20 septiembre 2006

De nosotros y los neandertales

De donde se deduce que los humanos actuales y los neandertales fuimos más primos que hermanos.

De habernos enterado podríamos haber celebrado hace un mes el centésimo quincuagésimo aniversario del descubrimiento del primer resto fósil de hombre de Neandertal. Estos restos fueron encontrados en el valle de Neander, en Alemania, en 1856, tres años antes de la publicación de “El origen de las especies” de Darwin.
El simpático tipo que ven debajo es una recreación de un hombre de Neandertal. Recordemos que los neandertales vivieron en Europa desde hace unos 400000 años hasta apenas hace 30000.

Imagen tomada de Science, vol. 313, p. 279

Ahora que la peña discute sobre las escuálidas modelos que se desmadejan sobre las pasarelas con cara de mala leche, digamos que los neandertales eran chicos y chicas robustos, con brazos algo más largos cortos que nosotros, cráneos alargados, arcos superciliares engrosados… y un cerebro igualito que el nuestro [actualización, en realidad mayor, ver comentarios]. Respecto a su genoma, recordemos que el humano actual y el chimpancé compartimos aproximadamente el 99% del genoma. Del otro 1% se estima que el neandertal compartía con nosotros el 96%. A mí esta comparación me parece algo más propia de titular de dominical pero da una idea de lo cerca que estuvimos.

Aparte del aniversario, hay datos recientes interesantes sobre este asunto. Por ejemplo, que un señor llamado Svante Pääbo que trabaja en el alemán Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology ha anunciado que han obtenido la secuencia genómica completa de un neandertal a partir de unos restos encontrados en Croacia. La secuencia se ha realizado en colaboración con una empresa privada estadounidense llamada 454 Life Sciences. La cosa no es tan simple como el método PCR estándar que comenté en la entrada anterior porque en estos casos el ADN original está muy contaminado por ADN bacteriano. La empresa en cuestión ha desarrollado métodos para trabajar en estas condiciones y rescatar las secuencias de nucleótidos que aún resisten en los restos fósiles de 45000 años de antigüedad.

Rebuscando información encuentro algunos trabajos neandertales publicados sobre un ADN algo especial: el ADN mitocondrial o mtDNA. Este tipo de ADN está también en todas nuestras células pero no en el núcleo sino en las mitocondrias, unos orgánulos celulares cuya función es generar energía. El mtDNA posee varias propiedades interesantes como a) que su multiplicación es independiente del ciclo celular normal, b) que no se recombina como el ADN normal por lo que las diferencias entre un mtDNA actual y otro antiguo se deben exclusivamente a mutaciones y c) que proviene sólo del óvulo, es decir, de la aportación genética materna. El mtDNA es, por tanto, algo único a la hora de seguir cambios genéticos y evolutivos, eso sí, en una estricta disciplina matriarcal. En los humanos, el mtDNA está formado por 16569 pares de nucleótidos que ya han sido secuenciados por lo que sus diferencias pueden ser usadas como hilo de Ariadna a la hora de definir parentescos y divergencias. La tasa de mutación del ADN mitocondrial es unas 10 veces mayor que la del ADN normal por lo que el seguimiento de parentescos se realiza con cierta precisión incluso dentro de nuestra misma especie: se ha estimado que dos humanos actuales elegidos al azar tendrán una variación de entre 50 y 70 pares de nucleótidos, aproximadamente un 0.36% del total.

Pues bien, hay trabajos de comparación entre neandertales y humanos. La conclusión principal es drástica: no hay ADN mitocondrial neandertal en los humanos actuales. O dicho de otra forma: a) los neandertales no son nuestros antepasados sino una especie diferente que coexistió con el hombre moderno durante unos 12000 años y b) si hubo intercambio genético entre ambos no se reflejó en una hibridación viable lo que sugiere que cromañones y neandertales eran realmente especies diferentes (Homo sapiens y Homo neanderthaliensis), no interfértiles.

La historia de los neandertales en Europa comenzó hace unos 350000 años y duró hasta hace relativamente poco, unos 30000 años. La llegada de nuestros antepasados humanos a Europa supuso el comienzo del fin de la era neandertal, que logró coexistir durante unos 15000 años pero acabó desapareciendo por causas que no conocemos aunque podemos intuir dada la enorme capacidad destructiva del autodenominado Homo sapiens.

Los últimos neandertales tal vez vivieron en la cueva de Gorham, en Gibraltar. No es un lugar inverosímil si pensamos que el Homo sapiens recorrió Europa de Este a Oeste; tal vez esta esquina de Europa fue el último refugio. No se han encontrado fósiles aún pero sí herramientas musterienses, características de los neandertales, con dataciones entre 23000 y 33000 años atrás. Aunque son los más recientes encontrados hasta ahora persisten dudas sobre la posible contaminación de las muestras.

Notas: ya hace una temporada les recomendé que escucharan las grabaciones de La vanguardia de la Ciencia de Radio Exterior de España, un magnífico programa dirigido por Ángel Rodríguez Lozano. El del sábado pasado trataba precisamente este asunto: el último Neandertal (mp3, 21 Mb). Otro lugar imprescindible en este tema es el blog Mundo Neandertal.

9 comentarios:

Unknown dijo...

A pesar de que creo haberme felizmente desembarazado de la educación antropocéntrica recibida en mi infancia básicamente a través de la omnipresente educación religiosa, lo cierto es que todavía me produce un cierto vértigo el pensar en distintas especies dentro de los seres humanos (espero que sea así como se define la diferenciación, no estoy muy ducha en ello...)

Muy interesante, Angel :-)

Anónimo dijo...

Bueno, la definición clásica es que dos especies son diferentes no hibridan (genotipos demansiado diferentes para ser compatibles) o en caso de poder hacerlo, los híbridos no son fértiles. Lobos y perros domésticos hibridan sin mayores problemas luego no hay criterio para separarlos. La inexistencia de secuencias de ADN mitocondrial neandertal en nosotros apunta a una hibridación, en su caso, sin descendientes fértiles.
Cuando ya hablamos de organismos como algas, hongos y otros grupos esta definición pierde su sentido porque la reproducción muestra variantes muy exóticas y ciclos a veces muy complejos.

Anónimo dijo...

Como los burros y los caballos, de los que puede salir un mulo, pero de ahí no pasa, ¿no?

Y ahora, la pregunta del millón: ¿los neandertales tenían alma? Como se la descubran le van a dar una buena bofetada al racional diseño inteligente.

Anónimo dijo...

Yo creo que si tenian ritos funerarios, desde luego que tenian que tener alma...

Ángel M. Felicísimo dijo...

Esteee... a riesgo de meterme en un fangal, recuerdo que hay un experimento definitivo sobre si un sujeto tiene alma o no. En los años 1900 y pico un tal Duncan McDougall planteó que una persona. en el jodío tránsito de ser vivo a cadáver, perdía 21 gramos lo que correpondería con el peso del alma (obviamente, añado yo). Cojamos un neandertal y hagamos el experimento.
También recuerdo algún concilio donde se debatió si la mujer tenía alma y, en su caso, en qué grado (ejem...)

Anónimo dijo...

Como hagan el experimento con un perro y pierda 10 gramos, va a resultar que los perros también tienen alma. ¡La que se puede montar!

Alu dijo...

Excelente artículo, muy conciso y directo al grano. Lo guardo en los favoritos.

Anónimo dijo...

Una pequeña corrección: los brazos de los neandertales no eran más largos que los nuestros, sino más cortos. Y el cerebro no era igualito, sino más grande y con forma un poco diferente :o)

Ángel M. Felicísimo dijo...

Diablos, estas son las consecuencias de que me perdí al episodio de Bsrrio Sésamo de largo/corto, grande/pequeño. Gracias por la corrección :-)

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