Para finalizar con este rollo que me he marcado, me gustaría destacar una diferencia más de funcionamiento entre ciencia y no-ciencia y que atañe a la experimentación.
La experimentación es el primer carro de combate de la ciencia normal. En algunas disciplinas no existe, caso de la matemática, pero hay que pagar por ello un alto precio: la desvinculación absoluta con la realidad. En el resto de ciencias se asume un principio básico: todo experimento es repetible e independiente del experimentador. Por eso, es esencial que los experimentadores tengan un control absoluto sobre las condiciones del proceso; por ejemplo, algunas reacciones químicas sólo se producen en un rango concreto de temperatura, por lo que ésta deberá estar claramente controlada por el experimentador y lo que deberá reflejarse en su cuaderno de laboratorio. Cualquier otro equipo en el mundo debería ser capaz de obtener los mismos resultados si replica el experimento. Y si no ocurre, la duda aparece y debe ser resuelta: ningún investigador toma en cuenta experimentos no repetibles.
Este marco es antagónico con la no-ciencia. Por ejemplo, los poderes "psi" sólo se manifestarán en condiciones favorables, entendiendo éstas como la ausencia de controles y controladores que perturban el experimento con su agresiva incredulidad. Este marco es el que permite que, ante controles estrictos, los fenómenos paranormales no se produzcan. Según los paranormalistas esto no se debe a que el control evita el fraude sino que inhibe la potencialidad del sujeto. El principio de repetibilidad salta hecho pedazos y, con él, se instala la necesidad de que yo crea en experimentos que a mí no me funcionan y en resultados que no puedo repetir. Eso no es ciencia, sino fe.
Las reglas que los paranormalistas usan para justificar la ausencia de resultados son muy curiosas. Entre ellas figura un extrañísimo concepto de la causalidad, como se refleja en este texto que he extraido de la página del llamado proyecto SILA:
Finalmente, imaginemos que una serie de pruebas "psi" seguidas manifiestan tanto resultados positivos como negativos. Según el experimentador, eso no supone un problema para la existencia de fenómenos paranormales sino que es una manifestación del "principio de conservación del orden", a saber:
En ciencia, las fluctuaciones aleatorias alrededor de la media son simplemente el principio básico de la estadística. Y por supuesto, a nadie se le ocurriría defender que la existencia de gordos está motivada por la existencia paralela de flacos ya que existe una ley natural que busca equilibrar el peso global de la humanidad. Esta hipótesis sin demostrar sí debe ser tomada en serio, por lo visto, si la dice el "filósofo y psicólogo Koneru R. Rao".
La experimentación es el primer carro de combate de la ciencia normal. En algunas disciplinas no existe, caso de la matemática, pero hay que pagar por ello un alto precio: la desvinculación absoluta con la realidad. En el resto de ciencias se asume un principio básico: todo experimento es repetible e independiente del experimentador. Por eso, es esencial que los experimentadores tengan un control absoluto sobre las condiciones del proceso; por ejemplo, algunas reacciones químicas sólo se producen en un rango concreto de temperatura, por lo que ésta deberá estar claramente controlada por el experimentador y lo que deberá reflejarse en su cuaderno de laboratorio. Cualquier otro equipo en el mundo debería ser capaz de obtener los mismos resultados si replica el experimento. Y si no ocurre, la duda aparece y debe ser resuelta: ningún investigador toma en cuenta experimentos no repetibles.
Este marco es antagónico con la no-ciencia. Por ejemplo, los poderes "psi" sólo se manifestarán en condiciones favorables, entendiendo éstas como la ausencia de controles y controladores que perturban el experimento con su agresiva incredulidad. Este marco es el que permite que, ante controles estrictos, los fenómenos paranormales no se produzcan. Según los paranormalistas esto no se debe a que el control evita el fraude sino que inhibe la potencialidad del sujeto. El principio de repetibilidad salta hecho pedazos y, con él, se instala la necesidad de que yo crea en experimentos que a mí no me funcionan y en resultados que no puedo repetir. Eso no es ciencia, sino fe.
Las reglas que los paranormalistas usan para justificar la ausencia de resultados son muy curiosas. Entre ellas figura un extrañísimo concepto de la causalidad, como se refleja en este texto que he extraido de la página del llamado proyecto SILA:
Pero en tres experimentos efectuados por Sarah Featcher y el filósofo Bob Brier, se observó que las personas encargadas del control de los resultados, pese a no estar presentes en las sesiones ni conocer a los participantes, afectaban de modo notable el número de aciertos.En ciencia normal este párrafo es inaceptable porque propone relaciones causales inexplicables. Lo que entiende el autor como influencia del observador se explica con absoluta claridad un poco más adelante:
Un grupo de investigadores que no crea en la existencia del fenómeno, empeñado en demostrar que las facultades paranormales son sólo una falacia, encontrará sus resultados dentro de la esperado por el azar. De igual forma, otro grupo que admita su existencia, pero que trabaje sin una auténtica convicción de obtener resultados positivos, encontrará la evidencia de psi muy esquiva para él. Ha este hecho lo denomino "efecto observador".Aparte de lo pintoresco de la observación y de la falta de ortografía, de nuevo se justifica la ausencia de evidencia mediante mecanismos no explicables. Debemos darnos cuenta de ponerle nombre a algo ("efecto observador") no supone ninguna explicación sobre ese algo. Y finalmente, es enternecedor el método de control para prevención del fraude:
El fraude, consciente o inconsciente, no parece ser probable en estas pruebas, al encontrarse el dado testigo completamente oculto.Según esto, todos los trucos de cartas de Juan Tamariz o del Magomigue son auténticas revelaciones "psi" porque es obvio que las cartas están ocultas para ellos. La posibilidad de que exista fraude se considera inverosímil simplemente porque el experimentador desconoce absolutamente todo sobre los trucos más nimios (aunque le bastaría comprar un libro del mismo Tamariz para conocerlos).
Finalmente, imaginemos que una serie de pruebas "psi" seguidas manifiestan tanto resultados positivos como negativos. Según el experimentador, eso no supone un problema para la existencia de fenómenos paranormales sino que es una manifestación del "principio de conservación del orden", a saber:
El filósofo y psicólogo Koneru R. Rao indicó mediante su "principio de conservación del orden", que la PES podía actuar de manera similar a lo obtenido en las pruebas B. La naturaleza es orden, y psi lo rompe. Mientras unos sujetos obtienen resultados positivos, otros los consiguen negativos, manteniéndose la armonía preestablecida.Según el experimentador, las fluctuaciones por encima y por debajo del resultado esperable por puro azar son, en el primer caso, manifestaciones "psi"; y en el segundo también, pero al revés para devolver el equilibrio a la naturaleza.
En ciencia, las fluctuaciones aleatorias alrededor de la media son simplemente el principio básico de la estadística. Y por supuesto, a nadie se le ocurriría defender que la existencia de gordos está motivada por la existencia paralela de flacos ya que existe una ley natural que busca equilibrar el peso global de la humanidad. Esta hipótesis sin demostrar sí debe ser tomada en serio, por lo visto, si la dice el "filósofo y psicólogo Koneru R. Rao".