15 febrero 2011

Mariposas tunecinas, historias de ciencia ficción y otros desvaríos

1.
Mohamed Bouazizi, de 26 años, se suicida el 4 de enero de 2011 por su situación desesperada en una sociedad que no ofrece oportunidades de supervivencia. Su decisión desata una serie de catástrofes (René Thom dixit), primero en Túnez, después en Egipto, tal vez en Irán, Yemen, Jordania...
Leo en algunos periódicos que se va a financiar un "modelo informátíco del mundo" o algo semejante donde se van a introducir todos los datos posibles como, por ejemplo, "el uso de teléfonos móviles" para simular el funcionamiento del mundo y poder predecir crisis como la que nos está sacudiendo.
Sin embargo, la realidad es tozuda y una mera acumulación de datos (muchas veces erróneos o de fiabilidad desconocida) no es más útil para predecir el mundo que la bola de la pitonisa Lola. Necesitamos organizar redes de relaciones entre ellos adecuadamente conectadas, reguladas y realimentadas y, por supuesto, no tenemos ni idea de cómo podríamos hacer semejante cosa para que el modelo fuera mínimamente útil.

Atractor extraño, obra de rdash.
Mohamed Bouazizi desmontó con su propia muerte toda esperanza de que dichos modelos puedan existir (o nos libró de su amenaza). Antes lo habia hecho Asimov en la ficción ya que en su Fundación, la psicohistoria podía predecir la evolución de la humanidad mediante modelos de las sociedades. Asimov fue más prudente que los actuales promotores del "modelo del mundo" (no esperaba subvenciones) y se cuidó bien de insistir en que la psicohistoria sólo manejaba tendencias y grandes números. Y él mismo desbarató las predicciones cuando en el segundo libro un único personaje desató la pertinente catástrofe. Pensandolo bien, el propio Hari Seldon, el artífice de la psicohistoria, era en sí mismo una catástrofe pero nadie llegó a enterarse nunca.

Atractor extraño, obra de rdash.

2.
Y sin embargo nuestras sociedades occidentales no saben de catástrofes. El relieve de nuestra conciencia colectiva es tan plano que no hay forma de asomarse al precipicio y caerse por un pliegue. Podríamos llamarlo el marasmo de las sociedades acomodadas. En otro libro, El fin de la eternidad, Asimov lo explicó sin saber que era un augurio. En la trama, pasado y futuro están conectados por una especie de túnel de tiempo que permite a unos técnicos, los "eternos", viajar hacia la historia pasada o futura y evitar catástrofes mediante pequeños cambios. Estas mínimas intervenciones generaban "efectos mariposa" que mantenían las sociedades en un estado de paz, placidez y ausencia de crisis. Al final de la novela se descubren las razones de algunos misterios pero la conclusión que nos interesa es que las sociedades que viven sin retos, sin crisis, sin incentivos, acaban por atrofiarse hasta en sus ganas de vivir y, por supuesto, en su capacidad de reaccionar.

Tal vez necesitamos una catástrofe para que, lejos de ver los movimientos del Norte de África como rarezas morunas, nos parezcan reacciones normales ante unos regímenes simplemente injustos. Posiblemente nuestra sociedad del bienestar, en vez de ser completamente beneficiosa tenga como efectos secundarios la atrofia de los valores, el aplastamiento de las utopías, la mediocridad de las ideas.

11 febrero 2011

[Breves] Publicado el Decreto de Doctorado

Comenté algo en Querido doctorando... cuando aún no había salido. Ahora ya está en el BOE, a ver si le echo un vistazo este fin de semana y comento algo más. Mientras tanto: Real Decreto 99/2011, de 28 de enero, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de doctorado.


08 febrero 2011

Confidencias de un ateo

No creo que ningún dios exista. Ni Thor, ni Ra, ni Yahvé, ni Shiva, ni ningún otro. Soy, por tanto, ateo.  De vez en cuando tengo algún debate sobre el asunto, a veces con creyentes más o menos verdaderos, a veces con agnósticos más o menos reflexivos. El debate suele plantearse de una manera que, en mi opinión, es errónea y que parte de la suposición de que ser teísta es lo natural y que ser ateo es la consecuencia de algún proceso que te lleva desde el lado "bueno" al "malo". No es mi caso y comentaré algo de eso a continuación aprovechando que acabo de leer un post en la Ciencia y sus Demonios que dice que la "hipótesis de dios" no puede ser abordada desde un punto de vista racional y con el que no estoy completamente de acuerdo.

Evolución: del pensamiento mágico al pensamiento racional
En cierta ocasión una creyente me preguntó cómo había perdido la fe. La pregunta estaba equivocada e intenté explicarle la razón. De niño yo iba a misa, hice algún curso de catequesis y confesaba mis "pecados". No quedaba otro remedio, por supuesto, ya que estábamos en una sociedad que se declaraba católica. A resultas de todo eso creía en el dios de los católicos, y esto es lo importante, del mismo modo con el que creía en los Reyes Magos o en la bruja buena que vivía en la casa blanca del camino al río. El tiempo pasó y como todos los niños me enteré de qué iban los regalos navideños y que aquella bruja era una señora como cualquiera otra. En ese proceso, el dios de los católicos siguió el mismo camino que los otros personajes de ficción infantil y lo hizo sin mayor algarabía ni crisis existencial. Hoy sigo considerándolo justa y solamente eso, una de tantas cosas que los niños creen pero que al crecer vemos como una de tantas fantasías de un periodo donde la inmadurez nos hace compatibles con el pensamiento mágico.
Esa parte de mi vida mostró simplemente que el adoctrinamiento sufrido durante años tuvo que rendirse a la razón, la herramienta que uso para intentar distinguir lo verdadero de lo falso. Otros niños no tuvieron esa posibilidad y, tal vez más influenciables o menos reflexivos, ya no cuestionaron las "verdades" que les inculcaron en una época especialmente vulnerable.
Una vez que descartas a los Reyes Magos y los colocas en el cajón de los seres imaginarios es casi imposible que vuelvas a creer en su existencia. Has leído, has estudiado, has reflexionado, has vivido. El resultado es que poco a poco vas organizando una concepción de mundo basada ya en tus experiencias y no en lo que te cuentan tus padres o el cura de la parroquia. En esa cosmovisión podrías incluir a los Reyes Magos pero eso no sale gratis ya que suponer su existencia generaría conflictos incompatibles con el resto de tu experiencia.
Con los dioses me pasa exactamente lo mismo: los que creen en ellos me cuentan que tienen unas propiedades tan increíbles que el choque con la realidad se me antoja insalvable. Para su pesar, creer en esta etapa de mi vida ya no es lo mismo que creer de niño: el pensamiento lógico ha sustituido al pensamiento mágico y la confianza incondicional en lo que te cuentan ya no existe. Leo por ahí que este proceso me ha convertido en un positivista, filosóficamente hablando. Aparte de las denominaciones, en este momento serían necesarias pruebas extraordinarias para convertirse en un teísta y toda mi experiencia me dice que semejante pruebas no existen.

Probando, probando (o intentándolo)
Con lo anterior creo que mi opinión sobre este tema queda bastante clara pero podemos dar un par de pasos más. La pregunta del millón es, por supuesto si la existencia de un dios puede ser probada. Aquí comienzan a manifestarse los conflictos con los adictos al pensamiento mágico ya que es necesario un consenso sobre que consideramos "prueba". Algunos "mágicos" defienden que su única experiencia personal es prueba suficiente: ellos "saben" que dios existe, luego dios existe. Lo sorprendente es que la incoherencia de su argumento no les es evidente. Si funcionara, el yeti, las abducciones extraterrestres y la Tierra plana serían reales solo porque alguien cree en ellos. En resumen, si alguien tiene una epifanía o un "viaje" puede acabar creyendo en un dios y estar convencido, más allá de cualquier duda, de su existencia pero esa "existencia" no se transfiere mágicamente a la realidad. Curiosamente, este argumento fue utilizado sin rubor en foros presuntamente serios.
Otros "mágicos" intentan acercarse a un concepto de prueba más general. Aquí hay dos tendencias que, en mi ignorancia de la terminología filosófica, llamaré respectivamente "prueba argumental" y "prueba empírica".
La prueba argumental se basa exclusivamente en razonamientos que aplicando la lógica y los conocimientos disponibles intentan llegar a la conclusión de que un dios existe (o de todo lo contrario). Los más conocidos son el argumento ontológico y el cosmológico. Desde mi punto de vista, las pruebas basadas en argumentos verbales tienen un problema fundamental aparte de su mayor o menor consistencia lógica: dan a entender que el salto desde el mundo de las palabras al mundo real tiene efectos reales o, dicho de otro modo, un argumento aparentemente correcto ejercerá una misteriosa fuerza sobre la realidad que hace que esta se adapte a lo que de él se deduzca. Insisto en la expresión "aparentemente correcto" porque en el pasado se han propuesto muchos argumentos que hoy se revelan de una candidez extrema pero que entonces parecían irrefutables. Entre unos y otros solo ha cambiado nuestro conocimiento del mundo. En mi opinión, un argumento formalmente correcto (aparentemente correcto) es poderoso en el sentido de que puede ser un estímulo intenso (piensen en los "experimentos mentales" de Einstein) pero le falta un requisito: el contraste empírico. Conste que lo mismo es aplicable a los argumentos en sentido contrario, como la paradoja de Draygomb, por poner un ejemplo cualquiera.
Y llegamos al final porque ese contraste empírico es el último tipo de prueba y, de hecho, la única que desde mi enfoque sería aceptable y suficiente. Hasta el presente, entiendo que la única prueba empírica que los "mágicos" pueden esgrimir son los llamados "milagros", hechos que la ciencia no es capaz de explicar y que al violar las leyes de la naturaleza prueban que hay una intervención sobrenatural que se atribuye a un dios. En mi opinión, esas pruebas presentan un par de problemas que las hacen insuficientes. El primero es que el hecho de que la ciencia no sea capaz de explicar algo hoy no significa que no pueda hacerlo mañana. El segundo, el más importante, es que el hecho de que la ciencia no pueda explicar algo hoy, o mañana, o nunca, no prueba ni implica que la causa sea sobrenatural siendo indicio únicamente de nuestras limitaciones. En los "milagros", la relación causa (un dios) efecto (curación, por ejemplo) siempre es un suposición, una afirmación gratuita que los creyentes aceptan sin más y que yo veo con absoluto escepticismo.

Dioses con atributos humanos
Finalmente, en las discusiones suele aparecer la pregunta ¿y tú puedes demostrar que los dioses no existen? A eso se suele contestar de dos formas. La primera es que la carga de la prueba corresponde al que afirma su existencia. Es una respuesta razonable pero insatisfactoria porque realmente no responde a la pregunta. La segunda es que no es posible demostrar la inexistencia de algo como "dios". La primera dificultad radica en la propia demostración de "inexistencia": yo no puedo demostrar que nuestro universo no es una simple vesícula en el interior de una gigantesca serpiente que vive en un mundo de seis dimensiones. Pero si yo lanzara esa afirmación no me extrañaría de que cualquiera me pida pruebas de semejante atrevimiento y esas pruebas deberían ser rotundas.

La serpiente cósmica en cuyo interior se aloja nuestro universo.
Con la existencia de uno o varios dioses pasa lo mismo pero solo hasta cierto punto ya que el entusiasmo de los creyentes les ha llevado a cruzar una línea de difícil retorno. Por ejemplo, los cristianos asignan a su dios propiedades extraordinarias, entre ellas el ser omnipotente, omnisciente e infinitamente bueno y misericordioso entre otras cosas. Esas supuestas características divinas han creado un enorme cúmulo de problemas ya que, a cualquiera con un mínimo de comprensión lectora le resulta evidente que en su libro sagrado ese dios manifiesta frecuentemente una crueldad espantosa. Incluso haciendo abstracción de ese libro, la existencia de víctimas inocentes en desastres naturales es incompatible con la bondad y omnisciencia de su dios. En algunas discusiones con fundamentalistas bíblicos yo les ponía el ejemplo siguiente: estoy observando a un niño jugar y me doy cuenta de que un camión está dando marcha atrás y va a aplastarlo; si yo puedo retirar al niño de ese lugar pero me quedo mirando como muere sin hacer nada, la mayoría de la gente dirá que soy un malvado. Curiosamente, esa es la conducta del dios cristiano: jamás interviene, pudiendo hacerlo, para salvar a alguien obviamente inocente, de una desgracia. Por ese motivo, la existencia de un dios con las características del cristiano es imposible, se da de bruces con la evidencia de la realidad.

Finalizando
Verán que no me he puesto a discutir sobre lo positivo o negativo de las religiones ya que el objetivo del post es simplemente contarles el punto de vista sobre los dioses, punto de vista extrapolable a todo el cortejo de seres sobrenaturales que suelen acompañarlos en la mayoría de las religiones. Lo que sí me gustaría destacar es que todos los creyentes de las religiones monoteístas niegan los dioses de los demás. Son ateos para todos los dioses menos uno que, casualmente, suele coincidir con el de la religión que le inculcaron de niño. Dada la diversidad de dioses en los que la humanidad cree, se me hace especialmente llamativo que cada cual vea tan evidente la falsedad de los ajenos como la realidad del propio.

01 febrero 2011

Pioneros a la fuerza (un quincuagésimo aniversario)

Hoy se cumplen 50 años desde que el primer astronauta estadounidense, que en realidad era africano, hizo el primer vuelo suborbital, antesala de todo lo que vino después. Les traigo la historia que escribí hace cuatro años (como pasa el tiempo, joé).

Los pioneros tienen mucho mérito, suelen ser arriesgados, voluntariosos, imaginativos... Pero a veces se prefiere, como se dice por aquí, hacer los experimentos con gaseosa. O con gente que no tenga sindicato.
Recuerden que el primer astronauta fue Yuri Gagarin y que su vuelo fue el 12 de abril de 1961 a bordo del Vostok I. Gagarin tuvo el placer de ser el primer ser humano que nos vió desde algo más de 300 km de altura aunque por poco tiempo: la misión duró apenas una hora y media. Dió una sola vuelta a la Tierra en una órbita similar a la de la actual Estación Internacional, bastante más baja que los satélites de observación Landsat, Terra o QuikScat, mucho más baja que la constelación GPS y apenas un saltito comparado con los satélites geoestacionarios como el Meteosat.
Los estadounidenses perdían la carrera espacial pero por menos de un mes: Alan B. Shepard voló el 5 de mayo de 1961 a bordo de la Freedom 7, dentro del proyecto Mercury. Shepard no orbitó la Tierra sino que hizo un vuelo de 15 minutos en el que llegó a algo más de 200 km de altitud. Ambos vuelos fueron un éxito y sus protagonistas pudieron contarlo.
Pero aunque nadie les negará la categoría de pioneros, ni Gagarin ni Shepard fueron los primeros en la URSS ni en los EEUU.
El primer ser vivo de cierta inteligencia que orbitó la Tierra se llamaba Laika y lo hizo a bordo del Sputnik II el 3 de noviembre de 1957, cuatro años antes que Gagarin y sólo un mes después del lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik I. Laika demostró que un ser vivo puede seguir estándolo, al menos un tiempo, allá arriba: fue introducida en una especie de tambor de lavadora y orbitó la Tierra 2570 veces hasta que en abril de 1958 entró en la atmósfera y se destruyó. Laika no duró tanto ya que murió a los cuatro días de un vuelo en el que "no estaba prevista" su recuperación y vuelta a la Tierra.
Por la otra parte, el primer "estadounidense" era africano y se llamaba Ham. Ham voló el 31 de enero de 1961 a bordo de la MR-2 durante unos minutos en una trayectoria suborbital que le llevó a 280 km de altitud. Tuvo más suerte que Laika porque amerizó en el Océano Atlántico en perfecto estado de salud. Como los veteranos de las legiones romanas, se retiró después de su misión y vivió 17 años más en el parque zoológico del Smithsonian en Washington y en el de Carolina del Norte.

Ham
Laika, Gagarin, Ham y Shepard ya están muertos. Laika no volvió de su aventura, Gagarin murió en un accidente de avión (un MIG-15) a los 38 años, Ham de muerte natural a los 27 y Shepard de leucemia a los 75 años.
Luego vinieron muchos nombres más y temo que casi todos están olvidados a pesar del poco tiempo transcurrido. Los del programa Mercury son: Virgil I. Grissom, John H. Glenn, Scott M. Carpenter, Walter M. Schirra y L. Gordon Cooper. Los protagonistas soviéticos en el programa Vostok, aparte de Gagarin, fueron Vladimir Georgievich Titov, Andriyan Nikolaev, Pavel Popovich, Valeriy Bykovskiy y Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio. Me gusta escribir sus nombres ya que el tiempo es injusto con su recuerdo.

31 enero 2011

Querido doctorando...

Doctorandos y doctorandas, el gobierno de España se ha dado cuenta de que sois unos vagos y vagas (corrección lingüística ante todo).
¿Cuatro años para hacer una tesis? Que te lo has creído. Hasta ahora las becas-contrato eran así, cuatro años. A partir de ahora no se sabe porque que sus ilustres señorías han llegado a la conclusión que con tres años vas que chutas y si te pasas es que no das la talla.
También se han dado cuenta de que las universidades no son el sitio adecuado para hacer esta nueva variante de tesis exprés (bailad, bailad, malditos) por lo que se ha sacado de la manga algo llamado "escuelas de doctorado". ¿Qué son esas "escuelas"? Uhmm, nadie lo sabe aún pero sospecho que se trata de una de esas medidas que nuestro gobierno toma para resolver problemas inexistentes.
Ahora bien, no te mosquees que todo es por tu bien, para hacerte "más competitivo". Ellos dicen que la nueva norma ofrece una "profunda y ambiciosa remodelación" con los fines, entre otros, de reforzar la formación en I+D+I, de dinamizar la economía y crear empleo. Yo no veo la relación pero claro, solo soy un limitado doctor en biología sin experiencia en política, sólo director de 7 tesis doctorales en los últimos 10 años. Dado que el gobierno tiene un montón de doctores entre sus miembros actuales: Rubalcaba (Química), Caamaño, Chacón y Chaves (Derecho), Gabilondo (Filosofía), Sebastián (Economía), Garmendia (Biología), la pregunta es ¿cuánto tiempo tardaron ellos en hacer sus tesis doctorales?  
Cinco reformas en cinco años son una pista de que no se tiene mucha idea de cual es la meta ni el camino hacia ella. Ahora bien, tú tendrás que correr y mucho porque defender una tesis en 36 meses (no hacerla solamente) supone depositarla unos tres meses antes.
Y por lo visto, para velar por la calidad de dichas tesis se crean esas "escuelas de doctorado", nuevas "comisiones académicas", una "supervisión compartida del progreso de los doctorandos"... . Más complejidad, más papeleo, más basura burocrática. 
¿Cuáles son los motivos profundos de todo esto? ¿Dónde estuvo el debate previo? ¿Qué pasará con los que no lleguen a tiempo? Pues miren, yo como ustedes: ni puta idea, pero con un rebote de mil diablos.
Eso sí, se aprobará por decreto que las Drosophila se reproduzcan el doble de rápido, no sea que tu tesis de genética se quede coja por un quítame allá unas generaciones. También los que estudien ciclos anuales de cualquier cosa lo harán con uno solo. Y tú, que querías hacer una tesis por publicaciones vete olvidándote porque las revistas internacionales no entienden a nuestro preclaro gobierno.

Pues muy rápido ¿cómo si no?
El texto aprobado ayer en Consejo de Ministros no está disponible, sólo hay un comentario aquí.

P.S.: leo que en la Universidad Autónoma de Madrid que el tiempo entre la inscripción de las tesis doctorales y la fecha de defensa ante el tribunal está entre los cuatro y los cinco años. Putos vagos... os vais a enterar.

30 enero 2011

Foto filatélica: entre el arte del sello y la fotografía forense

Construir un archivo digital de colecciones de sellos es entrar en un mundo algo diferente al de la fotografía convencional ya que los objetivos son distintos. No se trata aquí de deslumbrar con una roja luz de atardecer o con una composición imaginativa sino todo lo contrario. Como en la fotografía forense se trata de ser fiel al original tanto en sus formas como en sus colores, es decir, crear algo lo más parecido posible a una réplica digital.
El caso de la filatelia es especial para mí ya que heredé una amplia colección de sellos, en su inmensa mayoría nuevos, y que creo que cubre completamente el panorama filatélico español durante las últimas tres o cuatro décadas del siglo pasado. En parte por ser un recuerdo familiar, en parte porque la cabra tira al monte, me apetecía hacer algún ensayo de digitalización fotográfica con vistas a un potencial archivo. Además se dio la circunstancia de que no encontré nada significativo de este tema en internet, algo raro a estas alturas de la historia.
Hoy les voy a contar algo de la técnica que he ensayado para hacer fotos de este tipo. Les adelanto que todo está hecho con material casero y que hay algunos problemas pendientes, aunque creo que sé como solucionarlos. Comencemos poniendo un ejemplo:

Hispano Suiza de 1915 en un sello de 1977, año en el que se publicó una pequeña colección de automóviles de época españoles con 4 sellos diferentes (pulsar encima para ampliar).
Y ahora veamos el montaje para hacer las fotos:
Equipamiento casero para hacer fotos de sellos.
En el medio tienen el trípode y la cámara con un objetivo macro (Tamron 18-200). La verticalidad de la toma está ajustada a ojo, un punto que habría que mejorar si la cosa va en serio. La "pantalla" de cajas de papel Epson que hay detrás tiene como función tapar la luz de la ventana que entra por la cortina. No era mucha a esas horas pero añadía un tono rojizo indeseable.
La luz viene de dos flashes: el pequeño de la cámara y el que ven a la izquierda sobre la mesa, que tiene acoplado un difusor hecho con una botella de champú recortada, algo no muy profesional pero sí muy barato. El flash de la cámara ha sufrido un "tuneo" similar, en este caso con un frasquito de plástico más pequeño.
Les he dicho que hay que cuidar el color y eso se consigue poniendo los sellos sobre una base gris (RGB=127,127,127). Esta base servirá más tarde par hacer el ajuste de blancos en el ordenador y de paso no molesta a la hora de medir la luz ya que es el gris para el cual parece ser que se calibran los fotómetros.
Aunque la medida de la luz se hace supuestamente en automático tenemos el problema de que la intensidad de los flashes se reduce debido al invento del champú que hemos puesto como difusor. Consecuentemente haremos unas cuantas fotos al fondo gris hasta dar con la corrección adecuada, +2 EV en este caso. El flash que está sobre la mesa se dispara con una célula fotoeléctrica cuando lo hace el de la cámara. No hay automatismos ya que es un viejo Minolta que no se entiende con la Nikon, luz de relleno que hay que ajustarse a pedal. Cuando sea mayor y me toque la lotería igual uso flashes Nikon de verdad pero por ahora eso tendrá que esperar.
Verán a la derecha un ordenador portátil que está conectado mediante un cable USB a la cámara. Resulta que rebuscando por la red encontré un par de programas que sirven para manejar la cámara desde el ordenador. Aunque no es estrictamente necesario, la enorme ventaja es ver las fotos en grande de forma inmediata y manejar bastantes de los parámetros de la cámara desde el teclado. Ver las fotos nos permite evaluar la luz y el enfoque con mucha más precisión que por el visor (y con mucha más comodidad). El programa que estoy usando es NKRemote de Breeze Systems en su versión de evaluación (15 días). Hay algún otro incluso gratuito pero no funciona con tomas en RAW.
Finalmente sólo queda enfocar y disparar cuidando que el sello esté bien alineado con los bordes de la toma para no tener que rotarlo luego. NKRemote nos permite hacer tomas de prueba y tomas definitivas de manera que solo estas últimas se transfieren al ordenador aunque todas quedan grabadas en la tarjeta de la cámara.
Tras la foto viene la segunda parte: el "revelado" digital. En este caso la única operación es intentar que los blancos sean realmente blancos. Si el fondo del sello se ha conservado blanco podremos usarlo como referencia. En caso contrario (sellos con fondo coloreado o deteriorados) usaremos el gris base para el mismo objetivo asegurándonos así de que los colores son fieles.

Cosas a solucionar o mejorar: 1) fondo gris de verdad, no lo que salga de la primera impresora que tengas a mano (en mi caso el "gris" salió azuloso); 2) eliminar el flash de la cámara por su tendencia a generar brillos en los sellos (no tenía otro, qué le vamos a hacer), lo mejor sería un flash a cada lado con difusor; 3) usar un objetivo de buena calidad y 4) conseguir botes de champú realmente blancos :-)
¿Se les ocurre algo más para un montaje casero?
Para terminar les pongo abajo los tres sellos restantes de la colección "automóviles españoles de época" de 1977. Es bueno saber que los sellos no son necesariamente impresiones de alta calidad y cuando no se consigue una nitidez presentable hay que examinarlos para ver si cosa de un mal enfoque, de un mal objetivo o tal vez de una impresión deficiente.

La Cuadra de 1900 en un sello de 1977.
Abadal de 1914 en un sello de 1977.
Elizalde de 1915 en un sello de 1977.
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