05 marzo 2013

Toni Cantó, los derechos de los animales y la empatía

Dicen que Toni Cantó dijo algo en el Congreso sobre que los animales no tienen derecho a la vida. Realmente no se qué dijo exactamente ni tengo mucho interés en buscarlo pero el asunto está bien traído y sí que me importa un poco, como habrán visto en el post en el que justifico mi oposición a la tauromaquia. Hay un par de artículos al respecto que les recomiendo. El primero me parece muy flojo pero está escrito por el filósofo de cabecera del señor Cantó, don Fernando Savater, y culmina con la famosa: no hay derechos animales. El segundo está firmado por otra filósofa, doña Adela Cortina, y me parece mucho más sólido y razonado pero plantea que los derechos animales "se conceden [por los humanos] para protegerles del maltrato" mientras que "los derechos humanos son anteriores a las voluntades de los legisladores".
Sin ser filósofo ni por lo más remoto, creo que en esta espinosa cuestión tiene más razón Savater que Cortina, aunque verán que opino que don Fernando se queda muy corto.
Por un lado, admitir que el ser humano tiene derechos por el hecho de ser humano nos lleva a unos terrenos muy trillados pero no por eso menos pantanosos. El argumento a favor de la existencia de esos derechos suele basarse, como dice Cortina,  en que "los seres humanos tienen la capacidad para reconocer qué es un derecho y para apreciar que forma parte de una vida digna". Que esa capacidad existe es innegable pero que esa capacidad tenga como consecuencia que los derechos pasen a ser algo absoluto y preexistente a la legislación me parece una consecuencia nada obvia. Es conocido el contraargumento básico ante esa razón: si es necesario poder reconocer qué es un derecho y apreciarlo para ser merecedor de él, hay seres humanos que no los tendrían, por ejemplo, personas en coma irreversible (por no meterme en otros fangales en los que chapotea, por ejemplo, Peter Singer).
Sin más rollos, les cuento mi punto de vista: nadie, ni los seres humanos ni el resto de animales, tenemos derechos "preexistentes". Nadie es merecedor "por que así está escrito" de nada. Los derechos no son algo absoluto y aislado sino que surgen y se desarrollan dentro un convenio social. La esclavitud era considerada razonable hace bien poco debido a que una parte de la humanidad no consideraba adecuado otorgar derechos en términos de igualdad a otra parte. Ahora consideramos que todos los seres humanos deben tener los mismos derechos pero eso no viene de una "verdad cósmica revelada" sino que es una consecuencia de nuestra evolución social, en la que hemos ampliado el círculo de la empatía (ver ¿Ética sin dioses?) más allá de nuestra genealogía, de nuestra vecindad más inmediata, de nuestra religión (o ausencia de ella) o del color de nuestra piel.

Jane Goodall (del post Mujeres y primates)
Los derechos humanos solo existen porque hemos acordado que lo hagan. Este acuerdo se ha realizado porque tenemos la percepción de que su existencia supone una mejora objetiva de las condiciones de bienestar, tanto particulares como generales.
Es interesante, para aportar una pista a una explicación de este fenómeno social, reparar en que hay movimientos cada vez más insistentes que buscan otorgar derechos "humanos" a los grandes primates. No los hay, sin embargo, para asignar esos derechos a las langostas o a los nemátodos. Nuestro círculo de empatía se extiende sobre el árbol taxonómico pero solo hasta ciertos límites de distancia, aunque estos sean crecientes. De hecho, aún hay muchos humanos que no lo extienden a la totalidad de la humanidad, y la esclavitud y la explotación son ejercidas sin compasión (ese sentimiento de identificación con el dolor ajeno) en todo el mundo con más o menos sofisticación.
Sería bueno, creo, que nos metiéramos en nuestra cabeza que los derechos de todos, humanos y no humanos, míos y tuyos, dependen exclusiva y totalmente de nosotros mismos. Dicho de otra forma: somos responsables y somos libres. Somos responsables si mejoramos el mundo y lo somos también si lo hacemos peor. Somos libres de elegir una de las dos actitudes pero sería bueno considerar que esa elección puede ser muy relevante para los que queremos dar un poco de sentido a nuestras vidas (que, de por sí, carecen de él). También somos responsables a la hora de educar en la lucha contra el retraso moral o de ser aquiescentes con hechos que la evolución ética de nuestra sociedad ya no considera admisibles. Y somos libres de abstenernos, de tolerar la injusticia, el abuso y la violencia contra el débil, por supuesto, pero sobre eso no puedo decir más que allá cada cual con sus miserias y sus luces.

12 comentarios:

Betawriter dijo...

Por algo George Carlin dice que los derechos no existen y prefiere llamarlos "privilegios temporales".

Cosa con la que estoy totalmente de acuerdo.

Saludos.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Carlin es bastante bestia pero por lo que he visto de él, suele dar en el clavo. Este video no lo conocía, he pasado un rato divertido, Saludos

Sr. IA dijo...

No sé. Pero rechazo tajantamente que mi visión de la ganadería como un sistema de optimización económica sea "menos progresista" o "menos evolucionado eticamente" o un "retraso moral" respecto a la visión de los animales como mascotas (depositos afectivos para emular carencias emocionales)... En este sentido, la lidia es un sacrificio -matanza- ritualizado que maximaliza economicamente la muerte de un animal. permite la conservación de habitats de calidad y el mantenimiento de economías ganaderas en armonía con el ambiente. De paso, estructura una tradición y un espectáculo y supone una comprensión más racional de la naturaleza.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Tal como se puede deducir del post sobre la tauromaquia, creo que la "maximización económica" no justifica el sufrimiento cuando hay alternativas. No quiero pasarme de la raya pero hace no mucho tiempo, tal vez había gente defendiendo que la esclavitud maximizaba el rendimiento económico de una fuerza de trabajo que, sin ella, quedaría sin aprovechar. Es solo una suposición, por supuesto.
Respecto a las tradiciones y espectáculos, no les tengo el más mínimo respeto. Son usos y costumbres de las cuales vamos, poco a poco y con mucho trabajo, expulsando la barbarie.
Todo muy subjetivo, claro, pero es lo que hay. Saludos.

Blog te atraparé dijo...

HOLA ANGEL.

Para mí el tema Toni Canto, es un claro ejemplo de cómo está este país a nivel intelectual y me refiero a como esta de bajo. ¿Por qué? Sin ánimo de ser pedante, que no lo soy, es que hay cosas que claman al cielo, si os leéis bien toda el discurso que soltó el famoso día, del no derechos de los animales, su retorica es perfecta, impecable diría yo. El hombre, vino a decir que el animal como sujeto no humano y por lo tanto no dotado de razón, al menos que se sepa, a la manera que se entiende el ejercicio del razonar a la manera humana. Pues que siguiendo esta lógica y haciendo una comparación muy oportuna, con el tema de los mataderos, en el sentido de que muchos de los que se rasgaban las vestiduras, eran consumidores de carne en general, pues que si una cosa no escandalizaba, porque narices escandalizaba tanto, el sacrificio del toro en el ruedo, espectáculo por cierto, que si uno no quiere ver, pues no lo ve y en paz. No es obligatorio verlo. El hombre, como decía, pues argumento que el animal como sujeto no razonable y por lo tanto no dotado de este don, pues no se le podía poner a la atura de un ser humano, en esto de los derechos y de hacerse habría añadido yo, pues se deberían eliminar ipso facto y prohibir los mataderos y volvernos todos veganos. Por esto de ser un poco coherentes ¿No creen? Lo dicho, bien por Toni. A parte y claro está, que este escarnio público y este linchamiento, también tiene un trasfondo político, está claro que Toni pertenece a la disciplina de un partido que molesta en este país y mucho, porque es el partido del futuro, como CIUDADANS en Cataluña y claro está, le dan palos por todos los lados, es decir desde la derecha a la izquierda. Buena señal, quiere decir que no se casan con nadie y que no están metidos en las corruptelas.
Un saludo.

Blog te atraparé dijo...

Perdón por la repetición...es que no me di cuenta de que habia salido bien...un saludo.

Sr. IA dijo...

Concido con e lcomentarista anterior. Se ha efectuado una visión sesgada de una manifestaciones muy lógicas, muy opotunas y sensatas.

Respecto a la comparación con la esclavitud, si es pasarse de la raya. Comparelo si quiere con la mascotización de animales o las exterminaciones de roedores por la vía de hemolizantes, roedores omnivoros, mucho más listos que un rumiante, que se sacrifican por mero tabú estético. Al menos el sacrificio ritual de toros tiene un sentido económico.

Ángel M. Felicísimo dijo...

No se si os habeis dado cuenta de que no me he puesto a interpretar las declaraciones de Cantó sino que las he aprovechado para plantear el tema de los derechos. Lo que le haya pasado en el campo político no es relevante para el tema, al menos en lo que a mí me interesa.
Sr. IA, usé la esclavitud para mostrar que el argumento del sentido económico no es aceptable si al otro lado hay sufrimiento. A mí no me parece una comparación disparatada ya que muchos humanos eran considerados merecedores de los mismos derechos que los animales (es decir, ninguno) hace muy pocas décadas. Y el sentido económico que tenía la esclavitud es evidente. De hecho era el único sentido que tenía. Saludos.

gabriela dijo...

Recuerden que a los exclavos no se les consideraba seres pensantes y por eso no tenían derechos...¿Qué pasaría si el hombre descubriera vida en otro planeta?¿Serían merecedores de respeto, esos seres?Creo que lo más seguro, es que "los conquistaríamos", y por lo tanto, "los someteríamos".
Eso ocurre en los colegios, en que el niño más fuerte somete al más débil, porque tiene un claro ejemplo en su casa.

Sr. IA dijo...

La obtención de un bien superior justifica, a menudo,la aceptación de una dosis de sufrimiento. De donde la argumentación racional debe pasar por el cuestionamiento ético de esas finalidades. Es decir, ¿es ético someter-someterse a un cierto grado de sufrimiento para alcanzar el fin X? Lo que se tiene que valorar no es el sufrimiento, sino la eticidad de su finalidad. Toda sacrificio de una res conlleva un sufrimiento. Sacrificar a un animal durante 10 minutos, en lugar de durante 4, al objeto de preservar una cierta forma de vida, un cierto paisaje y una cierta actividad económica que procura bienestar y proteínas a congéneres humanos, resulta objetivamente un bien superior. De donde la apelación a la privación de sufrimiento está de más en este caso. Existen otros cientos de ejemplos donde dicho sufrimiento no está tan justificado, es el caso de la posesión de animales a modo de mascota. La exterminación masiva de mamíferos por tabúes estéticos. O la exterminación de determinadas especies piscícolas por disfuncionalidad en el proceso extractivo, entre otros. De la equiparación betias hombres, no hablo. Me parece un punto muerto moral. Saludos.

Ángel M. Felicísimo dijo...

Juraría que dije algo sobre eso en el post sobre la tauromaquia. Aparte, es tá claro que hay otras actividades igualmente rechazables o más aún, pero eso no justifica la tauromaquia. Lo de valorar la "eticidad de su finalidad" está bien pero ¿cómo se valora eso si no se introducen variables como el sufrimiento, que son razonablemente objetivas y experimentables? Saludos.

Sr. IA dijo...

Correcto. Ese es el tema: cómo objetivar una finalidad moral.

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