Una de las novedades paleontológicas más interesantes de los últimos años ha sido, al menos para mí, la confirmación de que muchos dinosaurios tenían plumas, incluidos algunos raptores (recuerden Parque Jurásico). Son plumas de tipo diverso, desde "protoplumas" filamentosas, no ramificadas, hasta plumas complejas muy similares a las de las aves actuales.
Los primeros con protoplumas fueron descritos en 1996 (
Sinosauropteryx prima) y desde entonces no han parado de aparecer, incluyendo algunos grupos de dinosaurios lejanos a las aves. Para el que quiera saber más de esto le recomiendo el estupendo blog del
Paleofreak (busca por "plumas" y aparece una buena cantidad de material). La novedad en las últimas semanas ha sido que se ha podido deducir el color de algunos de ellos. ¿Cómo es posible esto si no queda resto alguno de pigmento en la fosilización?
La palabra clave es "melanosoma", un orgánulo celular que contiene melanina, el pigmento más común en la piel, pelo y ojos de los animales. Resulta que en condiciones muy favorables de fosilización la estructura de los melanosomas de los dinosaurios se puede conservar lo suficientemente bien como para ser analizada mediante el microscopio electrónico. Dado que los melanosomas están presentes en las plumas de las aves actuales y que su estructura varía con el color que representan, cabe compararlos morfológicamente y deducir el aspecto de los dinos de hace más de 100 millones de años.
Este descubrimiento se debió a la perspicacia de
Jakob Vinther, que se dió cuenta que las estructuras que se observaban no eran bacterias, como se había propuesto hasta ese momento, sino otra cosa muy diferente. Vinther aplicó su intuición a plumas fósiles no "dinosáuricas" en un trabajo del año 2008 titulado
The colour of fossil feathers (acceso libre) al que no se le dió la debida publicidad. Los posteriores trabajos pudieron hacerse gracias a las excepcionales condiciones de conservación de algunos yacimientos como los de
Liaoning, donde se han descubierto cientos de fósiles de todo tipo, muchos de ellos de dinosaurios más o menos emplumados.
Los primeros resultados se publicaron en
Nature hace 10 días con el título
Fossilized melanosomes and the colour of Cretaceous dinosaurs and birds. Los autores concluyeron que la cola del pequeño dinosaurio
Sinosauropteryx estaba coloreada en tonos blancos y castaños, más o menos así (de lo que no es cola, ni se sabe):
Las últimas noticias, de hace solo tres días, se refieren a
Anchiornis huxleyi y se publicaron bajo el título
Plumage Color Patterns of an Extinct Dinosaur. En este caso, aunque el equipo es amplio, incluido Vinther, la principal artífice parece haber sido la paleontóloga
Julia Clarke, una profesora de la Universidad de Texas, que "mapeó" los colores y su distribución en el dino completo, de cabeza a cola. Esta especie era del tamaño de una gallina y vivió hace unos 155 millones de años. La recreación artística es así:
En resumen, algunos colores de los dinosaurios pueden, con suerte y bastante trabajo, deducirse de la morfología de los melanosomas que se han conservado en casos especialmente favorables de fosilización. Los melanosomas sólo aparecen en plumas o en protoplumas por lo que el aspecto de los dinosaurios implumes seguirá siendo desconocido. Los melanosomas descubiertos muestran tonos de blanco a negro y rojizo exclusivamente. Creo que no pueden presentar más colores que estas gamas de grises y amarillos a naranja-rojizo. Para encontrar azules, verdes o colores debidos a otros posibles pigmentos habrá que desarrollar métodos diferentes si ello fuera posible.
Personalmente creo que es mucho más importante haber confirmado la existencia de plumas con varias formas de transición en su complejidad que poder decodificar los colores pero hay que reconocer que esto último nos acerca mucho más a los míticos bichos, es como iluminar una escena que hasta ahora estaba sólo en penumbra.