19 febrero 2009

Nueva gansada criptozoológica

Abajo tienen la foto del monstruo que, según la noticia, mide 100 pies de largo (unos 30 m). Se dice que la serpiente en cuestión ha sido fotografiada en Borneo desde un helicóptero que sobrevolaba la zona. ¿Por qué es probablemente (soy amable) falsa?
Pues porque reúne todas las características que hacen que la sospecha sea fundamentada aparte, por supuesto, de la naturaleza de lo fotografiado, que no tiene precedente:
  • la foto es anónima: se ignora quién la hizo y dónde está ese lugar cuando estos deberían ser datos conocidos
  • la foto es de mala calidad y, examinada con algo de ampliación, muestra manchas y cambios de tonalidad
  • la foto es única, algo incomprensible cuando uno se encuentra algo tan espectacular
  • las ondas son extrañas, no aparecen en la cabeza sino varios metros por detrás y salen casi perpendiculares al cuerpo
  • un animal de 30 m sería algo nunca visto pero este, dado el tamaño de los árboles, mide un mínimo de 200 m

Noticia original: Strange News: 100-Foot 'Borneo Monster' Said Photographed

Actualización: en el segundo comentario nos dan un enlace a la misma foto sólo que de mucha mejor calidad y, sorpresa, sin bicho. Esta es:


Los sólidos polos de la Luna

Un altímetro láser emite un pulso de luz y mide el tiempo que tarda en recibir el reflejo. Con eso es posible medir la distancia entre el altímetro y el suelo. Este es el sencillo principio en el que se basan los radares, sonares y sistemas dedicados a medir distancias: pulso ... eco. Cuando se hace repetidamente desde un avión o un satélite acabamos obteniendo un conjunto de datos en tres dimensiones que forman un modelo de la superficie. Esa superficie puede estar en la Tierra o en cualquier otro sitio.
Lo que les comento hoy es que se ha publicado muy recientemente una nueva topografía de la Luna construida mediante un instrumento llamado LALT (Laser Altimeter, no han sido muy creativos) transportado por un satélite de la Japan Aerospace Exploration Agency. En 20 kg de peso se integra un sistema de medida basado en un láser infrarrojo (1064 nm) que permite obtener las elevaciones de la superficie con una exactitud de unos 5 m. Todo esto se realiza desde unos 150 km de altitud y de forma relativamente lenta: una medida por segundo.
Acudiendo a la página web original podemos descargar los datos de elevaciones como ficheros de texto (tres columnas con las coordenadas) y procesarlos con las herramientas adecuadas. Abajo les incluyo dos figuras que ilustran bien esta cuestión: el Polo Norte y el Polo Sur lunares, generados a partir de los datos de puntos de la página japonesa y un poco de trabajo con un sistemas de información geográfica. Cada uno de ellos tiene como origen unos 647000 puntos.

El Polo Norte lunar está en el centro de la imagen, que muestra las zonas con latitudes superiores a los 85º N (proyección polar estereográfica).

El Polo Sur lunar está en el centro de la imagen, que muestra las zonas con latitudes superiores a los 85º S (proyección polar estereográfica).

Enlazando con uno de nuestros temas favoritos, estos datos revelan un resultado inesperado que no hará cambiar la ciencia: la Luna no tiene agujeros en los Polos. Mal que les pese a algunos. Aunque siempre queda la socorrida huída hacia adelante: los japoneses han falsificado la información, lo mismo que hace la NASA. Esta actitud tiene su lado bueno y su lado malo. El bueno es que se puede seguir impermeable a la información sin más esfuerzo que negarse a aceptar que dos más dos son cuatro (hay gente a la que le cuesta poco este ejercicio de voluntad). El malo que hay que añadir otra agencia y varios cientos de personas más a la conspiración mundial.
El artículo en el que se han publicado los resultados es el siguiente:
H. Araki et al., Lunar Global Shape and Polar Topography Derived from Kaguya-LALT Laser Altimetry, Science, 323(5916): 897-900, 2009.

14 febrero 2009

Dataciones con carbono 14 (2): problemas y soluciones

El otro día comenté los fundamentos de las dataciones mediante carbono 14. En un correo me preguntaron sobre si es cierto que hay problemas que pueden introducir errores en las dataciones hasta el extremo, según algunos, de no contradecir que los fósiles humanos tienen todos menos de 6033 años (justo eso, en efecto, cosas de la Biblia, dicen). Bueno, pues vamos a ello.

La datación en bruto (entiéndase muy bruta) asumiría que el carbono 14 en la atmósfera ha sido constante dentro de esos 60000 años que representan el máximo periodo datable. Este es un argumento que puede usarse, y se usa, para criticar las dataciones e intentar invalidar resultados incómodos. Y sobre esto tenemos una cosa mala y una buena. La mala es que, en efecto, los niveles de C14 han variado en el tiempo. La buena es que los que usan la técnica no son idiotas y lo saben.

¿Cómo se soluciona este problema? Lógicamente, es necesario conocer cuales han sido los niveles de C14 en la atmósfera en el pasado lo más detalladamente posible. Si llegamos a obtener esos niveles podremos corregir las dataciones en función del tiempo transcurrido y generar resultados fiables. Es decir, la frase que he encontrado por ahí y que dice "el mayor error en la teoría de la datación por radiocarbono está en la suposición de que el nivel de carbono 14 en la atmósfera ha sido siempre igual al de la actualidad" es falsa. Un error sólo lo es si no se corrige (Perogrullo, 2009, com. pers.).

La mejor solución sería encontrar algún sitio donde se conservara material orgánico de tiempos pasados y que, además, pudiera datarse por métodos independientes con seguridad. Así, si localizamos materia orgánica de 18220 años de edad podríamos hacer la prueba y encontrar, por ejemplo, que según el C14 tiene 17100. El cociente entre la edad C14 y la real sería el factor de corrección aplicable a esa edad.

Esta forma de corregir las dataciones es posible porque hay sitios que son datables y que conservan materia orgánica de cada año: los árboles. Los árboles de zonas no ecuatoriales presentan en sus troncos los llamados anillos de crecimiento que se forman por acumulación de materia año tras año. Los anillos pueden contanrse ya que presentan tonos diferentes en la época de crecimiento y en la de reposo. Además, son de grueso distinto, según la bondad del año en lo que al clima se refiere: anchos en años de fuerte crecimiento y estrechos en años de sequía, frío o cualquier otro factor limitante.
El conjunto de anillos representa, por tanto, un registro útil para saber la edad del árbol (número de anillos) y una síntesis de lo benigno de las condiciones climáticas del año (grosor de cada anillo). Pero, además, la materia de cada anillo contendrá el C14 correspondiente al año en el que se ha formado.

Anillos en un ejemplar de Pseudotsuga menziesii cortado en México, © H.D. Grissino-Mayer.

¿Cómo se datan los anillos? Si el árbol ha sido cortado en la actualidad basta con contar los anillos hacia el interior: en el ejemplo de arriba, el árbol se cortó en 1993 y se contaron 223 anillos, luego nació en 1770. Abajo se muestra una imagen donde aparece representado el grosor de los anillos y la fecha que les corresponde en un árbol de Italia.


En el eje de abscisas aparecen los años y en el de ordenadas en grueso del anillo en mm (ejemplo de un tilo de 223 años de edad cortado en 1993 en Italia)

¿Cómo se datan los anillos? Si el árbol ha sido cortado en la actualidad basta con contar los anillos hacia el interior: en el ejemplo anterior, el árbol se cortó en 1993 y se contaron 223 anillos luego nació en 1770. El problema aparece cuando tenemos un árbol cuya edad conocemos contando los anillos pero que no sabemos cuando fue cortado, es decir, tenemos una serie como la de arriba pero desconocemos los valores del eje de abscisas. Este problema se ha ido solucionando superponiendo series datos y buscando periodos que estén estrechamente correlacionadas. Por ejemplo, es posible que tengamos un árbol con 200 anillos y encontramos que los últimos 50 (los más modernos) coinciden en su grosor (en realidad en sus variaciones interanuales) con los 50 más antiguos del árbol del gráfico superior. Ese significa que murió en 1820 y nació 200 años antes, en 1620. Este procedimiento ha sido aplicado con miles de árboles modernos y antiguos de tal forma que actualmente tenemos dataciones por dendrocronología de gran exactitud que comienzan hace 11400 años.
Los esfuerzos no se han detenido aquí, como es lógico, y se han utilizado bastantes más fuentes de carbono antiguo para ampliar ese límite temporal: anillos en corales, burbujas de aire en testigos de hielo y sedimentos que forman un estrato anual han sido las fuentes más comunes. El resultado es que ya existe una serie de concentraciones de C14 atmosférico mucho más larga:

Contenido atmosférico en C14 respecto al presente.

La figura viene de un trabajo bastante reciente: Hughen, K. et al., 2004, 14C Activity and global carbon cycle changes over the past 50,000 years, Science, 303: 202-207. La zona gris alrededor de la línea representa la incertidumbre, muy elevada en los últimos 10000 años pero mínima en los primeros 15000 y bastante buena (en todo caso perfectamente utilizable) hasta los 38000 años antes del presente.
Las curvas de calibración que buscábamos ya son posibles con la enorme acumulación de datos existente, siempre en crecimiento. En la página de datación por radiocarbono de la Universidad de Columbia, nos permiten calibrar fechas C14 en un formulario online (con indicación de su incertidumbre) o examinar la 'Fairbanks0107' calibration curve con posibilidad de hacer zoom hasta casi año por año.

Como conclusión les diría que los datos existentes, las curvas de calibración y las técnicas actuales de medición de la radiación beta son suficientes para hacer buenas dataciones con una fiabilidad que puede estimarse. Quedan otros problemas, desde luego, entre los cuales el más grave es el de la contaminación de la muestra, algo que puede ocurrir tanto in situ como en el laboratorio. Pero eso va en la experiencia, el cuidado y los protocolos que se aplican a las mediciones, como en cualquier otra disciplina científica.
Para terminar en colores les pongo abajo un fuerte zoom sobre una zona de la curva de calibración basada en anillos de árboles coincidente con los supuestos 6033 años de antigüedad del hombre. Irónicamente, a los partidarios de la juventud de todo lo vivo no les viene bien la corrección por cambios en el C14 porque revela que las muestras son algo más antiguas que lo indicado por los resultados sin corregir. Cosas que pasan.
De la 'Fairbanks0107' calibration curve (zoom sobre los 600o años antes del presente)

12 febrero 2009

Principio de precaución

Debo confesarles que no he leído demasiado sobre el presunto cambio climático, no tengo tiempo. Por eso, porque no domino el tema hasta el nivel de dar una opinión fundamentada, me quedo con las pistas que dan algunos artículos que leo a veces y cuya metodología sí entiendo y me parece fiable. De esos trabajos (he comentado algunos en este blog: 1, 2, 3, 4) se deduce, creo yo, una cosa muy simple: lo más razonable sería aplicar el principio de precaución. Tal vez no haya calentamiento, tal vez estemos viendo sólo una fluctuación, un hipo terráqueo, o tal vez haya calentamiento pero no está acelerado por la acción humana, o tal vez haya y no pase nada o sea tarde, o tal vez... Pero antes de pasar de todo habría que echar un vistazo a fotos como las de abajo porque nunca fue tan cierto que una imagen vale más que mil palabras.
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Glaciar Upsala, Argentina. La foto superior corresponde a 1924 y la inferior al 2004.

11 febrero 2009

En el Sur de Australia


Esta foto circula por todos los rincones de la Red pero no resisto la tentación de ponerla en mi blog. La escena se produce en medio de los grandes incendios del Sur de Australia.

10 febrero 2009

Ante todo tranquilidad

A algunos se les va la olla. Pero mucho. A ver, un concurso de buena vista (absténganse los sensibles): ¿a qué corresponde esta imagen tomada con un microscopio? ¿Una célula madre? ¿Padre? ¿Un cocolitofórido? ¿Un huevo frito tratado con nitrógeno líquido? Para no perder la perspectiva recuerden que se coge el objeto, se le corta transversalmente y esa rodaja es el objeto de la fotografía convenientemente impregnada en parafina y emparedada entre dos vidrios. Y no, no se me ha ocurrido otra etiqueta.

La solución aquí.
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