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08 marzo 2011

Disponible el libro sobre impacto del cambio climático en la flora española

Pueden descargarlo aquí (OECC) o alternativamente aquí (UEX). Es un PDF de 35 MB.
Y, ya puestos, he encontrado este sobre Centroamérica (PDF, 7 MB) hecho con métodos bastante diferentes pero igualmente interesante.

04 marzo 2011

Presentamos los libros sobre cambio climático y biodiversidad en España

El próximo día 8 de marzo, martes de carnaval (es casualidad, supongo), presentaremos dos libros sobre la potencial influencia del cambio climático en la biodiversidad española. El primero lo hemos hecho en mi Grupo de investigación y va de flora, el segundo en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y va de fauna.
Los libros son el resultado de un proyecto que nos ha ocupado los últimos tres años y que ya os comenté en este blog en algunas entradas. La presentación será en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid, a las 11 h. Aunque supongo que se han mandado invitaciones a la prensa por parte del Ministerio, la entrada es libre y, por mi parte, quedais invitados si no teneis mejor cosa que hacer.

Portada del libro de flora
El libro se editará en formato árbol muerto en un futuro aún sin definir pero estará también disponible en PDF en cuanto me den autorización para difundirlo. Mientras tanto, una información equivalente, en algunos casos más completa pero con alguna errata de más, está ya en el wiki del proyecto.
Y, a falta de paciencia o tiempo, he preparado un colorista resumen en 6 páginas que se puede descargar aquí (3 Mb).

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11 diciembre 2010

Engaños y ocultamientos

Hay un blog llamado CO2 del que es autor Antón Uriarte y en el que todos los posts están dedicados a desacreditar la hipótesis del cambio climático, a veces zurrándole a la propia realidad del cambio, a veces solamente al origen antrópico del mismo. Eso está bien ya que es interesante que haya aportaciones de todos los lados del debate. El problema viene cuando la información que se presenta parece haber sido elegida deliberadamente para que confirme lo que al autor le interesa, ocultando otra que no es tan favorable.
Recientemente se han publicado en CO2 dos breves posts para mostrar: a) que los inviernos actuales en España no son más cálidos que en décadas pasadas y b) que las lluvias en el Sahel son hoy más abundantes que en décadas pasadas. Ninguna de ambas afirmaciones es necesariamente sorprendente pero hay que reconocer que son de difícil digestión  para los que apoyan que el cambio climático está sucediendo ya y que se está reflejando en un calentamiento generalizado en la Península Ibérica. Pero ¿es correcto ese dato? Como no tengo mucho tiempo, hoy voy a comentarles solamente el primer caso. Dice don Antón:
Desde hace 40 años la temperatura media de los inviernos en España (Diciembre-Enero-Febrero) no muestra ninguna tendencia, a pesar de que la concentración de CO2 haya pasado globalmente de unas 320 ppm a unas 390 ppm (partes por millón).
Para avalar la afirmación muestra una figura y enlaza a un informe de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología). La figura es:
Temperaturas medias del invierno en España desde 1971 hasta 2009.
donde se ve, en efecto, que la temperatura media desde 1971 hasta el 2009 oscila entre los 6 y los 10 ºC sin una aparente tendencia.
Estos datos me interesaron y dado que se trataba del informe de sólo una estación busqué por si encontraba los de las otras tres. El resultado es que están disponibles los de primavera y los de verano ya que el otoño de 2010 aún no ha terminado. Hay informes de años anteriores pero no tienen un gráfico equivalente al de arriba (pueden localizarlos todos aquí).
¿Por qué don Antón no nos puso en su post los gráficos de primavera y de verano? ¿Por qué puso el enlace solamente al PDF del invierno y no a la página donde están todos los informes?
A lo mejor eran redundantes y bastaba con el del invierno, quién sabe. Yo sí voy a traerles toda la información, a ver si notan algo:
Temperaturas medias de primavera en España desde 1971 hasta 2009.

Temperaturas medias de verano en España desde 1971 hasta 2009
Aunque los gráficos no son muy afortunados (escalas diferentes, origen en cero grados...), da la sensación de que en estos dos casos sí hay una tendencia a la subida, más clara en primavera que en verano. Como reconozco que evaluarlo así, a ojo, no es un método objetivo, me han pasado (gracias R) los gráficos a cifras con lo que obtenemos lo siguiente (b es la pendiente de la recta de regresión y P es la significación estadística de esa pendiente):
  • invierno: b = 0,014; P = 0,270
  • primavera: b = 0,069; P < 0,001
  • verano: b = 0,069; P < 0,001
Es decir, que don Antón tiene razón cuando dice que no hay tendencia en las temperaturas medias de los inviernos pero nos ocultó los dos informes de primavera y verano donde dicha tendencia es creciente y estadísticamente muy significativa ¿vale engañar?
Finalmente, tampoco suponía un gasto excesivo ponernos un resumen anual, en vez de estacional. En este caso, el informe nos muestra una figura con las desviaciones desde 1961 respecto al periodo de referencia 1971-2000, a saber:
Desviaciones de la temperatura media anual respecto a la media de 1971-2000.
Está claro ¿verdad? Independientemente de la escala del eje vertical, que podemos exagerar para hacer más o menos espectaculares los cambios, la relación es visible, permítanme que no haga números aquí. ¿Es algo coyuntural o es un reflejo del cambio climático? No lo sé pero sí recuerdo que ocultar la información que no nos conviene es uno de los tipos de fraude científico que les comenté unos días atrás en los posts dedicados a ese tema aquí y aquí.

Nota: las temperaturas medias no son un buen indicador de casi nada y cuando se trata conjuntamente un país como el nuestro, extenso y con zonas climáticamente muy diferentes, aún menos. Los análisis de cambio climático deben hacerse teniendo en cuenta el espacio, ya que las variaciones no son iguales en todas las zonas. Asimismo, en mi opinión, es preferible trabajar con las temperaturas mínimas y máximas por separado ya que son las que realmente se miden en muchas estaciones. Las temperaturas medias no suelen ser realmente medias sino una media entre máximas y mínimas, que no es lo mismo.

29 marzo 2010

Subida del nivel del mar, creer o no creer no es la cuestión

Creer o no creer ni siquiera es la cuestión en algunos aspectos relativos al cambio climático. La cuestión es no dar gato por liebre o, a veces, no extrapolar abusivamente. Les pongo dos ejemplos. El primero lo comenté hace un tiempo, cuando a alguien se le ocurrió decir que los largos ciclos del glaciar Perito Moreno reflejaban los efectos del cambio climático, algo que ratificaba que el mencionado glaciar nunca había roto en verano. Bastaba con revisar la información existente para ver que esa afirmación no se sustentaba en los datos.

El segundo ha salido en los diarios repetidas veces esta temporada: la subida del mar ha sido la causa de la desaparición de una isla entre India y Bangladesh. La citada isla medía unos 7 km2 y aparece en la Wikipedia con una entrada donde se comenta la disputa territorial entre los dos países vecinos por su soberanía. South Talpatti, que así se llamaba, apenas levantaba levantaba dos metros por encima de la superficie del mar y siempre estuvo deshabitada.

El problema es que su desaparición ha sido atribuída a una elevación del nivel del mar por (parece ser) un académico: el oceanógrafo Sugata Hazra de la School of Oceanographic Studies (Universidad de Jadavpur, Calcuta). Como esto ya lo han comentado en Cuanta ciencia, aportaré algo de valor añadido.

Ante la noticia caben las dos opciones de siempre: 1) aceptar la afirmación sin cuestionar su aparente improbabilidad y 2) pararse un momento a pensar y buscar información, algo siempre recomendable. La pregunta básica es ¿realmente ha subido el mar los 2 m necesarios para ocultar la isla? Y, en caso negativo, la siguiente sería ¿hay datos que nos digan con una fiabilidad razonable si el nivel del mar ha cambiado y cuánto en las últimas décadas?

Inicialmente, la subida de 2 m podría descartarse porque sus efectos globales hubieran sido evidentes y eso no ha ocurrido. Por si quieren jugar un poco con lo que pasaría si el nivel del mar subiera o bajara, pueden probar con esta aplicación.

Como en el caso del glaciar Perito Moreno, basta con buscar un poco para empezar a obtener información: resulta que para medir la "topografía" de la superficie del mar existe un satélite llamado OSTM/Jason-2. No es de los que sale en las noticias pero lleva dos años dando vueltas allá arriba, a 1330 km de altura. Jason-2 no ha sido el único: antes estuvo Jason-1, lanzado en el 2001, y antes aún la misión TOPEX/Poseidon, lanzada nada menos que en 1992. Es decir, llevamos 18 años de observaciones altimétricas de la superficie del mar.

La medida de ese nivel no es simple porque la topografía marina es irregular y depende de factores como la gravedad y la temperatura del agua, todo ello en un constante dinamismo reflejado en las corrientes marinas, tanto superficiales como profundas. La superficie media es, por tanto, el resultado procesar de miles de medidas de cada lugar.

Los resultados actuales, acabemos ya, son que el nivel medio del mar en la Tierra ha aumentado entre 1993 y 2008 unos 4,5 cm lo que supone unos 3 mm/año. Esos centímetros no están, sin embargo, uniformemente presentes en todo el planeta sino que existen lugares donde se ha subido más y otros donde el nivel ha descendido. La figura de abajo lo refleja con claridad.

Cambio en el nivel mediio del mar entre 1993 y 2008 según los altímetros portados por satélites. Las zonas amarillas y rojas suponen elevación del nivel y las verdes y azules descenso. En las zonas blancas no hay datos suficientes (fuente).

Mi impresión es que estos datos están demasiado cerca de no ser detectables por lo que aún no es razonable afirmar nada con seguridad: la precisión de los altímetros de los satélites es baja respecto a lo que se pretende medir (ver más abajo) y los datos deben ser "cocinados" intensamente y corregidos debido a múltiples fuentes de incertidumbre, desde las olas hasta las mareas. Los incrementos estimados en diversos trabajos aún no muestran solidez ya que oscilan entre los -2,3 mm/año y los +3,1 mm/año con intervalos de confianza de ±1,2 mm/año más o menos (ver aquí). A mí, personalmente, no me satisfacen este tipo de resultados ni me dan seguridad. Para que vean de qué hablamos les doy los datos de la precisión de los altímetros: Topex/Poseidon (4,2 cm), Jason-1 (3,3 cm), OSTM/Jason-2 (3,3 cm). Complicado ¿verdad?

La conclusión respecto a la isla es que hacer responsable de su desaparición al incremento del nivel de mar no es coherente con los datos objetivos. Tal vez dentro de un tiempo pero no hoy.

30 septiembre 2009

Cambio global: intenciones y contradicciones

Aventuraba yo el otro día hablando del desarrollo y de la "sostenibilidad" que anunciar medidas a medio y largo plazo está bien pero no cuando, a) se usan como coartada para no poner en práctica otras medidas evidentes y de urgencia inmediata y/o b) en realidad no se piensa en llevarlas a la práctica cuando llegue el momento. M. A. Sabadell abundó en este asunto en su blog en Público hace unos meses.

La cosa venía a cuento de que, como ya les conté alguna vez, estamos finalizando un proyecto donde intentamos evaluar los potenciales efectos que algunos escenarios de cambio climático tendrían sobre la vegetación peninsular. No puedo aún darles detalles pero la cosa pinta de regular a mal. Y claro, en las reuniones ya se empieza a plantear la discusión: ¿qué se puede hacer para reducir ese posible daño?

La pregunta es un arma de doble filo: por un lado se reconoce la necesidad de hacer algo pero, por otra, se reconoce el fracaso de no haber hecho nada en el pasado. Por ese motivo, y aunque las discusiones tienen su interés, creo poco en las medidas que podemos recomendar tomar. La causa es mi impresión de que muchas medidas de protección del medio natural son esencialmente lo que dije antes: coartadas. Me explico con un ejemplo conocido: España firma en 1990 el compromiso de que en el año 2014 sus emisiones de CO2 no se incrementarían más allá del 15%. A 5 años de esa fecha nuestras emisiones ya han aumentado casi el triple. ¿Cuál es el motivo? Pues fácil: después de firmar no se ha hecho gran cosa para controlar esas emisiones. Eso sí, la firma se presentó como un éxito, un gran detalle de solidaridad mundial y de buen rollo ambiental. ¿Qué se va a hacer cuando llegue la fecha y se haga patente el flagrante incumplimiento? Con mis poderes paranormales predigo que se firmará otro acuerdo, tal vez más ambicioso (total, qué más da) pero con fecha del 2025 o 2050. Y con este pasará, muy probablemente, lo mismo que con el anterior.

Parece común en estos tiempos la sensación de que firmar un acuerdo es suficiente para conseguir la meta. O de que anunciar que algo se va a hacer es equivalente a haberlo hecho. Parece tan común como la desidia para tomar medidas inmediatas ante los daños reales que estamos, ahora, viendo crecer ante nuestros ojos.

En el caso de nuestro proyecto de vulnerabilidad de la vegetación nos encontramos con una paradoja (parajoda diría alguno) que afecta tanto a los bosques como a las especies singulares. Ambos grupos lo van a pasar mal y probablemente algunas especies desaparezcan definitivamente si se confirma alguno de los escenarios analizados. Pero su problema principal no es el cambio climático, nunca lo ha sido. Su problema viene de nuestra actuación pasada y actual. Varios bosques pueden verse reducidos drásticamente pero esto es una consecuencia sobrevenida sobre la realidad de que ya los tenemos en una situación crítica: fragmentados y limitados a unas extensiones ridículas respecto a su área potencial. Del mismo modo, muchas especies que actualmente están en las “listas rojas” o equivalentes, lo están debido como causa primaria a la reducción o degradación de su hábitat no porque hayan subido las temperaturas de febrero o bajado las lluvias de abril.

Temperatura media de las máximas anual en el periodo 1961-1990; los datos de las estaciones provienen de la AEMET, su tratamiento, organización y proceso posterior (interpolación y gradientes antitudinales) es nuestro.

Otro día me desahogo y les cuento algunas medidas obvias que hay que tomar, a ver si están de acuerdo conmigo. Mientras tanto les diré que la semana pasada estuve en La Casa Encendida en Madrid, reunido con otros "agentes" de la compleja cadena que analiza y propone cosas respecto al llamado "cambio global". Analiza y propone pero no dispone. Allá estábamos un par de universitarios, algunas organizaciones ecologistas, otras ONG no directamente ecologistas, sindicatos del campo, seguros, algún medio de comunicación y varios técnicos del Ministerio y de las Comunidades Autónomas. Por la mañana nos dedicamos en privado a hablar de los problemas y retos, también de las soluciones. Por la tarde hubo una mesa redonda pública en el auditorio.

Mis sensaciones son encontradas. Por un lado es necesario hacer estas reuniones, por otro nunca sale nada nuevo de ellas. Lo que sí me quedó claro fueron dos cosas, una buena y otra mala. La buena es que el personal técnico, funcionario o contratado, es generalmente estusiasta y se molesta en hacer bien su trabajo. La mala es que en el piso de arriba, los políticos de ir y venir cada cuatro años, no les hacen ni puñetero caso. Los tienen porque mola en estos tiempos pero no se creen nada ni están dispuestos a mojarse lo más mínimo. Finalmente, la repetición de ese patrón de exigencia y frustración tiene efectos demoledores en los técnicos. La muestra de ese divorcio, el más importante de toda la cadena de decisión, es que los políticos no están nunca en las discusiones, eso lo dejan a los técnicos que, lógicamente, no tienen responsabilidad en las decisiones finales, en la acción o la inacción.

Por lo tanto, las medidas que propondremos serán probablemente brindis al sol porque suponen decisiones serias y con efectos a medio y largo plazo. Para un político medio esto carece de interés: muchos no creen que haya que hacer nada (primera dificultad) pero aunque eso no se de, las decisiones son complicadas y van contra la corriente: mucha mejor gestión del suelo, mucha menos contaminación, mucho mejor control en la explotación del agua, muchos más medios contra los incendios, promoción real y decidida del transporte público... todo ello aderezado con honradez en la gestión urbanística, sensibilidad ambiental y mucho sentido común. Nada interesante a cuatro años vista.

Les dejo con un par de mapas, el de arriba y el de abajo. Tenemos muchos más, a cientos, resultado de modelizaciones donde trabajamos con tres modelos, dos escenarios (A2 y B2) y tres horizontes temporales. Como ya se han expueto en público creo que puedo ponerlos aquí para ir abriendo boca y contarles más adelante los detalles de la cuestión, lo que hemos hecho y lo bueno y lo malo del proyecto, que de todo hay, claro.

Temperatura media de las máximas anual prevista en el periodo 1971-2100 de acuerdo con el modelo CGCM2 y el escenario A2. La escala de colores es la misma que en la figura de arriba. La temperatura media se incrementa 4.6 ºC.

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