A modo de segunda parte o ampliación del post Modificación genética contra el dengue.
En el post anterior, aunque no dí las siglas, comenté la técnica denominada ABC (Autocidal Biological Control) como opción ante la más clásica SIT (Sterile Insect Technique) a la hora de reducir o erradicar poblaciones de insectos (mosquitos en el ejemplo).
El ABC se basa en la existencia de GLC: gen letal condicional. Un GLC es un gen que provoca la muerte del portador sólo cuando se dan ciertas condiciones ambientales (temperatura, dieta...).
El primer gen letal condicional que no interfería negativamente en la reproducción fue el llamado notch, descubierto en la omnipresente y nunca bien ponderada mosca de la fruta (Drosophila melanogaster). Notch impide el desarrollo larvario de los individuos heterozigóticos a temperaturas bajas mientras que no interfiere a temperaturas ambientales normales o altas. Thomas A. Miller, de la Universidad de California, comenta que mezclando a partes iguales poblaciones notch homozigóticas con otras libres de notch consiguieron su extinción en sólo tres generaciones. Debe quedar claro que es necesario reintroducir las moscas modificadas en cada generación, no basta con una única suelta.
El genetista Luke Alphey mencionado en el post anterior descubrió el segundo GLC, llamado nipper, también en la mosca de la fruta. Este gen puede ser introducido funcionalmente en otras especies y provoca la muerte larvaria, como ya hemos comentado, a menos que la dieta incluya el antibiótico tetraciclina, ausente en condiciones naturales. El gen ha sido introducido en mosquitos para crear poblaciones de MGM (mosquitos genéticamente modificados) y se ha visto que su efecto es el mismo que en las moscas.
En el post anterior Anna hacía una pregunta pertinente ¿qué ocurre con el pequeño porcentaje de larvas de MGM que por alguna razón no mueren a pesar de la ausencia de tetraciclina?
No he encontrado la respuesta explicita a eso por lo que propongo la mía. Estos casos se deben a la no expresión del GLC y en realidad no pasa nada: estas larvas pasan a formar parte de la población normal y si llegan a adultas no habrá especial diferencia entre ellas y el resto. Cuando nuevos individuos transgénicos sean introducidos en la generación siguiente se cruzarán con ellos en el mismo porcentaje que la población normal y sus descendientes se verán igualmente afectados. Es decir, es como si en la primera introducción hubiéramos soltado un 96-97% de adultos transgénicos y un 3-4% de no transgénicos. El decaimiento poblacional no debe verse afectado significativamente por ese 3-4% de "fracasos".
Esto sería en el mejor de los casos para las larvas en cuestión porque es posible que ese gen acabe expresándose en otra generación posterior.
De todas formas, la propagación/penetración de los transgenes en las poblaciones de mosquito no se conoce bien y es necesaria mucha más investigación. Los modelos matemáticos predicen un éxito claro de la estrategia pero, hasta donde he visto, trabajan con la hipótesis de apareamientos al azar. Esto es probablemente falso en cierta medida y podría modificar la dinámica del proceso.
Hay más circunstancias potencialmente influyentes. Por ejemplo, es importante saber que los pesticidas funcionan eficazmente con altas densidades de insectos y muy poco eficazmente cuando estas disminuyen. En cambio, el ABC lo hace al revés: son muy eficaces con densidades bajas de poblaciones naturales, las más difíciles de combatir mediante venenos. Esta eficacia se potencia con la proporción de suelta de machos estériles, como mínimo un 2:1 respecto a los machos naturales, frecuentemente más. Lógicamente esta proporción es más fácil de aumentar cuanto menor sea la población natural.
La estrategia ABC es aún más prometedora según un estudio sobre dispersión de Aedes aegypti que concluye que estos mosquitos, muy ligados a las poblaciones humanas, apenas se mueven unas decenas de metros. Esta circunstancia reduciría la tasa de recambio desde otras poblaciones naturales y permitiría periodos libres de mosquitos más largos.
Por terminar: todo esto nos parece algo ajeno a los españoles debido a que estamos fuera de las zonas de riesgo. Pero las parajodas de la vida hacen que Aedes albopictus, aka mosquito tigre, se haya instalado ya en el Este de España (año 2004) y se esté extendiendo. A ver si nos vamos tomando en serio estas cosas aunque sólo sea por egoísmo.