29 diciembre 2005

Cortando por lo sano

Nos envían un correo donde parece que algunos países como Israel o India están mosqueados con las imágenes del mundo que Google Earth permite consultar a través de internet. La solución parece estar en la censura de "lugares sensibles" por aquello de que los terroristas no usen Google en vez del atlas escolar de la editorial Everest, que supongo es su libro de cabecera actual.
A mí me parece insuficiente para prevenir todo el mal que nos acecha y propongo un conjunto de medidas complementarias que harán, por fin, de nuestro primer mundo un lugar seguro.
Adelante pues, vamos a vaciar de contenido los mapas y las imágenes para que no sepan donde está, por ejemplo, la central nuclear de Almaraz, potencial objetivo (hay que acordarse también de poner una pantalla opaca en la autopista que pasa al lado). De forma general, podemos cambiar los mapas e imágenes con información falsa para que los terroristas se suiciden (se autoinmolen, que dijo algún cabestro) en alta mar creyéndose en la plaza mayor del pueblo.
Luego podríamos seguir por borrar el catastro, no sea que alguien haga un uso malicioso localizando el domicilio de algún famoso y dándole pasaporte como a John Lennon (¿había Google Earth entonces?).
A continuación incluimos la "disponibilidad selectiva" en el sistema Galileo de forma que siempre salgan las coordenadas de Las Batuecas (con la única excepción del rally París-Dakar, o cómo se llame ahora eso).
Y como medida definitiva, como puntilla final para ponernos por delante de los primos yanquis en la protección de los valores occidentales, podemos restringir las revistas científicas, donde puede encontrarse información perniciosa, impidiendo el acceso a todos los que no sean socios de la Asociación Nacional del Rifle. Bueno, a esos tampoco, porque habría que enseñarles a leer antes y no merece la pena.

2 comentarios:

Pedro A. González dijo...

Muy bueno, Ángel. Has sabido poner en clave de humor (con su punto de mala leche)lo mismo que yo he tratado de transmitir a algunos cabestros cuando se ha tratado de publicar cartografía en web.

Estaban temblando de miedo pesando que "los terroristas" podían usar la información para envenenar depósitos de agua o sabe Odín que otras maldades. Yo les respondí que los depósitos de agua se ven desde la calle, así que no hace falta cartografía de ningún tipo para descubrirlos. Y, como tú escribes, la central de Almaraz se ve desde la autopista.

¿Cómo era aquéllo de querer poner puertas al campo? :-)

Ángel M. Felicísimo dijo...

En efecto, internet o, de otro modo, las posibilidades de comunicarse sin pasar por filtros estatales lo cambia todo. Por eso en países dudosamente democráticos, como China (con quien últimamente somos uña y carne, parece ser), limitan y censuran su uso. ¡Qué gran error cometieron algunos dejando que internet se expandiera sin el control del Gran Hermano!

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