Ilustraré el asunto con un ejemplo: en mayo del 2004 publicamos unos colegas y yo un artículo en de cierto interés (hoy tiene 118 citas). Aunque sea una revista bastante leída (o al menos consultada) era evidente que el tema no llegaría a conocerse ni a entenderse entre la gente ajena al gremio al estar escrita en inglés, en una revista de pago y, además, con un texto enormemente condensado por exigencias editoriales.
La posibilidad de la divulgación apareció pronto ya que en julio de ese mismo año recibimos un correo electrónico de Investigación y Ciencia pidiéndonos una versión del artículo para publicar en esa revista. No les voy a negar que nos hizo cierta ilusión ya que podríamos explicarlo en español, con despliegue gráfico en color y dirigido a un público diferente. Pasé mis vacaciones en el mes de agosto redactando el trabajo y a mediados de septiembre lo enviamos al editor de I&C.
La respuesta fue el silencio. Dejamos pasar un mes y preguntamos sobre el proceso editorial. Nada. Dejamos pasar dos meses y volvimos a preguntar. Nada. Finalmente pase todo el artículo a la carpeta de "olvidados".
Al cabo de un tiempo abrí este blog por pura curiosidad (en el 2004 no había oido hablar de ellos siquiera) y en febrero del año 2007 consideré que era el medio idóneo para quitarme la espina y publiqué 5 posts explicando el trabajo paso a paso y dando a conocer sus problemas y su trastienda (que todos los artículos la tienen). Si hay alguien nuevo por aquí puede buscar A los musgos se los lleva el viento y le saldrá la serie entre los resultados más antiguos. Llevó su tiempo redactarlos, por supuesto, pero ahí están en unas condiciones idóneas para la divulgación: accesibles a todo el mundo, con figuras en color y libertad editorial.
Aprendida la lección, repetí la jugada con otro trabajo y a lo largo de agosto de 2008 saqué otra serie de 4 posts titulada Las pardelas tienen GPS pero no le hacen caso. En este caso fui mucho más diligente ya que la publicación científica fue el 13 de agosto y los posts se escribieron entre el 3 y el 20 del mismo mes, comenzando antes de que el artículo fuera accesible (aunque ya sabíamos que había sido aceptado).
El viento es uno de los protagonistas de los artículos; lo de arriba un fragmento de mapa donde la velocidad se traduce a colores (azul: calma; rojo: hasta 30 m/s) y para el sentido se usan flechas. |
No sé cuanta gente habrá leido los mencionados posts pero sí estoy seguro de que los blogs son la vía más flexible, rápida y aconómica de hacer divulgación. Si se nos demanda alguna vez que hagamos versiones amables de nuestro trabajo no hay necesidad de grandes iniciativas ni innovaciones ya que la herramienta existe. Sería bueno que las universidades se lo tomaran un poco en serio e hicieran portales específicos para sus científicos bajo el formato que sea (blog o wiki) pero mientras las universidades despiertan, si quieren buscar novedades científicas vayan a los blogs porque ahí encontrarán ejemplos magníficos de divulgación ágil (agilísima) y de gran nivel.
¿Cómo acabó el asunto de I&C? Pues sorprendentemente recibimos un correo hace tres o cuatro meses con las galeradas del artículo. Han entendido bien: casi seis años después d enviarles el trabajo recibimos las pruebas de imprenta sin una sola explicación de la demora o de los silencios. Pasó, además, algo que no ocurre en los blogs: el texto había sido editado y modificado para adaptarlo al estilo de la revista, algo que no me gustó nada, no sólo porque el nuevo estilo no es el mío sino porque tomé muchas molestias en hacer una buena redacción. Tras un tira y afloja logré que volvieran a meter la introducción (la habían borrado) y algunos detalles similares. El artículo salió este mes de julio (escribo esto a "mes pasado" para que nadie lo considere propaganda). ¿Más diferencias? El copyrigth es de la revista, hay que pagar por ella y pasará al olvido en las bibliotecas mientras que los blogs, por el momento, tienen vocación de eternidad.