10 julio 2008

El Perito Moreno y el cambio climático

Leo en Informativos Telecinco:
El glaciar Perito Moreno, en el sur de Argentina, ha empezado un proceso de ruptura inusual en pleno invierno austral. Esto es algo que no ocurría desde el año 1917. Lo habitual es que el glaciar comience su deshielo durante el verano. El hecho de que ocurra en pleno invierno parece una señal más del cambio climático que está sufriendo la Tierra.
Lo cual son sólo verdades a medias aparte de alguna inexactitud. Es cierto que es inusual (aunque faltan datos importantes), es falso que no ocurra desde 1917. Es insostenible que es ruptura invernal sea achacable con claridad a ningún cambio climático. Aparte de esto, el fenómeno merece la pena, veamos de qué va la cosa y qué datos hay:

La imagen que ven abajo es la del famoso glaciar, que desciende desde los hielos andinos (Campo de Hielo Sur) hasta el Lago Argentino, en la Patagonia. La gran lengua helada llega desde el Oeste y acaba cruzando el Brazo Sur del lago hasta chocar con la orilla Este (foto panorámica). El hielo, de unos 60 m de altura y de 3 a 5 km de frente forma un dique que divide el lago en dos partes. De vez en cuando, grandes bloques se desprenden del frente y caen sobre el lago. Pero este no es el único espectáculo que el Perito Moreno nos ofrece.

Imagen tomada de Google Earth

El sistema es inestable ya que, al quedar represado por la lengua glaciar, el nivel en la parte Sur, la más alejada de la desembocadura del lago, sube poco a poco debido a los aportes de agua. La presión creciente sobre el hielo crea un gran túnel de desagüe y el ciclo finaliza con el colapso de su bóveda, un magnífico espectáculo que pueden ver en el video. No se pierdan el final, a partir de los 2'15". Si lo anterior no funciona, pueden usar este enlace.

Estuve allá, hace unos años, en un día gélido que le iba muy bien al paisaje. La ladera de enfrente está cubierta por bosques de haya antártica (Nothofagus) que contrastan con el irreal blanco azulado del hielo. Gente del lugar (de El Calafate en realidad) me comentó que estaban preocupados porque el fenómeno era antes regular y que ya se estaba retrasando mucho. Tendrían que esperar hasta marzo del año 2004 para ver otra ruptura. Habían pasado 16 años desde la anterior, en febrero de 1988. Sin embargo, el siguiente ciclo fue rápido: en marzo del 2006 volvió a romperse. Y en julio de 2008, ayer, fue la siguiente ocasión.

La percepción de regularidad es falsa como puede verse a continuación en las fechas de las rupturas con mes/año allá donde se sabe (o donde he encontrado datos). Las rupturas en el invierno austral están en azul y en granate las del verano; en cursiva donde no he encontrado datos:

  • son las siguientes: 1917, 1935, 2/1940, primavera/1947, 3/1952, 3/1953, 9/1954, 10/1956, 3/1960*, 2/1963, 2/1966*, 1970, 1972, 1975, 1977, 1980, 1984, 2/1988, 3/2004, 3/2006, 7/2008. Los asteriscos significan dos rupturas ese año (datos de aquí). La figura de abajo lo representa gráficamente salvo los dos últimos años (de Stuefer et al., 2007).
  • los intervalos en años son, aproximadamente: 18, 5, 7, 5, 1, 1, 2, 4, 3, 3, 4, 2, 3, 2, 3, 4, 4, 16, 2, 2.

Aunque, en efecto, las rupturas suelen producirse a finales del verano, en 1954 se produjo una en invierno y la de dos años después en el primer mes de primavera. No he encontrado información sobre el mes de ruptura de 9 años: 1917, 1935, 1970, 1972, 1975, 1977, 1980, 1984 por lo que no sabemos si hubo algún otro evento invernal o no. En cualquier caso, las relaciones con el cambio climático son temerarias y con esta serie de datos carecen de sentido. He comentado en este blog que hay muchos otros glaciares que están retrocediendo en las últimas décadas así como algún otro trabajo relevante, es innecesario acudir a este estandarte.

La referencia del trabajo mencionado:
Martin Stuefer, Helmut Rott, Pedro Skvarca, 2007, Glaciar Perito Moreno, Patagonia: climate sensitivities and glacier characteristics preceding the 2003/04 and 2005/06 damming events, Journal of Glaciology, 53: 3-16.

Del diario personal:
Llegamos al aeropuerto de Río Gallegos desde Buenos Aires. La empresa de acercarnos a El Calafate parecía ardua ya que sólo nos ofrecían un autobús para recorrer los más de 300 km que lo separaba de Río Gallegos. La carretera empezaba a pavimentarse ese año por lo hacerse todo ese camino de ripio y llegar de madrugada a nuestro destino no era plato de gusto. Vi a dos tipos vestidos de piloto que se acercaba por el pasillo. Y cuando digo "de piloto" me refiero a que iban con cazadora de cuero marrón, pantalones acolchados y sendos sacos de lona colgados del hombro. Reconozco que suelo tener suerte en la vida y esa vez no fue excepción: me acerqué, les pregunté y me dijeron que salían en media hora para allá y que tenían plazas libres. Fuimos a una pequeña oficina y pagamos algo menos de lo que costaba el viaje por tierra. Al preguntar por el avión nos señalaron una puerta que daba a una trasera de las pistas. Allí estaba: una avioneta DHC-6, roja y gris, de apenas unos 15 m de largo con dos motores de hélice. Dentro había asientos para una decena de personas ya que la parte trasera estaba ocupada por un montón de bultos a los que se unieron nuestros equipajes. Un rótulo bajo las alas explicaba la situación: Fuerza Aérea Argentina. Los dos pilotos iban en una cabina cuya puerta estuvo abierta todo el viaje. Así pudimos ver los Instrumentos analógicos, los controles de los motores que bajaban del techo... una sorpresa. Volamos sobre la Patagonia a unos 2000 m de altura y aterrizamos suavemente en la pista de tierra de El Calafate.
La vuelta fue otro cantar porque una tormenta nos obligó a desviarnos. Todos nos sentíamos bastante mal y un turista francés que iba delente de mí me señaló un instrumento de la cabina. Era el altímetro y marcaba 5500 m. La avioneta no estaba presurizada.

08 julio 2008

El debate de las dos culturas

Carlos Elías dice en El País que “España es un país de letras, dominado por la gente de letras, en el que existe un problema de acoso a la ciencia". Está, por tanto, en la línea de Paul Davies:

"Durante muchos años los científicos fueron ignorados porque no eran escuchados; ahora que comienza a oírseles, se ven pisoteados por una mafia intelectual".

O de Stephen Jay Gould:

"Entre los intelectuales de letras hay algo así como una conspiración para acaparar el panorama intelectual y editorial, cuando de hecho hay un grupo de escritores no novelistas, de formación científica en su mayoría, con multitud de ideas fascinantes sobre lo que la gente desea leer. Y algunos de nosotros escribimos y nos expresamos bastante bien".

Antes de seguir me gustaría comentar que no me gusta esa visión victimista del científico acosado por los intelectuales (entiéndase "de letras"). Veo más incomprensión que acoso. Pero bueno, lean el artículo de don Carlos y luego seguimos. Por el momento vayamos brevemente a los antecedentes del asunto.

El problema de las "dos culturas" es viejo (al menos más que yo): una cultura clásica "de letras" se opone a una "cultura de ciencias" y viceversa. Entre ambos grupos, "intelectuales" y "científicos" se mantiene un abismo de incomprensión, indiferencia y frecuentemente de desprecio. Es habitual referirse a que se considera un inculto al que no sepa las obras de Quevedo o Delibes pero nadie se asombra de quien no sabe qué es un logaritmo o cuál es la velocidad de la luz.

La expresión anterior surgió en el artículo de Charles Percy Snow The Two Cultures en New Statesman (6 de octubre de 1956) aunque su lanzamiento a la fama fue por una conferencia del mismo título en la Universidad de Cambridge. Fue la tarde del 7 de mayo de 1959 y se presentó dentro de las Conferencias Rede. Snow era físico, novelista y alguna cosa más; murió en 1980 pero el debate que suscitó sigue vivo.

El propio Snow propuso unos años más tarde el surgimiento de una "tercera cultura", una especie de alianza donde los dos antiguos bandos hablan y se comunican. Su optimista predicción nunca se produjo pero surgió otra.

A mediados de los 90 apareció el libro de John Brockman "La tercera cultura. Más allá de la revolución científica", una recopilación de artículos publicada en español por Tusquets (Metatemas, 43). Hay una traducción de un artículo de Brockman en BilbaoPundit que debe leerse y que sirve de resumen.

Brockman plantea que el entendimiento entre las dos partes no se ha producido. Como consecuencia, su tercera cultura va por otro lado: los científicos están empezando a comunicarse directamente con la sociedad al ponerse a escribir para todos. Ejemplos como Sagan, Gould, Dennett, Penrose, Dawkins, Asimov... no solucionan el problema original pero contribuyen a alcanzar una meta tal vez más importante: la comprensión pública de la ciencia.

Debo reconocer que mi visión al respecto es contradictoria. Por un lado soy optimista ante la evidencia de que nunca se había hablado y escrito tanto de ciencia. A esto ayuda un nuevo fenómeno: el surgimiento de los blogs científicos, algo que no era previsible hace apenas diez años. Una vía de divulgación cómoda, anárquica, incontrolada e imparable, donde los presuntos acosos no tienen influencia.

También tenemos libros cuyas ventas hace pocos años hubieran sido residuales pero que hoy son relativos éxitos (por poner un ejemplo, el maravilloso Una breve historia de casi todo). Finalmente, cada vez conozco más personas de "letras" que adoptan métodos y prácticas de la ciencia para desarrollar sus disciplinas, desde filólogos hasta geógrafos (sí, la geografía en España ha sido más de letras que de ciencias, cosas que pasan). Noten que esto que he comentado son esfuerzos individuales y fuera de la educación reglada y de los planes de estudios oficiales.

Y por otra parte soy pesimista por la evolución de la cosa a nivel institucional y social.

En primer lugar, la incomunicación de las dos culturas parece haberse extendido incluso dentro de ellas y hoy podríamos tal vez hablar al menos de cuatro: tecnológica, científica, clásica (las "letras") y artística, como compartimentos estancos (anecdóticamente, conozco bien la incomunicación entre tecnólogos y científicos porque la he sufrido personalmente al sacar una plaza en una carrera de ingeniería).

En segundo lugar, no debemos olvidar que los que forman parte de los diversos conjuntos de "intelectuales" (aceptemos el término) son una minoría en la sociedad en general y los que poseen una cultura más allá de su burbuja de especialidad son una pequeña fracción de esa minoría. Lamentablemente, considero probable que su número disminuya aún más en las próximas décadas ya que nuestros planes educativos están obsesionados por el mercado laboral y por las habilidades. Esto lleva a que cada vez se tiene menos conocimiento del entorno y de la historia, menos contexto donde situarnos como personas. Creo que las consecuencias personales y sociales son demoledoras.

Aquí pueden leer las opiniones de unas cuantas personas sobre la tercera cultura. Y para terminar una cita de Snow, posiblemente procedente a pesar del tiempo transcurrido (creo que es de 1959):

[...] no tenemos una sola identidad y nuestra formación y ocupación profesionales no nos definen exhaustivamente. Habitamos identidades superpuestas [..] y ninguna de ellas domina por sí sola todo el tiempo ni determina coherentemente nuestras respuestas. [...] Uno de los riesgos de la vida académica es el modo en que su ethos y su organización nos alientan a exagerar el poder y la importancia de estas afiliaciones disciplinarias en desmedro de otros lazos y lealtades, a menudo más profundos.

Para que conozcan a John Brockman hablando brevemente de esto:

y, mejor, escribiendo en El Pais.

06 julio 2008

El pi-crop circle y sus consecuencias para la humanidad

Impresionante, simplemente impresionante. Ya me dirán: resulta que en Wiltshire, Inglaterra, apareció el mes pasado un diseño de unos 75 m de diámetro sobre un campo de cereales. Nada sorprendente porque allí es costumbre veraniega este tipo de hallazgos que ya se cuentan por docenas.

Este, sin embargo, ha sido algo nunca visto porque el círculo codifica ¡el número pi! (la verdad, podría haber sido la constante cosmológica o algo más útil pero no, ha sido pi). De todas formas no se desmayen todavía, vamos antes a los hechos y luego a las reacciones. En la foto de abajo tienen ustedes el famoso pi crop circle.

Resulta que si van midiendo ustedes los sectores circulares desde dentro hacia afuera, su medida angular sigue la sucesión 3141592654. Abajo tienen una imagen con los tres primeros dígitos. Verán en el sector amarillo (1) un pequeño círculo que es, "obviamente", el punto decimal.

El descubridor de la clave es un señor llamado Michael A. Reed al que se le atribuye la carrera de astrofísica aunque en realidad es Ph. D. en instrumentación astronómica, algo más acorde con su formación en Electrónica (esto no es un demérito sólo buena información que corrige errores). El doctor Reed se asombra de lo avanzado del diseño:

Incluso el décimo dígito ha sido redondeado correctamente.

Les juro que la frase anterior aparece por varios lugares, así como la siguiente (que no es estoy seguro sea suyo):

Quien quiera que haya hecho esto, no sólo era creativo, sino que tenía una elevada comprensión matemática.

Como era previsible, comienzan a aparecer las tonterías habituales como, por ejemplo, en la sección de ciencia de TimesOnline:

"Los matemáticos están perplejos desde que un complejísimo crop circle apareció en un campo de Wiltshire representando un símbolo matemático fundamental"

Antes de seguir: Pedro, pordió, como matemático dame la medida de tu perplejidad ante la noticia. Y si no estás perplejo sigue leyendo:

...and even astrophysicists admit they find it “mind-boggling”.

El supuesto correo original donde el señor Reed da cuenta del hallazgo está aquí. Señala incluso que los tres círculos decrecientes en la parte exterior, justo a continuación del último dígito, indican que pi sigue indefinidamente. Dicho de otra forma: son puntos suspensivos.

No sé si se ha notado que esta "noticia" me parece una gilipollez aunque he intentado ser comedido. Vamos a ver qué se deduce de ella para la humanidad en las dos hipótesis clásicas:

Hipótesis 1: los CC están hechos por unos señores, los autodenominados circlemakers, que incluso tienen su propia página web donde incluyen una irónica guía para principiantes. Lógicamente esta terrenal hipótesis es descartada por los de siempre que prefieren atribuir los diseños a extraterrestres o energías misteriosas. Por ejemplo, la "experta y estudiosa" de los CC Lucy Pringle dice:

It is mind-boggling. I suspect a force from the ionosphere.
Esto es sorprendente. Sospecho una fuerza desde la ionosfera.

Lamentablemente, la señora Pringle, aunque haya "viajado mucho" (según su autobiografía) no nos desvela el mecanismo por el cual las fuerzas ionosféricas aplastan el cereal pero sí es más locuaz organizando tours turísticos por los CC, o vendiendo postales, libros, colgantes, tazas... Como curiosidad, es miembro de la Sociedad Británica de Zahoríes y también escribe artículos "científicos" (ejemplo) que me ahorraré comentar.

Hipótesis 2: los CC se deben a entidades no humanas o similares (llamémoslas ENH). Si aceptamos esto tendremos que asumir las sorprendentes consecuencias de que los ENH coinciden en muchas cosas con las convenciones humanas actuales de donde hacen los círculos:

  • usan el sistema decimal de numeración
  • usan el punto decimal como separador
  • usan los tres puntos como puntos suspensivos
  • conocen el número pi
  • nunca nos dicen algo que no sepamos ya

Las tres primeras nos llevan a un contexto especialmente humano y más especialmente anglosajón. Lo de que conozcan el número pi con 9 decimales sitúa a nuestra misteriosa fuerza al nivel de conocimientos del siglo XV cuando el matemático al-Kashi lo calculó con 16 decimales. No es para quedarse abobado, creo. Si decimos que esos 9 decimales implican una "elevada comprensión matemática" ¿qué diríamos de los que han hecho esta misteriosa camiseta con 4493 dígitos? Aunque reconozco que no he comprobado que el último esté bien redondeado.

Y la quinta consecuencia es estos círculos (ni las profecías de Nostradamus, ni los mensajes marianos, ni...) nos dicen jamás nada que no sepamos ya. ¿Podrían estas avanzadas mentes darnos alguna clave de algún problema matemático no resuelto? Sospecho que no.

Para finalizar un obviedad: la mejor manera de codificar pi en un círculo es, simplemente, dibujar ese círculo.

P.S.: Conversación en un bar de la universidad:

  • ¿Sabeis que el círculo ese de pi ha salido en Science?
  • ¿Science? ¿Qué es Science?
  • Una revista de gran prestigio científico.
  • Ya...

Tendrán que creérselo: Science publica una reseña (27 de junio de 2008, pág. 1701) sobre el pi-CC sin el más mínimo atisbo de análisis crítico. Menos mal que está en una sección similar a la de "Sociedad" en otras revistas no científicas.

30 junio 2008

Revisión a la baja

¿Para cuándo la carrera investigadora en España?

La ausencia de carrera investigadora en este país es, en mi opinión, el mayor problema del sistema de ciencia. Nada es posible sin que la gente que quiere dedicarse a la investigación tenga un camino claro para recorrer (he dicho claro, ni siquiera fácil). Roke ha insistido mil veces en estas grandes deficiencias y estoy de acuerdo con él en todo lo que plantea. Pero eso no es todo, en tiempos de crisis deceleración, el gobierno "revisa a la baja" (¿hasta cuando este estúpido lenguaje?) las plazas de científicos que había dicho que convocaría. El ladrillo se frena y la oferta de empleo público se reduce. Carlos Martínez, reciente Secretario de Estado para Investigacion usa la neolingua: "Esto afectará a nuestras previsiones de incorporación de investigadores". No pasa nada, se hace una previsión para que se vea como van a mejorar las cosas y luego "se revisa a la baja".
Mientras tanto seguimos en el 1.2% del PIB dedicado a ciencia y tecnología.
Dicen que el Gobierno, a pesar de todo, "mantiene su objetivo de crear 50.000 plazas de investigadores -públicos y privados-" de aquí a 2015. Dice don Carlos que "Como la contratación pública va a ser menor, tendremos que hacer dos cosas: estimular al sector privado a que compense en parte ese déficit y recuperar el terreno perdido en lo que resta de legislatura. Hay mucho margen de actuación hasta el 2012". No tanto, don Carlos, no tanto. Especialmente porque no está claro cual va ser el método para recuperar el terreno perdido ni tampoco es nada evidente que el sector privado sea estimulable y se vuelque a financiar la investigación, algo a lo que no está nada acostumbrado en este país. Quiero darles el voto de confianza de que lo conseguirán pero no me pidan entusiasmo a menos que me digan cómo van a hacerlo.
Mientras tanto, la crisis deceleración empieza a abrir agujeros en las promesas. Por ser positivo les diría que en estos tiempos de vacas flacas podría ser el momento de organizar seriamente esa carrera investigadora hoy ausente. Eso es muy barato, sólo hay que pensar un poco y hay mucha gente dispuesta a darles ideas gratis.
Si hicieran eso no sería sólo para esos miles de científicos nuevos que aún no son más que buenos deseos, sino para los que, siendo mucho más reales, llevan años esperando que alguien tome las riendas de una santa vez y organice las cosas. Sólo quieren la oportunidad que se merecen.

27 junio 2008

Cómo ganarse la vida organizando congresos

Ya comenté en algún momento que casi he dejado de ir a los congresos. Los motivos son, sobre todo, económicos: cuesta mucho dinero viajar y alojarse. Aún así, siempre queda la opción alternativa: si tú no vas a un congreso que éste venga a ti. Y de paso te forras. Todo ello en dos pasos.

El primer paso es cobrar lo suficiente. Por poner un ejemplo: el Wessex Institute of Techonology, "Centre of Excellence in Postgraduate Research", se dedica a estas cosas. En el año 2008 organiza 27 congresos y ya tiene previstos 23 para el 2009. Las cuotas son las mismas para todos: 1380 € (2000 $) por persona aunque "sólo" 980 € (1421 $) para autores. Por cierto, C. A. Brebbia debe tener un curriculum espectacular aunque sólo sea porque figura como "chairman" en todos los congresos, aunque sean simultáneos.

El WIT te garantiza la publicación de las comunicaciones, algo que hacen ellos mismos (WIT Press) y donde el omnipresente C. A. Brebbia aparece como editor en todos los libros. sean de contaminación atmosférica, de gestión de cuencas fluviales o de zonas industriales abandonadas, un auténtico todo-terreno. Los libros puedes comprarlos por unas "módicas" £121 (unos 153 € o 222 $).

Y el segundo paso es cobrar a todo el mundo, vaya o no vaya. A este respecto les pongo el último ejemplo que me han pasado y que es interesante. Es cierto que la VII Annual Conference of the European Association of Languages for Specific Purposes (AELFE 2008) es más barata que los saraos del WIT: de 180 a 240 € (260-350 $) pero lo cubren de otra forma:

Following the procedure of all the previous AELFE Conferences, in order to present a paper at the Conference, all the authors of such a paper must pay the registration fees.

En efecto, todos los autores de una comunicación deben pagar la cuota de inscripción. Antes era solamente uno de ellos, normalmente el primer autor. Ahora son todos, vayan o no al congreso porque no hay que olvidar que la inscripción no incluye viajes, alojamiento ni comidas. La norma anterior, que se dió a conocer en la segunda circular de ese congreso, no desde el principio, ha motivado que algunos autores hayan retirado sus comunicaciones. A mí, la verdad, no me parece normal ¿conocen ejemplos como estos? ¿tal vez alguna variante más creativa?

24 junio 2008

Viajes memorables o todo por la ciencia

He estado estos días fuera, tal vez alguien (sólo tal vez) haya notado que no ha habido novedades en el blog. El caso es que hemos tenido una reunión en Bogotá con los colegas integrantes de la Red Temática que les comenté en este post. Una reunión muy interesante incluyendo su comienzo y su final, juzguen ustedes mismos:

Viaje de ida: Madrid/Bogotá, salida prevista a las 14 h del aeropuerto de Barajas.
  • desde Extremadura no existe posibilidad de llegar al aeropuerto con antelación en transporte público: alquilo un coche en Mérida y recojo a A en Cáceres para llegar a tiempo al aeropuerto. Todo ello supone que me levanto a las 5:30 h.
  • 11:30 h, llegamos a Barajas sin contratiempos aunque damos tres vueltas al aparcamiento hasta encontrar la entrada correcta.
  • 12:00 h, nos acercamos al mostrador de facturación a recoger las tarjetas de embarque. Comienza el espectáculo:
    • buenas, aquí tiene los billetes...
    • ... ¿les han dicho ya que el vuelo sale con retraso?
    • mmm... pues no ¿cuánto retraso?
    • cuatro horas
    • esteee... ¿hasta las seis de la tarde?
    • sí, pero están ustedes invitados a comer en el restaurante X de la zona de embarque a partir de las 14:30
    • ah, qué bien ¿y se sabe la causa del retraso?
    • sí, es que el avión llega retrasado
    • (silencio)
  • 14:00 h, nos reunimos con B y J que vienen de Albacete y pasamos los controles para acercarnos al restaurante.
  • 14:30 h: la cola es más bien grande y la comida de la calidad que todos ustedes se suponen. La wifi teóricamente presente no deja conectarse.
  • 17:00 h: ... pasa el tiempo, B se echa una siesta, el resto nos dedicamos a mirar con envidia a otros aviones, la puerta de embarque sigue vacía.
  • 18:00 h: una chica se sienta en la silla de la puerta de embarque y un montón de gente se levanta para hacer una cola de 20 m (en el avión caben 280 personas).
  • 18:30 h: comienza el embarque.
  • 18:45, el avión, un Airbus 340, despega; las pantallas de televisión están estropeadas, olvidémosnos del cine.
  • pasan casi 10 horas, aterrizamos en Bogotá a las 21:30 hora local más o menos, a las 4:30 de la madrugada para nosotros.
  • la recogida de equipajes es desesperante y la aduana y control de pasaportes más; los pasajeros de varios vuelos se mezclan y tardamos una hora y media en salir del aeropuerto; obviamente se ha hecho de noche hace horas.
  • tomamos un taxi y le damos la dirección del hotel; el contacto con los taxistas de Bogotá es interesante y aprendemos que los semáforos en rojo son sólo una decoración navideña.
  • llegamos al hotel a las 11:30 o así (no me pidan exactitud) hechos polvo; yo llevo 26 o 27 horas despierto:
    • buenas noches, somos A, B, A y J, tenemos reserva de habitaciones.
    • señores, aquí no consta ninguna reserva.
    • ... a ver ¿no están aquí X e Y?
    • sí, esos señores están pero de ustedes no tengo ninguna reserva y el hotel está completo, no puedo atenderles.
    • (recuerdo de repente que llevo fotocopia de los tickets de reseva del hotel, los saco y se los enseño, comienza a oler a quemado)
    • ya... ¿pero han reconfirmado ustedes sus reservas?
    • no porque las habitaciones ya están pagadas (énfasis) y cuando están pagadas no se reconfirman las reservas
    • pues es que no han reconfirmado ustedes sus reservas y lo siento pero el hotel está completo.
    • estas ... habitaciones ... están ... pagadas
    • ... bueno, voy a confirmar que no les hayan ingresado en otro hotel de la cadena (teléfono) ... miren, sí, parece que están ustedes asignados al Hotel X, donde les van a esperar, no se preocupen que yo les consigo un taxi para ir...
    • doce semáforos en rojo ignorados más tarde conseguimos, por fin, entrar en las habitaciones (magníficas, por cierto) del Hotel X. El reloj marca la 1:00 más o menos, hora local.
Viaje de vuelta: Bogotá(Madrid, salida prevista a las 21 h del aeropuerto Eldorado.
  • 17:45 h: llegamos al hotel en la furgoneta que habíamos alquilado para una excursión por los alrededores; un ejército de botones nos saca el aquipaje que habíamos dejado ya recogido por la mañana y lo introduce en la furgoneta.
  • 18:55 h: llegamos al aeropuerto tras circular a una velocidad media de 15 km/h,
    el tráfico en Bogotá es alucinógeno.
  • 19:00 h: descargamos las maletas; falya una, la mía, grande y de color naranja. Por suerte nos acompaña F que llama al hotel. Allá revisan los equipajes y se dan cuenta de que se han olvidado de meter en la furgoneta esa maleta, la que tiene en su etiqueta un claro "1 de 2" bultos. Desde el hotel nos dicen que enviarán la maleta en un taxi para que podamos recogerla antes de salir. Dado el tráfico la cosa no está precisamente clara.
  • la cola del embarque es gigantesca. Hay que abortar varios intentos de colarse de gente que considera que eso de guardar el turno es algo que no va con ellos. F se queda fuera a la espera de la maleta para luego buscarnos y dárnosla. Decidimos hacerle un monumento si conseguimos llegar a España.
  • la cola apenas avanza; eso es bueno porque la maleta llega una hora después. F, de verdad, gracias de nuevo.
  • una chica policía muy amable nos revisa el pasaporte y nos pone una pegatina en la cubierta; es para ahorrar tiempo, dice. Para animar el ambiente se corre la voz de que no cabemos todos en el avión.
  • media hora más adelante llegamos a un pequeño mostrador donde hay que pagar las tasas aeroportuarias, nada menos que 33 dólares por persona. Por suerte estábamos avisados y llevo un billete de 100 dólares, tres de 20 y alguno más pequeño. Nos dicen que no admiten billetes de 100 dólares. Tampoco euros. De tarjetas ni hablamos.
  • rascando los bolsillos logramos encontrar los más de 80000 pesos que cuesta una de las tasas y pago el resto en dólares. Sobra un billete de un dólar.
  • llegamos al mostrador de embarque y saco mi tarjeta sin problemas: cuando llegan los demás:
    • lo siento pero el vuelo está cerrado.
    • ¿cómo?
    • sí, en la pantalla nos sale que el vuelo está cerrado.
    • pero si están funcionando las otras terminales...
    • ya... espere que mire
  • la terminal se había bloqueado; tanto es así que no podían sacar las tarjetas en las otras. Yo me separo para ir a ver los paneles porque el avión salía a las 21 h y son las 21:20. Un policía no me deja regresar. Al final les hicieron las tarjetas de embarque escritas a mano. Cortaron el embarque justo detrás de ellos, el avión se había llenado.
  • subo arriba, al segundo piso y pregunto por la puerta 2; una policía me mira con lástima y señala una cola, de nuevo enorme, donde nos juntamos todos los vuelos; veinte minutos más tarde encuentro la explicación: una única persona estaba revisando los pasaportes en la entrada. Veo que mis tres compañeros han logrado colarse y van algo más adelante que yo.
  • llego a la auténtica revisión de pasaportes; son las 21:45. Aquí no hay problemas y me voy a paso rápido hacia la puerta de embarque. Por el camino, en un pasillo que parece interminable aparece una chica.
    • Ella: ¡¿Vuelo de AirComet?! Rápido que el avión está para salir.
    • Yo: ¡Aquí!
    • Un policía: un momento por favor, abra la bolsa...
    • El mismo policía, mirando dentro: saque el computador...
    • El mismo policía, al que deseo se reencarne en garrapata: enciéndalo...
    • La chica: AirComet por favor...
    • Yo: no puedo encenderlo, acá tienen 110 V y me he quedado sin batería, no es posible encender este ordenador.
    • La chica: AirComet por favor... (y se va)
    • El policía va a hablar con otro que estaba a unos metros mirando, me miran: puede seguir...
    • Otro policía diez metros más allá: pare un momento, por favor (me cachea).
    • Aún otro policía quince metros más allá: pare un momento, por favor (me cachea).
  • finalmente llego a la manguera de embarque y me introduzco en un solitario pasaje; allá veo a A en una puerta lateral, una maleta negra en el suelo y dos policías al lado:
    • Yo: ¿qué pasa ahora?
    • A: es que dicen que hay que registrar esta maleta pero dicen que es mía y no es cierto. Va a ser de B.
    • Policía: ¿de quién dicen que es?
    • A: de B (una azafata va a buscarla al avión)
    • Policía: ¿esá cerrada la maleta?
    • Yo: no sé, a ver... (voy y abro la cerradura, por suerte está abierta)
    • Policía: si desean podemos revisarla con ustedes presentes como testigos.
    • Yo (desesperado): de acuerdo, adelante, ya (los policías revisan la maleta. La zona opaca que les había alarmado era un caja de mapas plegados del Instituto Geográfico. Me doy cuente de que yo llevo otra igual en mi ya famosa maleta naranja).
    • Llega B y le da un ataque de risa: pues no se cómo se van a arreglar para cerrarla, a mí me costó media hora, ja, ja... (no se da cuenta de que la miro como diciendo "B, querida, no me parece buena política ponerse a echar carcajadas delante de estos dos, la verdad").
  • al fin subimos al avión; los motorees están parados y no hay refrigeración, la temperatura es de unos 30 grados. Los demás pasajeros me miran mientras ocupo el único asiento libre. Son las 22:30 h.
Fundido en negro.
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