09 octubre 2010

Como comparar dos libros puede llevarte a la cárcel

En la Europa de la libertades, un tribunal ha decidido que comparar el libro X con el libro Y puede ser motivo suficiente para encarcelarte. ¿Extraño, no? Pues resulta que un tipo llamado Geert Wilders, presidente del Partido por la Libertad holandés, dijo que El Corán es "un libro fascista como el Mein Kampf".
Wilders reconoce abiertamente que detesta el islam y sostiene sin tapujos que es una ideología peligrosa y violenta. A partir de ahí, la frase citada sirvió para que se la haya abierto un juicio por "incitación al odio, discriminación e insultos a los musulmanes" ante el cual Wilders dice que simplemente hace uso de su libertad de expresión para manifestar su opinión .
En la mía, que la comparación sea justa o sea una tontería no es importante. Tampoco es la cuestión de fondo estar de acuerdo o no con Wilders respecto al carácter del Corán. La cuestión es mucho más profunda y relevante  ¿puedo expresar en público la opinión de que el Corán incluye contenidos que son una amenaza para, por ejemplo, las sociedades occidentales sin que eso sea considerado incitación al odio? ¿Toda opinión crítica al Corán será considerada un insulto a los musulmanes y me llevará a juicio?

El caso es que en países laicos parece que algunos tribunales empiezan a acotar la libertad de expresión trazando límites que casualmente siempre coinciden con la superficie de la religión islámica.
Avisos hubo, no hay que negarlo. Nos caímos del guindo al enterarnos de la fatwa del ayatolá Jomeini en 1989 llamando al asesinato del escritor Salman Rushdie por blasfemia y apostasía. El affaire de las caricaturas de Mahoma publicadas en un diario danés en el año 2005 nos hizo evidente que la condena de Rushdie no nos era tan ajena como pudo parecer en un principio. En este caso, el gobierno danés defendió la libertad de expresión y se negó a ceder a las presiones que, lamentablemente, fueron ejercidas no solo por países islámicos sino también por los EE.UU. y Gran Bretaña. Parece que fue aquí donde surgió la expresión mágica ya que estos últimos países calificaron las caricaturas como un inaceptable incentivo al odio religioso y étnico. Además de numerosas y violentas manifestaciones en varios países islámicos, las representación consular de Dinamarca en Beirut y la embajada en Siria fueron incendiadas y el periódico amenazado. Ninguno de los casos pierde vigencia ya ue la fatwa de Rushdie sigue ne pie y en enero de este mismo año 2010 un tipo armado con un hacha intentó matar a uno de los dibujantes. 
La equiparación de una caricatura con la "incitación al odio religioso y étnico" (¿étnico?) y la aplicación de esta expresión talismán a la comparación de los dos libros solo se explica por el miedo y por falta de convicción a la hora de defender derechos que nos hemos otorgado en un proceso largo y costoso. Es necesaria, en primer lugar, una reflexión sobre la solidez de nuestros principios y, en segundo, sobre intromisión de las religiones en las reglas sociales. Estamos en la sociedad de la tolerancia pero es necesario no sólo que la apliquemos nosotros sino que la exijamos al otro lado.

4 comentarios:

Alberto dijo...

En cuanto alguien prueba fehacientemente que sus amenazas pasan a la categoría de hechos en un pis-pas, aplicamos la máxima de Marx, la de Groucho, no de Karl, aquella sobre los principios, ya saben. Pura, por humana, cobardía.

Por cierto, tu memoria (digo yo que habrá sido ella), te ha jugado una mala pasada: las caricaturas se publicaron en el periódico Jyllands-Posten, danés, no holandés; luego, "en solidaridad" con él, fueron reproducidas en otros periódicos y revistas de Europa, supongo que también alguno holandés.

Saludos,

Alberto.

Requejo dijo...

No seré yo el que esté de acuerdo con este juicio, por mí que el tío diga lo que quiera mientras sólo se quede en palabras, pero no te inventes que el problema es la comparación entre el Corán y Mein Kampf.
La propia frase que citas lo deja claro: "un libro FASCISTA como el Mein Kampf". El problema no es la comparación entre dos libros, es decir que un libro es fascista. Me parece de primaria...

¿Que es absurdo criminalizar la crítica? Estoy de acuerdo.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Alberto, OK, lo cambio.
Requejo. Vale, pero no creo que cambie nada el fondo del asunto. Al final dejo claro que el problema es la crítica a un libro que una gente considera sagrado.

JUANMA dijo...

El problema del Islam es la falta de tolerancia con los demás credos y el fanatismo hacia sus verdades. Todo aquel que ose nombrar a sus iconos más representativos, ya sea el Corán o Mahoma, cómo sea crítico o diga algo que no "guste" puede llegar a ocurrirle "cosas" desagradables. A mí esto me parece una forma violenta de defender sus creencias y ello conlleva a que siempre esten coaccionando al mundo occidental mediante el miedo por sus represalias, entre ellas el terrorismo, que en españa sabemos bien lo que es, acordaos del 11M. Por otra parte, siempre se meten con la iglesia católica, y los católicos no van amenazando ni escandalizando porque han nombrado a Cristo o a la Biblia, creo que esa fase de fanatismo ya lo han superado. El problema es el mismo fanatismo que nubla el verdadero objetivo de las religiones que no es otro que dar la paz espiritual a las personas y "hacer el bien", y eso es lo que hay que erradicar.

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