31 marzo 2007

Redescubriendo la sopa de ajo

M. M. Tai, del St. Luke's-Roosevelt Hospital Center de Nueva York publica en Diabetes Care (17, 2: 152-154, 1994) un trabajo titulado A mathematical model for the determination of total area under glucose tolerance and other metabolic curves.
El objetivo del trabajo es "desarrollar un modelo matemático para la determinación del área total bajo las curvas de diferentes estudios metabólicos". Es decir, en la figura de abajo, se trata de determinar, por ejemplo, el área en azul delimitada por el eje de abscisas, la curva y los valores a y b sobre el mismo eje.
El autor desarrolla y propone un método (traduzco y resumo): "el área bajo la curva se calcula dividiéndola en pequeños rectángulos y triángulos cuyas áreas se calculan con exactitud mediante sus respectivas fórmulas geométricas". Luego se suman y ya tenemos el área total. Es decir, dividimos la zona azul en rectángulos "verticales" estrechitos que van desde el eje de abscisas hasta la curva. La suma de las áreas individuales es una aproximación al área total que es el problema a solucionar.

Algunos se preguntarán de qué va esto. Pues se lo digo: M.M. Tai ha logrado publicar en una revista con un factor de impacto de nada menos que 7.84 un método de integración propuesto desde más de 150 años y llamado, entre otras formas, sumas de Riemann (matemático alemán que vivió entre 1826 y 1866). El concepto es incluso anterior a Riemann aunque lleva su nombre porque fue quien definió formalmente las condiciones para la integración.
La publicación ha sido, además, un éxito porque ha recibido 75 citas en unos años.

¿Qué puede haber pasado para que un concepto perfectamente conocido sea publicado en un revista importante y además sea reconocido mediante docenas de citas por otros colegas? Fliptomato fue el que levantó la liebre en su blog An American Physics Student in England y dice que la razón puede deberse al escaso diálogo entre áreas.
Yo estoy de acuerdo en que esa incomunicación ha sido una de las causas de esta publicación pero creo que ha habido otra que, para no ser hiriente, podríamos llamar "excesiva especialización". Y es que el concepto entra dentro de la cultura general básica de cualquier científico, independientemente de su campo de actuación. El "redescubrimiento" del Sr. Tai, la aceptación del artículo por la revista y las citas de sus colegas sólo se explican por la manía de compartimentar el conocimiento en cajas demasiado estrechas.
Aparte de lo anterior, voy a aceptar que M. M. Tai fue honrado y redescubrió la sopa de ajo con independencia. Pero lo que ya me escuece un poco es que decida alcanzar la inmortalidad llamando a su método "the Tai model". Ahí le ha podido la soberbia.

Y ya puestos, les comentaré una estrategia semifraudulenta para publicar que se usa con demasiada frecuencia: X hace una estancia en Y donde se entera de una técnica Z. Sea Z, por ejemplo, un análisis estadístico conocido y usado en su campo pero no en otros. X ve la luz: vamos a poner en marcha la churrera y hacer una serie de trabajos más o menos banales donde todo gravita alrededor de Z. Eso sí, los vamos a publicar en revistas de áreas menos numéricas donde las ecuaciones diferenciales impresionan mucho. Se sorprenderían de ver como una parte no despreciable de los artículos científicos se deben y se alimentan de esta "transferencia horizontal".

Actualización:
Buscando donde está actualmente M. M. Tai, encuentro que hubo algunas reacciones a su "descubrimiento" en la propia revista. He localizado las referencias de los comentarios y las réplicas pero la revista no está digitalizada en esta parte por lo que habría que buscar las páginas en alguna biblioteca ¿alguien tiene acceso y se anima? Todo está en solo número y en tres páginas. Pongo las referencias a continuación:

Bender, R., 1994, Determination of the area under a curve. Diabetes Care, 17 (10): 1223.
Wolewer, T.M.S., 1994, Comments on Tai mathematical model - reply. Diabetes Care, 17 (10): 1223-1224.
Monaco, J.H., Anderson, R.L., 1994, Tai formula is the trapeziodal-rule - reply. Diabetes Care, 17 (10): 1224-1225.

Respuestas:
Tai, M.M., 1994, Determination of the area under a curve - reply. Diabetes Care, 17 (10): 1225-1226.
Tai, M.M. 1994, Comments on Tai mathematical model - reply. Diabetes Care, 17 (10): 1226.
Tai, M.M., 1994, Tai formula is the trapeziodal-rule - reply. Diabetes Care, 17 (10): 1226.


Propuesta (ya puestos...):
The Golem's rule (c) pa integrar en 5 sencillos pasos; material necesario: lápiz, papel, regla, tijeras (o sierra de calar, ver abajo), báscula de baño, acceso a internet (para la wikipedia) y calculadora científica (para la regla de tres). Pasos a seguir:
  1. Dibujar la curva en cuestión sobre un papel.
  2. Dibujar sobre los restos del papel un cuadrado equivalente a la unidad de superficie.
  3. Recortar ambas formas.
  4. Pesar ambas formas.
  5. Buscar "regla de tres" en la wikipedia y aplicar.
Problemas conocidos:
  • la báscula de baño no es suficientemente precisa; solución: en vez de recortar las superficies en papel hágase sobre un tablón de 5 cm de grueso.
  • el punto 5 es crítico, asegúrese de poner los términos en su sitio.

25 marzo 2007

El viaje del Nautilus

Todo el mundo sabe que Robert Edwin Peary y sus acompañantes fueron los primeros en alcanzar el Polo Norte, allá por abril de 1909. El Polo Sur le correspondió a Roald Amundsen en diciembre de 1911, mientras que Robert Falcon Scott y su equipo lo alcanzaron apenas un mes después muriendo en la vuelta.
Pero poca gente sabe que William R. Anderson capitaneó el primer equipo que alcanzó el Polo Norte por debajo de la capa de hielo que cubre el Océano Ártico.
Y es que el Nautilus existió. Fue un submarino de propulsión nuclear estadounidense con nombre USS Nautilus SSN 571. Fue botado el 21 de enero de 1954 y detuvo sus máquinas definitivamente 25 años después, en marzo de 1980. Nunca entró en combate.
La aventura comenzó el 22 de julio de 1958 en la famosa base Pearl Harbor en Hawai cuando zarpó rumbo Norte con una tripulación de 116 hombres en cumplimiento de una misión secreta llamada Sunshine. No era la primera vez: el año anterior lo habían intentado pero los hielos les cerraron el paso en las aguas poco profundas del Mar de Chukchi, al Norte del estrecho de Bering. En cierto momento pasaron entre el fondo marino y un enorme témpano flotante con apenas un par de metros de holgura lo cual fue suficiente para que Anderson ordenara dar media vuelta y esperar tiempos mejores. Estos llegaron al verano siguiente. Después de intentar meterse bajo la banquisa por el mismo lugar que el año anterior lograron llegar al mar Barrow que hoy podemos ver en directo a través de una webcam. Allí encontraron aguas profundas y avanzaron hacia su objetivo.

Batimetría del Océano Ártico, desconocida en los años del viaje. Los azules más oscuros señalan mayor profundidad (hasta 4500 m aprox.)

Finalmente, el 3 de agosto de 1958, el Nautilus llegó al Polo Norte geográfico. Un lugar sin características especiales, en medio de la nada, donde la temperatura del agua era exactamente 0 ºC y la profundidad 4089 m. La travesía en inmersión continua fue de 1830 millas, casi 3400 km, y se realizó en 96 horas. Anderson envió más adelante (las transmisiones eran imposibles sumergidos) un mensaje al jefe de Operaciones Navales en un buen ejercicio de síntesis: “Nautilus 90º Norte”.
Derrota aproximada del Nautilus en su viaje bajo la banquisa ártica

¿Por qué hubo que esperar a la propulsión nuclear para el fantasmal viaje bajo la banquisa boreal? Básicamente porque en los submarinos convencionales es necesario salir a la superficie periódicamente (o al menos sacar un snorkel) para recargar los acumuladores mediante sus motores diesel que, además, necesitan oxígeno para funcionar. Un viaje en inmersión tan largo era imposible. Los submarinos atómicos no tienen esa necesidad y además son más rápidos, algo conveniente para recorrer 3400 km sumergido. También fue necesario perfeccionar los girocompases y sistemas inerciales de navegación, avances que luego serían muy útiles en usos civiles.

En algún sitio, hace años, encontré la lista de nombres que formaban la tripulación del Nautilus. Nemo no estaba pero sí anoté a un tal Stepherd M. Jenks, oficial de derrota, que tuvo la difícil pero crítica tarea de saber dónde diablos había que ir ya que a latitudes altas la brújula no funciona y los giróscopos necesitan atención constante para no caer en lo que se llama la “ruleta de las longitudes”, una desorientación de los instrumentos que puede acabar haciendo que el submarino de continuas vueltas al Polo sin poder definir el rumbo ni la posición.

El USS Nautilus navegando en superficie

22 marzo 2007

El silencio como respuesta

En los últimos años algunas universidades británicas de reciente creación ofertan BSc (bachelor of science) en "medicinas alternativas" lo que incluye un amplio batiburrillo que va desde aromaterapia hasta Qi-gong. En la revista Nature se preguntan la razón porque, añaden, sería esperable que un BSc tuviera algo de Sc.
Por tanto, han escrito a las universidades
británicas de Westminster, Central Lancashire y Salford pidiendo una respuesta oficial sobre los motivos para considerar estas prácticas como objeto de un BSc. Todas han declinado contestar (doi:10.1038/446352a).
David Colquhoun (Departamento of Farmacología de la University College London) se pregunta la razón en un amplio comentario (doi:10.1038/446373a). Él también preguntó al rector de Westminster sin recibir respuesta. La razón que Colquhoun encuentra es clara: si los diarios y revistas ganan dinero con las columnas de astrología ¿por qué no van a ganarlo las universidades con cualquier curso que tienen demanda social? Los aspectos éticos quedan al margen debido a la presión económica que las universidades sufren en un régimen de alta competencia.

Las respuestas no llegarán nunca, de la misma forma que la Generalitat no contestará nunca a las alegaciones que se le hicieron ante "El Decreto". Detrás sólo puede haber dos cosas: sacar tajada de un negocio que mueve miles de millones y ganar votos con una política de fin de semana donde todo se mueve a golpe de encuesta callejera.
Mientras tanto, y no sé porqué me ha venido a la cabeza, recordemos que mi universidad sigue ofertando asignaturas de libre elección como Cristología,
El Dios de la Revelación Cristiana, Teología de la Revelación y Fe, Moral Fundamental... que imparte un presunto "Instituto Superior de Ciencias Religiosas". ¿He dicho ciencias? Glups...

Una duda para terminar ¿puede un licenciado en Teología Dogmática o un licenciado en Biblia (sic) impartir clases en una universidad pública española así, sin más? No lo digo con ánimo de molestar, por supuesto, sino por el pequeño detalle de que esos títulos no tienen validez académica en nuestro país.

16 marzo 2007

Una chica precoz y un resultado claro

El "toque terapéutico" o "terapia de toque", TT, es una pseudoterapia adaptada del Qi gong chino. Sí, ese mismo que la Generalitat acaba de aceptar como terapia médica "alternativa" (lean al respecto una síntesis en Estado de indefensión).
La base del TT es que el "sanador" pasa las manos sobre el cuerpo del paciente sin tocarlo pero equilibrando misteriosamente su campo energético, sea lo que sea tal cosa. No se sabe de qué va ese campo energético porque no hay aparatos para medirlo pero se supone que el practicante no sólo lo nota, detectando además sus desequilibrios, sino que es capaz de manejarlo cambiándolo hasta llegar a un estado armónico (pongan comillas a voluntad en las frases anteriores).
La historia que les cuento se menciona brevemente en "Ciencia o vudú" y me he entretenido en documentar los detalles.

En 1998, el Journal of the American Medical Association publicó un artículo titulado A Close Look at Therapeutic Touch, firmado por cuatro autores, entre ellos una tal Emily Rosa.
Les traduzco no muy atentamente (es muy tarde) los puntos clave del resumen:
  • Contexto: el toque terapéutico (Therapeutic Touch, TT) es una práctica clínica ampliamente utilizada basada en el misticismo pero para la cual se alega la existencia de una base científica. Los practicantes del TT defienden su utilidad médica usando sus manos para manejar un "campo de energía humano" perceptible sobre la piel del paciente.
  • Objetivo: Investigar si los practicantes del TT pueden realmente percibir el "campo energético"
  • Diseño: 21 practicantes del TT con experiencia entre 1 y 27 años han sido probados bajo condiciones de prueba ciega para determinar si pueden ident¡ficar correctamente bajo cual de sus manos está la del investigador. La posición de la mano del investigador se determina tirando al aire una moneda. 14 investigadores fueron sometidos a la prueba 10 veces y otros 7, 20 veces cada uno.
  • Medidas: se les preguntó a los practicantes del TT si la mano del investigador estaba bajo su mano izquierda o derecha. Por azar, los aciertos deberían ser del 50% aproximadamente. Si la TT era cierta, los aciertos deberían ser del 100%.
  • Resultados: los practicantes del TT identificaron correctamente la posición de la mano en 123 de los 280 ensayos (un 44%), lo cual está próximo a lo esperado por azar. No se encontró correlación significativa entre los aciertos y la experiencia (r=0.23).
  • Conclusiones: los 21 exprimentados prácticos del TT fueron incapaces de detectar el "campo energético" del investigador. Este fallo en la confirmación de la base esencial del TT es una evidencia no refutada de que las afirmaciones del TT no tienen fundamento y que su uso profesional no está justificado.
La responsable del estudio fue la mencionada Emily Rosa que, cuando lo hizo, era estudiante en Loveland, Colorado y tenía 9 años.

Como dijo Groucho: "Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!."
Porque parece que algunos adultos no acaban de entenderlo.

Referencia:
Linda Rosa, Emily Rosa, Larry Sarner, Stephen Barrett, 1998, A Close Look at Therapeutic Touch, Journal of the American Medical Association, 279: 1005-1010.

15 marzo 2007

Pescando genomas

Nos aguardan muchas sorpresas. Un barco de vela de apenas 30 m de eslora y 6 personas de tripulación, el Sorcerer II, se da un paseo por la costa Este de Norteamérica, cruza el canal de Panamá, y llega a las islas Galápagos. Por el camino, cada 200 millas (320 km) toma muestras de microorganismos marinos. Los resultados se han publicado en varias revistas como, por ejemplo, PloS Biology, de acceso abierto (DOI:10.1371/journal.pbio.0050077) donde firman 40 autores de 12 instituciones diferentes. El titular del resumen de prensa dice ya lo suficiente:
Más de 6 millones de nuevos genes, cientos de nuevas familias de proteínas y una increíble diversidad microbiana descubiertas en la primera fase de la expedición oceánica del Sorcerer II.
La iniciativa es de J. Craig Venter, uno de los pioneros en la secuenciación del genoma humano cuando fundó Celera Genomics Group. Después creó el J. Craig Venter Institute, una institución sin ánimo de lucro que se dedica a la investigación genómica.

En una primera expedición en el mar de los Sargazos (Science, DOI: 10.1126/science.1093857) se secuenció un millón de genes y se determinaron unas 1800 especies de bacterias planctónicas de las cuales unas 150 eran nuevas para la ciencia. Actualmente se planea una expedición alrededor del mundo con el objetivo final de elaborar un “catálogo genómico” de la inmensa diversidad de microorganismos marinos. Los datos de la expedición de los Sargazos pueden descargarse libremente (uns cientos de Mb) en la página de la expedición del Sorcerer II.

Lógicamente, este trabajo no está libre de críticas y en muchos lugares se ha acusado a Venter de biopiratería o cosas peores. Estas posturas están alimentadas por las claras implicaciones éticas de algunos proyectos pasados y tal vez presentes como el de crear vida artificial mediante la construcción de un genoma mínimo, suficiente para codificar una forma de vida. ¿Cuántos genes hacen falta para eso? No muchos: Mycoplasma genitalium, una bacteria que vive en nuestro tracto urinario se arregla con sólo 517 genes, codificados con 580070 nucleótidos. No son muchos y tal vez no todos son imprescindibles. En el próximo post ampliaremos información.

Mycoplasma genitalium, su libro de instrucciones apenas tiene un par de cientos de páginas

13 marzo 2007

[Breves] Investigando para la convivencia

Como ya pasó con otra entrada, la de ayer, Investigando para la convivencia, no ha salido en su sitio en Hispaciencia. Buscaré la razón para que no se repita el problema. Accedan mediante el enlace de arriba a las líneas de investigación más prometedoras de los últimos tiempos (es un decir).

11 marzo 2007

Investigando para la convivencia

No nos engañemos, para investigar hace falta dinero y para conseguirlo hay que trabajar en temas que se consideran de interés en cada momento. Lo contrario puede hacerse porque nadie lo prohibe, pero desde la indigencia. Les comunico la buena noticia: acabo de encontrar una fuente de inspiración. Para que me orienten sobre mi futuro investigador próximo (admito sugerencias) les resumiré lo básico de media docena de líneas que supongo prometedoras visto su origen.
Viene de la DSO, Defense Sciences Office, que está en la DARPA, Defense Advanced Research Projects Agency, agencia del DoD, US Department of Defense de los EE.UU. de América, glups... Los proyectos en los que dicen que trabajan son, como mínimo, sugerentes.
  • Exosqueletons for Human Performance Augmentation, o desarrollo de exoesqueletos "plenamente integrados" para aumentar la velocidad, fuerza y resistencia de los soldados en combate.
  • Intestinal Fortitude, o programa de "fortaleza intestinal", donde se busca reducir los problemas debidos a las diarreas y otras afecciones similares en el campo de batalla.
  • PSP, Peak Soldier Performance, programa que persigue mantener a los soldados en un estado de alta eficiencia física y cognitiva en el campo de batalla. Incluye estudios sobre la fatiga muscular, tolerancia al frío y calor extremos, y alimentación especializada en situaciones de estrés extremo.
  • PSD, Preventing Sleep Deprivation, destinado al desarrollo de métodos para combatir la privación del sueño y prevenir la pérdida de eficacia asociada. Se estudian entre otras cosas fármacos y dispositivos para la "estimulación magnética transcraneal".
  • SSC, Soldier Self Care, o como un soldado herido puede tratarse a sí mismo en ausencia de personal sanitario con dos líneas de trabajo: a) eliminación del dolor sin afectar a funciones cerebrales como la conciencia o la capacidad de atención y b) sistemas de autodosificación automática de medicamentos ante heridas graves.
  • SBL, Surviving Blood Loss, donde se busca como aumentar el tiempo de supervivencia de un soldado con pérdida de sangre severa. Dos estrategias son: a) reducción de la tasa metabólica mediante administración de SH2 y b) administración de hormonas para reducir la respuesta inflamatoria.
Ya ven el panorama, si todos los programas salen adelante tendremos un soldado encerrado en una armadura tipo Puente mental, capaz de beber cualquier cosa sin tener diarrea (interesante para largas temporadas enlatado) y de tomar decisiones ajustadas en situaciones críticas incluso en bajo el calor del Kalahari o el frío de la Antártida, con un estimulador cerebral por si se cae de sueño y un amplio abanico de fármacos para el estrés. Una delicia.

10 marzo 2007

Cenizas, lava y computación en paralelo

Cuncta iacent flammis et tristi mersa favilla: nec superi vellent hoc licuisse sibi (Epigramas, libro IV, XLIV, Marco Valerio Marcial).

Según nuestro calendario actual, el 24 de agosto del año 79 se produjo la erupción explosiva del volcán Vesubio, que lanzó al aire toneladas de materiales e hizo que bajara por sus laderas un flujo piroclástico mortal. Arrasó Pompeya, Herculano, Stabia y otros pueblos menores. Entre las víctimas estuvo Cayo Plinio Segundo, llamado el Viejo, el autor de la Historia Natural. Plinio el Viejo, movido por su curiosidad sin límites, se acercó al lugar para observar el fenómeno, lo que le costó la vida.

Imagen del Vesubio y la bahía de Nápoles tomada el 15 de abril de 1994 con el radar de apertura sintética SIR-C/X-SAR desde el transbordador espacial Endeavour (página de la NASA aquí).

La historia de estas ciudades y de su final es conocida pero la tragedia sigue ejerciendo un extraña atracción. Películas, novelas... El último capítulo está escrito por Augusto Neri y colegas, que acaban de publicar en Geophysical Research Letters un trabajo titulado "4D simulation of explosive eruption dynamics at Vesuvius".
En él, modelan la erupción del Vesubio y el resultado no puede ser más sugestivo y espectacular.
GRL permite el acceso al trabajo y a los videos a través del enlace anterior. Dicen Neri et al. (1):
We applied a new simulation model, based on multiphase transport laws, to describe the 4D (3D spatial coordinates plus time) dynamics of explosive eruptions. Numerical experiments, carried out on a parallel supercomputer, describe the collapse of the volcanic eruption column and the propagation of pyroclastic density currents (PDCs), for selected medium scale (sub-Plinian) eruptive scenarios at Vesuvius, Italy.
Para las simulaciones han utilizado el supercomputador IBM p5-575 del consorcio CINECA formado por 28 universidades italianas. El aparato tiene 512 procesadores y 1.2 Tb de RAM lo que le permite alcanzar 3.89 Tflops (flops es el acrónimo de floating point operations per second, es decir, operaciones con números reales). Todo esto era probablemente necesario dado que los autores comentan que fueron necesarias 14 h de proceso para cada segundo de animación.
Los videos son grandes; caso de elegir yo les recomiendo este, de algo más de 11 Mb, en formato mpg y que dura 24 segundos. Les pongo abajo una instantánea del mismo para que vayan poniéndose en situación.


Las erupciones del Vesubio se han repetido en numerosas ocasiones. La última fue en 1944, en plena Guerra Mundial. Suele decirse que dicha erupción dañó gravemente a un escuadrón de bombarderos norteamericanos B-25 pero sin dejar claro que no estaban en vuelo sino en tierra ya que habían ocupado la zona en septiembre del año anterior. Los daños fueron provocados por a acumulación de cenizas y lapilli sobre ellos.

Bombardero cubierto de lapilli en la erupción de 1944 (tomada de aquí)

Que el volcán siga activo y que vivir a su lado sea un riesgo evidente no ha sido obstáculo para que Nápoles, con casi un millón de habitantes haya crecido a pocos km de su cráter. Una de tantas demostraciones del sinsentido de nuestras conductas.
A pesar de su fama, el Vesubio ha producido por el momento muchas menos víctimas que el tsunami del 26 de diciembre de 2004 en el Océano Índico. En Teaching Geoscience with Visualizations tienen varias animaciones e imágenes que reconstruyen esta reciente tragedia.

(1)
Neri, A.
, T. Esposti Ongaro, G. Menconi, M. De'Michieli Vitturi, C. Cavazzoni, G. Erbacci, and P. J. Baxter
(2007), 4D simulation of explosive eruption dynamics at Vesuvius, Geophys. Res. Lett., 34, L04309, DOI:10.1029/2006GL028597.

09 marzo 2007

Redes en la Red

El programa Redes de Eduard Punset debe ser bueno porque lo ponen por La 2 a la 1:30 de la madrugada, no sea que alguien lo vea. Buscando por la red he encontrado un lugar donde es posible descargar los programas con eMule o cualquier otro cliente ed2k: Redes Eduard Punset TV2.
Ya puestos, recuerdo que tiene un blog donde no se prodiga demasiado y donde, sólo en mi opinión, tiende a caer en la elucubración pero que debe seguirse porque es una invitación a la reflexión sobre temas difíciles.
Y, aunque sea repetirme, recordemos los podcasts de otros dos programas de divulgación científica, en este caso de Radio Nacional de España: El sueño de Arquímedes (RNE1, domingos de 15 a 16 h) y Vanguardia de la Ciencia (Radio Exterior de España).

08 marzo 2007

[Breves] Un problema de fechas

Cuando los científicos emulan la conducta de Fox Mulder. Esta entrada titulada Necesito creer ha aparecido con la fecha cambiada (cosas del Blogger) y se pierde irremisiblemente en el infierno de los feeds olvidados. Pongo aquí su referencia para traerla de nuevo al tiempo presente pidiendo disculpas por las posibles duplicaciones.

06 marzo 2007

Necesito creer

A casi todos les sonará el texto del poster del despacho de Fox Mulder, el agente de Expediente X, y que se ha hecho popular desde entonces en las discusiones entre los capuleto y los montesco de los ovnis, paraciencias y psicocosas en general...

Lo que me lleva hoy a mencionar este cartel es que la actitud de Mulder también aparece en los ámbitos cientificos. El ejemplo que tenía en la fresquera está, además, en el ámbito de la "ciencia dura" por antonomasia: la física.
¿Se acuerdan de la fusión fría? La historia está relatada en muchos sitios pero para reducirles la tarea les hago un relato muy breve y con algo de información alternativa:
El 23 de marzo de 1989 se convocó una conferencia de prensa en la Universidad de Utah. Se anuncia que Martin Fleischmann y Stanley Pons, ambos químicos, habían logrado poner en marcha un proceso que se llamó después "fusión fría" y que generaría energía de forma ilimitada y sin apenas coste.
La noticia, lógicamente, fue acogida por la prensa con rapidez. Por ejemplo, The Wall Street Journal la publicó al día siguiente bajo el título ¿Domesticando las bombas H?:
Taming H-Bombs? Two Scientists Claim Breakthrough in Quest For Fusion Energy.
Ni Pons ni Fleischmann era unos indocumentados o unos iluminados detrás del móvil perpetuo sino que acumulaban una excelente trayectoria investigadora. Ambos habían publicado en los años anteriores a razón de una docena de artículos por año (o más en el caso de Fleischmann). Aunque sus últimos trabajos se publicaron en 1994, Pons acumuló más de cien artículos con más de 3000 citas en conjunto y Fleischmann más de 200 con 9000 citas. gente, por tanto, a la que había que prestar atención.
El trabajo principal, de apenas 7 páginas, fue publicado poco después, el 10 de abril de 1989, en el Journal of Electroanalytical Chemistry con el título "Electrochemically induced nuclear-fusion of deuterium" y ha acumulado 694 citas hasta ahora. Como dato anecdótico, en el texto no aparece la expresión "cold fusion".
En los meses siguientes se desató un comprensible entusiasmo por el hallazgo: en una cubeta con agua pesada y un par de electrodos, uno de ellos de paladio, era posible replicar la fusión nuclear de la que ya hemos hablado en este blog (1 y 2), con una "pequeña" diferencia: funcionaba a temperatura y presión normales (en vez de unos 100-150 millones de grados).
Lógicamente, muchos grupos intentaron replicar los resultados. Tras un tiempo de dudas y resultados contradictorios o ambiguos no pudo establecerse la existencia de la fusión fría.
Estábamos en un caso donde se afirmaban resultados extraordinarios: la prueba debía ser igualmente clara. Y no pudo ser.

La evolución del número de artículos sobre fusión fría en las revistas científicas fue a imagen y semejanza de los artículos en el The Wall Street Journal, el diario que abanderó la causa desde el principio: en el 89 este periódico publicó 54 artículos sobre el tema, 22 en el 90, 7 en el 91, 13 en el 92, 5 en el 93, 4 en el 94, 3 en el 95, 2 en el 96... y se acabó. El tema estaba muerto.

Y aquí surgió el síndrome "I_want_to_believe" y, a pesar del descrédito sufrido, un grupo de gente ha seguido adicto al tema y ha organizado lo que se parece mucho a una secta dentro de la ciencia: publican sus trabajos en revistas propias y organizan congresos específicos como la serie de International Conferences on Condensed Matter Nuclear Science.

Siempre desde el burladero y consciente de que no soy físico y de que mi comprensión de todo esto es muy superficial, no puedo dejar de pensar en las similitudes entre este panorama y algunas variantes de las pseudociencias. De la necesidad de creer en algo que, tras dos décadas de trabajos, no ha avanzado en nada sustancial. Del poder del autoconvencimiento que hace que uno de los más recientes adeptos diga:
"No puedo creer que los extraordinarios hallazgos de cientos de investigadores sean producto de su imaginación o fraude" (Ludwik Kowalski).
La ilusión es, en efecto, persistente y de vez en cuando reaparece con fuerza. En el año 2002, Rusi Taleyarkhan, físico en el Oak Ridge National Laboratory, y 5 coautores publicaron un artículo en Science titulado "Evidence for Nuclear Emissions During Acoustic Cavitation" (DOI: 10.1126/science.1067589). El editor resumía:
Taleyarkhan et al. (Research Articles, 8 March 2002, p. 1868), reporting results of cavitation experiments with deuterated acetone, presented evidence of nuclear emissions that they held were consistent with deuterium-deuterium (D-D) fusion reactions.
Las críticas surgieron y fueron duras (1) pero a pesar de la controversia, Taleyarkhan publicó otros dos artículos en revistas de alto impacto dando más detalles sobre el proceso. Incluso, como en los episodios de Expediente X, intervino una exótica pero real agencia gubernamental: la U.S. Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) financió un programa llamado Sonofusion para intentar replicar los experimentos de Taleyarkhan. En los años siguientes volvió a producirse un intenso debate que, lamentablemente, acabó como el primero: no hay evidencia de fusión fría y algunos efectos observados por Taleyarkhan se explican por mecanismos físicos conocidos.

Pero como I_want_to_believe, el nuevo fracaso no será impedimento para que del 25 de junio al 1 de julio de este año se celebre el ICCF13 en Dagomys (Rusia) donde se presentarán, una vez más, los últimos hallazgos y avances sobre el tema.
Esos hallazgos no encontrarán salida en las revistas cientificas. Acordes con el síndrome, los autores no aceptarán que la causa del rechazo sea que no hay evidencia sino la existencia de una conspiración para reducirles al silencio. A pesar del ejemplo de Science y Taleyarkhan.

(1) "The experimental evidence cited by Taleyarkhan et al. for D-D fusion rests on three basic observations: excess tritium, excess neutrons, and coincidences between neutrons and sonoluminescence light. As we have detailed here, however, the study presented significant internal inconsistencies in the measurements of neutron singles and neutron/SL coincidences, as well as a very large quantitative mismatch between the tritium and neutron data. These inconsistencies cast serious doubt on the claimed evidence for D-D fusion in these experiments."

P.D.: el comentario de Athanasius me recordó que Donald Kennedy explicó en un editorial las razones de haber accedido a publicar el trabajo de Taleyarkan y colegas, dando detalles sobre el debate que se desató y que normalmente no trasciende al público que lee la revista. He puesto ese sabroso editorial aquí.

04 marzo 2007

¿Demoliendo "papers"?

"Este libro nos enseña que todo es posible si está suficientemente demostrado en un paper científico". De la reseña de la Editorial Siglo XXI.

Pues no. Pero empecemos por el principio. He conocido una colección nueva de libros titulada "Ciencia que ladra..." editada por Siglo Veintiuno en Argentina. Son libros pequeños, de 100 a 150 páginas que tratan temas diversos. El que aquí nos ocupa se titula "Demoliendo papers. La trastienda de las publicaciones científicas".
Su estructura es más simple que sus intenciones: una breve introducción del compilador, Diego Golombek (Dr. en Biología), un prólogo titulado "Sobre el nacimiento, el desarrollo y la demolición de los papers" de Pablo Kremer (sociólogo) y 16 "artículos científicos" deliberadamente delirantes con títulos como "Criterio válido para la clasificación de los sándwiches de miga" o "El ADN se autorreplica, gracias a Dios".

A pesar de la reseña de la editorial que menciono arriba, la verdad es que no sé bien qué se pretende (de)mostrar en el libro. De la contraportada, introducción y prólogo se deducen ideas no muy coherentes. Por un lado, de la introducción supondríamos que sólo se pretende que los científicos se rían de sí mismos poniendo en forma de "paper" supuestos experimentos absurdos. Hasta ahí sin problema, los trabajos son divertidos aunque puesto a elegir me quedo con el insuperable The Teleplastic Inquirer. Hay, sin embargo, una afirmación con la que no estoy de acuerdo:
"El paper, casi por definicion, está escrito en difícil, una curiosa jerga técnica de acceso a unos pocos iniciados".
Ya que él generaliza, lo haré yo también para disentir: en el paper, casi por definición, se usa una gramática simple y un vocabulario sobrio, lo que hace que el texto sea normalmente muy fácil de seguir. Esto es aplicable a las ciencias experimentales sin excepciones significativas. Otra cosa es que los conceptos sean avanzados o especializados, lo que exige una formación previa, pero de ahí a hablar de "curiosa jerga" e "iniciados" hay un abismo. Por poner un ejemplo, les copio el resumen de un trabajo pillado al azar y titulado "Halwaxiids and the Early Evolution of the Lophotrochozoans" (casi ná):
"Halkieriids and wiwaxiids are cosmopolitan sclerite-bearing metazoans from the Lower and Middle Cambrian. Although they have similar scleritomes, their phylogenetic position is contested. A new scleritomous fossil from the Burgess Shale has the prominent anterior shell of the halkieriids but also bears wiwaxiid-like sclerites. This new fossil defines the monophyletic halwaxiids and indicates that they have a key place in early lophotrochozoan history"
La mayoría de ustedes entenderán más o menos lo mismo que yo de la esencia del trabajo. Pero de ahí no se deduce que los que lo entiendan deban ser "iniciados" o que esté escrito "en dificil". Al contrario, el resumen es un magnífico ejercicio de concisión y precisión, la sintaxis es minimalista y las formas verbales se limitan al presente. Y si no entendemos qué es un "scleritome" (1) es porque nuestra formación es otra pero me resisto a equiparar "científico" a "iniciado" porque la formación científica está al alcance de todos y no hay nada oculto en el camino para alcanzarla salvo trabajo.
Disiento también de un texto en la contraportada, que creo es conceptualmente erróneo:
"En 'Demoliendo papers' un grupo de estudiantes y científicos demuestran las más disparatadas hipótesis cumpliendo con los preceptos fundamentales de las publicaciones científicas".
Lo cual no es cierto: los trabajos del libro, divertidos y chiflados, no demuestran nada porque sólo cumplen con los "preceptos" formalmente y de forma muy banal (la estructura del paper) pero incumplen flagrantemente la lógica y caen el errores básicos de método.
Más grave por sus implicaciones es la frase en la reseña mencionada arriba:
"Este libro nos enseña que todo es posible si está suficientemente demostrado en un paper científico".
Esta frase es aparentemente una carga de profundidad pero la considero absurda en su propia concepción: precisamente la necesidad de demostración de los hechos nos llevan a concluir que no todo es posible, que hay leyes y regularidades en el comportamiento de las cosas. Los papers contribuyen precisamente a acotar los terrenos de lo real y de lo imaginario.

Por su parte, el prólogo de Kreimer no aclara nada y consiste en una secuencia de ideas de las que no he conseguido sacar gran cosa en limpio. Parece que intenta convencernos de que el paper no es el conocimiento ni la ciencia porque "oculta muchas más cosas de las que muestra". Lo cual a mí me parece obvio porque los artículos son sólo una de las formas de comunicar métodos y resultados, de hacer ciencia. Pero pasemos a comentar las cosas que según Kreimer se ocultan (lo cual parece ser un problema):
  • "Un paper muestra el éxito y esconde el fracaso: cuando se redacta el artículo ningún científico describe todos los procesos que tuvo que desarrollar para llegar a la redacción final."
Com.: Lo contrario sería confundir un paper con "mi querido diario". Para una exposición exhaustiva de los procesos están las libretas de laboratorio que, en ocasiones, han sido utilizadas incluso como prueba en juicios. Los papers son documentos sintéticos de métodos y resultados de investigaciones.
  • "Un paper oculta todo [el] "conocimiento tácito", es decir, un montón de aspectos que tienen que ver con la práctica de la investigación: la destreza del experimentador, la cultura y el lenguaje propios del grupo de investigación, los lugares donde se hizo, los procesos de aprendizaje..."
Com.: Bueno, si hubiera que poner todo eso cada paper se convertiría en un culebrón de media tarde y habría que publicarlo en fascículos. Ya en serio, los artículos incluirán los aspectos que son relevantes para entender y replicar el trabajo, no los accesorios. La idea es que los lugares donde ese hizo el trabajo estarán citados si aportan información relevante y no lo estarán si no la aportan. Lo mismo es aplicable al resto de aspectos: no es razonable convertir un artículo en una especie de recreación del contexto personal, científico y sociológico del grupo de investigación (aunque no perderé de vista usar Second Life para construir un escenario de metadatos :-)
  • "Un paper también oculta el papel que los autores desempeñan en un campo científico de relaciones sociales."
Com.: ¿Y qué? Los artículos se leen por su contenido, no para preparar guiones de programas rosa. Incluso si quieres saber más de los autores (profesionalmente hablando) hay herramientas eficacísimas y más pertinentes que contar tu vida y milagros en el artículo.
  • "Finalmente, un paper oculta el interés de los autores por legitimarse, por contar en su curriculum con una publicación más que pueda hacer valer ante sus pares..."
Com.: Hacer caso de este "problema" supondría convertir, de nuevo, los artículos en un diario o en algo peor ("me acuso, padre, de querer publicar para obtener prestigio...", "no te preocupes, hijo, es sólo un pecado de soberbia..."). Esencialmente, todos publicamos por los mismos motivos y no es esperable sorpresa alguna en ese proceso. ¿Hay que contarlo en los trabajos? No creo.

Al final, no entiendo bien a dónde quiere llegar don Pablo con estos supuestos problemas a no ser que su profesión de sociólogo le lleve a no conocer la naturaleza y objetivos de los artículos en ciencias experimentales. Aún así los trabajos que vienen después son divertidos y pueden leerse a ratos perdidos.
Eso sí, no esperen más del libro: ni es demoledor, ni rompe nada de lo establecido, ni propone alternativas a los vicios y defectos del sistema actual, ni nos enseña la trastienda de las publicaciones. Otra vez será.


(1) Incidentalmente: he buscado el origen del término scleritome y parece haber sido propuesto por primera vez por Stefan Bengtson (Taxonomy of Disarticulated Fossils, Journal of Paleontology, 59 : 1350-1358, 1985) y hace referencia al conjunto de placas de revestimiento de los artrópodos.
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