25 de julio de 2001, 8:45 a.m.
Comienza a llover. Nada infrecuente, es verdad, pero en este caso la lluvia es roja. Además, algunos dicen que se ha oído un trueno o algo similar un poco antes del fenómeno, que se repitió con frecuencia decreciente durante casi un par de meses más. La lluvia coloreada se debe normalmente al arrastre de partículas en suspensión en la atmósfera y, como mucho, aparece como una curiosidad en los diarios. Estas lluvias, sin embargo, atrajeron la curiosidad de algunos investigadores locales que intentaron publicar sus extraños resultados al cabo de un par de años. Con escaso éxito, todo hay que decirlo.
Los protagonistas de mayor tamaño de este asunto son Godfrey Louis y A. Santhosh Kumar, ambos doctores en física en la Universidad de Kerala. Los dos investigadores analizaron muestras de la lluvia roja y propusieron algunas cosas sorprendentes: el color rojo era debido a unas estructuras muy similares a células que eran muy probablemente de origen extraterrestre y habían sido traídas por un meteorito que se había disgregado en la atmósfera. De ser así, se trataría de la primera evidencia sólida de vida extraterrestre y consecuentemente del mayor descubrimiento científico de la historia.
Imagen de las células en suspensión en el agua de la lluvia roja (fuente)
Los dos primeros artículos de Louis y Kumar son de finales del año 2003 y nunca fueron publicados en revistas científicas aunque pueden encontrarse en arXiv.org. Sus títulos son Cometary panspermia explains the red rain of Kerala y New biology of red rain extremophiles prove cometary panspermia y en el primero se dice lo siguiente:
- la lluvia contenía una enorme cantidad de células rojas de unos 5 micrómetros de diámetro
- la explosión que se oyó al comenzar la lluvia puede provenir de la desintegración de un meteorito
- lo cual apunta a que el origen de las células es extraterrestre y fueron transportadas por dicho meteorito
- dichas células podrían ser esporas de un microorganismo extremófilo
Los autores consideran imposible que las "células" estuvieran previamente en la atmósfera y fueran arrastradas por la lluvia y modelizan una posible trayectoria cometaria que encajaría (más o menos) con las lluvias observadas. Sus argumentos no son concluyentes pero no deja de ser un comienzo prometedor. Luego se ponen a analizar las famosas células lo que debería ser bastante más interesante. Sin embargo, su análisis es visual y los resultados que presentan son de pruebas sin interés biológico alguno. Nada concluyente hasta el momento.
El segundo trabajo, de apenas dos meses después, es mucho más espectacular ya que los autores afirman:
- que lo presente en la lluvia roja son esporas de microorganismos
- que son microorganismos quimiosintéticos
- que se desarrollan y se reproducen a 300 ºC en cualquier medio de cultivo
- que se dividen mediante un proceso especial de fisión
- que no tienen ADN
La razón es simple: las pruebas no son lo suficientemente buenas. Por ejemplo, las que han hecho para el cultivo de los presuntos microorganismos no se atienen a ningún protocolo normal usado en microbiología y se detectan grandes lagunas en las explicaciones que, al final, dejan la sensacion de que no se ha verificado definitivamente nada de lo que se afirma.
Sin meternos en demasiados líos y dado que tienen ustedes los trabajos originales para hacer una consulta directa, diré que las dudas al respecto son muchas y serias. Por ejemplo, no se explica como se han recogido las muestras ni como se han conservado durante los años que duró la investigación. ¿Eran botellas estériles? ¿Poseen en el departamento de Física material y protocolos adecuados para la toma y conservación de muestras biológicas? ¿Hay garantía de que las muestras no estaban contaminadas? ¿Por qué no se contó con microbiólogos para las etapas de cultivo y pruebas biológicas? ¿Por qué no aparecen resultados de cultivos a temperaturas normales? ¿Cómo es que no se han hecho análisis con PCR que sí hu8nieran sido concluyentes?
Las dudas persisten dado que en su última publicación, ya en una revista científica, donde sintetizan los trabajos de 5 años, todo lo relativo a los cultivos, ciclos vitales, quimiosíntesis... ha desaparecido.
El artículo se publicó en Astrophysics and Space Science y se titula The red rain phenomenon and its possible extraterrestrial origin. Tienen una copia aquí.
¿Y qué dicen otros grupos que hayan analizado las muestras? Bueno, no parece que los autores hayan dado con facilidad muestras a grupos externos o tal vez no hayan tenido demanda, no sé. Aparte de artículos periodíscos, hay un informe de Thiruvananthapuram (India) que presenta resultados interesantes. Firmado por S. Sampath y colegas en el 2001 y titulado Colored Rain: A Report on the Phenomenon dice que las partículas en suspensión parecen esporas al microscopio óptico y que en el laboratorio de microbiología de Tropical Botanic Garden and Research Institute (TBGRI) se consiguió que germinaran en un medio de cultivo convencional y a temperatura ambiente. Lo que salió de ahí se identificó como una muy terrenal alga del género Trentepohlia. Esta alga es uno de los simbiontes de líquenes que son abundantes en esa zona de India por lo que los autores de este informe plantean que aunque el fenómeno es indudablemente extraño, la hipótesis de un origen local de las esporas es consecuente con los análisis. Tienen la foto del alga abajo:
Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias o, al menos, sólidas. No es el caso. Incluso algunas de las explicaciones que Louis y Kumar presentan a favor de su hipótesis son poco convincentes. Por ejemplo, nadie vió o detectó el meteorito ni está verificado el supuesto "trueno" antes de la primera lluvia. Pero incluso aunque el meteorito fuera real no es lógico que las lluvias rojas duraran dos meses y sobre una zona tan limitada geográficamente sino que deberían haberse extendido sobre un área muchísimo más amplia.
Como conclusión: la panspermia sigue siendo una hipótesis sobre el origen de la vida sobre la Tierra. No es imposible ni absurda pero no hay la más mínima prueba de que haya ocurrido alguna vez y la lluvia de Kerala no ha aportado nada a favor de esa hipótesis. Otra vez será.