Lo cual quiere decir algo como: "expertos confirman la existencia del tigre del Sur de China tras ser fotografiado por lugareños" (bueno, algo así).
Los antecedentes de esta historia son que el tigre de Xiamen o del Sur de China, en realidad la subespecie de tigre Panthera tigris amoyensis, se considera "funcionalmente extinto": apenas quedan unas docenas de tigres en cautividad y todos son primos como mínimo. Tanto el reducido número de ejemplares como la mínima diversidad genética condenan a esta subespecie a la extinción salvo en forma de peluche.
Lo que no es dificultad para que, como en el caso de tilacino o el del pájaro carpintero marfil, surjan periódicamente noticias sobre su avistamiento en libertad. Estos avistamientos son muy improbables pero al menos la especie existió en tiempos relativamente recientes, cosa aún por demostrar en otros casos tal que Nessie, el Yeti o el Ninki Nanka (post que me trae visitas buscando tangas).
Aquí la cosa estaba complicada porque el último tigre fue visto en libertad en 1964. Aún así, una expedición de 30 zoólogos de la Northwest University dirigida por don Liu Shifeng batió durante dos meses la zona con un resultado próximo a cero. Dice don Liu:
Vimos huellas, escuchamos sus rugidos y hablamos con los lugareños, que han visto los grandes gatos.
Emocionante. Y en eso apareció el de siempre. Zhenglong Zhou, un lugareño local, consiguió fotografiar al ansiado tigre.
Dos fotos fueron hechas públicas el 12 de octubre de este año en una conferencia de prensa ante un público entusiasmado. El relato de Zhou fue adecuadamente emocionante:
Zhou was hiding in the grass with his camera ready for the tiger. With the "PAH" sound of the flash, the tiger roared out furiously. Zhou got scared and hid behind a rock, with his heart beating fast. When he finally calmed down, it was quiet and the tiger had already disappeared.
El caso es que aquí se tienen fotos nítidas y luminosas, no las habituales imágenes desenfocadas, movidas y oscuras. Y el problema está ahí, claro. Sólo dos imágenes han sido publicadas de las 71 que Zhou dice que captó, se las pongo al final, faltaba más.
Pero, al ver las fotos, los escépticos de siempre empezaron a molestar y a cuestionarlo todo:
-Oiga, es que ese tigre no se ha movido nada aunque las dos fotos no están tomadas desde el mismo lugar, sigue con la boca abierta y todo, absolutamente todo, está en la misma posición.
-Oiga, que esa hoja que tiene sobre la cabeza no tiene el tamaño que le corresponde, o la hoja es demasiado grande o el tigre demasiado pequeño.
-Oiga ¡qué colores más raros! como un poco saturados ¿no? Y qué iluminado está, sin sombras ni nada.
Zhou vendió sus fotogramas por algo más de 2600 dólares. El resto dice que no lo enseña para proteger su propiedad intelectual.
Ustedes dirán pero a mí me parece que el gato está un poco acartonado. Vean las dos fotos abajo. La tercera foto es mía y es que estaba yo algo preocupado por unos ruidos nocturnos fuera de la casa y la pasada noche salí sigilosamente a cazar (fotográficamente) al intruso. Les ahorro el uyuyante y terrorífico relato, baste ver la imagen que capté con grave riesgo de mi vida. Que venga Zhou y la mejore. Mi tigre es en 3D.
Foto 1, tomada de Science, 9-nov-2007, p. 893
Foto 2, tomada de Spanish.china.org
Foto 3, tomada en el porche de mi casa