es obvio que podría obtener este porcentaje o incluso mayor dando valores al azar pero está igualmente claro que la probabilidad de que eso pase será muy pequeña. Para representar esa probabilidad se usa la letra P. Una expresión típica sería por ejemplo P=0.00015. La interpretación es que es posible obtener ese resultado de aciertos por puro azar con una probabilidad de 15 por cien mil. O dicho de otra forma, si repiera la prueba un millón de veces esperaría obtener el 80% de aciertos o más en unas 150 ocasiones.
Normalmente, cuando en una prueba encontramos que P es pequeño nos ponemos muy contentos porque tendemos a creer que ratifica la hipótesis inicial. Pero eso es falso, P sólo nos dice lo improbable que es obtener el resultado pero no dice nada de la verdad de la hipótesis que sirve de base al experimento. P sólo responde de los datos que se han usado, no sabe nada de verdades o falsedades en las hipótesis iniciales ni, por supuesto, en los datos que hemos utilizado.

Una broma (¿) para terminar: como todo el mundo sabe, el descenso del número de piratas es la causa del calentamiento global, tal como se demuestra en el gráfico siguiente.


Este es uno de los contraargumentos usados por Bobby Henderson profeta de la Primera Iglesia Unida del Monstruo Volador de Espagueti que aglutina al más conocido pastafarismo para parodiar la confusión entre correlación y causalidad.

22 octubre 2006

El sueño de Arquímedes

Ya comenté y recomendé en una entrada anterior un programa de divulgación científica llamado La Vanguardia de la Ciencia, emitido en Radio Exterior de España. En un rapto de locura de alguien, a Ángel Rodríguez Lozano le han asignado otro programa similar llamado El sueño de Arquímedes pero a una hora civilizada: domingos, de 15:10 a 16 h en RNE1. Como en el caso anterior los programas pueden escucharse a deshora en la propia web o descargarse en formato mp3. En una época donde los programas de ciencia simplemente no existen, creo que es una buena noticia. Velita a velita, tal vez se logre iluminar algo más el oscuro paisaje que nos rodea.

21 octubre 2006

Modelos matemáticos y realidad

En física se elaboran teorías que intentan explicar la estructura del universo, desde lo más grande a lo más pequeño. Es un caso donde la teoría va por delante de los datos por lo que es habitual el diseño de experimentos para comprobar si las consecuencias que se predicen se cumplen o no. Un caso clásico es el de la desviación de la luz por la gravedad. Si la teoría de don Alberto era correcta, debía cumplirse esa desviación con una magnitud determinada. Si no se cumplía, la teoría o una parte significativa de ella, quedaba refutada. Si se cumplía, se añadía evidencia a favor aunque la "demostración completa" quedaba aún lejos, suponiendo que fuera posible.
En estos años se ha desarrollado la "teoría de supercuerdas" como intento de unificación de las fuerzas básicas y de explicación de las familias de partículas subatómicas que se conocen actualmente. La idea básica es que las partículas serían la expresión visible de diferentes modos de vibración de esas "cuerdas" y de sus interacciones. Una de las exigencias de la teoría es que para que sus propuestas funcionen es necesario todo se desarrolle en un espacio de 11 dimensiones (o 9, o 21, según variantes). Este número es necesario para eliminar molestas cantidades, como probabilidades negativas, que surgen cuando se trabaja en un espacio menos complejo. Para el que le interese este tema en concreto hay una web estupenda con videos, The elegant universe (en inglés).

Yo soy de otra guerra y todo esto me queda muy grande pero me sugiere una reflexión sobre la posible mala comprensión de los modelos matemáticos. Parto de la base de que la realidad tiene una existencia independiente de nosotros; es decir, que cuando me duermo ustedes no desaparecen sino que siguen existiendo ignorando olímpicamente que sólo son creaciones de mi mente (hay gente que defiende esto pero creo que ninguno se atreve a tirarse desde un acantilado).
Y la segunda premisa es que la matemática es una construcción, esa sí, de nuestro cerebro. La matemática ha mostrado ser una poderosa herramienta de descripción de la realidad y de su funcionamiento. Para ello se han desarrollado técnicas muy diversas que contribuyen a solucionar problemas pero no necesariamente a comprenderlos.
La teoría de supercuerdas sólo es coherente describiendo la realidad en un espacio de 11 dimensiones pero de su posible éxito en la descripción de la realidad y de la posibilidad de que pueda en el futuro hacer predicciones contrastables no se deduce que estemos en un universo de 11 dimensiones. También hay teorías que son coherentes con la existencia de infinitos universos paralelos. Eso significa que, en el contexto del modelo desarrollado, esa existencia no es contradictoria pero no significa, en absoluto, que esos universos existan, ni siquiera que la teoría propuesta haga más probable su existencia.

Hay propensión entre los aficionados a las pseudociencias a dar este salto del modelo a la existencia real. Eso no es sorprendente porque tiene apariencia de solidez: 1) un premio Nobel o un físico de bandera propone la posibilidad de existencia de universos alternativos, o la de agujeros de gusano espacio-temporales, 2) ergo podemos podemos proponer que existe comunicación lateral entre ellos lo cual 3) explicaría fenómenos paranormales dándoles, de paso, mayor credibilidad. Y no, de una cosa no se deduce la otra ni la siguiente. El paso de 1 a 2 es confundir el ámbito de validez de las proposiciones pasando de la posibilidad de existencia en un escenario matemático a la existencia en la realidad. Y el paso de 2 a 3 es una propuesta despreciable porque no sólo la existencia real no se ha demostrado sino que no existe evidencia alguna de ella.

Lo que me parece sorprendente es que haya profesionales de la ciencia que no separen con claridad una construcción capaz de describir una parte de la realidad de la realidad misma.
El error se produce cuando se cree que cualquier secuela de un modelo matemático tiene una réplica o contrapartida en la realidad o, dicho de otro modo, que las derivaciones de esos modelos se corresponden con propiedades ocultas de la realidad.
En suma, una confusión de ámbitos de aplicación que tiene consecuencias importantes en la ciencia y alimenta las elucubraciones de otros colectivos que esperan ansiosos que un Nobel hable de nuevo de alguna chocante repercusión de su teoría.

20 octubre 2006

Uso terapéutico del cannabis: un resultado no muy bien expuesto

Si, llevo un par de semanitas algo espesas que me han impedido escribir nada que merezca la pena. Hoy no será una excepción pero mantengo la esperanza de sacar un par de entradas este fin de semana, veremos. Por el momento quédense con un resultado interesante difundido hoy en la web del Departamento de Salud de Gobierno Autonómico de Cataluña, Generalitat para los amigos. El resumen es algo así:
El Programa pilot d'utilització terapèutica del cànnabis ha donat bons resultats en el 65% dels pacients.
El Programa pilot […] es limita exclusivament a l'ús terapèutic de cànnabis i l'única finalitat d'aquestes actuacions és oferir una alternativa terapèutica als pacients que no han respost adequadament als tractaments habituals.
En aquest estudi, hi participen coordinadament metges, farmacèutics i infermeria de 6 hospitals de l'àrea de Barcelona [...] i farmacèutics de més de 80 farmàcies. Així, hi ha un total de 133 investigadors de diferents centres sanitaris que treballen amb un protocol comú [...].
Fins a principis d'octubre de 2006, s'han inclòs 123 pacients en l'estudi […] D'aquests 123 pacients, 43 (un 35%) han abandonat el tractament. Un 25% el va deixar per haver presentat efectes indesitjats lleus (principalment sequedat de boca, somnolència i mareig) i l'altre 10% ho va fer per altres motius.
Per tant, els resultats de la resta dels 80 pacients, és a dir un 65% del total, indiquen que l'extret de cànnabis aporta algun benefici a les persones que n'han iniciat el tractament.
El texto completo está aquí. Sin duda que esta noticia será destacada estos días por tocar un tema que en nuestra sociedad, llena de contradicciones absurdas, se considera políticamente incorrecto. Desde mi punto de vista quisiera comentarla dejando claro que no tengo excesivas dudas de que el uso terapéutico del cannabis puede ser tan recomendable como el de muchos otros alcaloides de otras plantas. Dicho esto les diré también que la nota anterior está redactada de una forma que ha que se me encienda la lucecita de precaución. ¿Por qué? Posiblemente por mi falta de familiaridad con el catalán porque la frase “Per tant, els resultats de la resta dels 80 pacients, és a dir un 65% del total, indiquen que l'extret de cànnabis aporta algun benefici a les persones que n'han iniciat el tractament” no me gusta. No me gusta el “per tant” porque lo que sigue no se deduce de lo expuesto en el párrafo que le precede. Tampoco entiendo bien el abandono del 35% de los enfermos porque si la sequedad de boca o la somnolencia hacen que personas afectadas por dolor crónico persistente dejen el tratamiento, no sé muy bien de qué grado de dolor estamos hablando. Tampoco entiendo como se ha pasado de los 600 enfermos previstos inicialmente (ver esta nota) a los 80 actuales. No queda claro tampoco el grado de "beneficio" ni, sobre todo, cómo se ha medido...
No sé… es una nota de prensa solamente, esperemos que el estudio salga a la luz con cifras y más claridad que en esta primera redacción.
Por cierto, aquí el Departamento de Salud sí habla de ensayos clínicos, no como en las “medicinas alternativas”. ¿Qué tendrá el cannabis que no tienen los preparados homeopáticos?

P.S. Más confusión: La Vanguardia.es dice en el titular que "el 65% de los enfermos tratados con cannabis sufren menos dolor". Luego dicen que ese 65% se refiere a los que no han abandonado el tratamiento luego el titular es incorrecto ¿o no? Si todos los que han seguido el tratamiento han visto reducido su dolor, el porcentaje es del 100%, no del 65%, pues los que han abandonado no pueden incluirse en la categoría de "tratados". Pasa exactamente lo mismo en El Periódico.com.

14 octubre 2006

¿Machos? ¿Para qué dice que los quiere?

Una buena amiga, licenciada en Física, vive en Cali, Colombia. Ya es abuela aunque con muchos menos años que los que aquí puedan suponerse. Y nunca ha tenido hombres en su casa, donde viven tres generaciones de mujeres. Ella dice que no les hacen falta para nada salvo para lo evidente y creo no le falta razón. Resume su situación con una frase lapidaria: “cuando una mujer elije pareja se equivoca”. Por ese motivo en su familia no ha habido machos porque no dan más que problemas y no solucionan gran cosa.

Los pececitos que ven ustedes abajo representan una situación ante la cual mi amiga sonreiría con la suavidad que la caracteriza. Ambos pertenecen a una especie llamada Kryptolebias marmoratus cuya mayor peculiaridad es que es androdioica. La palabreja implica que en la especie hay dos tipos de individuos: machos y hermafroditas. El hermafroditismo no es raro en la naturaleza (el caracol común lo es, por ejemplo) pero la androdioecia es excepcional.

Arriba, ejemplar macho. Abajo, ejemplar hermafrodita.


Los individuos hermafroditas producen tanto óvulos como esperma y se autofecundan internamente sin que exista fecundación cruzada entre ellos. A pesar de esta autosuficiencia, existen ejemplares que son exclusivamente machos, eso sí, unos pocos, muchos menos que los otros.
Dado que cada ejemplar hermafrodita se autofecunda, puede esperarse que la diversidad genética sea muy baja en cualquier población o, más exactamente, que esté llena de clones ya que las líneas parentales se continuan sin intercambio genético.
En efecto, analizando diversos fragmentos de ADN se encontró que muchos individuos presentaban secuencias prácticamente idénticas, pero también aparecieron otros cuyas diferencias eran grandes. Esto se intentó explicar suponiendo altas tasas de mutación o la inmigración de ejemplares de otras poblaciones (incidentalmente, comentaré que estas explicaciones ad hoc lanzadas sin evidencia real me ponen de los nervios y no son nada infrecuente en biología).
En el análisis real de diversas poblaciones de peces se han descubierto posteriormente cosas muy interesantes. Por ejemplo, que la proporción de machos es muy variable entre poblaciones. Hay muy pocos en Bahamas o Florida pero llegan al 10-20% en Belize. Esto se correlaciona estrechamente con la diversidad genética, muy escasa en los dos primeros lugares y grande en el último.
Lo que parece pasar es que los machos se cruzan con los hermafroditas ocasionalmente lo que tiene el beneficio objetivo de incrementar drásticamente la diversidad genética poblacional. Esta fertilidad macho-hermafrodita se ha demostrado en el laboratorio lo que hace suponer que en condiciones naturales se produce también, lo que explicaría las variaciones de diversidad.
Pero quedan un par de cosas por explicar. Por ejemplo, cómo se “deciden” los sexos.
A este respecto sólo se sabe que en condiciones controladas pueden producirse ejemplares machos manteniendo los huevos autofertilizados a temperaturas frescas o, al contrario, manteniendo los alevines hermafroditas a temperaturas cálidas (paradojas, ya ven). Pero nada se sabe sobre este asunto en condiciones naturales.
Ya que parece razonable suponer que la diversidad genética es esencialmente beneficiosa para la especie ¿por qué se ha mantenido la autofecundación a lo largo del tiempo? Se habla de mucho tiempo, entre 25 y 180 millones de años según estudios filogenéticos, lo que supone una estrategia reproductiva viable y “buena” para el mantenimiento de la especie.
Y aquí empiezan las elucubraciones. Una de ellas es que en el habitat de este pez, los manglares, es frecuente el aislamiento de individuos en pozos o charcas. Si esto es general, la posibilidad de reproducirse sin pareja sería evolutivamente beneficiosa. Sin embargo, a la larga la diversidad genética caería lo que sería otro argumento evolutivo para mantener machos con posibilidad de cruzarse con el resto hermafrodita de la población. Al día de hoy se desconocen los mecanismos que regulan la proporción de sexos pero también se propone, por ahora sin evidencia, que el decaimiento de la diversidad genética podría desencadenar una mayor proporción de machos.

La androdioecia está escasamente presente en grupos muy diferentes. Se han descrito unas 50 especies de plantas y 36 de animales, estos últimos mayoritariamente crustáceos (camarones y percebes) y nemátodos. Esto significa que la estrategia reproductiva ha surgido independientemente en ocasiones diversas.
Los hechos no tienen moraleja pero quédense con el subtítulo del tercer artículo citado abajo.
Males seem to be superfluous in one fish species but may come in handy when genetic diversity is needed.
Ejem, material ocasionalmente aprovechable... Mi amiga diría que la naturaleza tiene momentos de sabiduría.

Fuentes principales:
  • Stephen C. Weeks, Chiara Benvenuto and Sadie K. Reed, 2006, When males and hermaphrodites coexist: a review of androdioecy in animals, Integrative and Comparative Biology, 46(4): 449-464.
  • Mark Mackiewicz, Andrey Tatarenkov, D. Scott Taylor, Bruce J. Turner and John C. Avise, 2006, Extensive outcrossing and androdioecy in a vertebrate species that otherwise reproduces as a self-fertilizing hermaphrodite, PNAS-Proceedings of the National Academy of Sciences, 103(26): 9924-9928.
  • Elizabeth Pennisi, 2006, Sex and the Single Killifish, Science, 313: 1381.
  • Más datos en Bruce J. Turner, The biology of Rivulus marmoratus.

13 octubre 2006

Nada nuevo bajo el Sol

Donde vemos paisajes lejanos pero no tan exóticos como pudiera parecer

Ya saben todos que hemos recibido imágenes bastante excitantes desde Marte, mostrando casi en directo paisajes y colores nuevos, nunca vistos aquí, en esta otra pelotita intoxicada que da vueltas alrededor del Sol. Al ver el cráter y demás imágenes me acordé de otras bastante más antiguas que ilustran aún mi primera página web, elaborada hace ya unos cuantos años. Al menos en mí, esas imágenes hacen que el tiempo vaya algo más despacio, cosa deseable de vez en cuando, no me digan que no. Aquí van algunas de ellas.

[Arriba] Sahara, Norte del Chad, Tierra: el impacto de un meteorito o cometa hace algunos millones de años ha dejado su huella, visible ante los sensores radar. Las zonas oscuras son depósitos de arena transportada por el viento, que ha erosionado el terreno durante milenios.

[Abajo] Navka Planitia, Venus: domo de lava de unos 17 km con depósitos de ladera claramente visibles al NE y NO. Los depósitos se extienden unos 10 km sobre la llanura circundante. El domo tiene unos 1860 m de altitud y una pendiente de más de 20º.




[Arriba] Yemen del Sur, Tierra: en el borde de uno de los grandes desiertos de arena del mundo, el Rubh-al-Khali aparece la inconfundible huella de los ríos y corrientes de agua. El sistema de bifurcaciones que se ve en la imagen ha sido producido por agua en movimiento de naturaleza estacional.

[Abajo] Red dendrítica, Marte: como en la Tierra, la red muestra la evidencia de corrientes de agua en la superficie marciana. Estas señales indican la presencia en tiempos pasados de un clima más cálido y húmedo que el actual. La redes de drenaje sólo se presentan en las zonas más viejas de Marte lo cual indica que esta fase debió ser muy temprana.





[Arriba] Namibia, Tierra: el desierto costero de Namibia se extiende sobre más de 800 km a lo largo de la costa del SO de África. El patrón geométrico que forman las dunas (de hasta 300 m de altura) se ha formado por la acción de los vientos secos del Oeste. Desde la esquina superior derecha corre una lengua de grava aluvial libre de dunas conocida por Sossusvlei, formada por riadas ocasionales procedentes de las colinas rocosas de la derecha de la imagen.

[Abajo] Campo de dunas, Marte: el Polo Norte marciano está rodeado por un enorme campo de dunas. En la imagen se aprecian dunas transversales a la izquierda, que se orientan perpendicularmente al viento, y dunas barjan a la derecha. Este tipo de dunas, en forma de media luna, están en constante movimiento mientras que las transversales son relativamente estables.

Los comentarios corresponden aproximadamente con los de las imágenes originales, descargadas hace tiempo de las páginas de la NASA; no conservo los enlaces, cosas del tiempo trascurrido.

09 octubre 2006

Creo que he visto un lindo pajarito

Una de criptornitología estándar

Science dedicó la portada del número 5727 al Campephilus principalis, un pájaro carpintero que se suponía extinto en Norteamérica desde hace décadas ya que el último avistamiento fiable fue en los EE.UU. en 1940 (noten el adjetivo “fiable”). La portada se debió a que un grupo de ornitólogos dijo haber visto y filmado un ejemplar en los bosques de Arkansas. El Cornell Laboratory of Ornithology mantiene una página web donde puede encontrarse información sobre el bicho en cuestión, entre ellas un video antiguo, de 1935, y el video de 2004 que sirvió de base para la identificación.


Lamentablemente, entre los documentos antiguos y los modernos hay un abismo de calidad y de enfoque: los de los años 30 muestran claramente al pájaro mientras que en el video actual apenas es identificable. Asimismo, las fotos viejas son claras mientras que las nuevas parecen un álbum de viaje donde el piolín no aparece por ningún lado.
Aún así, el artículo comienza con fuerza:
The ivory-billed woodpecker (Campephilus principalis), long suspected to be extinct, has been rediscovered in the Big Woods region of eastern Arkansas. Visual encounters during 2004 and 2005, and analysis of a video clip from April 2004, confirm the existence of at least one male.
El artículo completo está disponible aquí.

Los comentarios críticos no tardaron en aparecer, especialmente porque hay otro pájaro carpintero de nombre Dryocopus pileatus presente en la zona y que potencialmente podría ser confundido con el anterior. La navaja de Occam entró acción y un comentario remitido a la revista unas semanas después comienza también con cierta rotundidad:
We reanalyzed the video presented as confirmation that an ivory-billed woodpecker (Campephilus principalis) persists in Arkansas. None of the features described as diagnostic of the ivory billed woodpecker eliminate a normal pileated woodpecker (Dryocopus pileatus).
A continuación los autores analizan las imágenes, proponen alternativas creíbles e, incluso, dicen que algunos fotogramas están mucho más cercanos al segundo pájaro que al “redescubierto”.
La réplica fue a su vez contestada por los autores que tienen siempre derecho a ello y cuya síntesis fue:
Claims that the bird in the Luneau video is a normal pileated woodpecker are based on misrepresentations of a pileated’s underwing pattern, interpretation of video artifacts as plumage pattern, and inaccurate models of takeoff and flight behavior.
These claims are contradicted by experimental data and fail to explain evidence in the Luneau video of white dorsal plumage, distinctive flight behavior, and a perched woodpecker with white upper parts.
Desde que se publicó esta historia se han comunicado varios posibles avistamientos pero todos ellos sin prueba objetiva alguna, ni una foto, ni una pluma, nada. Y no será porque los oteadores no vayan con cámaras y teleobjetivos ya que el primero que haga una foto nítida a un ejemplar puede contar con una fama notable en un país donde la ornitología es una afición masiva.
Menciono este asunto no porque tenga gran importancia desde el punto de vista biológico sino porque es una de esas cosas que no deberían llegar a una revista como Science sin tener un soporte mayor que el aportado. Y debo reconocer que cuando lo leí me recordó vagamente algunos “documentos” criptozoológicos sembrados de malas fotos o de huellas irreconocibles.¿Se entusiasmaron los editores de Science, revista de EE.UU., con excesiva facilidad?
Y el lado positivo: se ha discutido con argumentos más o menos sólidos (los disponibles) los pros y contras del presunto redescubrimiento, nada de opiniones, ideología ni desafueros.

Nota final: no puedo dejar de recordar que uno de los premios Ig Nobel ha sido por un estudio sobre los dolores de cabeza de los pájaros carpinteros y, en concreto ¿lo adivinan? Del Dryocopus pileatus. Texto completo aquí.

07 octubre 2006

Sólo un caso de oportunismo

Donde una bacteria acepta una invitación irresistible

Vimos en una entrada anterior que el desarrollo en la medicina lleva a situaciones paradójicas porque es precisamente en los hospitales donde surgen las amenazas más graves contra la salud.
La comodidad también ha “creado” enfermedades que no existirían en condiciones de más moderado desarrollo. Una de ellas es interesante porque sirve de ejemplo de que un medio cambiante puede hacer que organismos inicialmente inofensivos acaben por convertirse en algo bastante molesto.
Se trata de la legionelosis. Todo el mundo sabe que esta enfermedad apareció conspicuamente saltó a la fama en 1976 afectando a 221 asistentes a una convención de la American Legion en EE.UU., de los cuales murieron 34. Este fue el origen del nombre no sólo de la enfermedad sino de la bacteria causante: Legionella pneumophilia. Este bautizo supone que antes era una perfecta desconocida aunque análisis posteriores encontraron que había precedentes [actualización, ver comentarios].
En ese periodo de discreción, Legionella vivía en el interior de protozoos, sobre todo amebas, que servían de huésped. Y es que Legionella es una bacteria lábil, que vive en medio acuoso pero muere con cierta rapidez si no infecta un protozoo. La estrategia es que la ameba fagocita la bacteria pero se encuentra con que no es capaz de digerirla. Al contrario, Legionella se reproduce en el interior de la ameba y cuando ésta muere de “indigestión” y se rompe busca otras para continuar el ciclo: el cazador cazado.

Una ameba (en rojo) trincando una Legionella (verde). Imagen tomada de http://www.actglobal.net/legionai.htm

Legionella está presente por todos lados, charcos, ríos, lagos… pero nunca pasó de vivir como un discreto parásito de protozoos. Nunca hasta que nosotros le dimos la oportunidad.
Resulta que la bacteria puede sobrevivir un tiempo fuera de los protozoos (aunque depende de ellos para reproducirse) pero sólo en condiciones de calor, humedad y roña. Y aún así, Legionella debe ser respirada para infectar.

Nuestro progreso económico y nuestras crecientes necesidades espurias mostraron el peligro en toda su crudeza en la convención de legionarios. El motivo, razón y medio de dispersión fue el aire acondicionado. En efecto, Legionella puede prosperar en torres de refrigeración, instalaciones de calefacción y similares. El aire caliente y húmedo se expulsa al exterior en forma de aerosol cuyas minúsculas gotitas son respirables, es decir, penetran hasta el interior de nuestros pulmones sin ser repetenidos al 100% por nuestros “sistemas de filtración” naturales que son la mucosa respiratoria y el sistema ciliar. Legionella llega a los alveolos pulmonares y allí realiza lo único que sabe hacer, dejarse comer. Nosotros no tenemos amebas ahí pero tenemos macrófagos, unas células especializadas en comerse a los invasores. Esa estrategia funciona bien salvo en los casos raros de las bacterias intracelulares.
Legionella aprovecha la ocasión y utiliza los macrófagos como si fueran amebas. El proceso puede avanzar hasta una fase catastrófica, en función del estado de salud inmunitaria del individuo y de lo temprano del tratamiento.

Legionella es un ejemplo del oportunismo de los seres vivos ante cambios ambientales. En España no es un gran problema de salud, aunque ha habido 6980 casos en el periodo 1997-2004 muchos de ellos originados por torres de refrigeración de edificios públicos (incluidos hospitales). Pero también es un ejemplo poco evidente de los riesgos de avanzar en la tecnología como un elefante en una cacharrería.
Casos de legionelosis en España, gráfico elaborado con datos del CNE

05 octubre 2006

Continentes a la deriva y GPS

Donde vamos dando saltos por puentes continentales desde Gondwana hasta los satélites GPS viendo curiosas relaciones

1. Antecedentes

Ya hace unos 100 años había un registro de fósiles que mostraba extrañas pero claras similitudes entre lugares tan distantes como las costas de Namibia y las patagónicas, o entre el sur de Australia y la Antártida.
La explicación que se daba a esta chocante realidad suena ahora tan pintoresca como la historia de la Atlántida: en tiempos lejanos habían existido puentes entre los actuales continentes. Esta hipótesis permitía el libre tránsito entre lugares lejanos de flora y fauna y la similitud paleontológica entre ellos.
La idea parecía buena pero las similitudes eran tantas que el Hemisferio Sur se convirtió en un nudo de autopistas. En la figura inferior podemos ver el esquema utilizado por Alnold Edward Ortmann, un paleontólogo de primeros del siglo pasado, en una de sus obras.


A. E. Ortmann (1902) Tertiary Invertebrates. Reports of the Princeton University Expedition to Patagonia, 1896-1899. Vol. IV. Palaeontology [pulsar encima para ampliar]

El problema es que estos puentes no eran visibles por lo que se hacía necesario proponer que, por motivos desconocidos, se habían hundido en el océano. Y de eso había tanta evidencia como de la Atlántida.
Al meteorológo Alfred Lothar Wegener no le gustaba el panorama y agrupando evidencias paleontológicas y geológicas propuso entre 1912 y 1915 que los continentes se habían movido. Esta hipótesis se convirtió en una teoría bien fundamentada llamada de la deriva continental.


Pero la propuesta era excesivamente rompedora para la época y la carcajada fue general. También hay que comprender que en ese momento se pensaba (no había motivo para pensar otra cosa) que los continentes eran la parte emergida de un sólido que era la Tierra. Un documento en español sobre esta historia puede descargarse aquí y otro aquí.
Actualmente se ha confirmado lo esencial de la teoría de Wegener aunque se sabe que lo que se mueve son placas de corteza terrestre “flotantes” sobre el manto. Su dinámicase conoce como tectónica de placas. Pueden encontrar reconstrucciones de los movimientos en los últimos cientos de millones de años en esta web.

2. La medida de la posición

GPS es el acrónimo de Global Positioning System, un sistema que permite localizar la posición de un receptor de señales en cualquier lugar de la Tierra. La idea es muy simple: si soy capaz de medir la distancia a tres puntos de posición conocida, seré capaz de conocer la mía. Es un método que en topografía se conoce como trilateración. Los puntos son satélites de la “constelación GPS” que emiten señales que incorporan datos de tiempo extremadamente precisos. Las técnicas de localización no sólo se utilizan en la Tierra sino también en los satélites y en los aviones ya que la constelación GPS orbita a más de 20000 km de la Tierra (la mayoría de los satélites de observación terrestre lo hace a apenas 800 km).

3. El sistema de referencia

Cuando miramos la pantalla de un receptor GPS vemos tres datos de posición: latitud, longitud y altura. Pero para dar estos datos es necesario tener un sistema de referencia: decir 40º de latitud Norte supone conocer dónde está el origen de latitudes (el Ecuador), decir 10º de longitud Oeste supone conocer dónde está el origen de longitudes (el meridiano origen).
¿Cómo se hace eso? En principio la respuesta es que el GPS utiliza un sistema de referencia llamado WGS84 (World Geodetic System 1984). WGS84 es una construcción artificial formada por tres ejes de coordenadas y una superficie de revolución llamada elipsoide.


Los tres ejes permite dar una posición en el espacio y el elipsoide se utiliza como superficie de referencia para las alturas. La definición exacta de estos elementos es imprescindible para saber a qué se refieren las coordenadas geográficas o cualesquiera otras que podamos usar. Como era inevitable, han existido docenas de sistemas de referencia diferentes pero el WGS84 está siendo adoptado de forma general aunque sólo sea para poder manejarse en el GPS. Las principales características de este sistema son:
  • los tres ejes cartesianos y el elipsoide son geocéntricos: tienen su origen en el centro de masas de la Tierra (incluyendo mares y atmósfera).
  • el eje Z coincide con el eje de rotación de la Tierra ya que apunta al International Reference Pole.
  • el eje X apunta al meridiano de longitud 0º también conocido como meridiano de Greenwich o
  • el eje Y es ortogonal con los anteriores y con el X define el plano ecuatorial.
¿Y esto qué tiene que ver con Wegener? se preguntarán ustedes. ¿Qué es eso del International Reference Pole y Meridian? Pues resulta que Greenwich y el meridiano que define están sobre una placa continental que se mueve, luego su posición respecto al resto del mundo varía continuamente. También sabemos que el eje de rotación de la Tierra no es fijo sino que oscila en el tiempo, luego este eje cambia y arrastra con él al Polo Norte. Es más, el centro de masas de la Tierra tampoco está en el mismo punto sino que varía según se mueve todo en la superficie. Las consecuencias son las que pueden suponer: los polos, paralelos y meridianos no son estacionarios respecto a ningún país o punto en concreto de la Tierra.

En efecto, debido a la deriva continental, las diferentes partes del mundo se mueven y cambian de posición relativa varios centímetros al año. El Meridiano y el Polo Internacional de Referencia se hacen estacionarios por convenio respecto a la media de dichos movimientos y su posición debe recalcularse y redefinirse de forma continua. Un auténtico rollo para la navegación de precisión.

Deshagamos, por tanto, un mito: las coordenadas de un punto sobre la Tierra no son fijas, cambian continuamente porque la superficie de la Tierra es dinámica, no estática. La deriva continental no sólo hace que dos puntos en dos placas distintas puedan tener movimientos relativos de varios centímetros al año sino que obligan a actualizar los parámetros de los sistemas de referencia de forma continua.
La magnitud del movimiento no es espectacular pero sí importante para muchas aplicaciones: en Inglaterra las latitudes y longitudes WGS84 cambian a una tasa constante de unos 2.5 cm al año en dirección NE. Otras partes del mundo, como Hawai o Australia, se mueven alrededor de 10 cm al año.
Asi que cuando vean ustedes un vértice geodésico acuérdense de que sus coordenadas fueron buenas un día pero que si no se han revisado no van a ser exactas en este momento. Estamos montados y viajando en una lenta pero perseverante placa continental.
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